CRIATURAS DEL ALBA
AUTOR MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
LUGAR:
LA CAMPIÑA, MIRADOR DEL HENARES
Contenido
CRIATURAS DEL ALBA
TOMO I:
PREFACIO:
Es mi
libro con el trabajo completo de varios años, impera en él un estilo de plasmar
surrealista, de escritura automática guiada por referentes propios de absorción
y adopción mía, mediante aprendizaje por medio de la lectura, eterno buscador
de plasmar correcto, en mi búsqueda y en mi trabajo habita la concepción de lo
que me parece bello para escribir en base a eso se surten las imágenes como
abrevadero de ideas ramificadas de lo que a ella atañe.
Ya que la
poesía sin impresión de belleza poesía acaso sería. Sin creerme poseedor del
castaño de las castañas de oro mi poesía y mi obra es fruto de consecutivas
temporadas seguidas de escritura durante dieciocho años. Un abrazo y gentil
saludo autor Miguel Esteban Martínez García. La obra consta de dos tomos, dos
antologías personales, selección propia de mi poesía, recogidas en Manifiesto
flor de difunto, si el tiempo se contruye aquí hay casi dos décadas construídas
del reflejo en escritura particular.
El
castellano.
RIGE UN
SOL NEGRO:
I
Ay, flor
escarlata,
no
pienses que cantado ya voy,
son tus
padres principios,
a mí arde
que me maravilla,
sola
previsión,
como caballero
en armas nobles,
dictado,
su premura tempestuosa,
mis venas
inflaman todo Occidente,
concede
mi codicia de minero su verso,
precede
mi templanza de pastor,
su éter
sediento,
doblón y
renacido,
es mi
morir recto en aspas de molinillo,
oh,
cobarde dinero que no me reverdece,
ni calla
a este silencio me escribe.
II
Ronco
crascita mi cuervo,
herir mi
triste ojo puede,
pero
acompasa que ni gana tiene,
murmurio
de arroyo, abre sus ansias
libertad
en Sol mayor
y dulces
cancioncillas,
en
celonía perpetua,
ávidas
avecillas,
por
montes altivos,
va que
viaja mi escarpada idea,
en voz de
corderos,
y rebaños
de fieras,
mi furia
visto,
de oro
trigo y coronas de reyes
entre
magarzas,
después
de la muerte solo intuyo,
mis olas
caerán aplacadas,
a esparcir
negras simientes,
como sola
canta la penumbra,
que todo
engulle y sosiega mansa.
III
Resuena
mi señero,
como
dulce peñasco,
gime un
son cantero,
oh,
murmurio de jilguerillo,
giro, que
tañe mi Musa,
Reina en
el Olimpo,
Baco y
Venus, parecen avecillas
el negro
cisne de Apolo,
en lago
la Estrida,
abacora
mi nítida golondrina,
que va
que vuela, al anuncio,
mi amor
grande,
mi amor
severo,
Por Sol,
Luna, labrantíos, todos juntos,
vine a
sembrar mi ilusión de alma,
lúgubre
noche umbría,
avela, aguarda
mi silencio gritado,
mi ciprés
regio que vela mis muertes,
entre los
pámpanos mi señor Baco.
Förüq
castellano Miguel Esteban er-lobo bohemio a 4-03-2021
SUAVE
NUBE RÍGIDA:
Foráneas
eras propias
con
vástagos
de Ninfas
y Sátiros;
se
plantaron de peces
altos
árboles
y guiaron
profundos rebaños
en el mar
afrenta
impía de soledades,
que
duermen
y nadan
sus corzos secos
de
estirpe dorada,
carcomida,
agujereada,
de
siglos;
Azul nube
de mi vida,
abandonada
sin ojos
suyos ni míos.
Bajel de
mi custodio
incólume,
de ciprés
mi valer
mi férreo
pecho
en cobre
de mi
fugitiva entraña.
Lluvias
de esta sequía
Híadas
que mi sangre tiznan.
No me
encrespará la osadía
temprana,
aunque me enseñaran
a luchar
por lo que quiero.
Impávida
por este mar de tierra
reduciéndose
a la arena
más
pálida.
Mi Noto
impune
que
muerte no teme
conculca
mi desorden,
áspera
quebranta el pío.
El
Castellano
AFILADO
TORDO:
A ese
mirlo, mirlo único;
Córvido
negro de profundo ojo
que
picotea y escarba mi idea.
Que
crascita su estirpe,
dejadle
mi patio cada mañana
rubor de
cristalina ala,
sólo
hasta que no me queden ideas
que son
como lombrices cristalinas
nacidas
del agua de mi frente.
De esta
enjuta tierra me camina
el
alacrán.
Un campo
de sierpes y torcaces
de grises
ceños al ocaso del día
que entre
mantas y saetas
se
acuesta un sol ciego.
Audaz
mirlo que ahuyentas
mis
espadas.
Tordo
entre espinas arreboladas
haz que
se acueste mi mañana
bajo tus
alas.
No me
destrenzará la osadía
temprana,
ni el día terminará
de
llegar.
Tu
risueña pitanza en corvo pico
ultrajada;
Vine por tus voces
desenterrando
abrojos y señales
uniendo
el fin del día
con el
fin de la noche
como tú
quiero vivir,
termina
mi idea.
El
Castellano
IMPRONTA
REVERDECIDA:
Unge el
vespertino roce
de tu
ausencia habitada,
una
viperina falaz de siembra,
allá
donde el silencio transmuta
la
sosegada vida de mis falanges
rutilantes,
un alambre de búsqueda incesante,
de tus
mares de boca
mi nectar
dispuesto,
miel de
Dioses que encajan
mi
sinestesia elaborada,
más quisiera
apelar a lo innato
de mi
naturaleza,
que
llamaron pureza,
luces de
sueños rotos por enmarcar,
ahondonada
de las nuevas visiones,
tiempos
cambian,
palabras
a la fosa,
yo estoy
esperando mi panal
de
sombras de idea
sólo tu
saliva verdadera
mece mi
extasía,
por ende
seguiré encargado
de esta
acequia
dura,
absorta de entregarme
al hendir
de esta mi azada
darkness
and magic
poder del
sueño desagerado,
que nunca
he alcanzado,
mira mi
camino
soslayando
las rosas
de la aurora,
entregando
pleitesía
a tu señora
mirada,
no te
guardes
si vuelve
este mi vencejo,
afilaré
mi sombra
para
entrar en la tuya.
El
Castellano
LADO DE
MI PUENTE:
Quédase
austero
el pretil
gesto
de ávidas
secuelas,
rupturas
d'esta compuerta,
de altura
traspuesta
me
alumbra esta ausencia
habitada,
inducida,
paladeando
mi dulce yerto,
conforte
de volver a verte,
mampuesto
en febril idea;
Apacibilidad
de tu seña
y
armoniosa senda,
me
infundes arte de amarte,
hasta el
diminutivo de mi término
castillo.
Por lo
que de castro
soy castreño,
andariego,
que morir
niega,
perduradora
onda
de tu
entraña,
clamor
exaltado
en
visiones de Quimera;
que
resuene alto
bajo el
asfalto,
que vine
a tejerme exhausto
torres
con callejas
me
nacieron,
en amores
del dulce
amargo hiel,
fuente
fría y negra
de vivos
troncos,
sentenciados;
sed como
viva esta empresa
de
brasas,
amargas
piedras
del
lenguaje,
hondo
tallo
pronunciado
sin base
ni
escueta prenda,
Luna no
te nombro
porque
mañana cuarto mengüante
entro en
rito,
confunde
mi luz
tu
hermosura
en voz y
gesto
abismo
pedercioso
preñado
de paz,
sosiego
de mi armadura serena.
Mieses
que arrullan
colmenas
de nidos
de cobres
nativos.
El
Castellano
ZANJA DE
CARRIL:
Marzo que
abrilea
y abril
marcea, al dueto
de la sed
universal
de su
helor que duerme
en
heladas;
Ando que
me encuentro
perdío en
un Sol
de agosto
que espera
a su
esposa
en cuarto
menguante.
Yo
seguiré buscando
el
almendro de las almendras
de oro,
mientras de mi empeño
socavaré
a mi tardío
Castellano
y su Leannán Sídhe
de su
madre conciencia.
Avanzaré
su cerca sin permiso
a poner
nuevo estandarte
y
despertar
al Miguel
Esteban
que no
nació todavía.
Guardarme
el vilo
porque yo
no estoy despierto.
Volveré
con mis principios numerados.
Si
quieres más de ellos,
dí
consumido,
en zona
yerta y su tierra
viva-muerta.
Donde
desterré a mis abrojos,
y enterré
mis escritos
con pauta
alimenticia
por si
despertaran
subsisten
estando
nacidos
del miedo
como yo
estoy hecho de miedo.
El
Castellano
PRISMAS
EN CALEIDOSCOPIO:
Oscuros,
negros, tibios
lirios en
sangre de brea;
Acolchadas
desquicias
en
híbridas campanas azules
de los
ángeles, yendo en borde,
siguiendo
círculos,
moviendo
espirales,
Vientos
noruegos me llevan
sin
patria, vencida por mitología.
Quicios
de lúgubre destelléo
en oscuro
límite tétrico
y sus
mansedades caminan,
hacen
nido sedoso
en
moreras del sueño;
Vida
través de una vida
dentro
los hoyos del Sol
que
sudan, sus notas de uvas.
Visitaré
a Cernunnos
en el
seno del bosque,
hablaré
del cuerno roto
y su
sangre que brama
flores de
helechos.
Quién
sembrará mi campiña;
estirados
mis soliviares
entre
azares que suerte corre.
Traspuesto
al mantillo
y su
compostaje silvestre
que solo
se mantiene;
Verano
que socava dormido
para
sepultar los cardos
que
tierra come
y
levantar la estación
de los
difuntos con hojas caídas.
Otoño sus
fríos que me despiertan,
terminando
de vivir el ocre
y su
yerma plácida
de
tierras sin brotes
en
ventura de savia fría.
El
Castellano
JURISCONSULTO
DE SOMBRA:
Este mi
humilde canto,
pedernoso,
que blande,
que
pregona compás en arraigo.
Quimera a
tiempos
en puñal
pretencioso
de
espigas de idea.
Patria
por siempre sin sentar;
Fugitivo
sin amores,
surcos de
fugaz simiente.
II
Docto de
tu dulce vientre
tras
fuego de ababol,
entre
tierras de tus reflejas piernas.
Sed de mi
sangre,
renacer
acompañante,
aljibe
sin fondo a florecer tu entraña.
Amor de
pecho a espada
blancos
que el ser crestéa,
jurisconsulto
de este ser de espuela.
III
Redentora
hoz de labriego
soñador,
en soto de silvestre rambla,
febriles
rejas de esparto.
Pinos que
caracolean
el camino
de este fruto de ensueño,
antes que
morir sin amapola de fuego.
Creo,
nazco y completo
una flor
de la misma sombra
que trajo
en fruto de la primera mujer Eva.
El
Castellano
FLOR DE SOMBRA:
Impetuoso
campo de mi celaje,
allende
mis altas torres de belleza;
Inmobles
rastros en piedra tumbados,
estos
barbechos que me piensan;
Por
almenas seculares,
remembranza
en bastión,
de
andariegos siglos,
me
enhenchizan flores de sangre,
perduradora
loma desgañitada;
Tráfago
en mimbre cabalgo,
recama tu
alma
como una
losa sin frente,
ni gemelo
tiznado,
por tener
ajuar astro renombrado,
alzo mi
quieta dicha
entre
gentíos de mi oeste,
desvencijada
suerte,
por
azares de plomo y zinc,
fúlgidas
cabelleras
norteñas
en crestas
sin linde
mutable,
acababa
de irme
y no soy
adorable,
es una
fosa de recuerdos
ahogados
en silencio,
vagaroso
desdén
que me
enjalbega
en
cuerpo,
mi luna
fija, vaporosa,
luz en
libertad de mi regazo,
abismo
cercenado,
de cálido
espanto;
sosiego,
quietud del bastardo,
regio
Lugh meditando.
Sin mis
vencejos
no brota
esta fuente,
naturaleza
cuando amarte
se vuelve
arte.
El
Castellano
VIDA DE
LA VIDA BAJO TIERRA:
Tornadizo
quebrar de la simiente
acaso el
ojo de tierra no viese,
clepsidra
en goteo,
del
Nitrato de Chile
En este
mes de la parra
y de la
zarzamora,
sulfatos
de cobre anidan
su
violáceo vientre
que
respira;
vida de
la vida enhiesta,
mantillo
sin raíz oscura,
viril
anélido sin carcasa,
fértil
embrujo de larva
y su
hechizo que metamorféa,
sin aroma
no preguntes más,
liras
blanden su chirrío estacional,
que
avasalla sin hacerse espíritu,
tojo
clavado al viento;
Castilla
tú lloras
dehesa
sin letanas espinas,
de
lanzas,
lo que
vence mi inmortal yaga,
enjalma
mi verde intelecto,
orvallo
de mi rivera,
viaja mi
idea,
callendo
el Sol arriba,
desde lo
alto,
un largo
recodo sin franca,
vega
compadecida,
que riega
ésta enjuta,
en cal y
cantos despierta
de su
arcilla dolida,
Diosa
zurda tu nombre caminas
más por
donde el arriano
plañía, y
plañía, plañía,
su seco
llanto de corazón
esquilmado.
El
Castellano
OLMO DE
IMPÍA MANO PLANTADO:
Exiguo
campo de fatal avidez
y musas
en bronce celadas,
sosiego
calcula lo venidero
por
dorados techos vencido,
por
cuanto Parca ha conocido,
cuadriga
del mañana
y sus
cien rebaños
del afán
que se lleva dentro,
grey de
sombras en silencio,
triste,
densa tensión escucha,
del
funesto día , huésped
en la
negra noche profanado,
afrenta
de sus campos,
señero
inmóvil,
que
escucha a las víboras
sonando,
guardando
al
inofensivo lince asustado.
Vernal
lozanía
sacude su
rostro de luna,
entre
sombras huidizas
y
destellos planos,
en seno
de esta avara tierra,
se
despliegan las rosas
del rosal
ya florecido,
su fugaz
hermosura,
chopo
gris y opulento pino
musitan
la acogedora sombra,
suerte en
urna del destino
que
embarca o hunde en el abismo.
Viaja el
corzo mi idea,
entre
flores que Primavera exime,
verde
flor aún en capullo
soterró
el otoño
y los
fríos vernales,
alza un
lustre caduco
al servil
gozo de su tierra.
El
Castellano
JURISPRUDENCIA
DEL BESO:
Vanos
sentidos
temblando
la noche tenue
cosida de
luces efímeras,
lecho
partido
mitad
oscuro mitad luz.
Luna que
descubre y muda,
sobre la
soga que retuerce
el olmo
frío y duro
un
invierno trasnochado
que huyo
y huyo
buscando tenor de ventana,
fría
endeble quizás áspera
como la
hoja.
Vinieras
y te quedaras
como la
suave caricia de primavera,
mar de
tierra que estira y no duela,
otro
camino se afila
sin
desvanecer;
piedra
cerrada que te alcancé a ver,
cristal
de metal, perpetua, fugitiva
destino
precoz te alumbraba,
como
eras,
pluma de
tierra,
sonrojada
vida a mi vera,
planteada
osadía de quimera,
vorágine
encendida
mi esfera
prendida,
ascua por
el Sol que espera.
Diosa, mi
ciudad ardiendo
en el
sueño de mi paraíso ciego.
Plaza en
la historia del corazón.
Sombra de
mi destino prometido,
serpear
incesante por tu imagen
no
preguntes a mi espejo,
ni al
viento sesgado
soy
etéreo como sombra de ciprés
un día
nublado.
Espectro
del vivo silencio
encarnado,
palabra
sin precipicio
ni soga
que levanta,
moneda de
tres caras,
espina en
la rosa de tu tierna cara.
El
Castellano
LARES DE
EQUILIBRIO PERFECTO:
Coso mi
atelier simétrico,
nacido
entre ocasos vespertinos,
sí esos
cuando la flor camina
con
nombre de mujer.
Vidas en
haz purpúreo
al
argénteo astro;
invisibles
senderos
sin
sombra ni difusos lares
donde los
afluentes
confrontan
en tu ser,
sin brío
no hay pureza,
sin
pureza no hay sangre,
y qué yo
no te daría,
acaso el
silencio no fue esculpido,
por
impulso del error,
raciones
de arvejas consumidas,
por
llamas de lúgubre hendidura,
Dioses
míos yo cómo era,
bueno no
me acuerdo,
seguiré
con mi venda
hasta que
ella me la destape,
secuéstrame
en tus dignas alas
que yo
vigilo
como
vigía de nuestro sentir,
custodio
d'este sin vivir sin tu ser,
no hay
luto de espadas
que no se
afilen solas.
sin
sueños no soy hombre,
ya lo
dijo alguien,
fusión
del frenesí
hablando
con su infinito a solas,
como
cuando se siente amor
en la
vida,
sólo una
vez y perdura
como la
letanía
de
escarcha derretida,
yo no
estoy despierto
he venido
a asesinar al tiempo,
y que se
cobren con él mis deudas,
sigilosas,
etéreas,
hasta
arrebatar su azada traspuesta.
Así mis
esferas sean siempre verdiazules,
como la
verde espiga el agua
que la
vuelve pasto.
El
castellano
ECO DE
AYER VESTIDO:
Honrada
tibia luz caída,
pasaba y
me ungía este sol puesto
una
mañana amarilla, vestida de invierno
y su frío
azul, encendía mi cigarro
y un humo
y un eco envolvía
un hueco
que dejo abisal la última helada,
carretas
deslizaban las nubes
abriendo
el vientre helado del cielo
este Sol
tímido de invierno
parecía
asustado sin ocaso
ni
pájaros fantasmales
que le
hicieran nido.
Me
cobijaba la sombra de un ciprés enhiesto,
abría las
puertas de gramas voraces,
lirios
negros franqueaban mi verja
de
pensamientos que se amontonaban
en la
puerta, rezaba a mi Sol
que no me
hundiese la primavera
como si
él eligiese esta sequía
que la
tierra llora y quiebra sus entrañas
vestidas,
el viento era más fuerte que yo,
llevando
y sujetando el iris de nuevo tierzo,
crascitaba
por ramaje de mi muerto brevemente nogal
de sombra
densa cobijando tenebrios,
bajo sus
hojas caídas.
Portón de
tiniebla, el paso de su oscura raíz,
despertando
el devenir
rompiendo
el nicho de la primavera futura.
El
Castellano
CALLAR
DEL ASCUA:
Este
bregar me cubre,
del que
vengo,
un sol de
esparto,
un
ocurrir del que venga mañana,
nubes
acolchadas me aguardan,
por
febriles heladas,
horizontes
sin guardas,
ni
francas tapias
deshacerse
puede,
era una
luna de trapo,
que
espolvoreaba la tierra,
su
belleza se acostaba
en dunas
de plata
mientras
su alta ojera desplomaba,
su
insomnio de infancia miro
y dime,
por mi
desnuda imagen
que yo
cerraba mis ojos
se
acostaba a plañir,
tu
transparencia me clavas
como
ferviente yunque helado,
las
espuelas tuyas corren sin caballo,
intranquilos
ceños
me
conducen por muros
y celdas
de sosiego.
Cuándo
venceré en este diáfano cuarto,
donde las
sombras caminan,
y las
voces en letra difuminan,
esbozos
en coro de grillos,
en este
lecho,
mi nicho
donde me acuesto.
Confín de
vagorosa imagen
que
despierto,
cada vez
débil,
cada vez
más encerrado,
surtidor
de fantasmas
que
arregazan era mi dolor,
esperando
para brindar con el enemigo,
humo
oxidado sin ojos que duelen.
golondrinas
dulces balancéan mi día,
día entre
sotos sin perdices
caminando
mi patio;
fabricándose
en él escarchas azules
con todos
los rostros de diciembre.
llave
fue, cincel encadenado,
lenguaje
del ser claveteado
en
recuerdos vanos,
polvo de
poema parlotea
y dirige
a callar hogueras,
fuerte
raíz es palabra,
un calor
retumba,
sobre
márgenes de ríos sanguíneos,
reposa
sobre la música su alba,
ventiscas
que trae la noche,
alejando,
alejando los sueños;
despertando
el pasado,
abriendo
luces en osadía
a quebrar
el tiempo.
El
Castellano
BLANQUEAN
SUS ASCUAS:
He
cosido, dibujado tu sonrisa
con
tempetuoso órgano
al clarín
violaceo de mis dedos,
avanzo
senda con el fervor de mi Sol
dormido o
estudiado alzo brillos a su dolor,
intransigentes
palabras al silencio
que fue
parco sin eco
sobre la
sierra febriles dientes de siega,
me dijo
su olvido que él no espera
a lo que
abrirá mañana.
Ferviente
luna sola abre su alta ojera
por
cuantos la conocemos sin verla;
así su
fondo sin sombras densas,
ni su
acuartelada estela.
Mansamente
cruzarte será verte
luz
uniendo mis sueños de acariciarte,
condicional
de reloj de tiempo disuelto,
leve
planta criatura azarosa,
de
translúcido amor en tu cintura
descorchado,
fujitiva
alegría anidada,
el
desertar de mi sangre fue llamado,
a
realizarse en clepsidra de vida,
huyeron
mis borbotones a otro cauce,
otras
venas y arterias que te riegan,
juego
como animal entre tus riveras,
piedra
sin ajibe ni ortigas de auroras,
invierno
de transeúnte helado
abrazas
mi ascua de nicho,
al abrir
de la flor que espera,
segunda
tu avenida sin corceles de viento,
ni
rizadas venturas afilabas mi carcoma,
oscuridad
vencida alegre,
afinaba
mi acordeón de quimera,
un
transcurrir frío sin secuelas de difuntos,
deslomarse
pulcro, entre la grama
de un
recién abierto invierno.
Entonaba
un grillo
un
chirrío de soneto,
miraba mi
estrofa ausente
blanqueándose
entre hormigones
de leche,
siendo mi
vida más
que un
simple paso a la muerte.
El
Castellano
LAS NUEVE:
Los
verdes eran azules,
amor como
rocío en la mañana,
viento de
cantar
entre tu
ciprés secuaz,
despertaba
la flor hermanada
con el
idioma de la mañana,
viento
entre mieses más altas,
era yo
entendiendo
el idioma
de tus pájaros dormidos
situado
entre rejas de gramas,
y
tréboles carceleros.
Todo
despierto, rigurosa plenitud,
depuesta
el alba
y sus
rigurosos peinados de luces,
eran las
nueve en el patio
de mi
amada llena,
su sauce
brilló y vibró
sus
cuchillitos de hojas
con
cuantos años dispuesto a andar,
calles
con callejas me llevan
a su mar.
Donde
intranquilo se acuesta mi Sol,
cantada
abrazó la flor
al viento
que pasa y no mira,
que
arropa y no descubre,
canciones
que bailan su mañana,
por
pájaros azares que la vida trae
y en su
patio encuentran.
El
Castellano
A UNA
ROSA DEL TIEMPO:
Verde
rosa proscrita
abre del
tiempo verdades
que
inflaman la oscura noche,
al
flamear del angosto
su espina
cierne,
hojas del
tiempo se cierran
rizando,
caracoleando
una
espiral malva,
vetustos
testigos
estambres
del fuego
y de las
sombras nacidos,
osadía
violeta
entre
raíces de siglos,
ascua que
arde deseos,
crepitan
pétalos
encajados,
una realidad
sin techo
dorado
firmamento
anudado
por
cuanto ha conocido,
no llegó
su marchitar de brea,
guiños al
viento descubre,
mira y se
sonrie,
en aquel
diáfano cuarto
de
estrellas sin encarnar.
Claro
oscuro de su prendida suerte,
alumbraba
lo inerte,
entrometiéndose
por rejas
de
momentos tenues,
sotos sin
hueso regentaba,
vagos
lindes sin estatua,
ni otras
flores
que su
belleza empañaran,
soledad
perpleja del devenir,
aguzada
torpe sin rostro
ni desdén
devorado,
clama
silbidos
que
colman de noches
y sus
vestigios,
abriendo
estelas
tejiendo
sus casitas
de arañas
que flotaban
como
lunas tendidas
del techo
de su caverna flor.
