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Árbol rojo

 













Pulcritud de espadas, late, se blande en mis ojos, mi Sol oscuro está llorando, sus ecos flamígeros, de nuestra realidad que fue posible y ella negó, se afilaba un laberinto esmeralda, todos sus vidrios crepitaron un son, un eco flamígero sonaba ahora,
era tiempo insuficiente para volver atrás,
empiezo,
de la sola ascua nacido,
rebrotado,
en miles acres,
resumo que coarto,
la vanidad
la desquicia,
el orgullo
sí supervivencia 
en escala a no ser peor
todo se plantea,
si soy perfecto para ella
y qué
si ni valoró
y si hizo incapié
sólo fue en su beneficio,
amor es llave
amor es clave
fundición de mar hembra
y mástil viril
unísono azar indeleble,
un mundo hecho,
un nervio afilado,
un vientre de espuma,
y una estaca,
virginal travesía
portón verdadero,
que descubierto rumbo,
unísono es empíreo saber,
nota vela y cartabón,
mapa pergamino
laberinto de espejos no tengo,
y que por hombre
animal aseguro mi ancla
de ella quiero 
entonar hasta el que niega a imaginar.
no hay miedo ni lugar temeroso
que mostrar.
Sólo puede quizá
encender su milenaria
semilla ancestral,
y haga rebrillar
su mineral candente
oh, laberinto esmeralda,
su placer de candileja
pesquisa
telúrica
porque ella es Tierra.
Mi Musa deidad sin rival
haya nacido.



El Inocente Förüq

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Pioneer

 

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