Ir al contenido principal

ODIO EN LA MESA PARA LA DEVOCIÓN

 




Oh, hervor florido de sangre en la edad de la indecencia.
Tres lágrimas como vítores para exhumar la redención, 
y mi ausencia triplemente encontrada,
tres lágrimas por una férrea canción,
un réquiem por una ilusión
y el sueño danzarino con alas de este fanfarrón,
de entrante lo ya expuesto, en toda expectativa
dirigida hacia la luz, un vals de cometas
a los muertos,
Primer plato la soberbia
ultrajada, como en medalla,
vestido de traje de lino y algodón
camina toda gloria armada
de infamia tornasola,
segundo plato con todos mis entierros innecesarios
por mí asumidos, cómo carnavales de cordero
devorado por lobos medicamentosos, el postre,
un coraje evanescente, de todos los colores, 
en el padre Sufrimiento.


Förüq castellano Miguel Esteban Martínez García
Lugar UME Guadalajara

Comentarios

Entradas populares de este blog

Oda al caracol silvestre

  Caracol silvestre, caracol serrano. Te escribo caracol del camino enervado ¡Oh tus fauces! Blandas que muerden su estadía alimenticia. Del romero al tomillo, desde la jara resinosa, al brezo flamante. Tu deslizar por el terreno húmedo, de la amapola a la caléndula arvensis con su savia dura. Desde el musgo a la piedra igual a la siguiente; idéntica a la anterior. Oh caracol, judío blanco, oh caracol marrón de todo jardín, caracol estriado la pulcritud de carbono de tu casa, mi casa. Miguel Esteban Martínez García UME unidad media estancia Guadalajara

Pioneer

 

Al Duero

        Duero: Grita mi estupor y cuchillos hieren volteando una boca que la onda mece flameando. Se duerme la costilla en el altiplano enjutado de hayas y fresnos recuerda su geología únicamente saboreada por el soñar de los picos, virginal cuna del Duero con tus curvas en rotonda de castizas fuentes y abrevaderos, dulce azada de agua que bascula el sentir de la enamorada palabra, por cimas tu voz se hace meseta haciendo el amor con los pájaros dormidos, templo y morada de la cepa que a ti te alcanza, agua furtiva corre por tu era y reposa en tu infinita onda, que se riza, que se insinúa en vaporizadas Torres de belleza, que en tu alma anidan, sortilegio de rosa y clavel cenit del dolmen tallado, quién a ti en la vastedad del ser en su pecho te lleva prendido el fuego en fanal hoguera en anchos panales de tus abejas. Cuentan de la vida del chopo tus diez mil espumas, que por sierras tu rúbrica dejas, navegante con alas azules el terreno que jamás te vence, secretos...