Desnudando
tristezas
llamando
al oro
del alba
y su
recto oásis de Sol.
El
Castellano
MARIPOSAS
EN CARRIL:
Compases
labrados
de un
tiempo expirado,
soslayado
ademanes
de que el amor existe
y corre
los parajes
de tu
sembrada piel,
resguardos
oníricos
de lo que
llegó a ser,
como
noche
que
aguarda el resplandecer.
Siempre
nos deseamos
como
abejorrito a la flor,
como
piedra a la montaña
y agua de
cascada a la pendiente
eso es
amarte ferviente,
como agua
de marzo
abre la
primavera,
quiero
estar a tu vera entera,
y ser
espectro de primera,
no será
eterno mi mármol
pero te
alzo un beso
como
cántaro,
vales
mucho corazón
y por si
no lo sabes eres sentir
como rayo
que
tornasola mi corazón,
te
descubrí nos descubrimos
y nada
quebrará el designio
que
Dioses aguardan
mi
princesa del lago
de mi
ilusión
mi
Araucana de emoción,
no
partiremos sin ir de la mano,
en
alabanza canta un cuclillo,
dejando
canten todos los grillos.
¿Cómo
encadenar la luz?
y atar
las mariposas,
¿Cómo
escribir sin fijar horizontes?
y anudar
plomos sin fundir a ideas fugaces,
cómo
conocerte y no besarte,
te
entiendo y a la vez te siento,
sin
semáforos y alquitranes,
sin
hormigones de leche,
puliendo
el blanquecer de mis ilusiones
que te
prometen,
distancia
quejumbrosa
entre
alas que sostienen
que en
tus ojos soy bruma que florece.
Y mayo
que reverdece,
contigo
soy lo que quiero ser,
mordiendo
la solitud
que
desvanece,
entre
corajes nacientes
y soles
pudientes.
Quiero tu
dicha eternamente,
siendo el
lado de mi suerte.
El
Castellano
SONETO
APTO:
CRUEZA
SEMBRADA:
Amándote
ferviente, nueza llama,
presa
amapola en sangre se quedó,
sonriente
aurora, veza la heredó,
tu
corazón alqueza, fuerte se ama.
Renuevo
esta mi sangre, pa' ser rama;
Veraz la
rosa, amor siempre alegó.
Al
latido, su beso le ofreció,
la flor
abierta en agua se proclama.
El
estambre, súplica nocturnina,
piel
acaricia , ya brindó mordaga,
su
gineceo blanco, sanjuanina.
Óvulo y
ataraxia, adreza aciaga,
tierra,
anclada la doña saturnina;
Germina
fértil vientre, enhiesta briaga.
El
Castellano
NOS
QUEREMOS:
Se
querían dos sombras
como
evanescer líquido
de rocío
por savia y tierra
rejuvenecer,
como
flores a la alta espina
de
proteger,
belleza
oxidada,
ellas dos
sombras
con
camino de piel,
abriendo
de la noche
gema
profunda de lenguas azules,
era un
camino el alba
por
descender,
ellas luz
querían ser,
vestidas
de ásperas ondas
impalpables,
seguras
sin obstaculo
eternas,
crispaban
el tiempo
y se
querían sin envejecer,
fría segura
que su alma se iba,
suya,
cristal vaporoso
de
amarillo viejo,
su
entrecejo deseoso,
querían
entre noches
de gatos
fugaces
por
tejados colindantes
que
anudaban rayos de luna,
su
tristeza era pura
se
anidaba en sus cabellos,
seca,
entre sus cuerpos etéreos
la
ausencia hacía verdad de idea
trasnochada,
su
soledad muerta
de
insectos ranqueosos,
asida de
purpúrea pluma
y lunas
enajenadas
con
cristales lucientes
en navíos
de tinta,
perpétua
osadía
de ser
luz,
como
silencio
de Dioses
relumbrados,
y su oro
vegetal,
como
ásperas rocas
destacadas
cerradas
al molino
de noche,
se
querían dos sombras
inertes
pero
vivas al ralentí
y
carrusel de estrellas
pudorosas
y ponientes,
su
quietud sin color,
su amor
por unirse
como dos
gotas al helor.
El Castellano
BRUMA DE
OTOÑO:
Afinaré
mi melodía
para
sordos,
desmenuzaré
la luz
que
brilla y alumbra
a oscuras
de la
razón más plena,
entre
sílabas
de la
palabra meseta,
abriré el
son
de
grillos tartamudos
y erizos
de idea;
Me
guardarán el vilo
transeúntes
de crispadas
espumas
de luna,
entre
corceles ciegos de viento
encenderé,
viajará
mi verso.
Avivaré
aspas
de
molinos precoces,
mi sol
dormirá
un
cuclillo despertará,
tiempo
entre escalas azules,
y espadas
florecientes
navegaré
hasta mi suerte.
Por
soliviares vetusto
y sus
flores de cardo,
soñaré el
recodo
y sus
ramblas de ensueño,
me
enraizará el hinojo
mi
sendero esquivo
hasta que
se vista de endrino,
negra
torcaz aletea
hasta
posarse en mi cuerda,
caracolea
el romero
mi destino,
surco
ahondo
de vid y
centeno,
de trigo
trillado
en
colapso de sienes amarillas,
monte
olvido
de mi
recuerdo,
fugaz
entre estambres plomizos.
Aletargo
maestro
de
cuchillas calizas
hueso de
cal y canto,
corre la
sombra
de mi
zozobra;
Por
cuanto yo he conocido,
quizás
más
que un
almendro seco,
cuervos
fugitivos crascitan
el
reverdecer de la encina,
picotea
mi cabeza
un pájaro
de hondo trino,
hoguera
de desquicia hiende mi ser,
por
barrotes de esparto
esperando
que llueva del cielo
como
antaño,
profuso
soliviaré
este
diente de espina
buscando
rocío
anudado
en flor.
El
Castellano
CAMPOS Y
EMOCIONES:
Guadalajara
te recoges
en la
loma despeñada;
cumbre de
valles dormidos
y
turbiales del Henares,
agitas
ninfas en sus aguas,
al hervir
de álamos viejos
arribas calles
entre mocedades,
tus
retamas de parajes
arden.
Eclipsando
antaños
de la
perdiz sujeta,
surcos de
aras tus uñas hacen;
vestigios
de que el poder pudo,
caminas
descalza los años fugaces.
Niebla
asciende tus iglesias,
reposa y
tus gentes
la
despiertan,
al otoño
que no quiso venir
te hablo
como un hijo a su madre.
Cúantos
siglos quieren
tus
adoquines terrenos,
asidos de
hoz
y colmena
de tus abejas,
un
descender de la vida
entre
corajes de encinas
y oscuros
soles
que abren
de tus parques las fuentes.
cuanto yo
he conocido
de ti, es
poco.
como
infante en tus nidos de tordos,
no te
quedaste en los hoyos .
Cimientos
te desnacen la entraña
del ayer
carpetano,
por
cuantos siglos de comulgaron,
hija y
madre alcarria,
entre
mansedades de hermanos,
sabor de chopo
inusitado,
helor del
antaño,
resplandor
de verde militar de ciprés;
olmo sin
fondo ni tajo,
córvido
nogal de tus insepulcras raíces.
Miré hoy
mi espejo en ti abandonado,
y no
quiero desenraizarme
de tu
pálida tierra,
por
cuantos te conocemos y te conocerán,
fiel
canasta que nadie llevará,
tu
sonrisa jamás apagada.
Al tiempo
que abrirá.
Al tiempo
que abrirá.
Tus
labios que juegan y se tienden,
hermanos
de mi trilla,
hermanos
de mi arado,
labios
visitando acres de blanca tierra,
por
callejas y cuestas de dulce idea,
levantas
tu dorado cuerpo
de mujer
esculpida,
por
cuantas piedras te tejieron
en
armonía quiero susurrar a tu belleza innata,
que juega
y ríe descansada
en la
música de tus álamos.
Ríes
trayendo tu canasto de mieles alcarreñas,
juegas
con quienes hemos depositado en ti confianza
de vivir
en el sosiego de tus senos
que
guardan los siglos
que lleva
tu entraña erigida.
Mirlos
enredan en tus cabellos
sosiegos
mañaneros
por
cuantos te conocemos
localidad
de luz,
que abre
su remanso
al
Henares y sus espumas,
creación
no creada,
nacida
por cuantos te conocemos.
Cuartelillo
de tus fervientes chopos,
riges tu
guarda en tus lanzas de cipreses,
abriendo
tus campos al cernícalo señor,
y a los
estíos chirriados
que el
alma te acogen
¡Oh
Guadalajara!
El
Castellano
ESCARCHA
SOMETE:
Avanzas
el campo
de mi
irrigada sien,
cara por
cara,
ojo por
ojo de este abrojo;
Destino
ciego de mi celaje,
bronco
mar de trasiego
al
broncinéo lar
encorajinado,
nacido
de un
pelo de un pelo,
rescoldo
socavado
un acre
sin pestaña hiriente,
vistas
tras los espejos
para ser
libre,
y
enraízar este Sol ferro
que
rehuye, desnuda las nubes.
Es un
viento solar que me encara,
y afila
mis fauces
que
desencajan el tiempo
que ya
marchó.
Pude
venir a vivir
en la ola
de luz serena,
el
relámpago me alzó en compasión.
Pude
renacer
pero no
soy adorable,
desde
estos acres
traigo
la flor
de difunto
insoslayada,
sembrado
el tiento
queda
resurgir del azabache,
y bailar
sones de grillos
con sus
raíces del mañana.
El
Castellano
URDIMBRE PRENDIDA:
Desempeño,
tejer la letra
infinito
parco de estrella,
desmenuzar
lo efímero
donde
plañe la belleza,
capturar
gotas de lluvia
en
estambres que acrisolan versos
de madre
flor poema,
avivar su
ascua eterna
de
silencio acristalado,
hacer lo
diminuto gigante,
y lo
gigante magia de ensueño,
abrir
fauces de la fiera
y ver qué
espera,
bailar en
el seno de un arco-iris
despertar
quimeras sigilosas
en cumbre
saciada,
encontrar
cadencia anhelada
bañándose
en mis recuerdos
como pez
iridiscente en llamas,
ver la
espuma de la letra
y
acompasarla,
abrir el
pozo de ilusiones,
desnudar
el azabache
que llora
la ausencia habitada,
por mil
dragones de cien fuegos,
hablar y
destrenzar el idioma
del
silencio malva.
Rejuvenecer
la letanía
entenderme
con mis Dioses,
encontrar
la certeza dibujada
que puede
ser mejor,
afilar
hierros de espadas de vocabulario,
dibujar
ocasos venideros;
Sumergirme
en la oscuridad
y
volverte a soñar,
nueve
cosas dejo en mi tintero,
todo lo
que espero,
lo que
nunca escribí.
Si
supiera hacerlo no escribiría
lo que
siento,
yo sólo
pinto lo que no ven mis ojos
aljibes
soterrados de mi calavera,
caracol
es este talento
unas
veces llamado tiento,
el mundo
reposa en mi libreta
yo soy su
dueño,
papeles
testimonios en blanco
de lo que
es para mí escribir,
ese
idioma de los Dioses
danza de
ninfas y sátiros
que abren
su caudal de tinta.
Con besos
de rocío.
El
Castellano
DESTELLEO
DE ESTAMBRES:
Eran de
noches eclipsadas
un fértil
embrujo de sangre,
en los
jardines que el aura gasta,
y sus notas
de clarines reverdecidos,
un poema
me alzaba la dicha,
entre
gatos relamiéndose el hocico,
se
construían torres al clamor
y su
trasiego azulado,
serenidad
en rostro de mi aljibe
preñado,
sueños y vicisitudes alumbraba,
escalinatas
al sosiego mañanero
que todo
avanza.
Incolume
, ferviente desdén
estre
flores granates de sangre,
era mi
sueño cojo abajo los años
que
sembraban patios sin flores
sólo de
versos, al menos eso.
Un beso
sin mares de boca,
una
caricicia sin pieles erizadas,
una
escala al infinito horizonte
sólo para
observar quieta mi desquicia,
como
espina que sin rosa no se afila.
Fulgores
efímeros, inusitados,
en
superficies de charcos migratorios,
era feliz
mi tordo rutilante
de mi
jardín, en el que lo pequeño
es
jactancioso y todo rige la ley suprema
de la
belleza desnuda,
con tez
de arcilla dolida.
El
Castellano
CUERVO DE
IDEA:
Crispa su
metal
como
fuente soslayada
del azar
que vuela y corre
destellando.
Estridencia
recta, dorada al gemido
en hoz de
guadaña,
es una
espera mi fiel apostado mañana,
cumbre
sin rizos de alba.
Yerma,
plácida, insostenida,
mutable
de verde caduco
al sostén
que su pecho hiende,
erizos de
senil ascua.
Dioses
anclados al servil gozo,
consumado,
me alzo que levanto,
negras
tardes de las tierras,
salvaje
canto en abismo prendido, soterrado.
Ara en
fulgor de combate
con mi
serio descampado,
rige y
exige la semilla al Diablo.
Fiera de
las fieras,
compostura
que sueña la guerra,
fanales
hogueras en colmenas y sus gentes.
Oscura
esta noche
de
oscuridad y umbría niebla
que
cuelga la luz.
Miro la
sombra, me desliza su estampa,
ondas
tenues en acristalada sien,
lima
ideas a la fugaz, encarnada siega.
El
Castellano
VENA DEL
CIELO:
Solitario
rayo
luz me
arde ahora
en el
mirar ciego del sueño
sin miedo
sin embargo
saboreo
el viento,
los
cielos me poseen
de nuevo
sobre los años
que ellos
son,
algo
llega a la rosacruz
de ayer
y sus
nueve caídas
de sus
ángeles despiertos
en tu
sueño me ves invernando
dorando
mis pelos de murciélago
bailo el
colchón de nubes
que
sostiene esta mi noche
para
desaparecer llorada la tierna cara
saboreando
una sombra más
que me
vuelve
imperceptible
muerto
sabor
de
obscuridad sin faros ni luces
ni
fusiles que matan hermanos
de su
tierra y sangre
crecieron
los caminos
y el rojo
fuego versado
brotó en
flor de amapola venidera,
dime qué
debo hacer
¿Algo
erróneo?
No puedo
volver atrás
se
sostiene aparte
la fuerza
que nadie alcanzará
nada por
cambiar
todo está
hecho
algo que
asalta aparte
puedo
volver y empezar de nuevo
sin mí, sin
vida, sin cuerpo
sin lo
que me ata a éste mundo
mañana
veo el futuro
la
destrucción del pasado
quedará
atrás.
Corpus,
anima, crescens
sol
refulsit,
lux
et patientiam meam scientiam
florum, est vita
nosotros
no somos lo mismo
la bondad
sangra las venas
gustos,
deseos, vencer,
arder sin
perder aposta la partida
esa que
las hiladoras tejen
momento
del momento
nacido
absorbiendo el hilo del tiempo
las
piedras lloran flores
el final
es volver a empezar
viendo y
amando
el ancla
errada de mi lugar,
continúo
al cuervo
que me
vuelve más fuerte
ave más
inteligente de la faz
poder de
la misma
energía
en
tormenta de conciencia
siendo
ese rayo solitario
que
partió todo inepto,
inconsciente
tormento.
El
Castellano
ACRISOLADA
IDEA:
Acristaladas,
relumbradas fuentes
patios de
ideas remitentes,
soles
pudientes entre espadas fulgentes,
narcisos
dementes, encorajinados tapices,
malvas
del sueño vespertino, precoz,
carruajes
de sienes nacientes,
ilusa
suerte en colchones de nubes,
quebrarse
quiere al inusitado compás;
Mañana
abrirá la nada,
hondos
cobijos del ayer,
no puedo
dejar atrás,
llueven
ayeres en gotas,
hematite
del fabricado mañana,
solaz
escarcha que me acostumbra,
por nidos
de grama y sus testigos;
entre
cuchillos de silex avanzo,
dejando generación
seca
del
brillo crispado.
Octubres
secuestrados en su halo,
gritando
el sueño de los noviembre
entre
fríos feroces.
El azul
musitaba entre los árboles,
grité no
morir aquel día,
ser
relámpago de la brisa,
en esta
tierra sin nosotros
traigo el
ababol de un otoño que juega
y rehúye
los párpados,
como
hojas secas prevalecen
el huir
de los pájaros.
Destino
me alumbre allá
donde los
peces se anidan
en los
árboles de atardeceres,
joviales
como joven vientre de espumas,
el tiempo
acaso no partiese,
cansado
de ser siempre el mismo,
hogueras
atrás yo no estoy despierto,
calzo mis
campos
en
enredaderas de sones perpetuos.
y
afiladas vides de Dionisio.
fenezco
como fenece por los siglos
el
almendro.
El
Castellano
ONDA
PERPLEJA:
Luz
cautiva, ardua, ofrecida,
el viento
me ha dicho,
de su
furtiva llama
que él no
traslada,
abrí la
pupila de la noche,
me vieron
cinceles
sonámbulos,
pinceles
sedientos soñaban
un ocaso
perdido,
espigas
blandiendo tiempos
caducos
entre retozos
de
jóvenes margales,
sin
aroma,
el celo
del paso del río
cuenta de
enredaderas
y sauces
cabizbajos,
entre
álamos abre sendero
el cuerpo
que no se vence,
acristaladas
ideas
de
renombrada senda
por
membrillos
y nogales
tartamudos,
era
tiempo de trepar el tejado
con gatos
fugaces y lunas sin sábanas,
ferviente
suerte entre barrotes
que me
alejaban de la ciudad
crispada,
humeante, entre gravas
y
alquitrán florido de edificios,
huir no
es opción
pero sí
solución.
Hondo
reflejo el curso del latido
que
amilana a dos voces,
el
presente huído del precipicio,
era una
ventana
y una
nueva esperanza,
zanjas de
carriles
sueño que
aquellos pinceles
me
pintaron el sueño,
y seguí
de aquella luz su reguero
disperso,
etéreo.
Hasta
vivir en la sílaba.
El
Castellano
RIERA
DESLIZADA:
Hundido
por juncias,
despertando
caléndulas,
someras,
solariegas,
era otro
lado donde estaba
hablando,
entablando con Ostara;
la tierra
que no era pobre
su rigor
contestaba,
prado que
desciende
juntando
un barbecho dolido,
conquistado,
marjal de
claras hierbas
flaco
acre dispersaba,
bancal de
cizaña primaveral,
sutil
caricia rizada en patitas de abeja,
parte de
mi casa soterraba la desquicia
de un
frío traído, heladas patriarcales
por
aullidos de viento voraces,
como un
rosario deslizado
con
aflicción por la tierra,
un
silbido del patio oscuro
como
lamento sin lluvias socavado,
semillas
brotar escabullen, pregunto
vive mi
lluvia soñando
vivir
deslizándose por la pila sacra
de tus
pechos tersos de vientre de seda
y espuma,
angelical rostro
llamando
florecer colores dispersos,
vieja
cueva cantando oscuridad,
como
tránsito al amor por tu viña,
cantar de
mirada extranjera,
hasta
hacer la tierra nuestra.
Impetuosamente
soy varón
y no dejo
guerras personales para mañana,
ni ganar
a puños pequeños,
de
opiniones sin cuarteles,
firme
elaboro mi respuesta blandida,
vieja, en
savia bruta elaborada
necesito
mi vera con sangre,
necesito
mi vera acompasada
por tu
soplo de mujer labrada,
querida
dama elisalle amada.
Mi
destino como árbol desgastado
de honda
sien y senderos de carcoma
apuntalaba
mi perpetuo mañana,
acicalando
sus ruinas
para
elevar su sabor de antaño.
El
Castellano
INVERNANDO:
Camino la
sierra
y
labriego empedernido,
afilan
cintas de esparto
y jocosos
pinos bordean el monte,
era ella
caminaba siendo mujer de húmedas hojas
y gramas
recién nacidas
anudadas
a la cintura,
era
tiempo suficiente
para el
recodo de un fondo fantasmal,
estallaba
el acre que pisaba
palmo a
trecho,
ribazos
se despertaban sin alba
dejé un
lugar ramificado,
más allá
de juncos
y fardos
de nueva cosecha,
sin ir
más lejos
abría la
tierra vieja invernando
su
ombligo de invierno
la
carrasca de hoja inmoble afinaba
sus
dientes de hojas
que el
viento pasa y respira.
Campo
lejano por cualquier parte
sentir
que dejaría plisado
por
encontrarse con tus ojos,
pecho de
paja nueva silo dormido
de hondo
surco y barrizal,
oscilando
el filamento de un severo cardo,
entre
caracoles mutantes, judíos blancos,
dejé mi
traje a reverdecer ortigas y orugas seculares.
entre la
jóven hierba y el rojo trébol
del
sendero,
recojo mi
árbol del mañana y me marcho.
El
Castellano
RAÍZ DE
SOMBRA:
Nací
cuando se disolvió la sombra,
era un
patio de grises arañas,
con
oscuridad en cada flor de luz,
rizaba y
caracoleaba, una yedra su alba,
se
acostaba el sueño dormido,
en sus
ojeras de nácar de luna,
gritaba
la eternidad por una siembra esquiva
que abría
la espiga de versos carmín,
una
sangre de espera en ababol flameando
es un
sendero que abría el cuclillo
en su
nido de espinas,
era su
vida un soliviar
donde
soterrar su miedo a no volver, a brillar,
temblaba
mi cepa, un látigo de uva quieta,
livio,
liviano, forjado, labrado, superior
es y era
un campo de malvas de luna,
yo tengo
huerto de sombras
que
visitan soldados alados,
mis
flores de difunto,
que abren
sus soles
en
crepitar de amarillos tules,
babéa
alegre mi babosa
avanza
sin casa,
que no
sea mi tiesto,
donde
enraíza mi vida,
límpido,
es mi ávido deseo
fulgurando
un crepitar descorchado
de mi
luna de relojes,
acababa
de llegar
a la
cueva
de förüq
vampiro,
allí
donde las polillas
no tenían
ni quitina,
tejía yo
en mi tela
asida la
brepticia
del amor
a mi estirpe,
desde mi
muerta vida,
al compás
que marcó mi despedida,
puliendo
este hueso
que me
habita el corazón.
El
Castellano
OSADÍA
TEMPRANA:
Cuando te
amo
mi mente
se hace libre
invade
una amalgama
de
colores jactanciales,
abandono
mi sombra
para
saber quien ser,
un
colapso de ideas me conforma
para
encontrar beso y abrazo
sin
despedida,
lo común
se hace efímero,
y magia
del segundo
traspuesto
entre la
calma de la vid
y el
chopo que dora el otoño,
cuando yo
te amo umbrales abren
dejando
mi luz intensa,
no porque
lo diga yo
es que yo
te amo,
no porque
lo digan mis abrojos
de poemas
rizados
si no
porque esta realidad ya
no nos
pudo sostener
sin unir
tierra y cielo de tu ser,
cantaron
mis grillos sonámbulos
el ser se
enmarcó por crestería,
ganó una
osadía temprana
y volví a
vivir,
cuando yo
te amo
estrellas
acompasan
un fuego
de nácar,
la
valentía se hace fiereza,
el
instinto no se duerme en sigilo,
las
puertas se abren
cuando
nos amamos
la
realidad se arrulla
ante
nuestro paso,
las
pesadillas desvanecen
los
cariños multiplican,
quedamos
solos tú y yo ante la nada.
El
Castellano a 30-10-2017
TRANSCURRIR
HELADO:
Tiempo
vorágine narcisista
que todo
abarca
todo se
lleva
desde el
infinito del mar
al
acrisolado
de la
realidad del hombre,
retorcía
en su nuez
que tenía
más duración
que el
punzón de la vida
que todo
rige,
ilusión
dormida en el rayo de sol,
veleta de
nueve direcciones,
hueso que
crepita lunas y soles
camino de
ilusiones,
despertar
de conciencias
susurro
que gritan las estaciones,
caducidad
avanzando
memoria
relegando,
surco de
vid y arena
surco del
trigo y la sinestesia,
etapa
doliente inventada
en
lágrima del sol pudiente,
retorcer
del viento
guiando
realidad,
somero
descanso
en el
remanso de la idea,
nacer,
crepitar, extasiar
en manos
de su padre destino,
encontrar,
desnacer
acaso
acabar
en la
nuez del tiempo,
relapso
ciego
negándose,
afirmandose
en su
trascurrir etéreo,
del que
ninguna materia
escapa a
lo mutable de su ser,
compás de
pájaros dormidos,
nidos
para nunca vencer,
colmenas
a lo efímero
que
abarca toda disposición
de lo que
se cree superior.
El
Castellano a 1-11-2017
ODAS
SEMBRADAS:
Duero:
Grita mi
estupor y cuchillos
hieren
volteando
una boca
que la onda mece
flameando.
Se duerme
la costilla
en el
altiplano enjutado
de hayas
y fresnos
recuerda
su geología
únicamente
saboreada
por el
soñar de los picos,
virginal
cuna del Duero
con tus
curvas en rotonda
de
castizas fuentes y abrevaderos,
dulce
azada de agua
que
bascula el sentir
de la
enamorada palabra,
por cimas
tu voz se hace meseta
haciendo
el amor
con los
pájaros dormidos,
templo y
morada
de la
cepa que a ti te alcanza,
agua
furtiva corre por tu era
y reposa
en tu infinita onda,
que se
riza, que se insinúa
en
vaporizadas Torres de belleza,
que en tu
alma anidan,
sortilegio
de rosa y clavel
cenit del
dolmen tallado,
quién a
ti en la vastedad del ser
en su
pecho te lleva prendido
el fuego
en fanal hoguera
en anchos
panales de tus abejas.
Cuentan
de la vida del chopo
tus diez
mil espumas,
que por
sierras
tu
rúbrica dejas,
navegante
con alas azules
el
terreno que jamás te vence,
secretos
de amantes
tus aguas
llevan
haciendo
bullir el inframundo
de los
amores y sus galas mayores,
agitas
con sangre terruna
el candil
que abre en espiga,
anudando
en tu cintura
tu idioma
olvidado
pasando
años fugaces por tu campo,
rodeando
en ortiga
el
triguero espárrago,
girando
de la vid tu capazo
y sus
manos,
haciendo
de tu Vera
un
Dionisio que al tiempo fermenta
tus besos
de tierra.
El
Castellano
Arlanza:
Arlanza
cubres tus olas
de
infinita seda
con el
palpitar de olmos secuaces,
al verdor
de frescos, jóvenes
álamos en
pulcritud
de
cenizas de fresnos avanzas,
quién en
tus aguas
te lleva
de espuelas
por tus
solas riveras,
sin ocre
con verde aliento,
te elevas
de entre tierra de muertos,
deshojas
tus notas dulces,
entre
crepitar de martillos secos,
inertes
en sed del más fuerte,
tu agua
sin palabras,
tu agua
sin vergüenzas,
sin
rubores de plata
y sus
nieves de espuma,
haces
bullir inframundos de amantes,
romances
con tus robles,
nadie te
sostiene
tu olvido
deslizado,
solo
lindes quietos
osan
acariciarte para siempre,
tú, tú
imperecedera ante la muerte,
eterna
suerte,
yo estoy
contigo,
magistral
obra no creada,
idioma
oculto de tu haya,
espiga
líquida donde las haya,
senil
canto de cigarra
cuna del
grillo en su sangre del atardecer,
acaso te alcanzan.
Cumbre
eres sin filo ni cima,
rebosar
de la vida sin prisa,
hoguera
sin ascua,
calor de
los seres que amparas,
descampado
porque el
campo eres tú,
fulgor
entre verdes sienes,
savia
dulce de vida,
qué
milagro a ti te llenó de vida,
o ya
estabas en ella perdida
para ser
envidia del Creador,
ciencia
sin papeles
libro de
tierra,
onda de
segada curva
pulcritud
de espadas al alba
sin
principio ni final
sólo tú
alzas la luz,
en
esperanza de los que cayeron
en tu
huerto donde descansan
las
almas.
El
Castellano
Río
cuervo de pitanza corva
Vestido
del risco tu nacimiento
negro en
tu soledad de azabache,
tu
soledad acristalada
por luces
del monte,
tu idea
reguero
que mi
sangre lleva,
de enebro
acincelado
tu
cuerpo,
que se
hunde y flota
de la
roca
tu eternidad
azogada,
huyes y
ríes con carrascas,
sin
quedar graznando
tu
alegría.
Tu cuerpo
de aguas sin ceniza
que la
tierra llora,
recorres
mi infancia lejana
sí esa
que nunca acaba,
para yo
ser del monte
y el
monte ser mío
como
piedra a su gamusino,
eres de
la tierra
un dulce
sino,
caracoleas
tu rizada vida
de monte
y estepa,
de árbol
y raíz de tierra,
eres más
que sístole
de
romance que el alma enerva
con tus
negras alas,
entre tus
lenguas de plata
bañas la
fauna
que a ti
te alcanza,
por
fresnos y hayas
riges tu
templanza,
verdadera,
que viste,
que
enamora
ojos que
te hablan,
abre amor
tus pizarras
construiré
mi casa
por el
tejado de tus aguas,
para
decir:
Yo aquí
vine a vivir
bajo las
alas del río cuervo.
El
Castellano
Castilla:
Perduradora
onda,
en
cresterías
de la
honda voz nacida,
tu
profundo soto
de altas
torres enfundado,
me
esmalta la idea
con
fragor de risueñas carrascas
las
soledades del hombre ultrajadas,
agarrado
a dulce señero inmóvil,
al pelaje
esmaltan quebrizos
colmillos
de umbrío tomo.
Cal y
tierra entre follaje
de mi
sierra,
pardas
vidas me avanzan,
una oda
al sendero
y su vida
despierta
entre
ojos de azores y sus ocres,
se
siente, se añora,
se
enraíza,
esto es
Castilla,
esto es
el flamear de una cerilla
de sangre
henchida,
linde
quieto de tierra madre,
por
solares tu voz se despeña,
sosiego
que tu linde oculta,
lumbre de
entrañas
en
quietudes de escarcha,
lento
fuego ciego
de
sonrisas del alba,
quédate,
libérame este haz eterno,
quédese
mi piel segura
al
retorcer del castillo de Almansa,
honda
tumba para tu belleza desvencijada,
entre
piedras, y caracoles de astros
tu
espada,
patio en
sobriedad de tu tarde,
robusta
flor entre Ermitas del mañana,
un talle
del pueblo
sembrado
por tu cúspide naciente,
sueño en
fruto
carmesí
sangrante
de tu
corazón de amapola venidera,
dorada al
cantar de espigas
y su
mañana,
honduras
de vidas
labradas
cepas de sarmientos,
acoge en
tu alma
este fiel
ofrecimiento,
Castilla
mi tierra, mi vida,
mi eterna
semilla enamorada.
Fiel
disparo entre acordeones
de
encinas afligidas,
un marco
difuso entre colchones de grama,
perdiz
entre perdigones viajeros,
voy a tu
encuentro,
me hablan
fuentes y abrevaderos,
como tus
tierras
hacen el
amor con parajes dormidos,
respiro
tus frías cuchillas
que entre
clavos me marcan su herida,
fiel de
caricia bebo la sombra
en tu
calma sin despedida,
un trino
quiebra el silencio
en blanca
dama me avanza tu cebada,
un calor
presto de caballero
a su dama
hoguera,
servil
entre abejas
y sus
mieles alcarreñas,
tejida,
lista,
vaporeada
tu siembra
por
antaños cobijan tus azadas
solariegas.
El
Castellano
REFLEJO
NAVEGADO:
Caminillos
vencidos
sin
escalas a una segura muerte
asida de
un cielo de una estrella.
Granate
lustre encontrado,
reverdece
que no fue poco,
a ti nube
imploro,
lleves
los ocres
donde
allí no existen,
todo
juega en tus rizos de plata.
Hazme
libre una vez;
Atravesaré
la mirada del espejo,
y su
fantasía profunda,
seguiré
indemne acontecido,
me
apoyaré en mis espaldas,
flagraré
de mis espíritus
una
verdad,
que
crezca, devore
surcos de
vana hipocresía
y sus
llamas
que
interés confluye,
leones
aquí
dominados
en mis venas,
una
sombra fría me habla,
me relata
el final
en
letanía del tiempo cuando cruje
sólo una
vez
por
última vez,
hablé yo
con encinas
que
sujetaban mi esperanza
en campo
abierto
sólo
marchado
por las
estaciones
ni mi
jardín azul
ni mi
acristalada fuente
con mi
olmo desnudo
y
mi ciprés de valer
ni mis
hijas caléndulas
hijas
esposas del sol
flores de
difunto escaladas
jamás me
recordarán
ni
contarán sus penas,
silencio
de mi enemigo,
encontrado
a solas
resonando
bajo el asfalto,
vestiré
mi fuente de brillos anisados,
abriendo
generaciones de luz seca.
Encontrando
verdades
bajo las
piedras del monte,
liberando
el oscuro sentir
fuera los
cielos
volviendo
al final sin comienzo,
al dulce
tormento
y su
vuelta al inicio del sentimiento.
El
Castellano
HONROSO,
TIBIO PULSO:
Grave, y
sonrío
entre la
gravedad de lo efímero,
el
castillo, el soliviar vetusto,
graves
aras de sonrojos
al
terruño,
un dulce
claro oscuro,
tu boca
diáfana, perjuro,
gravedad
del insecto insulso,
un
halago, un pulso,
enjambre
de bellezas en tu nombre
quieto,
sin arrullo,
cristal
de humo partiendo minutos,
por qué
árbol mío,
la
proporción de tu aire
que alejas,
grave sin
sueño alguno,
hondo
soto, inconmensurable hacienda,
trilla
que trillaron los hombres
antes yo
nacer,
y ahora
tantas luchas te siguen.
Tu pasión
por un crimen de flores
y altas
rosas,
corría un
otoño plástico
por la
vereda y la rambla enajenada,
sortilegios
de hierros azarosos
y pulcras
vides sanguíneas,
alta te
quiero ver como la noche,
y esa luz
difusa, vertida en lengua
de
castiza fuente soslayada,
cincelando
con tus manos los altares
de huesos
que pertenecen.
Como pez
sencillo de milagro
que tu
boca sea musa, mi rosario.
El
Castellano
FLORECIDO
MÁRMOL:
Días
oscuros en la plaza del Sol,
abrirse
pudiera entre rayos regentados
matices
insoslayables, fauces brillantes,
y
candados de luces, humilde haz,
purpúreo
al tacto, suave nube rígida
impalpable
entre ocasos azules,
y leones
grises,
con tacto
terciopelo
una vida
de amor eterno,
ola
infame viene crispando
metales y
fuentes, soberanos eclipses
que el
viento nocturno navega y juega;
soledad
atónita entre enjambres de gentes,
confiante
sentirse bajo el Sol humilde,
espumas
de ángulos fugaces,
me
palpita amplio con serena voz
desangelada,
la vida del hielo,
helor
entre escarchas,
y su
vorágine de cementerio.
serpear
entre raíces ahogadas,
afluidas
esperanzas unidas
en el
trasiego.
con el
viento te digo
que no te
olvido ni muerto,
no
surcaré sus vetustas alas
ni
enterraré mis ilusiones
en sus
jardines de albas
y hiedras
voraces.
Entre
ortigas que abren insomnios
fugaces
colaterales
donde
exista el acero y ala de pecho,
dormiré
en los siglos de tus ojos,
entre
turbios cipreses con sabor a luna,
entre la
grama reposaré mi razón,
despertando
habitando mis granates
huéspedes
de mi corazón.
El
Castellano
MIRADA
HILVANADA:
Miradas
sacrificadas,
en el
vasto infinito
que hace
nombre el color,
entre
cristales y sus cuchillos
de verde
espliego,
entre
corazones de cuarzo
fue
mirarme dentro de tus ojos,
severos,
hondos
como
pozos sin cuenca
ni final.
Era el
sonido de un murciélago
rasgando
sombras,
todo lo
que quedó sin marchar,
ruido de
otra tempestad,
que
sacrifica y avanza
truenos
del umbral,
ventanas
al paso de los años,
quedarán
empañadas,
algunos
no cambiamos
a la
vuelta de la estrella.
Resguardos
del precipicio
aventando
el alma,
me miro
en el cristal de tierra
y azures desvanecen
azabaches
crecen
tapando
lunas sin relojes
estampas
valientes entre yedras
echando
flores,
mármoles
dormirán sueños
arremolinados
en aspas
afiladas del miedo.
El
Castellano
PECHO EN
HIERRO MONTADO:
Infiere
de nocturna flor
nuestra
cabida de luz vana,
un día
será el siglo de matices
con su
avenida escalonada,
suerte en
mimbre de tus estrellas
en mis
pupilas,
desafíame
el lucero
mi malva
runa,
satina mi
firmamento de lunas,
llega
donde no llegan las enredaderas
de mis
vilos noctámbulos,
soy
enfrentamiento con mi existencia por ti
partida,
vestirán las flores mi magia,
para
florecer madrugando,
y que su
espera me sepa bella, clara
como el
osar brotado en primavera,
centella
que gasta tu ambrosía amada
cobrando
a mis cerrojillos nacidos del alba,
argos
sumos en luceros despertando sus arañas,
nubes
cabalga, aire sostiene tocando mi esqueleto,
Campos de
Castilla, soturnales labradores,
abrid la
tierra espera nuestro fruto de nuestras lágrimas
en
acequias, hasta que llore el sudor de nuestras manos,
y las
matas canten el fragor de nuestras bocas,
¿Quién me
conoce en estas sierras de hoz y guadaña?
Yo soy el
encargado de abrir los cielos
hasta que
lloren, soy el que despierta a la semilla,
y grita
flores con sigilo de chopo me guardo,
y entre
rayos de bruma desciendo
hasta mi
tierra madre de las sepulturas
de los
abrojos creados,
pecho en
hierro montado
soy
esclavo de mis ojos liberados,
desafiando
al viento creyéndole hermano,
soy la
vida que me falta por escribir en bronce,
soy
sangre, destello que mueve
la
hoguera de mi escarcha.
¿Quién
viene hoy por mi escala?
El
Castellano
INSEPULTA
TIERRA:
Entre
labios grises
y ojos de
fuego,
cobijan
maculados
sueños
vaporosos
sin
vigilia,
entre
gemas
y su
áureo amarillo,
ignoto, desdentadas
ilusiones
en
carruajes veloces,
por
mármoles del sueño
y ortigas
que sepultan vanos
testimonios
en solaz
yaga sin vientre oscuro,
se
acicala dura como roca
crepitante
que noche pule,
despertaban
yunques frívolos
en estas
paredes sin pesadillas,
el día
sujetaba
respiros
valientes,
¿cuántos
zorzales partieron?
cuántas
fuentes esquilmaron
su luz
entre agujeros de trinos,
vasto
templo de zarzas abre
su
sonrisa por cuanto el río desvela.
Allí no
habitará el olvido,
ni en sus
brazos secos de siglos,
treparé
torres de taciturnos
desvelos
con ropa mojada
tras
lluvias en mi ventana;
Venceré
esta insepulta tierra
disuelto
en la niebla,
de cielos
en cinta,
por
castizos senderos
de
errores inmortales
serpeará
mi pecho,
y su
hierro de idea sola
cada vez
más sola
entre
corajes florecientes
e hinojos
señeros
de
senderos que me llevaron
al caudal
de espadas.
El
Castellano
HÓRRIDA
SOMBRA:
Hórrido
tronco, nogal excelso
que
acunar su follaje baja
a orillas
de diciembre,
un mar de
grama extiende
el charco
verde,
corretea
y desliza alegre
la babosa
como un párpado
del
tiempo,
que la
tierra sostiene,
sombra
densa, despierta
afilada
de filos de hojas
sus pasos
flagrantes
de
indivisible viento,
cava su
lengua de fosa
bóveda de
filos sin fin
adentrar
sería perder
la propia
sombra,
sombra de
muerte
clama que
es suyo
el nogal
del tiempo,
caminillos
de plata
tejen
escarchas,
heridas
clamando el despertar
de la
cobijada semilla.
Sombra de
nogal
quien te
pueda acompasar,
ya no
vuelan tus hojas,
ni otra
tierra las acoge
cuna de
pasos sin horizonte
a tu
ramaje cuelgo
sueños
por despertar,
vidas por
sembrar.
El
Castellano
SINCERA
COMUNIÓN DE FILOS:
Trepo el
angosto filo
de mi
torre desdentada,
era un
rubor de estrella
solitaria,
negra, hiriente
lanzó su espada,
fulgor
brillado entre sienes,
plomo de
nube
esta
tarde ceniza fue,
chuzos de
vida,
estáticos
frentes del verde,
un
carruaje de otoño
que no se
vence,
ardua
torre mi pasión desmedida,
entre sus
curvas de encaje,
brillo de
mujer sin engranaje,
limo mi
nervio
por
fulgores de sangre,
hierve,
hierve
soy
hombre
pienso
que fugaces atrás
si el
planeta hubiese nacido un día
esquilmado
en seres
solo con
ella y yo
la
supervivencia del ser humano
estaría a
buen recaudo,
vida de
mi feudo
mis
abrojos nacientes
fuente en
extasía que mi letra abría,
granate
lustre olvidado,
mi locura
a buen recaudo,
es negro
este río en tinta marcado,
cumbres
de punta y filos
derechos
a estas cuchillas de versos,
horizontes
malvas clavan
lloran
flores el sentir de la belleza,
que mis
ojos sangra
una
lágrima como el brotar de una luz pasajera,
como
enraizar tu imagen en la retina,
un sentir
para toda la vida,
el
admirar arde con gasolina,
tu imagen
recorre cada parte
y a veces
recorro los parajes de la soledad,
sólo
encuentro que no los quiero
porque yo
te conocí,
y sin ti,
sin ti el
cielo y la tierra se juntan
y no hay
espacio ni oxígeno para vivir,
los mares
caen de las nubes,
el gris
se perpetúa,
no hay
belleza en mis ojos sin ti,
todo
luciría de ocre,
mis sentimientos
no tendrían cauce,
el
aburrimiento sería pleno,
no habría
moción para levantarme en la mañana,
ni
tendría estas ganas de ser mejor sin ti,
mi
perdición mi bálsamo de lo sentido,
eres mi
flamígera llama,
un
fósforo y mi hoguera,
mi
destapada quimera quieta,
con
nombre de flor,
con
azares y suertes
entre mis
ganas de saberme tu último hombre,
trémulo
fuste entre sarmiento y vid,
mi azada
me alza hombre de bien,
diestro
mi coraje para ser yo
no
necesito traje,
hilvano
mis venas porque yo soy sangre,
gracias
mis Dioses
hoy soy
invencible,
el amor
con Margarita me desviste,
hasta ser
carne de poema en su lengua,
yo soy de
ella,
y ella es
mía,
como una
comunión explosiva
de luz y
estrella nacida.
Sin ella
para mí no hay belleza,
no hay
vida.
Estoy
enamorado
y siembro
mi campo.
El
Castellano
OSCURIDAD
VENCIDA ALEGRE:
Pulcro
destelleo entre sienes aladas,
estoy
rasgando sombras para verte,
para
mirarte serena, flamígera,
redentora
como as de trece lenguas,
arremolinada,
plena como cuando ciego
encuentra
la luz primera,
abierta,
candente, como ascua efímera
en la
grama de verano.
Saberte
honda, transmigrada
como leve
flor sonrojada.
Suave
entre esquinas desdobladas,
y calles
de noviembre heladas
en las
que conmigo quiero verte,,
hasta el
ocaso del nueve;
se
afianza mi suerte,
en el
tejado de mi mente,
perros
soterran pasos de nieve,
por
ciudades de ceniza verde,
atrapo el
desdén de gatos erizados,
estirando
sentires de cromo,
arrebatando
piedras al silencio,
navegando
asfaltos sin prisa,
ni
desquicia; Acompasa este latido
por
arterias sin venas heridas
ni
ángeles fieros infrahumanos,
quiero
verte como se ve un tigre
en la
ciudad, entre árboles de cemento,
y ríos de
cristales,
quiero
sostenerte
como
blanca primavera
entre
este otoño rendido
sin flores
ni llantos del cielo
que
escapan precoces.
Quiero
tenerte, osarte,
como si
me enraizaran las manos
al
acariciarte
para
nunca perderte.
El
Castellano
PANAL DE
IDEA:
Espino
amarillo de mi demora
recto
aromo entre cardos,
entre
hinojos del Sol deslumbrados,
me visto
de primer ababol florecido
para ser
de la abeja,
y la
abeja ser mía,
entre
estas guadañas de esparto,
afilo que
nazco,
fulgor
entre fulgores,
de ojos
calizos avanzo,
cuerpo de
arcilla
hierro mi
idea,
estas
espigas me dicen
que quiere
tener espinas su sed,
estoy
sentado entre una prima retama,
esta
primavera que me siembra
yo que
soy único poeta de su sangre de ojos,
quién
osado me compara,
me blando
al nivel
de esta
floresta desnuda,
limo mis
nervios
con azada
de carne de metal,
el miedo
grita
de
contemplarme avanzando,
me Tumbé
en la grama
a
pensar, me nació una abeja
que
escribe poesía,
soy hijo
de la Luna,
única
Diosa por Dioses haber sin contar,
luna de
guía soy yo su semilla,
tengo
ojos donde se acuesta
la
oscuridad,
es mía
soy de ella,
como flor
de su insecto
que la
poliniza.
El
Castellano
SIMIENTE
DE SANGRE:
Tuerce
quebrando
este
aliento, va reptando
senderos,
que el
olvido alzó suyos,
en
vicisitud de savia elaborada
saluda a
su Sol,
de su
ávido granate que le vence,
entiende
de pasiones de sus flores,
la
floresta cuida
y germina
en su parcela,
para ser
del campo
su
felicidad,
y él ser
de su flor,
en
extasía de color,
huye de
su vida la tristeza seca,
el
escribe poemas a la belleza repleta,
en
candiles flamígeros
a caricia
de ojos,
sí esos,
sus ojos
brotados de Tierra,
descansa
para seguir creando
la
primavera le sostiene
la
sangre,
hasta
tener el corazón
lleno de
simientes
de su
esposa del Sol
esperando
su muerte,
para que
su yerta sangre llore
en flores
de difunto.
El
Castellano
AVIDEZ EN
LABIO DE FUEGO:
Efímero
corre el segundo sin saludar
sin
despedirse, sin preguntar si todo sigue
igual,
avanza la manecilla de mi reloj,
hoy es de
esas noches yertas,
que
descubro mi tierra que late
bajo mis
pies. hay avidez
en el
subsuelo donde la sangre late,
destartalados
pilares que me alzan,
recorrido
de mi alarido
que
muerde al conocerte,
he oído
estaciones correr,
mi carne
se funde bajo tierra abierta,
frente
mis ojos
nebulosas
abren, crepitan,
he nacido
yo de su flamígera ascua,
mi
solferro blande su noble falcata,
dentro mi
carne la vida bulle,
su caída
resplandeciente,
toda
carrasca me dibuja al dorado tordo
de este
atardecer,
el
murciélago myotis
me cuelga
la idea,
desde
esta ojera férrea,
hoy me
comí el firmamento anidado
en tu
mirada aplomada,
soy
experto recio como un lobo,
frío de
segmentos cálidos de hielo,
maestro
de mi espada,
escucha
el brillar de mi navaja,
yo soy
descendiente del miedo,
ámame
como se ama
sólo una
vez,
en el que
nuestro color sea la piel,
afilo el
poder de este silencio,
y te
dicta
que te
volveré a ver.
El
CASTELLANO
VILO
RECTO, FORJADO:
Con
alacridad serena
de mis
antaños dulces
con
pulcritud de espadas,
vienes y
me das una azada.
Al
barbecho claro me siembro,
sacando terrones
de mi eterno lecho,
de una
espina gemía el viento,
y acabó
llorando vida el cielo,
trazos
con ineptitud
de
luzarreros que no evitan la sombra,
ella que
la llevo agarrada
a mi
cadera, sombra profunda sin espuela.
Fuera del
tiempo, fuera de este grillo de tierra,
afilo mi
canto sin despedida,
abrió el
espejo su tierra
engullendo
lo que es de ella.
Dura
noche me sostiene
su
atadura de luna,
resucito
mi etéreo camino de esferas.
Recto
colchón mullido
es mi
enhebrada calma,
que se
acicala entre lenguas malvas.
Vence
este mi viejo amarillo,
como sol
de tierra
se llama
caléndula.
El
Castellano
INFINITO
ACIAGO SEMBRADO:
Recto
vilo me aguarda
esquinado
con su
canal infinito de campo
estudiado,
consumido
en yerta
flor deslumbrado,
yo soy de
una margarita
de su
floresta destapada,
soy yo un
ababol
con cruz
de tinta
en sus
pétalos carmesí
bermellón,
no puedo
matar por mi tierra
pero
tampoco puedo desenterrar
mis
raíces,
hoy
estuve plantado
frente a
carritos de la dama
que
alzaban sus flores lilas,
eran como
éxtasis en caricia
como beso
dado a mis ojos
en lengua
de espinas blandas,
caminé al
mercadillo
de mi
localidad
pregunté
por caramelos de miel,
tomé mi
cafe solo doble con hielo
y seguí
caminando
mi lustre
jamás vencido,
las
malvas me floreaban
por ser
ya primavera
los
cebollinos se divisaban
pero aún
se encontraban fabricando su flor,
para
parirla en verano,
bebo agua
de la fuente
frente al
ayuntamiento,
soy poeta
de sus descampados,
de sus
molinillos
y de sus
charcos,
soy
indescriptible esencia
cincelada
en verso
de carne y espiga,
en esta
higuera del demonio
alzo
trompetas de los ángeles
con sus
flores,
y las
calendulas silvestres
me dictan
que jamás
acabaré
de irme
sin
encontrar luz de tierra en ellas.
El
Castellano
LUZ EN
REPRESALIA:
Cubo
metálico sin fin,
donde se
derrama
mi vida
en una hoja,
fieles
testigos
involucrados
mis
verdes sueños
que
sonarán,
goteando
una clepsidra de mano
un hierro
en el bolsillo olvidado
un
barrote y un peldaño,
dejé mi
inocencia a solas
por si vuelve,
a mi
mesita de noche,
a un
rosario oxidado,
a un
armario cerrado,
a una
vela de candelabro,
dónde yo
me casé contigo
en su
llama
y juré,
juré no mentir más
a este
arriano corazón esquilmado,
creí que
la mentira
era ser
feliz sin querer serlo,
de
retuerto desliz
desmiento
su designio
voluntad
coja de verdades
para
anticiparse al pasado,
raudales
de belleza anidan
sin ser
elección
sueño
taciturno en cesta de mimbre,
todas las
cosas
incluso
las no creadas tienen razón.
Su sueño
ha acabado
soñó la vida
como su propia realidad
pero en
realidad usted muriö
en aquel
accidente
el coma
le venció
y le
introducimos su posible devenir
que lo
sintiese,
el tiempo
se ha acabado,
debo
apagar la luz.
No venció
su destino.
Su hoja
se completó.
El
Castellano
CLEPSIDRA
DE VIDA:
No me iré
sin el
hermano de mi trilla,
ni su
simiente de grano
sin
despedida,
no
afinarán ratones de campo
la
melodía que blande
y
sostiene mi cigarra cada día,
ni mi
olmo secuaz,
desnudo,
dirá más verdades
entre
mares de gente
ni
semáforos precoces,
ni en
vitrinas de estante
quedará
mi latido,
ni
aliento marchito
cual
caduca hoja de estío,
mi sábana
de paja
reblandecerá
su añil graznido,
sortearé
escombros relumbrados
de metal
y cristales vanos
sin
hocico.
Sólo hoy
diré
que no me
visto porque
sí me
marcho,
calzaré
senderos y alacranes,
calzaré
pedregales
y sus
nidos de lagartijas,
quizas no
me importe nada hoy
ni que
digan que yo vivo.
Mis venas
serán encajes
de
afluentes y sus ríos,
el mundo
seguirá quietito,
los males
seguirán empujando,
puede que
hoy pregunte
a la
serpiente de mi cuento
si me
devuelve el ojo,
que yo la
perdono,
arderá la
compostura
de la
araña de mi patio,
en un
torno que crepitan las maravillas,
los
jacintos silvestres mostrarán
sus
botellas azules anunciando
que más
tarde llegará otra primavera,
y que de
la gala de flores
serán
primeros,
guiaré
mis rebaños por soliviares
que no me
han conocido,
entre
cernícalos y bosquejos umbríos
sus
ninfas conocerán que a ti te miro
que a ti
musa me dedico,
habitaré
montes y lomas desdeñadas
y su
cortejo será embrujo
para que
las estrellas rueden,
llenaré
mi granero con tus besos
con esta
luna
no me
detiene ni el tiempo
que se
escapa
entre mis
sarmientos.
El
Castellano
OLA DE
ESCOLLO EN TIERRA:
Clamorosa
sombra densa,
es mi
soto un oscuro cielo
en el que
canto a los Dioses,
no a
vosotros, insignificantes;
Así
trencen y me trencen
la osadía
de un álamo,
que mi
padre lleve,
a otra
tierra breve,
baco de
su trayecto
enardecido,
ni égloga
de esforzado
por Salamina
lleve,
campo
abierto
de polvo
y sudor disfruto,
ya no se
pudo huir
de la
suertuda víbora,
en casaca
sin pechera
de topa
Licia,
sosegado
olmo
compás
del serenado
ciprés
antiguo,
fabrico
del mañana
sendero,
no un
hazañoso portento
así como
no hay rosal
sin
espina,
no hay
dicha sin pertinaz
esfuerzo.
solícito
de atemporal mar
del
tiempo esquivo,
prenderme
puedo
de
vuestros fuegos,
por los
que mi sangre fría,
pervierto,
acuso y envuelvo.
El
Castellano
CONSIGNA
SEMBRADA:
Vesta
engarzada,
encorajinados
templos,
nacidos
del fin de los tiempos.
Túmulos
de luz,
con
soterrada cripta.
Abriendo,
despertando
senderos
sin final;
Sólo
comienzo marcado,
llamando
la resurrección
posando
nidos
de nuevas
sangres.
Sonando
los clamores,
tambores
aguardan
la nueva
guerra
que trae
la vida.
Eterno
resurgir
en
vestigios yertos
transmigrando
el eterno
ciclo existencial
por el
que quien nace guerrero,
guerrero
muere
y
guerrero renace,
para
lucha de completar
su alma
en final
de
navegar el Valhalla,
así bajar
hacia arriba
la osadía
de
parnasos devorados
saña en
furtivo conocimiento.
Que no
acaba
como
espiral
de
perfección.
Siembra
con capataz
del único
origen de tierra;
Deslumbrado
este
hueso avanzo.
El
Castellano
LLAMAS EN
OJO DE SANGRE:
Flameante
fuego
de los
cielos
acoges
y frío
duermes,
que los
campos
ya no
emblanquece.
A ti
padre de los vientos
te
imploro traígas
tu negro
vendaval.
Así
choques Aquilón
norteño
con Ábrego
abre
esponjada la tierra
a tender
umbroso páramo,
sin azote
del fuego
del cielo.
Labrador
que clama ya,
la
enhiesta primavera.
Cuántas
sequías verá esta tierra,
sólo el
estío
habitual
dirá,
me sembré
sin
blanco cielo,
sin que
me empujasen,
yo
encendí al ocre,
en todo
acre,
tierra
que consumo sus venas,
invocarme
pueden,
siempre
vengo
porque
siempre estoy,
desde
enfermedad sostengo,
me ves
cayendo,
arrastrándome
de nuevo
tu
creencia de mantenerte a salvo,
donde
nada escapa,
deslizo
el tiempo,
no puedes
verme en tu espalda,
estoy
cayendo de nuevo.
Alguien
me verá latiendo,
algo habrá
después de todo.
El
Castellano
HORIZONTE
QUE ATIENDE:
Largueza
que me aguarde,
cual
llama en cántaro desvanece,
piélago
ardiente,
escancia,
sostiene alta suerte,
alegremente
la voz del viento;
nobleza
de rudo ejercicio
furtivo,
desposeído
espíritu
sin guía furtivo,
desvanecido,
fatídico,
tú que
ensalzas
la
conjetura voraz
de mi
sentido de vida,
cual
arrobada insigna.
sonaban
enebros
un sopor
de encinas
bajo
laúd.
Engéndrame
grandeza,
que
secunda igual
que a mí
mismo.
Diana con
flores
exterminio
de fieras no manda.
Luz
invocada
partiremos
sin navegante,
estirpe
que avivas,
con
impávido destelléo
entre
fuentes y torcaces,
padre de
mi soberbia
furor de
lobo que ve al ciervo,
torres
bellas altaneras frondas,
sin
secuelas de florestas
que acaso
Venus no canta.
Nullam,
Vare, sacra vite...
Conoce
mis arcanos.
Mi Llúcia
despierta,
rigor que
afronta
guarda,
desvele,
su
reflejo en cristal claro,
vine por
donde he venido
por el
gris viento,
perplejo.
El
Castellano a 31-08-2017
ETERNA
LANZA SESGADA:
Cóncavo
cielo
de la
pradera de tu ceño,
orfandad
de estrellas
convexas
que se besan
por nubes
que rutilan, y lamen
sombras
vanas a morir.
Soto de
perdidones
y su
proporción de alas de tierras,
cepas en
guadaña,
aligustres
sargentos,
la noche
que la luz negó
a morir,
luna de
luto
corría
linde absuelto,
despojada
su compostura
de
alumbrar la llama
que mi
pecho hiende,
luna
gitana acuartelada
partida
por cuchillos verdes
de siglos
dormidos
y
cipreses iguales,
somos la
historia
que
escriben muertos
de sus
vidas,
engendrados
cuerpos incompletos,
carnes de
la mesa del creador,
somos lo
que vemos
o somos
lo que tenemos,
para
inefable cena caduca
como
otoño reposo del gris árbol,
aventaré
mi lustre perdido
demigajando
lamentos fríos,
mi yerto
sombrero
de campos
de idea
brillarán
acequias
como
molinos de tierra,
el agua
será besos de luz efímera,
destartalada,
dispersa
como
lluvia que ilumina,
y la
sangre de tierra camina.
El
Castellano
CUERDA
YERTA:
Estridente
vuela la hoja,
devanando
respiros cautivos
volando
patios de arañas
de grises
fauces.
Chirría
el viento yunques metálicos
suena su
desvelo por lomas
afiladas,
al desdén de voces mentales,
azares
corren su suerte
por
grilletes y sujecciones retuercen.
En un
jardín del otoño caduco
mi voz se
descubre, sola, sola
como
cuando nace la tierra,
y en su
yerma plácida crece la amapola.
Cautivos
espejos no reflejan lo que siento,
sulfurante
sino condenado
para no
ser yo ser él el que hable,
de
sensaciones acristaladas
y
pensamientos sin vaho
empobrecimiento
deslizado
por
aislamientos que libertad llora,
allí
creció una rosa
de
trocitos de papel y pintura
porque
nada es eterno, esperaba ser real
aislé al
tiempo con vacío seco
abrí las
puertas de negros lirios
luces me
afilaban asidas de momentos
decrépitos,
sí estuve allí
en sus
sopas medicamentosas
y para
curar mi cordura nada hicieron
porque me
llamaron loco.
Pero yo
sé quien soy.
El
Castellano
RESURGIR
REVERDECIDO:
Jilgueros
o colorines, verderones, verdecillos, pinzones, tordos,
despidiendo
en trino el verano están en sus abrevaderos
como
reguardos oníricos de la voz de los muertos
romanzas
de amarillos espinos florecidos
encinar
puro, vivo
del
quejigo hace sombra densa a mi raíz oscura
en la
tiniebla
que
avanza el camino de la carrasca
hoy por
hoy vivo pleno, enamorado
de su ser
completo desvencijado, apolillado por ataraxia
así como
el verdor del pino opulento
espíritu
del viento sostenme
que parta
yo en tu mitad mi canto
llévame a
la tierra donde las fronteras
las
montañas sean y el camino sea de su mano vapulenta,
atravesar
el infinito allá en el resquicio
del
brillo
del calor
de tu mirada en amor
puesto
que de tu voz me visto
hoy sólo
un relampago me cede el paso
crepitando,
centelleando en bandada de estorninos
con su
bandada tejiendo ecuaciones del ser Supremo
voy
contigo a nuestra tierra de fuego
en esta
mecida caricia alada que yo tambien te amo Ostara
Diosa de
la primavera no me faltes así mi libertad vuele por Saeta
yo con mi
vida estoy conforme
orgulloso
y con ganas de hacer bien,
que sigan
en sus ciudades
estas
lombrices caminantes
donde
todo se agujerea en asfalto y hormigón
que yo
desnaceré de mi nicho
como
reverdece el olmo en corazones de hojas insepultas
y abriré
crepitando esta raíz oscura que mi verso mana.
El Castellano
PERPETUO
DESMÁN:
Fragorosa
fuente
de hondas
sienes
punzantes.
Corrompen,
bullen,
la tibia
agua de sangre
cándidas
de tu mirada
hastiando,
rejuveneciendo
el
infinito turbial
que el
cielo sostiene en tus cejas.
Flagra,
flagrando
viene
marchando
vaporosa
suerte
entre
sotos perdidos
de
joviales tapiales.
Suya,
suya era la muerte
como
plato de cena
siempre
resplandeciente,
abría su
baraja
un helor
de diciembre.
Apocando
consentida
fuegos de
tres avernos
que
ceñían la nieve
de sus
piernas
sin desmán
gemelo.
Derritiéndose
como
llama en el hielo,
recodos
ocultos
y su
murciélago señor
en tules
de carne vestido,
granate
como brillo de rubí
le
marcaba como seña sin fecha,
ni
indeleble senda,
era hijo
del acero de su mirada,
endoselaba
su sentido
como el
soñar
y reclamo
de las flores
para ser
simientes.
Grazno
encendido de cada roble
caminaba
su destino hiriente,
horizonte
que se estiraba
y sonaba
con lluvias que taladraban,
como
soñaban los campos.
Apacenta
su visión serena,
oh,
rauda, pura flor
abres tu
hastial
como se
desliza la primavera
entre tus
dos montañas,
que velan
que aguardan
sin
franca ni verja.
Eres mi
vacío perplejo
que quepa
y florezca mi sangre.
Mar que
inerme
quiere
llenarse
sin libro
de esencias
ni
oscuras tinieblas;
quise ser
dueño del aire,
alzar
vagorosas ilusiones
como
fieles pilares,
castillos
que nadie tumbase,
pude ser
siempre
y hoy soy
lo arado hasta la fecha,
mortal
acicalándose el alma
que será
siempre.
El
Castellano
CANTO A
UN TRONCO MUERTO:
Recama
heraldo lenguaje
las simas
de tu palabra
huero
sonido que avanza
y el ser
alza.
Inamovibles
torres, belleza
aguardan,
oro noble
hondo,
profuso Sol cercano
padre de
fachadas de Castilla.
Encinar
raudo,
acoge al
puro roble
vetusto
soliviar escarpado
cuna del
árbol resucitado.
El final
en el viento es una promesa.
Desde
Cuenca a Toledo
desde la
corona brillante
de Ciudad
Real a Guadalajara
pasando
por Almansa y el frío
de
Albacete apostando en el río Cuervo,
y el
profundo Tajo, desvistiendo
febril al
río Mundo.
Reviviendo
este tronco muerto
en
Riopar, avanzo, amanezco
ligias y
barbechos tras
surcos de
furtivos arados.
Fortalezas
empedernidas
fervor de
ojos lucientes
pasados
del mañana.
Me bañan
sus fuentes
en patios
de arañas e higueras
en sotos
de almendros
y nichos
de nogales verdecidos.
Mi hoz de
trigo y centeno
eleva su
carne
por esta
mi tierra
y su
vorágine.
Canto por
el revivir
de este
tronco muerto.
Blanca
idea, surco en recodo
por
brezos y mirtos agujereado,
retemblaré
como el esparto.
Graznos
escondidos picotean
mi alma;
crascita voz serena
alcanza
tu semblanza
me tejí
exhausto
en tu
oscura raíz
del
antaño.
Blanda
tiniebla envuelve
el
dormitar de tu carcoma.
Levantarás
de tu sueño
Rey
Rodrigo.
Y nuestro
Cid
¿Vestirá
tu palabra?
El
Castellano
SOL
CRECIENTE:
Destapa
mi tiniebla pura, tibia, serena,
Sol
refulxit umbra refulgens,
noche que
tus luces breves
duermen
el sosiego del asfalto,
plomiza,
la música de tus ojos,
funde sus
calores mi niebla matutina,
Sol de
trece estrellas
acoges
tus lenguas de amores,
fuegos
irisados a siempre reinar,
el camino
de la vida,
y sus
fauces sigilosas descienden,
camino de
esta bruma
que el
mundo extiende,
sin
nombre no te busco,
te
encuentro, en la cumbre
de toda
montaña,
en la
concavidad de tu luz que entraña,
desvelo
del despierto fundición de mares,
nacimiento
de desnacer nos alumbre,
la vida
de la solaz muerte,
amor
flagrante de lumbre,
vestigio
en ascua sin final
ni honda
luna secuaz,
odisea en
parajes de temprana escarcha,
oh sol de
soles, ¿por qué tu osadía de seco tajo?
el nervio
de mi ballesta tensa
mi Dios
sin nombre sepulta
y aviva
mi grana brasa,
la tierra
cruzará un día tus fuegos
azules
despiertos,
tumulto
de quien te vio castizo,
el tiempo
se afuelló,
brotaron
entrañas de la tierra
sombras
densas que apabullaron,
sólo las
golondrinas danzaron
y las
mismas espinas me arrancaron
el
corazón.
Sobre la
grama viene a descansar.
El
Castellano
CUERVOS
NACEN:
Raíces de
tierra abren bajo mis pies,
ay la
tierra que sólo osaré una vez,
sombras
juegan bajo mis pies,
bajo
montañas de sangre,
se alza
mi espíritu,
un
aliento helado de piedra,
un paso
más bajo soles apagados,
unos ojos
profundos del horizonte,
caída
resplandeciente de mi espada,
un
atardecer frente a mis ojos,
fieles
depósitos de umbra serena,
se abre
esta urna,
crepitan
soles en estampida,
se afilan
las garras,
cavó la
piedra,
buscando
vida eterna,
fuente
fría quedó dormida,
se
alzaron bosques de su sombra,
jugaban
en un patio de estrellas dormidas,
he visto
nacer de sus entrañas la furia,
sombras
caminan desde el infierno,
las
puedes escuchar,
juegan
con latidos de tierra,
sombras
despiertan
quién las
va a detener,
alzan sus
espadas clavadas,
la sangre
se aglutina
buscando
las puertas,
nació un
cuervo entre su sangre,
acecho
yerto entre la dama oscuridad,
me
descubrieron en un campo de víboras,
al poder
del rayo nací,
osado
escalo mi vida una noche más,
lobos que
aúllan mordiendo la luna,
la noche
que es de las fieras,
se ha
abierto el infierno,
sombras
caminan sin astro,
un poder
que el alma sucede,
destierros
en compás de fauces,
raíz
madre vence este compás
de todo
lo que se alza bajo tu entraña,
escucha
este latido de tierra y sangre,
aglutina
la vieja estampa,
sé mi
amparo en toda lucha,
escucha
mi lágrima de luz dormida,
dame voz,
dame fuerza
entre
estas sienes perdidas,
contra la
perfidia de estas sombras nacientes,
que no
encuentre su maldad
la flor
sangrienta que tanto ansían,
no dejaré
de surcar senderos ocultados,
no habrá
espada oxidada
que venza
mi valía
ni quebrará
mi escudo,
gritos
del ayer,
no
partirá mi aliento,
no
quebrarán mi hálito,
viento me
sostendrá en cobijo,
aguardarán
mi oficio,
sembraré
la luz en tierra yerma,
mi azada
de carne de metal,
rajará la
tierra este muerto horizonte,
una
espiga roja y negra se alzará
será mi
vida,
tinta y
sangre de esta osadía
de
alzarme.
El
Castellano
CUERVO
SIEMPRE:
Destinos
nacientes
al fervor
lumínico
me
expando
entre
árboles
de verdes
filos
perennes,
al fragor
del
ardiente otoño
renaciendo,
al vapor
de soles
sin sombrero.
Llueve mi
ser
esta
entraña surcada
en
simbiosis desvencijada,
cuatro
cipreses me clavan
la visión
serena
de que
soy insignificante
ante su
longevidad
imperial.
Retorcidas
mis ramas
se alzan
al latido
desertor
de este
hiriente
tejo que
escribe
sus runas
de Odín
con su
sangre de tierra,
al
resplandor
de este
parásito longevo,
que es mi
pluma.
Rizados
bosques
de
helechos
que me
trepan
con sus
rizomas
mi fría
idea.
Al
colapso de gramas
por
gentes,
metáfora
de su vida
comparada
en duración
con este
ciprés silente
que tengo
enfrente,
este
cielo está brotando
su oro
que ciega mi vista,
aún ciego
escribiría
que vino
a plañir
mi alma
entre sus
filos
por
soledades
complacientes.
Yo cuervo
poeta
estoy
entre pilares
de mi
obtuso,
antiguo,
existencial
hogar
enraizado,
mis venas
que
soterradas
pueden
ser raíces
de mi
espíritu
por
descender yo
de mi
padre árbol
y mi
madre Tierra
esto no
es más
que mi
corvido
tesoro de
letras
ojalá
algún día
broten en
flores
estaré en
la santa cumbre,
allí,
donde los
sanguíneos versos,
se
vuelven materia,
yo soy un
tercio de mi vida
en
floración,
porque
allá
donde me
encuentren
soy
primavera.
El
Castellano
PUDOROSA
SIEGA:
Líbicas
extensiones de mi ara,
por eras
de soliviares,
angostos,
desnudos
sin pinar
excelso de tu mirada,
mi acre
transitado, exhausto.
De corvo
pico y fugaz
idea
pasajera.
Hondo
grano de mi cereal espera,
dura
grama extensa,
inhabitada,
moza de
mis ausentes
sin
bandera.
Agota,
afila
mi
profundo tallo
brotado
de mi febril
mocedad
subyaciente.
Creo mi
suspiro
como
brillante tajo,
refulgente
al candor de entraña.
Amparo
sin honor,
de filo
que no aguarda.
Quiero
renacer así
te
encuentre amiga
con otra
cara,
otro
nombre
no caeré
en osadías
eso lo
dejo a mis Dioses
de locura
extensa
llamada
Destino.
Yo necio,
torpe,
de hueso
en tierra sembrado.
Soy
hombre con lo servido
cumplo mi
palabra.
Es una
gesta descendida
Luz de
guerreros
perdidos
en azares
funestos.
Quién
guerrero del muerto tiempo,
con raíz
desamparada;
Trémula deidad
tus
labios acostados
en tu
cara,
en mi
pueblo
me
enseñaron a luchar
por lo
que quiero
y más
solo que el relámpago
tu
felicidad quiero.
Mi paz de
campo abierto
vástago
sin superior
de
conciencia
mas que
inerte hálito
superviviente.
Frívola
suerte consumada
osar tu
palabra,
vendré
porque aún no he salido.
Clarines
y trompetas
entonan
este yugo
eclosionado,
en
servicial acto,
mi azul
fronda
que no
hiela tu relente;
rompe con
empuje
violenta,
feroz, agotada,
malla:
Hidra mía
perdona
mis lucientes.
Vesta que
Proteo
clama
hundiendo los montes.
De
vetusta proclamada
en
sortilegio de guadañas y hoces
que se
recogen sin martillo jactancioso.
Irrumpe
mi designio
vaporoso
en estela,
que tu
sombra yela.
Qué Dios
implora
a mi
imperio
del
precipicio.
Hechizo
de mi semblante
otorgues
invicto, valeroso
como
abismo de agua.
Previsor
que detiene
impías
naves
en ataque
de tormenta.
Sangrada
barrera abata
en
funesto claro oscuro
sin
atadura
ligado,
manso Ábrego
sin alma.
Prendida
paciencia
sin
alarde ni secuela.
Piélago
que saña
sin brida
ni cuerda
aplaca,
embravecido
con
umbroso helecho sombrío.
Bosque
temblado de mi mente
que
piensa
ausente
borrasca
sin ayer.
El
Castellano a 25-08-2017
FÉRTIL
ESCOLLO:
Hondonada
del hondo soto
en
ribarzo de tránsito veloz
por
rambla angosta acequia
en alta
lengua de lenguaje
en fruto,
caliza lengua,
profundo
tallo, vine exhausto
con
canciones de luna
y
soberbios cipreses.
A
desnacer silente,
Tiempo se
derrama
clepsidra
de mi sangre,
solaz
soto de hoja marchita,
limándome
en la lumbre,
atarralla
de luces por señuelo,
entre
carcomas voraces se tejió mi verbo
señero de
un sol despierto,
vine por
un destello,
traigo mi
botijo, sueños colmados
en un
estambre ambrosíaco,
riera en
venas
hasta ver
florecer tierra madre.
Chopo de
su vientre,
silencio
secular
entre
ojos quemando,
viví,
vine por
siempre por sus voces,
rieras
ven desfallecer su curso,
colmenas
risueñas
por
adjetivos precoces,
telar
dorado es mi letra,
en el que
no aprendí
ni me
aprendió el ripio,
al menos
nací del silencio
mente
blindada criando cerrojillos
de idea
flagra que deslizó la sombra,
cerrando
tiempos que eclosionaban
viles
falaces viperinas,
campo del
alacrán
campo de
terruños esbozados,
este
siglo que comerse
a sí
mismo puede.
El
Castellano
LATIDO DE
UNA ROSA:
Escribo a
los fantasmas de esta rosa,
tras su
invierno deshojado,
que su
voz abre en eco de pétalos,
rosa
esquiva de voces dormidas,
soplos de
hálitos intransigentes
a un frío
de neblina,
bruma
voraz desciende entre sus pestañas,
y su
sangre de hojas marcada
al
rejuvenecer de un ayer,
voces
yertas hechas tierra,
aroma de
besos dolientes,
y pieles
escarchadas,
redondas
ojeras suaves de luna,
un aura
color rosa fría
de un
otoño mustio, herido
que ya no
camina.
Sin ella,
sin ella la tierra abatida,
me habla
de tiempos que fueron,
de sueños
que se perdieron,
haz
purpúreo vano a morir,
por
colchones de ideas,
por todo
lo que quedó sin dibujar,
sus voces
dictan yo converso,
umbrales
que abren al sosiego
de
tijeretas que descansan.
Como un
beso escondido deleitándose
era ella
floreciendo abriéndose al mundo
para ver
desde su carcasa el fluir del tiempo.
Fantasmas
mudos que reposan la caricia
de esta
rosa, única al mundo
temperamento
de princesa,
el campo
en su pétalo,
rosa, rosa
tierna carne de estrella,
ojos de
quimera,
estampa
quieta,
cuántos
te conocieron
cuántos
como tu jardinero te querrán.
Rosa
esquiva, rosa viva, rosa sin cortar
al cielo
quién te viera caminar.
piropo
eres para voz soterrar
al latido
de tu beso por imaginar,
vive
cuanto quieras
que
volverás a reinar.
Por tus
espinas rizarán albas
y rocíos
matutinos
con sabor
a tu esencia desnuda.
Ya tu voz
no vivirá más ahogada,
hablará
tu savia
tu
belleza elaborada.
El
Castellano.
MIGUEL
ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
ALJIBE
BULLE:
A mis
campos,
a todo lo
que amo,
a lo que
nace y se cuida solo,
con
pretiles gestos les crece la dicha,
rabiosos
vientos descubren,
un cielo
oscuro
que ya no
destapa el verano,
sólo
ahoga esas flores de sombra
que
marchó el estío,
cabalgo
sobre la vida,
latidos
intrusos,
indeleble
mi trazo muerdo,
de mi
alta torre bellezas
trepan y
escalan,
yedras
esquivas apostadas firme,
tañen
nuevos tiempos,
que no
aseguro mejores,
abren
abrevaderos sus yagas
de
manantiales soterrados,
registros
de vida de rebaños,
áspero
soliviar,
marchan
caminantes
sus
ciudades que negrean,
igual que
liebre
por monte
fragoso,
negro
redil
tierra no
igualases,
hasta lo
más ínfimo
osa y
yergue distinto,
cristalinas
fuentes
que los
capullos abren,
serenidad
del insecto justo,
afilaré
esta canto,
que
abrirá el Tiempo,
surcos
sin escollos
que
surcan las letras,
ávida
promete
nuevos
verdores de horizonte,
verdecidas
frondas,
rendido
no dormía yo
ni mi
negra víbora,
mi arco
ni aljaba arrebatan,
miro por
mis suspiros,
no se
mantengan solos,
izaré la
montaña,
no me
recluirá la cóncava suerte
de su
caverna,
así el
cielo descienda,
quedará
un arco-iris
de flores
silvestres
en un
aura insoslayable;
Avanzaré
trémulo
los ecos
de mi voz,
por si
reverbera el sueño
en que yo
acuesto el alma
de todos
vosotros
mis
campos que amo.
El
Castellano
IMPÁVIDO
DESPERTAR:
Iras
negras forman celada,
ante y
bajo protección
de mi
égida,
por cruel
invectiva
cabalgo
mi piel de astro,
pavesas
del fuego aureo
de quien
yo era.
Levanta
sin suerte
metal de
escudo,
arrebolado
suspiro sembrado,
fuentes
me colman los ojos,
un
reverdecer que aguarda,
mirada
acristalada
con
matices hondos,
tierras
crestéan
sus
ávidas sienes,
sin
someterse,
siempre
sin dueño;
Inmoble
andamio de la vida,
cuando Noche
arrastraba
sus
ventiscas bramaba,
sin
lluvia, ardiendo,
he
cruzado estrellas,
un sol
oscuro he prendido,
descendido
con
campiña de laurel y mirto.
fatídica
era de las sombras,
Dioses
del subsuelo,
abaten
sin piedad,
cerrando
la puerta.
Estas
ruinas sin riendas,
desposeídos
lugares,
temblará
mi nombre,
sin ser
Rey de
los cielos.
El
Castellano
LUCIENTE
LLAMA:
Escita
levantas,
de
insigne pasajero gesto.
Mi
dulzura de cólera nacida,
cantad
mis años dulces
a Diana,
entre
boscajes
y frondas
suaves.
Donde el
torvo cielo no amenaza;
Allí se
blanda
mi ser
recto
de
conciencia pura,
cantos se
erijan
de verdad
desnuda.
Sombra de
saetas vanas.
Sangra,
luz viva, altiva,
nada sin
tus honores consagre
el viento
de plenilunio.
Ceñidas
las verdes sombras
de las
hiedras arrancando
liras al
pueblo fragoroso.
Vieja
entraña lacerada,
escucha
el reverdecer
de la
sagrada cepa.
Sin
honores no hay versos
ni
comensales.
Cuál la
vigorosa, valerosa
Quimera
que el
ser no enrrosque
llegada
la hora.
El
Castellano
FÚLGIDO
ALIENTO ESCONDIDO:
¿Acaso
dormiré la noche?
Se
callarán los susurros nocturnos,
el blanco
cielo ya no acostará plomizo,
su
letargo de otoño aguarda,
taimada
mía no marchites
mis leves
hojas;
No
todavía.
Ampara mi
dorada yedra
escucha
sus notas de savia verde,
abre y
abrirán rizos
en
acristaladas fuentes.
Allí el
clarín entone
enamorando
a la dama del lago,
serpeo mi
suerte cuando me dictó verte,
común
lache yo perezco
en brazos
de mi lejanía nunca hayada,
a ti
entrego mi labriego,
inquieto,
escita de su linde quieto,
aplaca mi
bajel de ala irascible,
relampaguéa
incesante
alta como
la luz etérea,
perenne
que yo estaré atento
para osar
y no desprenderme;
perjura,
retrocede, y avanza
alzándote
por falaces bocas,
que
desaconsejaron
y creíste
amigos,
no poseo
yo almendro
de
almendrás de oro,
pero todo
se dará,
sin caer
en el vulgo,
mi sed al
menos procuro,
es la
sangre cándida,
arremete,
marca su cántaro rodado,
blando,
una solitud escarchada,
a la que
se desea tras todo estío,
lisonjero
de tórridas llamas
secuaces
del terreno.
Hoguera
me tiendes la llama
sin
rendir tu escuadra,
preso
tiembla el morir noble.
Peinadas
parras de la sombra,
tupida
vida que acicalan
acariciando
al rey Sol.
El
Castellano
TECHO SIN
TIERRA:
Inerme
descuido
entre
fronda misteriosa,
ríos en
lágrima cabalgan,
estival
aura
y su sol
que en carroza
pasa,
entre las
puertas de este mundo,
mundo de
sombras,
sombras
irisadas,
donde mi
árbol no se da.
me
escucharán árboles
mi sangre
repleta
de sombra
vana,
quicio indiscreto,
tu
abierta ventana
que ya
duerme en tus noches,
resguarda
que mires
mi
marchita hojarasca.
Mi acorde
arrancado
a lira de
fauno,
a número
y medida
mi azar
de entraña insepulto,
escruté
cielo y mares
y ni un
acre de tierras
me
concedieron,
auras me
levantaron
de la
negra muerte,
y hoy
sigo doliente,
camino
esa noche
que
camina todos,
dura
coraza me resguarda,
de
impetuosa saliva;
Sirve de
tumba
a esta mi
funesta vida,
un
soliviar de acequia pido,
acaso es
tanto,
donde la
amapola
juegue
con el ribarzo,
y se
descubran geranios de los caminos
y
peinetas de brujas
con
abrojos,
magarzas
canten a sus coronas
de reyes
allí, donde los cardos
hagan
nido
y abra a
su luz la caléndula silvestre,
abrigando
este sino desdentado,
y su añil
de tierra,
que mece
y sostiene
hasta que
muera
sin nada
cambiar
hasta
encumbrada la fiera.
El
Castellano
OJOS
ALBOS FIJANDO:
I
Claros y
dulces,
ignotos
ojos medrados,
iluminando
auras fugaces.
Compases
abren,
su timbre
ecuestre dorado,
por la
lira que quedó sin pulsar.
Cogí y
ofrecí las malvas,
de mi
camino, sujetaban ellas
los
campos.
II
Tácito
pulso sobre el musgo,
buscando
verdades de sangre
en
piedras ya no desnudas.
Yunques
con señeros trabales,
de sienes
crudas
y plomos
derretidos.
Vestido
albo sin encaje,
cuña de
este garfio;
Semblante
sin ser rey bárbaro.
III
Déspotas
comensales,
fugaz
escita háblame del Sol naciente,
sin
cordura ni engranaje.
Mi
deleite rije, amaneceres
donde se
acuesta el este
entre
vespertinos roces,
que el
alma sacuden,
de
irascibles cánticos
al nuevo
día que envejezca.
El
Castellano
RAÍZ DEL
AURA:
Arrostran
secuelas
de
cicatrices
en mi
nueva forja,
abren
caléndulas temperamentales,
cebollinos
de lares silvestres,
a Numidio
le ofrezco,
jacintos
silvestres
en
evanescencia,
y mis
rosas caninas por abrir,
no falten
a tu vuelta,
ajipuerros
inquietos
aguardan
los campos
el
reverdecer
de otoño
sembrado,
romo
hierro acrecenta mi sangre,
labriego
invocado,
irritable,
a la
vuelta de mi fortuna
sosegada,
trillada entera,
como
tupida yedra abraza
la sombra
de su árbol,
no piso
cenizas que se parecen,
honraré
sin coturno
a Cécrops
esperando
laurel eterno,
cúantos
ríos nos desconocen,
este
honroso polvo,
Musa mía
no abandones tus juegos
modula tu
laúd sonoro
que tu
voz parte y pretende
dulce y
armoniosa,
al fugaz
viento
tiende mi
fulgor de armas,
se duerma
así
con mis
oídos dejando
se afilen
trompetas
y
clarines bélicos,
brillante
mira displicente
mi hiel
de suerte,
hoy no
vendí ni un atisbo
de espíritu
a su cruel destino,
argento
un color
nombré
escudero
que
enraizó en la tierra
como un
blanco chopo de belleza.
El
Castellano
VORÁGINE
DE TRASIEGO:
Afila mi
sien,
perdido
acre
de largas
venas,
traspuesto
entre
vientos abisales
derritiéndose
tierras
podando
su eternidad
en soga
que el tiempo
roe;
Fértil
vientre entre febril cumbre
de opacos
rayos acrisolados,
ventanas
fijas
al
cerrado horizonte.
Por las
armas de mi pueblo sin civilizar,
Numancia
alzo a tu sangre inmortal
tus más
de dos décadas
luchando
contra un imperio mortal.
Aciaga
afrenta por la anclada
libertad.
Fuego de
breas nos vio marchar.
Caminos
eternos con valor
surcaremos
para que
no nos pisen nuestro hogar.
Lanza y
falcata se afilará
y hasta
el verde lagarto
a nuestro
paso se espantará
recluido
en la sombra
que
nuestros pies avanza.
Niega,
sigue, prosigue
que su
sangre rehúye
hasta el
ocaso sigiloso,
que se
teme incluso desde el mar.
El
Castellano
LUCIÉRNAGA
DE NOCHE:
Razón mía
que enlojada
imperturbable,
abres tu
duradera onda
imperceptible,
desnuda,
esta
luciérnaga que el cielo cruza;
Como un
grito sin hacienda ni aire,
acaso
sonido fueras,
voz de
mis males tenue conciencia,
vosotros
que nunca me leéis
yo jamás
he escrito.
Papeles
en blanco
me
enroscan el sentido,
ni agitan
al inmoble
Dios de
tu hermosura,
quién
prodigio, quién mediocre
si
estamos de paso.
Nadie a
quien impresionar,
nadie a
quien agradar,
nada que
negar, nada que defender,
todo se
acabará afilando
como
hueso de durazno
del
tiempo germinando.
Millares
de ciegos caminan
estas
noches perpetuas de septiembre
fuera,
por fuera.
Puedo
verlos cabalgar
su visión
negra
sin el
amparo de la luna.
No hay
lluvia que gotea
a mi
ciprés torcido,
sólo
blanca secuela de luz ardiente,
otro
verano que no quiere ir,
mi sueño
no quiere mi verde roble,
apresta,
carga mi ballesta
que mi
fuerza no vence,
yo que
vivo para morir a gusto,
al mío no
al de nadie,
hechos de
ratas sumergiéndose,
como
infinitud de hombres
que no
cumplen su palabra,
será un
puerto
con mi
buque emergiendo
cuando le
toque zarpar a mi cuerpo.
El
Castellano
RUNA
INMOBLE:
Sombra
mía,
esquiva
de mi vida
encarnada
flor de ella,
entre
vientos en tierra
encorajinados
de nueva siembra,
de
fuéllega luciente,
valor
ensimismado
brotando
el ababol,
de sangre
suya,
sombra
sin cuerpo,
acaso
tuya,
difumina
otra sombra
de quien
yo era,
yerguen
espigas
con
pilares de belleza,
descansando
sobre el agua,
que
arropa tu fresca cara,
gira mi
vencejo la loma,
no había
primavera
ni lógica
aguantaba
este Ara
de hipérbole
de tierra
meseteña
de tierra
sepulta castellana.
desnacer
mío
el
terreno me aguarde,
inquebrantable
dicha,
visión de
mis dioses,
vigía
perenne,
oye la
lluvia,
no
preguntes
tiene
miedo llora silencio,
recodo
alumbrado con espinas,
llave de
mi pecho
destapa
dragones y fieras:
Dardo
senil de esperanza inmóvil,
caduco,
inmortal
para
renovar sus hojas
en ascua
etérea del mañana,
carne de
viento que espera
el cielo,
obtuso, abrumado
cuajando
destello arrebolado,
cuando se
desgañita la vida
por el
esperado ocaso
que
vieron los ancestros.
El
Castellano
CAMINO
DEL ESTÍO:
Páramo de
mi nervio,
aguantas
el tesón
del estío
estirado,
ya la
silvestría te languidece,
tu soto
caduco de forraje,
el ocre
te vence
tú que
desdentado de savia
ni
pereces,
por voces
tus cumbres
se hacen
mesetas,
inmoble
color del hierro,
tus
tierras levantan,
con
palpitar que al cielo
clama su
llanto.
desde la
pizarra
al canto
rodado
sólo
montañas no guardan
tu sed de
antaño,
brezos ya
laten amarillos,
compases
al verdor
de la
sombra de santas encinas,
bosque
esquilmado rocoso,
denso
musgo marchito,
¿cuál la
tierra madre?
¿Cuál la
piedra oscura
en la que
muere la tarde?
Dulce
tarde con oro trigo,
sin
rastro quedará la seña
y el
silbo del ganado,
llamo a
mi astro sosiego
permita a
la nube avanzar,
paz sin
recuerdo en la hondura,
caduco
parece tu vientre sereno,
sólo al
dormitar de simiente,
un molino
corta la áspera onda.
Ara que
prevalece su trillado esplendor,
su llanto
del cielo gime
la tierra
castellana,
estampa
dorada sujeta,
por la
que la vida marcha.
Camino de
Humanes que sigo,
por
ramblas padecidas,
sigo el
camino del hueso,
para
entablarme
con las
espinas de un endrino.
El
Castellano
SUEÑA LA
REPRESALIA:
Sangre
expiada,
ceniza
aparente
de
quienes eran,
incierto
azar de las armas,
oscuro
riesgo,
desdén
del tenebrio
encorajinado,
parca
ilusa que todo abarca,
sin oír a
los Dioses,
simas y
ríos que nos ignoran,
¿Qué
campo no me atestigua
en ocres
muertes
todo lo
que la tierra devora?
Esta
avara tierra
que
relame sus crines de plata;
Y su
destino no embellece,
justo de
ala nueva perenne.
En las
prósperas sienes
de
regocijo,
acogedora
sombra del blanco chopo
y este
opulento tejo,
que al
muérdago muerde
aguardando
convencer
a las
tres Hermanas de Negros Hilos
no me
hundan en el abismo.
Mi musa
cautiva toda de nieves
yo, de
bronce,
niega ser
de origen innoble
con ocho
lustros asidos
opresores,
púrpura
brillante,
esquiva,
pureza en
jaspe
de luna,
del
arroyo fugaz
bebe y el
viento revolotea
sus
suaves cabellos finos
fluctuantes,
se
encienden
mis
tibias cenizas
por
amarla a ella
lágrimas
sobre fértil vid
que
engalanan,
Valgio
abre y llora tu torrencial
desde tu
hogar caelis,
deja
fundirse contigo al Aquilón
cae tus
espejos deshaciendo rastrojos
cabalga
tu agua
por estos
estrechos campos.
Abstruso
tonelaje de mi pensamiento,
hosca
patria mística
de amor
furtivo,
trémulo
de lo que el querer quiso,
sin falso
engaste avanzo;
el poder
del cuervo siento
ese único
que visita mi jardín
a las
nueve.
Por oscuro
aflige
que ya no
es celestial,
ni aunque
el cielo fuera pardo.
Vetusto,
geométrico, áspero
mi desliz
absorbente
como un
torbellino,
que ya
las penas
de mi
olmo desnudo
no llora
ni la
belleza refugia en esfinges
sus
torres que son de la tierra
como
señeros de vivos,
raudos
árboles enhiestos,
en su
copa
que bebe
al tiempo.
El
Castellano
NEGRO
ASPAVIENTO DE UMBRA:
Ahuyento
el crujido,
el
espasmo de viento nocturno
que fuma
mi cigarro,
es una
violeta opaca sombra
su éter
de persiana roída
pasaban
yertos caminantes
sus
ciudades que les negrean,
un suelo
quebradizo
blandía
figuras
con
espasmos de cobre,
por
faroles y fuegos,
luzarreros
edificios de leche
y
hormigón,
perdición
flagrada
en toda
dirección,
un
segundo vuelto atrás
y observo
detenido mi desquicia
se
alimenta voraz
de estos
cielos de plomo y zinc,
solo una
vez más
miro mi
soledad desde el otro lado,
y se
espanta el negro apuesto de vacío
empedernida
luna sujeta
por
filamento malva de la luz estrella.
cuento
999 y aparece mi cuclillo,
asmático
suena mi grillo,
el
segundo ya vomita otro minuto,
no me
cuentes reflejos
de ávido
camaleón me visto,
semáforos
disléxicos
me
cuentan de mi azar de visión
por la
que enfermedad es alegría
y nacer
la misma lechuga,
hoy
volaré sobre un vencejo,
avistame
hondo, fugaz, pertinente,
crispado,
retenido entre mares de tierras
a lomos
de un caracol que cabalgo,
y no me
vence la luciérnaga matutina;
negros
soles me cuentan
que su
luz es sólo un respiro del Creador,
la
tiniebla ganó al tres en círculo
y el
mundo se puso de cruz,
amén que
trajo un jamén que me enjalbega
mi tuerta
creación,
sonido
ciego
me
avasalla la abierta ventana,
un
crepitar valiente escuchó
que abrió
sus ojos,
y un
irisado que la noche clama
se
desperdigó,
era
tiempo para volver atrás como
las
plantas silvestres
que se
hacen las muertas
por qué
pues porque siempre están,
como rey
lucero
es
certeza de mi magna
espiritualidad
que ya nadie niega
ni con
gafas de Sol.
El
Castellano
TRENZADO
DEL TERRENO:
Abro de
mí, la rigurosa sombra
acogedora
de mi blanco almendro
fresco
dosel que presta almazaras
llenas de
olivos,
hermana
del negro hilo
cuándo mi
jardín florido.
Rasguña
con tembloroso sigilo
de savia
dulce su arroyuelo.
Blanca
luna que me reflecta
en los
sabios bosques.
que sus
mieles Himeto me concede,
colinas
serenas me aguardan,
y en las
prósperas perviertes,
apacibles
bellezas
parirán
tus ojos;
Lágrimas
sobre mis tibias cenizas
de aquel
que duelen y sigue
porque
son del poeta que te ama.
deshecho
en espumas trenzo
vaporosos
ríos de mi sangre,
vernal
lozanía
que aún
gozo
como luce
la flor sepulcral.
Ceñida
cabeza tuya
de las
rosas más vivas,
¿Quién
cauto te hará cortesana?
Raudos
Lapitas no hay futuro mejor,
el viento
me pulirá su acento,
bien
funesto que considero
que me sembraron
de la
bronca hendidura
que no
sucumbe ni se hiende,
Baco
enseña haciendo danzar Ninfas,
aguzaban
sus canciones,
pobre
labriego este que nunca se dio,
pilares
auras según lo pidan tus liras,
¡Oh
Calíope!
Musa de
mi lenta melodía,
tráeme la
fronda verdecida
de tus
mantos vestidos
de
Ferento la sola campiña.
Sin feroz
hija hambre,
yo
providente augur
de todo
lo que amo;
Al
escondite del alacrán
no
proclamo,
por
doquiera me dirija la suerte,
veo la
oscura tempestad que anuncia
que yo
estoy bailando en la luz
para
poder bailar en la oscuridad,
Galatea
la corneja no me espantes
que mi
buena remembra.
alma
présaga de lluvias
que a la
flor incitan,
yo que en
pulido ribarzo
quiero
prender a Ninfas de flores
absorbentes
de miradas
y de
fugaces estrellas.
Amor tan
torpe
¡Oh mis
castos Dioses!
soy yo
humilde
un ser
hermano de la tierra
que no
permite
ni a
víbora ni culebra
le
retiemble
la paz
diáfana hallada.
El
Castellano
DIESTRO
DEL MAR A LA MONTAÑA:
Fuego
trenzado, galopado
crepitando
el amor fulgente, estridente
de mi
madrugada
que
avanza que danza sin balanza
el
infierno silente de la mañana ampliado
río de mi
sangre que colma el páramo deshojado
donde
vive donde crece mi chopo viejo
colma el
terreno mi sed de abrojo
diestro
mi hálito exhala su desliz embelesado
nacarado,
embrujado, por mi mujer
endiosado,
extasiado de miel y ambrosía
repleto,
lleno, colmado, extasiado
mi río de
sangre avanza no se detiene
corre del
mar a la montaña sin mostrar despecho
de grazno
escondido en cada torre
el idioma
de la noche se hace presente
tiempo
que corría muerto desde
mi sótano
de luz
a un
horizonte tenue por conquistar
corría la
lagartija sin desdén
por
enternecer al horizonte diestro
del mar a
la montaña dispuesto,
de pieles
extasiadas cantaba
el surco
del reguero de mi vida
por
florecer en la arteria del lugar
graznaba
mi alma a los soles de espejo
fuego
trenzado en cada ciprés
que me
sostiene
que mece
el amor de mi sangre caliente
era
llena, habitada por la flor
sólo allí
donde reposaba la belleza
allí
donde ardía el sentido
enarbolado,
flamígero al ojo del cuervo
bullían
rebosantes mis fuentes
esas por
las que se colgaban
parcos
los árboles y enamorado
el
suspiro acampaba la tierra
de piel
de nuevo
esperando
mi vida quieta
la ascensión
de su alma al cielo
atochas
de esparto me sostienen
para
tener yo sangre de tierra
gramas me
florecen en invierno
el beso
congelado
del Tarot
helado de mi sangre
hoy gime
el tiempo en mi ventana
quien lo
viera marchar de cuchillo
de espino
y girasol helado
hilvana
el viento corazones en los álamos
para que
despierte feliz mi Sol,
y
concluya el tiempo de la madrugada
de mi
vida en fulgor
que
dibuja siniestra el corazón
de mi
albor,
ese por
el que descansan horizontes
crepitan
montes, las aguas
brillan
fulgentes estallando
mis
veintisiete fuentes
como
gotas tiene mi vida,
fiel mi
caricia anhelante
de una
sed por la que revive el inframundo.
El
Castellano
DISPUESTA
ESPIGA MALVA:
Diestro
tapiz me unge,
cabizbajo
de este gris
que
desnazco;
se amilanan
de grana
guadañas
que me cincelan,
no me iré
de mi abismo
ni en él
terminaré de hundirme,
ni este
cielo acabará
de
blandirme,
quebrará
mi espejo de espejos,
y similar
me encontrarán.
Mientras
subiré por el costal
de mi
camisa todo lo que veo
un azul
teñido de mares de tierras,
como es
arriba es abajo,
soslayando
me encontré
con un
camaleón de quien yo era,
hoy
afirmo que lo vivido valgo,
de vidas
de un día me aguardo.
Manantial
displicente esquivo
es esta
boca de tierra que rehuye,
una vida
y un arrebato colgado,
una
sinfonía de grillos
que
reverberan las fuentes
y sus
encinas y sus quejigos,
sus rocas
y sus nidos,
sus lunas
y sus espejos,
vine que
me estoy tejiendo,
una
carcasa y una flor
es por mí
es por ella,
que el
color nace color
se abre paso
una rosa bermellón
por ella
es que reverdece
mi
corazón.
Y un
ocaso malva
se
escuchó entre los dos.
El
Castellano
ALBO
ESPÍRITU AZOGADO:
Abrí las
rojas puertas
del
fantasma de mi corazón,
despertaron
grises lheviatanes
como
agujas sin cabeza ni redil
era él un
fantasma puro, impío
un último
respiro alzó
a mi
cabeza,
y caí de
rodillas
a otro
mar
a otro
mar
el suyo
sin calma
ni
espumas purpureas,
abrí esta
vez las ventanas de mi pecho
esta vez
como si alguien las sujetara
en mi
propiedad
de fría carne,
un pulmón
marchó a una rivera,
el otro
perdido marchó
a otra
con mi espíritu,
quedaba
mi cuerpo como frío, desierto
páramo
sin espacio sujeto
donde
anclar señero de luz
mi pecho,
el otro espacio
de mí
desierto
oscuro
como opacidad
de noche
de soto sin luna
sin
luciérnagas del cielo,
sin
fusiles que clavan su plomo,
sin
faroles ni lucientes
provocados
encumbrados
como este
vacío que ya cansado
no más
habita mi espejo de alma,
mi pecho
partido enraizó
la mejor
flor que la vida
pudo
darme
como
espina para clavar la espina
de mi
vida y asir
cielo y
tierra en marea
de
primaverales caricias
albos
ojos fijos
en
auroras que marcan
al
violácea arpa de mi despertar
creyendo
sus ojos un sueño
para
habitar.
El
Castellano
ENDOSELAR
CANTANDO:
Anquilosada
bruma negra
me yergue
sin piedad,
allá por
un fatídico recodo
danzo,
danzo con mi lobo,
viles me
destrenzan
como
muere mi Dios silencio,
era un
cable un tranvía
que surca
la mente,
por
fortuna hablaba mi otro,
un puerto
y un barco,
abría de
mi pecho
un
trémulo espíritu
aullando
vespertinos roces
de
costillas enlutadas:
Hoy una
luz vana
me
escarcha el alma,
debato
con mis Dioses
dónde
quedó mi destino,
acaso
merezco acaso desvanezco
puro como
lágrima del cielo,
mi tardío
quizás diga,
mientras
este castigo,
seguirá
crujiendo mis huesos,
crascita
la belleza
entre los
barrotes
de mi
calavera,
mientras
seguiré
pudriéndose
mi vida
en silencio,
como pez
en tierra
soslayado
de cielo,
lo siento
mundo
ya soy
completo
un millón
de mentes
un millón
de mentiras,
esta
inspiración no me hace libre,
miedos,
ilusiones truncadas
contra el
ateo
no me
imagino
como un
pez sin boca
sin creer
en nada
camino la
ciudad
que
negrea el sentido.
tu cara
diviso
ya puedo
morir agusto
hasta el
nuevo día,
hasta
trenzar ocasos
del alba
y su espuma malva.
El
Castellano
RESURGE
EL AÑIL:
Florece
agua ignota,
azoga tus
blancos corceles
de rocío
sereno
sé bruma
gris de abrevaderos
juega con
mis mariposas serenas
de los
vientos, fragua mi sentir
en tus
venas rocosidades,
bebe mi
sed como un desnudo ayer,
entre
flores del paraninfo yerto,
augura mi
suerte entre tus vellosidades
colmadas
de savia joven,
un
reverdecer anhelado
que
tantas espumas aguarda,
madre de
mi blanco chopo,
tu
cristal luciente;
Cuántas
eras yo he conocido
tantas
vidas más longevas
que la
mía,
osadía
pulcra de espadas azules,
cuchillos
calizos de cerros
castizas
fuentes
en
ramblas del terreno,
rieras
terrunas al sosiego
de vid y
centeno,
hablase
yo entonces
de un sol
que desgasta
de acincelados
bosques
de
espliego y atochas de esparto
del
grillo solariego
que abre
el sendero,
baja vida
tus espumas verdes
de paz y
sosiego,
vence tu
paz sepulcral
al fervor
de mi vana sombra
que no te
puede,
háblame
tus hojas
bailando,
jugando con el viento,
de este
otoño que no llega,
ni su
bruma honrosa desciende.
Tráeme tu
febril aleteo de estambres
clava la
simiente esquiva
que raje
la tierra,
contigo
el resurgir de las estaciones,
pariendo
el desnacer
de toda
muerte en color
de
simiente.
El
Castellano
SOCAVA MI
TARDÍO:
Indemne
acontecido,
en solaz
yaga sin fresno
ni alta
haya secular,
jamás
aplacado por sotoventos
ni fugaz
línea de chopo ferviente,
singular
atarraya de vientos esquivos
su páramo
veloz de ocres del terreno,
vino a
plañir mi alma,
entre
oscuros cipreses con sabor a dama,
soy
tocado por el rayo de sol,
esta
sequía que escapa
en el
sitio del ángel de tu mirada,
miro por
fuera y el centígrado decrece,
gramas
envejecen mi calzado,
te
encontré y llamé a tu corazón,
déjame
ser agua en tu boca,
lejos
brillaré por dentro
un placer
preso,
y sus
vendavales furtivos secos,
es hora
de anudar el firmamento
en una
falange y en otra llamar
al viento
mi padre.
El río se
sembrará de altos árboles
y sus
peces anidarán en sus copas,
vine a
perderme
por si
aún no me he encontrado,
haré de
bocas esfinge perdida
por
cuanto yo he conocido,
perdigones
reposarán en las ideas,
golondrinas
llevarán besos de auroras,
yo me
trenzaré como el azabache
que llora
la noche,
una flor
de sombra enraizará mi pecho,
en sangre
de amapola negra,
como mi
sangre oscura,
vine que
se deshizo mi ventura,
por este
ignoto torbellino
sin
ventanas al pasado,
tejo que
yo a ella consagro,
como
niebla y bruma
que sin
ella otoño no hace,
pregunto
a mi lobo esquilmado,
sus
broncíferos vellos me responden,
que dicha
no es labrada
si no hay
manos de recolecta.
Como
recompensa trae lo sentido.
El
Castellano
TIERRA A
RAÍZ, SOMBRA A IDEA:
Por la
vía
que los
vetustos
olmos
blancos
protegen
los desnudos álamos
que
aguardan erguidos,
al
descanso de trémulos corceles
y sus
carros, cruzan sin herir el sendero,
abatida
mi contemplación
fue
silenciosa entre páramos
angostos
esquilmados del ocre
ardiente,
encorajinado,
como un
negro suelo que rozo
con los
ojos.
La sombra
que un ciprés rutila
se
acrecienta erguida, ahilándose
con
aspavientos que retuerce la luz
sin
franco obstáculo.
Era de la
tierra habitado
un bronco
grito sin suerte,
refirió
su desventura
y miradas
no esquivaron,
quedaron
vistas cuatro espigas
juntas en
tierra arremolinada,
por las
vides de semblanza
y el
resurgir del añil
del santo
olivo,
misteriosa
sombra de ciprés
háblame
como se habla a la primavera
para que
se lleve los fríos,
quiero
compartir tus preocupaciones
preservarte
como me preservarás
cuando
muera,
al sigilo
del rojo brezo
me alzo
como flor
que la
primavera arrebata al invierno,
y abeja
que baila sobre coronas,
como agua
clara
que da la
misma luna,
así como
tú sombra,
yergues
tu profunda pupila
desde la
misma senda
que te
vio nacer
pura,
limpia serena
aguardando
al alba
tu
desnacer
que tiña
tu ojera suave.
El
Castellano
SIGILOS
DESPOBLADOS:
Aciago
escondo
los
faustos de mi recuerdo,
abro la
verja donde crece
mi árbol
muerto
imploro
abran sigilosas
guardias
en noches
que
apelan tranquilas,
como
grutas de mi arrebato,
esculpí
mi torre de bronce,
como pasa
ciego rayo
entre
montañas,
razón
impele
baja
Calíope
reina
musa
afrenta
lenta melodía,
yo abriré
cadenciosa lira,
aplaca en
hombro
la vestal
Hispana,
compadecida
arrasarás
cuerdas
de conciencia
despertaremos
del sueño
a
gloriosas ninfas,
tañerán
tambores
el duro
sabor del hierro.
Vidas
opulentas
abren y
cubren
la tierra
cultivable,
sustituyen
a mirtos y violetas
junto con
sin fin de flores
que
esparcen,
y parece
su aroma
de la
brisa apropiarse,
funesto
día
que traía
la impía mano,
la
afrenta de sus campos,
me
imagino aciago
como
fragua del fuego brotaba
sangre
del candor del hierro,
agota mi
huidiza pluma
por
cuantas realidades
no he
conocido,
hasta
decirme yo basta
al mal no
he conocido
mi dorada
mediocridad
tolero y
acepto,
¿Quizás
algo más cubriese
mi dicha
de diáfana bondad mía?
Que al
mal de muchos no acompasa.
El
Castellano
VIPERINA
FALAZ DE TIERRA:
Sin ir
más lejos
nosotros
somos de tierra
somos
alcarreños
somos del
mismo metal
que las
estrellas
hierro
fragua nuestra entraña,
metal y
simiente hijos
de la
real abeja,
fuego
brota en nuestros ojos,
siglos
del barbecho
engendrado
por el soto
de la
encina y el esparto,
somos
compases del miedo,
jauría de
zorros al acecho yerto,
vívida
estampa del hielo,
sinfonía
sin acre desnudo
somos
acre de espuela
y vid de
nuestro camino,
fervor de
silos dormidos,
auge de
la espiga
remanso
del irisado girasol,
somos lo
que ves
es
nuestro paisaje
de sangre
ferviente,
y espuela
doliente,
gira mi
arado
verás que
sigo al mando,
recuerdos
ahogan
la madre
compostura olvidada
padre
cernícalo por angosto
valle de
río dulce
y senil
valle juicioso
abre
magarza tu esplendor florido
con el
ababol y su sangre de tierra
abre
sendero al reposo de Castilla
con su
sequía herida,
cuántos
siglos no te han visto mudar
tu aciago
terruño paisaje entre cerros
y
febriles solanas
donde el
tiempo
escapa
angosto.
El
Castellano
CELADA
QUE DUERME:
Veraz
acre que el otoño juega
con sus
alas virginales
en mudas
que el verde siembra.
Era una
blanca luna de espuma
con las
que el agraz de la uva
jugaba y
ante ella
una
belleza ambigua inclinaba,
y entre
breñas hacía que dormía,
amenizando
los céfiros
y arroyos
magnos,
no pude
verla errar
por mi
sagrado bosque,
abría su
lira y se escondía,
mordiendo
la negra víbora,
pude
regresar más valiente
entre
estas torres de belleza
que se
erigían,
entre
escarpadas escalas
de todo
lo que nunca se marcha.
Jugaban
los corzos suaves,
sin
tiempo ni lobo,
rudo
tronco indemne
se
aposentaba
frente a
la muerte,
de sus
vanas cortezas secas
florearon
brotes como espadas,
que
recorrían hormigas,
serpeando,
esquivando
a la gris
araña de cueva y madriguera
en acecho
yerto.
Se
descorchaba en grietas
como
mustia caricia
que
lluvia no anclaba,
preñada
su savia aguardaba
que el
tiempo perdonara
con
pretiles gestos
de
retozos de chubascos,
mientras
la carcoma voraz
no cesaba
su caminillo
entre
sierpes grises
ahondonaba
su madera,
su
destino pertinaz
que ya
preguntaba
si habría
un cielo para las plantas
donde
renacer aquel purpúreo chopo,
que años
ya no surcaban rigor.
El
Castellano
CANTAR
CON SILENCIO:
Un pasaje
a la otra orilla
miraba la
vida huir, desvanecerse;
estela
vencida, afligida,
mirar la
otra orilla
un fresno
dormitando
una hoja
colgada de una tela de araña,
aguantando
leve la insepulta tierra
a
deshacerse,
esfera
verde naciendo apostándose
en hondo
destelleo,
súbito
sueño desnaciendo
su
caminillo de hormigas
de labios
grises.
Dormida
yacían sus trenzas
como
sedas ligadas de azabache,
leves,
acomodadas,
tez de tu
hermosa cara,
bajo mi
cielo un lamento de gloria,
portal
abierto de tierra,
mirada
perduradora entre monte y abismo,
bruma
frena, envuelve,
de
impiadosa niebla gris,
impelido
me conduce su profundidad anclada,
un sol
oscuro busca respirar su luz,
confiante,
humilde, la guarda,
ojos de
otros ojos
apostados
en mi sien
imagen de
mi imagen viva,
resucitando,
como
nunca desvanece esta suave
nube
rígida
que es mi
amor a la vida.
El
Castellano
TELÉGRAFO:
Trato
hoy, desgañitado, dando mi hiel desquicia al ajeno. Estuve con existencia y
soledades, bebiendo en ubre amarilla. Hay un cuarto de formol y un gramo de
yodoformo en mi mesita, colores para nuestras naciones. Era un triángulo
angular, bajo un terciopelo verde listado, sobre el que se suspendía un alambre
oxidado de telégrafo. Era el medio del idioma del hijo de nuestro cielo; un
gritar escarpado a lo desconocido, hablando intrínseco con su paralelo
perplejo, desconocido: chirriar de un poste de pino muerto, herido por el
viento; una carne de metal vacilaba; era una tetera cantando al fuego. Lo
ignorado latiendo, súbitamente. Su idioma de ruido, por ruido vertiginoso,
vibraba de aquel poste como si el piadoso terciopelo de césped de abajo le
sintiese bailar. Tendido con recorte, lucía como una colgadura de iris
vertical; como jícara blanda, paralelo, vencido por alambres de boca
misteriosa, miedosos, oscilantes, bajo el verde terciopelo tendido, que espera
sus corzos secos de invierno.
El
Castellano
REDENCIÓN
SAGRADA:
Cuando
los ángeles desertan a morir,
en los
ojos de otros ojos
estás
buscándome,
me
despierto;
los
Dioses celebran
un
silencio sepulcral.
Colores
me evocan de la nada,
ruido
cómplice aborda
como
navío tiznado al 2025
senderos
del mar de tierra
que abre
mi lengua en tu guarida de boca.
Melodiosa
suerte de la máquina de tu cuerpo,
tonos
sobrios, vespertinos
absorben
la mirada como filo inexpugnable.
Absorto
cae el tiempo en tu sangrada candente
azada
dispuesta, es tu verbo un franquear de desvelos,
que
respiran estrellas fraticidas.
Es un
solo cuarteado en siglas,
los
soplos resplandecen vibran al son de nueva grama.
Sombras
inmobles cuentan de tu respiro
infranqueable,
por jóvenes tapiales
de tu
inexorable, florido, grandioso desvelo
de
metales,
cobres
anidan campanas de media noche
aguardando
el surgir de lo sepultado.
No frena
la sintonía de tu saliva, una,
ensueños
duermen llamando se cumplan los anhelos,
cuando
los ángeles desertan a morir
tu mirada
se enciende, abismos silenciosos se prenden,
tu voz se
hace palabra.
Me sigues
te sigo cariño de ternurita dispuesto,
luz
enraíza tu alma, efímera en mi mano,
vuelve a
mí una paz que ni los nichos toleran.
contratiempo
por fuelle,
magarzas
de otoño,
corona de
reyes en primavera,
etéreas
hojas a solas peregrinas,
dejando
embriones por verso,
capataz
de siembra única,
al compás
liberando golondrinas,
punto de
Sol a ciegas,
es mi
mente surcando brumas grises
que me
acercaron.
Vagido
endeleble,
fúlgido
yo destellaba tu sien sin marca,
caliente
al arrimo de mi ser,
valedera
fuga sin ocaso,
un
caracol en un verso montado, arrastrando:
sacado
del pecho
como
heraldo sin desquicia semblanza,
corriente
arrastrando cadenas de errores,
fruto de
libertad
y
conciencia sellada a ciegas.
Comiendo
raíces por hechos
en fruto
divino insoslayado,
frío de
noche
bañando
la casa de lo eterno
llamada
Diosa de tu entraña
mi musa
bella.
El
Castellano
TRANSPARENCIA
HABITADA:
Aquí me
quedo sin casa, sin pudor,
sin
vergüenza, sin interperie,
sin descampado
de viento, otros sones
no me
tientan, sin cuerpo,
sin mi
transparencia violenta.
Me quedo
porque contigo lo tengo todo
y lo
ajeno se difumina a otro tiempo,
ausencias
habitadas, opacas de otros seres,
que dejan
huellas perecederas.
Ya no sé
a qué sabe una flor con tu nombre
ni si el
viento pasa y se despide.
El
sortilegio del destino se va cerrando,
y sus
espadas como cuchillas de dientes
que me
ruedan sentidos que a ti me ligan.
Avanzo
sin permiso
los
campos de abrojos
y cardos,
se agrieta el sendero
yo al
timón, del sentido de vida osada sin despedida
por esta
vez,
las
condenas siguientes
no
alcanzo a imaginar.
Solo
quiero lluvia precoz que reviva los charcos,
seguiré
sin elegir nada
mi
destino hinchándose,
como
cebolla un día en agua
como
apartar la vista
y seguir
viéndote,
no quiero
más vidas que sin la tuya
todas me
parecen inertes sucesiones
de
difuntos que no germinan.
Sólo
suben la escala.
El
Castellano a 2/01/2018
ENCINA ME
REVERDECÍA:
Llano de
altas tierras
es el poema
que se piensa,
quiero
abrir el mar de encinas; afilarme
en su
quieta vereda,
guardarme
en sus flores puras de tierra.
Ahondarme
brotado, pulcro del fuego,
y su
entraña destellaba como luz vieja.
Crispaban
rayos entre brezos
cuando un
aleteo de nuevos estambres
cedía
angosto paso,
colores
de trampa abandonada,
fue la
era,
escalonado
asir de místicas palabras
que
yertas de conciencia
no
escapan.
Una casa
en la loma
de la
insepulta tierra, madre de las cosas,
rodaba mi
paraje perdido
entre
voluptuosos pinos erizados
de un
jardín de albas incausado.
Espinos
amarillos sujetaban el paisaje
con
esparragueras del sueño
camino
del linde quieto de Humanes
se
exasperaba voluminoso el río Henares.
Misteriosa
caricia
al
sosiego del jardín que nunca tuve,
tierra
que no es de nadie sólo esta se presta
y maneja,
como un sosiego acampa sin esfera;
un
continuar de lo que siempre estuvo y está
siendo el
poema arena honda
y mis
manos tierra del siglo que sembró.
Retama
del ocaso,
soliviares
de encinares espumosos
un color
duro, que verdecían ideas su paso,
raíz del
mañana
anclada
su verde savia.
Perpetua
añoranza sin causa,
crascitar
que belleza acoge,
que
arrulla en sus alas.
El
Castellano
CORAZÓN
DE AGUA:
Hondo
conjuro,
poesía de
tu voz
que se
hace meseta,
sobremesa
de cabales,
reniego
al cincel abrupto
de
transparencia líquida.
Un osar
que llama a la puerta,
se visten
quimeras:
verso
arde y conjuga el beso,
por
cuanto he conocido
es
insuficiente.
No me
alzaron
camaleones
con mi nombre,
amplio
silencio
secunde
largueza,
como día
de recta hoja,
piélago
frondoso,
perenne
estampa alzándose
en
marejada de fértil tierra.
Recia
infancia
en
linderos de semillas regaladas
por las
que nazcan hombres de hueso,
flor en
mi entraña parda y austera.
Dura
piedra todo corazón,
lustrales
colores
hasta el
desnudo cielo de zinc
y su
verde tallo que no palpita,
no ceja
mansedad
en
sortilegio de su espejo
que yo
místico sueño.
Me
desconozco
en este
sueño que la letra
me tejía
buscando luz
entre la
bruma,
encontré
mi corazón de agua,
nadando,
casi despertando,
mi leño
sin cruz podada,
llegué a
la oscura nodriza madre,
la
tierra.
El
Castellano
RAÍZ DE
ALBOR:
Broza
esculpo,
sus
pinceles verdi-azules,
idea,
hazme temblar la espera,
que tu
voz dolida sea lengua en azabache
de otra
noche que ya escapa,
y su vena
escarpe por cristales
de vitreo
haz,
réquiem
blandido en un cielo de espadas,
anudada
en tu cintura desnuda,
áspera,
erizada ella,
mi idea,
combatiendo
ocasos leves
que te
dibujaron,
caos
febril de plateada rienda,
estrellas
miles la amparan.
Su muda
vaga entre carditos de la dama
y su
vestido amarillo
de rayos
acrisolados;
alto
templo de erizos seculares,
caracoles
avanzan seniles
profundo
tallo,
bella
eres.
Bella en
sueños no me hablas
yo me
quedé mirándote
para
decirte:
-Si te
encuentro, nunca te marcharás.
Desdén en
este mundo de secretos,
en este
mundo de demonios
buscando
paz,
cazador
corriendo la noche,
por la
vana luz
cabalga
el cielo,
un
aullido,
llanto de
un lobo,
miseria
enraizada,
cada
triunfo una escarcha
en hoja
escondida,
que a la
mañana verás morir.
Abrazo mi
calma podando,
desmochando
lo que mi
espíritu yergue,
forrajes
miles acampan el corazón férreo,
mi vena
coagula
al sentir
mi idea
que al
ser pensado el camino
no
abandona dictado sentimiento,
cinceles
esculpen mis manos
que
siembran este beso etéreo
por tu
caracola.
El
Castellano
ENTRAÑA
EFÍMERA:
Abro
sortilegio de espadas,
enjuta
llora la tierra
sobre un
carril húmedo,
surcaba
mi sombra de vida
azares y
tristezas;
besos y
espinas de flores
abisal
tormenta
que
descubría lo eterno.
Lagar
turbio de la forma congelada,
fuente
existencial de sangre,
igual
letra abierta entre brumas
voraces.
donde
siglos rebajaron el estío,
historia
de sosiego cabalgo,
mar sin
entraña
sólo
tierra y sus bellotas
de días
futuros.
esperan
la voz
de
profundos conjuros,
hincan
los sotos
sus
torres de belleza,
que
yergue padre Sol
entre
selvas de piedras,
surcos de
lumbre
donde
muere la tarde.
Asesinada
la Esfinge
reposo mi
cimiento.
Belleza
¿qué eres tú belleza?
Salmo
adornado por los hombres,
virginal
cuna de la forma,
encina de
tierra,
cuchillo
de ciprés que vigila
tu
espalda.
Cumbre de
ideales sin lumbre quieta,
honda
clepsidra de las estaciones,
insectos
en tus flores ¿somos?
corrientes
de vida que clavan metales
de
hermosura.
Voy por
el camino de zarzas
sin
herirme
voy cerca
de un canto que asesine el final
de muerte
pautada.
Abrojo
sin despedida
sutil
caricia,
respiro
sin nicho ni ancla
sólo un
sol de caléndula
latiendo
su espuma verdi-amarilla,
por
corajes nacientes,
que
deshacen versos de lágrima.
El
Castellano
TIERRA DE
ENCINA:
Encina
carne
y cuerpo
que en ti
el campo
hizo;
emblema
insigna.
Follaje
recio, duro,
inmoble
al transitar
del
viento.
Sobrehaz
madre natura
de
pedernoso azar de catedral
que de ti
hizo san Esteban,
parda
encina te escribo
desde el
reposo del hombre fluyo,
como
sangre me sostiene
en
manadero de tu lecho de tierra.
Apretada
y densa
lloras al
camino,
no caes
en invierno
ni te desdibujan
heladas,
soles de
siglos
doran tu
espada,
árbol
férreo
de árido
horizonte,
frente
los ojos,
viejo
monumento
que
sacudes,
el alma
de la roca.
Brotada
del mismo fuego pareces,
oh parda
encina,
yo a ti
acudo virgen
que en
tus hojas veo pulcritud de estelas,
puntadas
de unión de cielo y terreno,
en ti
campo se hizo,
de tus
lagrimas otorgaste flores la tierra,
meseta
navegas con flor de piedra,
árbol
solemne tú eres,
a ti
rindieran cantos
a ti
rindieran cuchillas,
campo de
víboras
has
pisado,
espejo de
pueblo eres
que
guardas reposo
y pasado.
Acoge
Virgen de la Encina
mi canto
manso.
El
Castellano
CANTA MI
SANGRE YERTA:
Mi sangre
yerta, obra completa
III
Mi sangre
yerta esquiva, humeante;
canta mi
sangre yerta, granate,
el hierro
de mi tierra por sembrar,
canta la
amapola vieja, desvencijada;
sangre
del corazón carmesí, rubí excelso,
granate
lustre postrado.
Sueña mi
semilla despertar mi sepultura efímera,
donde el
muerto cave su vida,
y mi
cicuta triste, desprotegida
enraíce
el paraíso
de pieles
sedientas y bocas sobre una araña;
hojas
muertas, de mi vida escrita.
Corre mi
otoño desde la vereda a la rambla,
corre mi
frío desde el infierno
al río de
flores desangrado de esta alma por ganar.
Encina
yerta de mi piel esquiva, flamígera
beso de
tierra y vid dorada al beso;
beso de
trigo y girasol,
de
cuchillo de espiga mi cante,
de zarza
y espina mi amor
real como
intangible, áspero y rígido,
bravo y
valiente, duro y endeble,
metal y
simiente.
Pan y
niebla, bruma y cal,
mi
carcoma sedienta,
niebla y
bruma me desprende,
desde la
boca hasta el pecho,
donde
canta mi pasión sin despecho,
vive esta
sangre caliente,
lumbre de
mis tocones,
nube del
cielo por dibujar,
a estampa
de sed y viveza por entrañar,
canta mi
umbral,
quiere
tener soles y lunas sin gemir,
invierno
llegas,
dibujando
transparentes los miedos,
avanzas
cada campo sin permiso,
helando
hasta el sentido despierto,
oda de mi
sangre yerta, humeante, dolida;
por mi
tierra me arde la siembra,
y el beso
queda escueto,
parco lo
sentido enamora el hálito,
quién te
viera marchar,
vestida
de olivo y centeno,
de olivo
y cebada,
de trigo
y espada mi guadaña,
por la
calma abrasas la esperanza,
en
maldición cantas tu canción,
y los
cuervos te rinden pleito de negra ala,
de grazno
escondido en cada roble,
desde la
piedra a la cueva
abrasas
oscuridad mi entraña,
dibujas
tu vívida estampa,
donde el
tiempo yace muerto,
y solo
las sombras te entienden,
solo las
hojas buscan su nueva vida,
deste
sembradío de niebla me avanzas sin piedad,
la dicha
y el reflejo por ganar,
desde mi
tierra encendida, hasta la parca bonita,
desde el
cante a la maraña,
te canta
mi vida quieta
este amor
de la mañana
en tu
pliegue de sonrisa y en la noche de tu cara,
suspira
el rojo,
quiere
ser río de alma y arrojo,
quiere
nacer abrojo,
el espino
mece la espina de mi antojo,
y la
amapola amarilla,
sólo ella
abre a la gran luz,
horizonte
de mi piel que quiebra como ayer,
enamorado
suspiro de frío,
enamora
mi hielo,
donde
duerme,
donde
reposa
el amor
de mi sangre yerta,
flamígera,
apagada
dueña de
mi luz y de mi sombra,
transmigrada
a la espera,
de caudal
y cauce sin igual,
viviré
siempre yo en su siembra.
Vespertino
azar;
Sol de
mis soles,
era él
hálito transparente,
vida de
una vida en gota de agua.
Avanzo
sin calma
mi
existencia en un papel,
hoy no se
venderá
al postor
rendido.
Verá el
tiempo
que no
pudo conmigo,
ni
desdoblará clepsidra
de mi
metal furtivo.
Brotando
mi credo,
abriendo
tierras,
con
orgullo del fulminado ayer
que se
escapa en mis manos.
El
Castellano
FINAL DEL
TOMO I
TOMO II
PROYECTO
FLOR DE DIFUNTO
ANTOLOGÍA
PERSONAL
PRIMAVERA
TU HOGUERA:
I
Tu solo
espíritu
de alto
cielo,
preside
mi honrosa vida.
Feraz
raíz insobornable
como
dicha falaz incuestionable
devienes
primavera.
En
joviales muslos
y lozanas
alegrías.
Levísima,
poderosa, atónita,
en alas
mi Golondrina.
Alzas que
me sublevas
a beber
de tu fuente inarrable.
Rayo
celeste, vital,
frente la
tierra, todo cánticos.
Crear tu
azul gloria,
es
soñarla, como sueña la orugüilla
volar en
alas montadas.
Azul,
verde, amarilla tu sonrisa,
seno
turgente mío erizado
donde te
guardo.
II
Me
palpitas de rubor
a espada
rompiendo,
esquelas
y señales, sin esquemas
avanzo
este humo de bolígrafo.
Mi árbol
en piel saturas,
lentamente,
como llueve sobre
noche de
suelo mojado.
Cargado
voy en verde savia,
pujante
de tu hálito
fugaz,
repentino, ingobernable,
como luz
derretida,
y agua
batiente.
Como
piedra o calor esponjado.
Permite
te escriba,
vomo se
habla a la muerte,
para
enamorarla.
III
Suspirante
desliz estrellado,
aristas
como filos un rubor
franqueza,
de honorable sabor.
Embeberte,
es de liminal
vértigo
de espadas.
Atrevida,
de hermosa, sensible azada,
sacas mis
penas y alegría se erige,
de este
tu muchacho desnudo,
que jura
te amó
un día en
penumbra
para así,
por fín,
no
perderte nunca.
Arena
vívida de vergüenza
ausente,
melodioso tu amor.
No
aplaco, le custodio,
como mi
vara de nardo
en lecho
marino.
Förüq
castellano Miguel Esteban
NÚMEN MIS
DIOSES:
Al
soberano fulgor
rindo mis
cuentas,
al
plácido pie de manantial
en fuente
sagrada rebrotado.
Trompa
que conjugada
con los
clarines que sólo
las
guerras apremian.
Por cielo
medroso
tocaré la
lira
en serie
los vates líricos
enaltecido
yo, tocaré raudas estrellas.
Enaltecido
yo, por primavera tangible
y su
aciaga, pretil gesta
de lluvia
sembrada.
Yo,
funesto hijo de Pirra
impetuoso
príncipe en templo
de la
Vesta.
II
¿Cuál
quejosa sierpe,
viene a
morderme?
Ojalá mi
diosa regrese
ya
al cielo y refulgente
guarde
estrellas en los rediles
que
alumbren al padre de los vientos.
Mi madera
de ciprés,
y triple
lámina de bronce.
Oh,
funestas Híadas.
¿Qué
clase de muerte apremiáis,
al que
contempló sin lágrima ni pavor
vuestro final
sin principio anunciado?
Mudanza
no lloran
mis
castos dioses.
III
¿Quién
osado, el que
me
resplandece sin haberme conocido?
Falaz
sierpe viperina,
a pared
de templo ofrendo mi fortuna
que
escribe dignamente
glorias
sangrientas
en
solemnes premisas
como
feroz soldado
hablando
en escritos
valiente
y vencedor sus enemigos.
Lloro mis
sinuosos arroyuelos
sanguinosos
como hombre
de cielo
oscuro.
Förüq
castellano Miguel Esteban
Saeta
para Musa Reina Hada:
Saeta,
saeta bella,
saeta
parca,
saeta
ilusa, saeta inocente,
es el
final del show
saeta
madre encumbradora
de toda
mentira enclaustrada,
yo te amo
saeta,
saeta
alada,
saeta
heridora,
saeta
encausada,
saeta
parca,
saeta
celestial,
saeta
infernal,
saeta
canta,
que mis
ojos sean tus ojos,
saeta que
mis manos sean tus manos,
esta
cruel noche un diciembre,
que yo
soñaba estaba escribiendo,
un canto
a tu cabello de oscuridad,
saeta
mística,
saeta
hórrida y hermosa,
tu beldad
piramidal,
se
estrechen caminos,
el cielo
se abra para escucharte
mi saeta
esquiva,
mi saeta
complaciente,
como es
arriba es abajo canto,
seguir
peones vuestro circo,
que este
trovador
de campo
llano,
sabe
quién es y de ande llegó,
ahora te
odian saeta,
ahora te
aman saeta alada,
me
diriges por el Parnaso sin final,
o me
quitas hasta la vestidura
más
pesada,
volemos
abismos amada,
volemos
cimas inefables cariño,
hasta
donde se oculta el Sol por el este,
sociedad
de creer o no creer
yo elegí
creerte saeta
y hoy
sigo en la cepa
esta vida
que me cabalga la estampa,
cerros
intransigentes
molinillos
al fragor de vientos voraces,
esparto
entre las jaras y solas carrascas
brezos
soleados por flores ausentes
un
invierno que se desdibuja solo,
saeta
amada elévame en tus alas
yo vine
por el son recto,
blandiéndome
de un hinojo solar,
esta vida
que sin ti
saeta la
creería una dulce mentira,
por la
que morir
y no
morir por una crueldad
impuesta
por el ajeno
que nunca
nunca
serás tú
mi amada
saeta,
esta
existencia
que se
dobla y niega a sí misma
para
decir que yo soy el rey
que yo
soy el cuchillo,
que yo
soy el proceder
inmiscuyente,
otra vez
Yo sé quién soy mundo
este es
mi manifiesto y
el de mi
Saeta bella mi espada,
mi vida,
mi
indecencia,
mi
crueldad de espira,
mi
corralillo espectros yertos,
era y es
el
hipocritus dejará su vestido,
el trigo
limpio
será
trigo limpio
ahora y
siempre,
espiga y
cante
hasta
rodeado
mi
padre trigo.
Vengo de
las espigas de abajo,
asolando
verdades,
mi panida
amada,
por la
saeta olvidada,
se
despertará
por los
que venimos
del trigo
limpio.
Volando
sobre parajes
entre
tierras de añil barbecho
y su
azada de viento
mi solaz
saeta entre cardos
de todo
fértil sendero
que lleva
al infierno.
El
Castellano Förüq
A
Calíope:
Recto
escalafón
dorado al
beso no dado.
¡Oh!
Calíope;
baja
imploro
te estoy
construyendo
un cielo
dorado a ras terreno.
Madre
ancestro de musas,
figurados
y primigenios.
Estuco tu
mirada de puro cuarzo
y tu
semblante de estrella inviolada
avanzo tu
esmeralda de mujer cristalina,
beso tus
pies descalzos Musa.
Necesito
colmar tu atrio
de
caléndulas solariegas y rosas de muerto,
abriendo
fragancia de mujer desnuda
al
Paraninfo yerto
Castellano.
Yo Raíz
de los dioses en la Tierra.
Tú mi
Flor.
Förüq
Castellano
CONTRA MI
CIRCUNSTANCIA:
Guía de
mi calendario
en atroz
desmembramiento
de soles
llamados
días de noche yerta
y sin
reseña avanza mi letra,
es un
vaso de sidra y una espera,
fiel
eterno mañana
en el que
dejar
lo que
jamás haré hoy,
definido
en boca gris
de darme
al vulgo,
y que
seis millones de bocas
escriban
similar
o casi
igual a mis sarmientos,
sí
directamente me preocupa
porque yo
soy lo que escribo
y no
acepto copias baratas de este ser,
seré
mejor que el silencio
enarbolando
astros, plantas y sus verbos
de
imágenes por raíces,
lo siento
mundo no soy de vuestra sociedad,
no
necesito vuestro material
ni
vuestras fábricas de ciudad,
construcción
haciendo progreso
de la
BocaGris,
para que
todo lo pensado
esté en
proceso de construcción,
fábrica
deja mi felicidad
en manos
del viento,
que mi
poema es incendio,
deja mi
destino yo soy de tierra,
y esta es
mi eterna cepa
ahogando
el rol
tejido
del social humánimal.
Soy lo
que escribo repito,
como
viaje sin rumbo,
un
vertical azote de mis velas en marcha,
un
siniestro vértice un silencio mundo,
unos ojos
que hablan
y se
responden entre tubos,
estoy
cantando en la tubería,
estoy
rozando mi osadía.
para
consumir mi envoltura
de tela
de araña,
mi
sonatina despierta
mi soga
quieta del árbol de mi sueño,
enarenado
mi lobo de hierro,
queda
satinada mi estrella de agua,
ardiendo
mi sentido,
siendo
esto nada más
que una
bomba atómica.
Una
retina escalada,
un cruce
de dos estrellas,
en
vastedad atropellada,
del ser,
una rigidez de árbol
buscando
su simpleza de savia,
un
insecto y su corona,
un
pergamino mi escrito,
abriendo
este angosto camino,
en alguna
parte que eriza la piel,
fuego del
hielo me valgo,
de mi
maullido de pájaro,
entonando
mi pianola de sílaba,
todo
cambiaba,
resumen
de mi vida,
nació y
está empezando a soñar
desde su
muerte.
El
Castellano
AGUA:
Eslabón
vasto, ardido, deslizado,
un iris
de gota que a ti te llega,
marcha
tenue, compás de tu eterna huida
que te
marca y da vida,
fulgente
fuente en infinitud de bocas
que tu
ser desprende,
de su
nombre y su alambre,
irisado
canto de nubes derretidas,
comunión
de trinos,
un beso a
la tierra que deja herida,
límite de
árboles y sus soles,
siembra
de azul,
despensa
de tu saliva,
hoy
buscaba belleza y belleza eres tú,
río corre
directo a tu nacer
río
levántate,
jamás te
canse tu desnacer,
efímero
latido de tierra,
tú vena
del cielo,
una solar
llaga del gris,
un hogar,
cuna de mi tempestad,
para ser
agua inmortal elemento
capaz de
crear y destruir,
de vivir
siempre tejiendo la realidad,
alcanza,
desvela que te debo esta existencia,
sin
saberte nada existiera,
equilibrio
que en tus vasos juega
para
estallar en creación llamada vida.
ALMA EN
YACIJA:
Mañana
será mi vida
una
sábana sobre mi calor humano
inerte en
acto de no portar nada
si no
fiel materia asida
si mi
forma acaso tuviera,
si yo no la
creara,
si no
fuera contorno de mi forma
esta
sábana muerta
se
creería que portara amor,
dulce
aleteo ingrávido al peso,
tiempos
de cambio palabras a un silencio que muerde,
estoy
esperando las nuevas visiones,
con mi
canasta de limones,
estoy
aguardando la caricia de las sábanas,
como
recipiente de quiebro de sueño,
quisiera
escribir un poema con varias ramas,
anclado
en una idea que se difumina
la
identidad de ser ella,
palabras
inertes que quieren ser hechos
y tener
movimientos,
a un
profuso mar me muevo,
siente mi
devaneo,
llegó mi
momento
de nada
carezco soy real,
soy de la
tela de araña soy tejido que me lleva,
noche,
noche te encuentro en mí,
fiel
yacija del destierro de mi sombra,
versos
nacidos de una única cerveza,
buena
praxis de mi romance eterno con la luna,
lunático
por venir de estar con ella en su ático de Madrid,
no te
esfuerces jamás podré ser realista
y
describir sin ser parte del asunto,
claramente
porque soy yo el asunto,
a formar,
en orden,
este es
mi rifle esta es mi vida,
por la
que sirvo y ejecuto un placer nacarado,
como
fruto de estrellas,
¿el
hueso?
Es que no
encontré un motivo claro para escribir,
solo fue
y será escribir.
BROTADO:
Silba
centella,
como
enhiesta espina afilada
en son de
tañer
del pozo
llamado guitarra
con voz
pasajera,
fugaz
cual angosta siembra
perpetua
de otoño,
una
muerte trenzada
a su fin
de ser origen
de toda
vida vegetal,
la muerte
de la flor
en
comienzo de la vida
sin la
semilla
no
iniciara
ningún
azar profuso
de
sangre, quitina, savia
sin alimento
no hay
energía
ni este
maldito duende
podría
escribir sin alimentarse
del hielo
ardiente;
es un
árbol
es una
crisálida
de ser
este mi cuerpo,
que al
tuyo invita
a su
devenir irisado,
de sus
canales de riego,
mi
realidad se baña en mis ojos,
sin ellos
sólo hablaría la oscuridad
de su
negra ala,
lo siento
me temo
que por
conseguir ser completo
he
cambiado de lleno,
con mis
manos hice una fosa
para
plantar un ciprés
como el
que plantó tu madre,
y ha
consumido en su llama
miles de
años de mi pasado,
siento
deciros mundo
que soy
completo
que he
nacido,
nació un
ser perfecto
de su
crisálida.
HE NACIDO
He nacido
por un principio
libre de
causa, lleno en virtud de fin,
ser
completo en alma, espíritu y cuerpo,
sin
atisbo de superioridad
al resto
de semejantes
jamás
iguales,
diferencia
marcada por mi demonio interior
denominado
luz de virtud.
Que brota
de mi ser
desarrollando
yo su intensidad,
el
talento como el nombre más ambiguo
de la
realidad,
semilla
muerta digna que debe ser empapada por el esfuerzo,
dedicación
y entrega nuestra
ceñida
por la esencia del don supremo Sabiduría.
La vida
es de quien la lleva y esta es mi reflexión contra todos vosotros.
CROMÁTICO
AZAR:
Bienvenido
a su cuaderno,
es una
hoja de chopo,
mecida en
vaivén de viento vocal,
un
profuso devenir de entraña
que tu
ser admira, desentraña
cual iris
cromático en escala,
es su
cuerpo de mujer un hogar
para tus
ojos, como una armónica
sus
encantados labios.
Un linde
y una cepa que te gobierna.
Inmortal
yaga, su ilusión
que te cuelga
cual araña,
cristales
rotos de tu ser
espejos
de un ayer sembrado
en piel.
El
sentido se difumina
en su
boca de estrella
para el
hoy ser ayer
y el ayer
ser aciago sueño
cubierto
en verde hiel.
Es mi
casa su casa
su
entraña un nido
y mi
espada.
Solar
siembra de mi mañana.
Es un
canal irisado de sangre
fanal la
espera
en la que
cuidaré nuestro jardín
y meceré
flores
para por
si ella muere antes
que no
muera la belleza con ella.
El
Castellano
BRILLO DE
NOCHE:
El sino
lanzó un grito a la montaña, contestó un eco con amplia voz
Que
sorprendió mi anhelo
siendo
una luz en el vasto ciprés
que a la
luna alcanza
preguntando
por mis yedras en maceta del alba,
un silo y
un olvido despertó de su nicho,
cantando
con la flor un latido desertor queriendo pedirte caricia eternamente .
Encerrada
en iris violáceo la flor corría el sueño estertor,
el sol
cambió su amanecer por la tibieza y suavidad de su flor,
siendo
esposa del sol, caléndula en ojos
que
marcados traen un irisado tornasol llamado amor.
Un ocaso
se alzaba en guiño a cada noche que la flor cerraba en verso sus pétalos
afilado
el cuclillo de la noche
besando
una luna de cuerda,
una
inmundicia cantaba su siniestro grillo
del calor
de muerto,
despertando
la siniestralidad agujereada
del
hueso,
un camino
eterno con acequia de la sangre que lleva en araña del sentimiento
y un
difuso vértice de dos gotas de unión
que se
juntaban exclamando
como
rocío del molinillo diente de león
para
volar con el viento juntas nuestras vidas en vaso retorcido de destino .
El
Castellano
ROSA DEL
AMANECER:
Abejas
del alba,
en un
cielo desplomado,
que rige
su cenit dorado,
un albor
que se dirige a la maravilla,
esperpéntica,
despeinada por rayos
de solar
afán y entrega,
un camino
se retuerce en el iris
para la tierra
ser sólo de su tierra,
un
carruaje de estrellas desmembradas,
y sus
violetas nocturnas a cuestas,
es hora
es ahora
que la
acequia bulle mi sangre,
en la
sombra una espera,
vuelan
las avispas del medio día,
con sus
emplomados trajes,
es la
escena un salón de actos,
es una
aciaga siembra
de
vuestras mentes retorcidas,
de
lombrices esparcidas,
panal
eterno de la idea,
se asoma,
se afila en alambre
de
lengua, de palabra que azoga,
mi tenue
soga,
mi
inmortal sequía,
por el
chopo viejo que vive lejos
se clava
mi estaca en tierra,
para que
sea de su pueblo la primavera.
Con
ímpetu y desgaste
que viva
siempre este alambre.
El
Castellano
ENHIESTA
MALVA:
Y que mi
sentir no se esfume en vano
donde las
frases son emociones que palpitan
un calor
llamado arte
la
tristeza que quiso llevar una duda
será que
esta vida vale la pena¿?
el amor
sí existe
está
colgando de tus mejillas efímeras,
para
darle un sentido a mi existir
aquello
que no ha muerto en la eternidad hará cuchillo
así mi
alma alto cante, su destino alumbre
será mi
dulce muerte rechazada en el vaivén
que llevó
a la tiniebla mi verso
este
mundo está habitado
por el
reino muerto y el reino vivo
yo muerto
sostengo,
mi sino
de cuervo Förüq
y que nos
sobre una explicación
la sed de
sangre me alza en albor
mi reino
muerto por una amatista por enraizar
y un
azabache por llorar
es una
clase de fantasma la mía
un eco
sordo por alcanzar
siéntelo
es sangre
en tus ojos
la noche
palpita sin derroche vida de su azabache
un
cuclillo despierta a otro cuclillo
un
ejército despierta
alerta.
El
castellano
Mi rosa
Por la
malva-rosa
INFRA-REALIDAD
DEL HIELO:
Hilvano
mi sentido de una araña,
tejida su
tela de una gota,
esa gota
que palpa infinitos,
que crea
y destruye,
la
supervivencia del ojo,
me
mantengo esperando para el brillo,
y quizás
el sonido de un grillo,
todo
acaba donde el todo comienza,
vive esta
rosa de hielo,
y este
granate de sangre me vence,
opaca
suma de tus parpadeos
hacia la
sombra,
que es
una eterna, infinita
madre de
ausencias y sus tejados,
contémplame
allí aullando
extasiado
en una siembra de nácar,
quiero
vivir hoy en las etiquetas,
en los
maullidos sin gato,
ser abeja
para zumbar los oídos por despertar,
que me
odien por fin por ser quien no soy,
un
alarido estremecido,
un
temblor de tierra,
un carnal
fuego que no se vence a sí mismo,
ser por
fin entraña y hueso,
que mi
corazón me suba por mi garganta
para que
diga que yo te amo.
El
Castellano
SOY:
Tiempo,
invento deslizado
como
hoguera que consume y su horizontal avenida,
como rosa
marchita de otoño,
como hoja
al devenir de un árbol tejido
de sus
escarpias sucesos, un devenir
que corre
avanza mecido en el olvido de sus huesos
por
retornar las semillas y su vida,
fanales
despensas de un silencio mutilado,
lejana la
distancia todo se acoge en uno,
un
viento, un pájaro, un aliento, una espera,
un
suspiro, un destino, una creencia,
una raíz,
una tierra, un dueño
sí el que
me lleva los pasos,
su
cuchillo dorado que se alza sobre tu rendija,
justo
tráeme la luz este mar de cielo
que me
absorbe,
desciende
sobre mí su ocaso puro, limpio, violáceo,
como una
ventana para pintar
lo que
late y se encuentra detrás de mis sentidos,
un
destello que me alumbre,
un iris
tuyo que me examine,
camino el
límite de la existencia,
capaz de
morir por una palabra,
mi noche
comienza a sonar,
y mi
olvido de sueño aún no comienza
no inicia
su palpitar,
este
agujero lo cavé con mis brazos,
esta fosa
desnacerá para iniciar más vidas,
flores
por réquiem, abejas por elegía,
mi
semblanza yerta
vuelta
dicha,
un tiempo
como bucle eterno
en el que
nada podrá dejar de ser lo que es,
yo soy
carne de palabra,
soy quien
soy y esta es mi plegaria.
LIT ET
SUMMUN CANAE.
El
Castellano
SON DE
GRILLO :
Clarín
entona sin miedo,
todo lo
que siento arriba del astro recuérdame
su
violácea arpa del sentido, tejido yo del hierro,
y una
escarpia desnuda que anuda,
que
desvela mi yunque, mi eje,
apenas
dormido yerto el tiempo que te conoció,
arriba
muy cerca de la letra dorada,
y su
escarcha de silencio senil,
eres más
que donde alcanza mi palabra,
un yugo,
un arco y una flecha,
una vena
trenzada por la sangre consumida
que te
lleva que te encuentra,
león aquí
león allí en mi corazón,
hilvanas
mi calor del fuego,
se funde
mi abismo zarzas por ascuas,
Sol por
luna dentro de mis ojos te encontrarás,
allí solo
habita la luz como quimera una,
que te
destapa en sueños,
si por
soñarte te hiciste realidad mi bella,
una vez
en la vida el tiempo se derretirá,
y
nuestros labios beberá,
vuelvo a
vivir por ti,
vuelvo a descubrir
justo la vida,
matando
mi soledad, aumentando el día,
amor que
me volviste libre
y elegí
amarte
hasta
donde cerraban los ojos de la noche,
mi miedo
se alimentaba de sus paticas,
yo quiero
quedarme contigo
hasta que
mi pecho lata abierto,
subiendo
cumbres anclando mi sombra,
hasta que
la tierra se coma los cardos tras el estío,
hasta que
las flores rendidas dejen su belleza,
en son de
elevado amor,
que
asesine los silos de oscuridad,
que
descienda lo perpetuo
y quede
asido el cielo
hasta que
la imagen sea sonido,
y mi
deseo traspase las puertas de tu destino,
solo allí
reinará lo sentido.
El
Castellano
TEJIDA
REALIDAD:
Estaba
buscando por algo de luz,
dentro de
este abismo nacarado,
como
brazo de esta realidad desdoblada,
no esperé
más le prendí fuego,
y un
surco se abrió paso
entre
espejos crepitantes,
entre
puntas hirvientes,
y sus
curvos ejes,
que
hacían de la noche una sola,
comía su
adentro, estallaba nuestro encuentro,
por soles
consumidos,
por
vértices y sus filos,
el
sendero comía sus espinos,
por mi
vida repoblada,
que
buscaba tus nubes de azúcar,
encuentra
tu miel y mi subrepticia,
por toda
la noche sin despedida,
se alza
nuestra caricia,
como
árbol sin hoja dormida la sinestesia,
queda
iridiscencia del beso,
quedan
las espinas de mi piel,
un hervor
de hiel,
un
destino sin cuchillos,
un
devenir que no vino ni se fue,
llórame
el azabache de tu noche,
pinta en
tus ojos conmigo el fin del tiempo,
detén
este instante para hacerlo real,
ven
conmigo soy tu despertar,
aúlla al
hueso de la luna
que parió
una flor de cripta y su helecho,
era
cuesta abajo mi lluvia
desplomada,
hábil tenaza ,arde y no avanza,
por todo
lo que quiso ser en trémulo desliz,
era
nuestro campamento de estrellas
por
luciérnagas,
estoy
desaprendiendo a escribir
y eso es
bueno,
mi piel
que hiberna en verano,
para
abrir su cauce y el reguero
al Sol de
invierno.
El
Castellano
UMBRA DE
PIEL:
Flagrante
piel desnuda en su redondez,
infinito
con cumbre y desnivel,
aullido a
media voz,
un golpe
de viento, un primor
de
desnuda arena en pie modelado
por tu
carne de mujer,
yo soy
para el viento otro crujido
de su
fuente de voces,
de
temblores en seno de su carne de ciruela,
prevenido
avanzo como un soplido,
me diluyo
en agua siendo tu ávida tez serena
como
virgen nieve de canela,
suave mi
mano nació para tu piano,
al frente
me hago presente,
no hay
ilusión que se consuma en olvido,
así no
hay esperanza que no me vuelva un ovillo,
si estás
tejida con hilos de sinuoso frenesí,
silencio
envolviendo este mi cuerpo,
sólo por
escalar mi vida,
sombra
del color, sombra al fin,
era plena
primaria,
tímida y
risueña,
era mi
naufragio en tu arena,
una
veleta y su aspa,
desperté
y aún seguía tu esencia,
de piel
sin piel ni ropa,
destapando
una caricia lejana,
por el
laberinto que te conforma
hacia la
sombra que me da forma,
te espero
mi preciosa.
El
Castellano
IRIS
VESPERTINO:
Avidez
estallada, corre un presente
sus
oscuros lindes la eternidad conoce,
me basta
con ser su despierto pliegue,
existencia
al fin sin más ser
que todo
lo que desemboca mi creencia,
que se
estira, se dobla y conforma
en surcos
de labrada consonancia,
por todo
lo que avanza,
siendo de
la tierra más que una estática sombra,
siendo
todo lo que quiero ser
es más
que un capazo de su vendimia,
más que
un panal de labios grises,
es un
mundo y yo soy su pétalo,
es un río
y soy su gota,
al
trémulo ciprés me cuelgo,
para asir
mis palabras al cielo,
es por su
lago que mi esperanza navega
sus
oscuros soles en llamas,
en mi
vida solo hubo un abismo para condenarme
y es al
fuego de sus labios,
su veneno
en mis ojos bulle mi retina,
blancos,
amarillos. azules
los tules
de su escarcha,
círculos
de luz, veta de mi mente,
se
conforma, se desnuda la piel en sinuosa forma
el viento
que es como un almanaque
y un cofre,
el
destino mío irisado se vence,
acoge mi
ansia plena,
mi álamo
saltó, tembló,
era yo,
como un furtivo fuego de tierra,
era mi
vena una primavera,
era mi
vida como solaz yaga,
que sólo
quiero compartir con ella
mi señora
bella,
la
extasía de mi ilusión verdadera.
El
Castellano
VIDA
DONDE YAGO:
Colgado
del tiempo,
expuesto,
vulnerable
a un
cambio de su viento,
sí todo
lo que siento
me mece
colgado de tu iris opaco,
por mi
retina escarlata
nazco
para desnacer en tu cuarto,
para
abocarme a mi destino
sin final
en el cual te amo,
como flor
de todas mis flores
cual rosa
oxidada,
mi pasión
que corre, avanza
jamás se
para
es como
lagartija
postrada
al Sol de tu amor,
mi vida
va desvaneciendo
en son
del profeta oscuro,
hielos
fugaces,
desiertos
transparentes,
ilusiones
crepitantes,
quiero
permanecer en la guardia
de tu
sentimiento
no soy
espejismo de viento
yo lato y
te envuelvo
para
crecer
amaneciendo
tu deseo,
sólo eres
tú,
nada que
yo pueda criticar,
porque
como florecita delicada
mueres y
te agotas si no te cuido,
llegó mi
abismo
en el que
loco de amor
cuelgo
mis miedos de mi ciprés
que en
silos dorados
almacenan
el querer de las estrellas
en
verticales puntas
deja
cristales del alba,
no puedo
acabar mis pasos enamorados,
que te
pertenecen,
como
rayos de tormenta,
y mis
venas quietas,
por tu
salud abandono a mi ser,
por tu
sonrisa y qué no daría yo,
es mi
vida al fin y al cabo de Finisterre
es mi
desquicia yerta
que
asesino pero es mala yerba,
no estoy
perdido
porque
eres mi sentido
para mi segunda
vida
no
renuncio, no retrocedo,
no me
achanto, no abandono,
no doy
nada por perdido
te amo en
este infinito
del que
cuelgo
y mi
palabra
es
siempre.
El
Castellano
SONATINA
YERTA:
Cabálgalas
así puras, redondas, irisadas,
oscuras
mis letras en sonatina,
destápalas
al viento que mueren por unos besos,
desterrados
en son antiguo, quemado,
derramado
en sed del vino,
esperando
dormido se alce tu boca
por todos
mis sueños perdidos
como
cerrojillos en vena gris,
brota mi
sangre siendo de la tierra
fiel
fuente y su simiente plena, verdadera,
amor, el
tiempo no nos puede sostener,
acaba
como eternidad doblada con ganas de más y más
muertes
en caricia helada,
redondas,
verdes, suaves,
caminan
como corceles sin redil
mis manos
buscando y buscando
le
regocije una armada palabra,
no busco
estrellas porque tus ojos guardan mi firmamento,
en un
granate perdido en un hielo derretido
en un
suspiro y un guiño,
ya me
cansan los abismos por recorrer,
junto y
sólo junto a ti quiero yo perecer,
encuéntralas
a ellas como el pasar del tiempo
en un
piano de madera, como llama eterna de nota
y fuste,
de ansia y apetito voraz,
de mi
carcoma y su crujido,
de mi
grillo y sus grados,
es por tu
cuerpo vida,
que las
letras se me rinden en mi alta ojera
de nácar.
El
Castellano
DEVENIR
ESTALLADO:
Llegó el
día,
se colgó
el agravio
en el
árbol de las cenizas,
era mi
ceniza como un cielo
ceniciento,
enjutado de paredes,
era un
viento de alambre
y sus
espirales que mecen
nervios
cual lindes,
despiertos,
desvelados,
ven a por
mí en esta cepa
que llora
tu nombre,
yo fui tu
hombre
más el
destino me clavó
otro
yerto horizonte,
otra nube
de cenizas,
otra
máscara que nunca elegí,
otra
planta y otra flor,
no puedo
deshacer mis pasos,
ni
construir nuestra casa por el tejado,
en fin me
basta con tejer
nuestro
lago,
nuestro
infinito remanso
donde
Yago,
donde en
su espina ardo,
Consumiéndome
en tu aliento.
El
Castellano
DESTINO
IRISADO:
Eternidad
para dañarme,
dejándome
caer
nunca
signifiqué más y menos
que dolor
afila tu nervio
dejándome
a solas,
sólo
encontrarás
que
perdiste tu hoguera
sostenme
los ojos cansados
con su
Malva-Cruz
nada
cambia
todo
retrocede
todo
corre y se desvanece
canta,
ríe, corre,
yo no
volveré,
mi tierra
trabajaré
para
cavar mi dulce espera
amaré mi
polvo,
me
sembraré en cada hoguera,
rayo
irisado me descubre
llegaré a
deshojar la muerte
y su
cuna,
desde
este nicho
tela de
araña
al
submundo de los condenados
donde
yago,
mi herida
si no cicatrizara
será un
recuerdo de que existes
llamándote
dolor,
vuelo
esta oscura noche
buscando
calmar mi sed
siendo
consciente
que no
volveré a vivir
como
cuando estaba vivo
mis
pulmones llenos de humo
de noches
enteras
fumando
cigarrillos en boca del Diablo,
para ser
yo
el más
grande espejo
de esta
soledad deseada
desde
antaño destino infundado,
me
alimento de todas las flores
que no te
he regalado
y nunca
te regalaré
cierra tu
persiana hoy no te veré,
soñé
tanto que por soñar
me
llamaron ruego y estirado,
demente
su hueso me llamó despecho.
El Castellano
MAULLIDO
DE PÁJARO:
Una nota
y un horizonte
una
secuela y una desmembrada caricia,
se afila
el viento y sople, sople mi adentro,
esta vida
me cuesta la sed,
y quizás
sólo quizás una yerta bienvenida,
por la
solar acequia planto mi beso,
a un
ababol de mi hueso,
es por el
perpendicular recibo
que acuso
mi piel expandiendo,
trance de
mi endiosada calma,
y paz de
espíritu que sujeto,
quedando
mi gota frenética sin cauce
esta
mañana que lo lejano
se torna
cercano,
blandido
mi cuello en su hoguera,
queda
sembrar allí mi primavera,
y mi
primer beso de siembra,
Bramando
por ella mi cabellera,
como fiel
retorno de las polillas,
habitándome
en mis semillas,
es por
ellas que mi umbral bulle a la fuga,
ella que
lanzada, decidida
abandona
de su ser el recto abismo
para
llegar su alarido
a un
destino y un techo,
tejido
por c la araña que nos lleva,
tejiendo
nuestra vida
de
Violeta y malva.
Un
fenetro para el desespero,
un puente
para superar
la
dificultad,
en malla
dorada,
en
granate humor de sangre doblado,
es por
esta luna de venas,
es por
este pájaro de maullido,
es por
todo lo que vino a ser
y marchó
crujiendo
crepitando,
desnaciendo.
El
Castellano
DEMONIO
DE FLOR:
Que el
arte es un demonio con palabra de alas,
una
fuerza inmortal que sacude la entraña,
en
alborada muestra su zarpa,
siendo
del viento su grazno escondido,
viviendo
la sed en destartalada acequia de hiel,
un
réquiem y una elegía por todo aquel
que sus
venas zarpó,
para
anclarse en su honda sien,
camuflado
de espiga
no hace
falta que yo diga,
todo es y
será de la caricia
al
profuso horizonte de espina,
por su
derretida cima viaja mi idea,
encontrando
un manantial de sangre,
perdida
su costumbre,
queda
renacer en el ocaso eterno,
que si
vuelvo de nuevo
vuestro
aliento se comerá hacia dentro,
para esta
abeja ser del viento.
Y el
viento ser aullido
de lobo
sediento en alambrada de piel,
cavando
su azada,
derretido
suplicio repetido,
en
infinito que cuelga,
grita,
desenfunda mi vocabulario yermo,
cual
emplomado soldado,
fuente de
abrevadero de la sílaba
pronunciada
robada, deshabitada,
es de la
solariega vega que mi Sol
contra el
mundo es eternidad.
Canto
viejo, canto de surco y simiente
lo estoy
diciendo que no espero a mi yerto,
digno
arte de admirarte
que si es
para siempre
yo soy más
que tu amante,
a la
tierra va
a la
tierra va mi aliento de serpiente ,
que se
ahoga que se deshace
este
verano silente.
El
Castellano
ABROJO
CONSUMADO:
Defiendo
entre torres de humo,
al rápido
destello veloz me despido,
palabras
atrincheradas hueso despierto,
encrucijada
entre flores de piel,
hiberno
este sentimiento
que me
desgarra la sangre,
siendo
rayo añil consecuencia en llama,
crepitan
de los sones los tambores,
mi brazo
está para la lucha,
tejido mi
sino está del abrojo
una cruel
espina su medio para viajar,
soy de
este campo como la fuente
de su
encina, soy yo al menos
como mi
amado zorzal
como un
pájaro en su rama
que el
viento le cuenta
de sus
alas cansadas,
como un
cielo sin techo,
como un
tejado sin teja,
como
umbral sin muerte ni acto,
despertar
en la cueva de luciérnagas,
despertar
solo y frío para sentirme en dicha
elaborada,
agradecido porque estoy vivo,
mi
palabra cual escarabajo verde hoja,
como
precipicio de montaña
que ríe
que escala su altura difuminada,
es de
agua su rima consumada,
siendo yo
el último hombre en pie
blandiendo
su armada palabra
que
avanza, no para,
se
consume en eternidad arrancada,
a esta
luna de plata que gime auroras,
de sus
pestañas escarlata,
un
secreto bebido
un halo
irisado,
de esta
meseta milenaria,
siendo mi
alma una flama de lumbre,
un
carruaje que lo lleva la noche,
mi ser
que a tu alma abrace y alumbre,
porque a
veces me consumo,
y si no
estoy muerto
que venga
a por mi la divina falacia
porque
mala hierba nunca muere
y en este
nicho de vida
me desvelo
fiel Abrojo yerto, consumado.
El
Castellano
FUENTE
EXTASÍA:
Cercenas
esta hoja ilesa,
la niña
de mi verso si acaso pudiera
sangrar
este cielo,
y su
avenida en estruendo quejumbroso
sonido,
al menos
un
espasmo,
una
lengua de nervio,
una
acequia de sangre
es el
hombre
si al
menos fuese hombre,
fiel
testerazo ensartado de bestia
caminan
las sangres,
y nadie
vendrá a vengar a los hermanos,
desfallezco,
exploto
en pétalos bermellón,
soy de mí
preso de
una historia que nadie me escribió a mí,
rayo
colapsado y su vertiginoso alambre,
es una
avenida esta fuente mía
en
un páramo rojo
en un
gozo olvidado,
así la
mina que se destapa,
ardiendo
la pena dorada,
por quien
la siembra,
por su
azada maestra,
desquicia
fina en teja, con tejado
en alma
de ángel por cadenas,
destierro
enjutado
en duro,
desvelado canto de tierra seca
bañada su
era en sangre de cepa,
hay un
olivo que vive lejos,
hay un
señero y estaca de linde quieto,
por los
sorbos que me robó la siega,
viento,
viento, labrado,
de letra
y estalactita
de surco
y olmo doblado mi tinta.
Hierve mi
fuente niña.
El
Castellano
PIEL DE
LOBO:
Torre
elevada,
afán y su
vanguardia
cosechada,
escriba
antiguo
deshaciéndose,
escuchando
el latido
disuelto,
en esfera
de brillo,
un
sentido alarido,
vuelto
aullido,
esta
noche carcomida,
que debe
escapar,
viento al
crujido,
yaciente
del seno de la ola,
en la
boca de la loba,
la flor
que se desploma,
la vida
que aguarda,
este
verano de fuego,
y su
canción de grillo y cigarra,
desterrada,
es por ti
es por mí,
que el
destino no aguanta,
Sol mío
invencible,
como
lluvia de cielo,
aire aire
alcanza a tu hijo,
de
profundo monte,
de hoz y
guadaña
se teje
tu molino,
la
amapola, la margarita, la espiga,
el
tridente de la estrella tejida,
ven, ven
a mí,
por estas
hojas por su filo,
abriendo
mi cuchillo,
cortaré
mi sino,
aguardaré
al fiel vivo,
en esta
tierra,
en esta
hoguera,
quemándose
mi quimera quieta.
El
Castellano
SILENCIO
ESPINADO
Mantenme
afuera,
sí,
dentro de la luz,
fuera de
la noche,
las estrellas
colgadas
en
racimos a la espera,
solo sólo
yo para ti,
crepita
mi hueso
esta
escarcha deshojada,
por venas
del humo
de mi
escuela,
por donde
se acaba
el
suplicio
y yerta
la luna
destapa
sus besos
de malva,
por ende
este duende
comienza
la libertad
de la sombra,
cayendo
de nuevo
su araña
está,
granate
lustre de sed
por
avivar
una vez
en la existencia
el mar mi
sobriedad caminará,
de la
mano
tambores
de tierra quebrando,
por su
camino dorado,
el sueño
y su telaraña rizada,
aúlla el
camino de la zarza
y destapa
la
soledad con capa,
de
desertora entraña,
de una
vida en la espina,
y su
cúspide labrada,
es por el
sol
que nace
mi albor,
resplandeciente
como fulgente
mordiendo
mi suerte
es de la
luz el siglo resplandeciente,
fuerte
siempre fuerte
avivo
esta lumbre,
giras
evanescente
acoges mi
fuente
que en
gris y verde,
en verde,
azul y gris,
las
muertes bulle,
para ser
un linde y un campo,
un abrojo
y un manto,
un
despertar en amaranto.
El
Castellano
OTRO
DIÁLOGO:
Saeta
alada,
vuela y corre,
se alza y
descubre
por ende
de mi torre,
ríe en su
ser
en
sosiego
borbotón
sanguíneo
desprende,
de sus
alas jamás cansadas,
amplia
carcajada
y gira su
mira
hacia mi
vida
nada
puedo negar,
nada
puedo defender
el ocaso
se alza en vértigo,
no puedo
empezar de nuevo
y
volverme a equivocar,
este
mundo se disuelve
sin
empezar,
sin
acabar,
quién
vendrá a sostenerme
esta
cuerda se rompe,
puedo ver
mi ilusión,
puedo ver
lo que no he hecho,
justo es
mi vida,
rehaciéndose,
buscando
el sol
para
brotar en espinas,
y
estallar en luz
un brillo
deformado,
un ocaso
purpúreo de mi alma,
un opaco
punto de mi verso,
estampado,
cual
fulgente pintura cromada
en tintes
de un ayer imperfecto,
yo creo
en ti, yo creo en mí,
nada
correcto se puede hacer
porque
nadie nos corrige
nadie nos
importa más
que tú y
que yo,
pupila
nacida de sombras
pupila
recta y serena
como el
azul
de un
océano y su puerto,
como
nuestro
hicimos
el fin del tiempo.
El
Castellano
CARMESÍ:
Sangre,
sangre
que yo
sin ti no tengo
vida para
morir
preso de
tu bello cuerpo,
al tarot
helado
me
muestro
fiel
desespero
en umbral
rojo tejido
cae
siniestro, rendido,
sangre,
sangre fiel te espero,
por estas
ramas
de yedra
despierto,
el negro
cáliz de fuego,
tu nombre
destapo
tu sed
abraso,
en esta
hora
que
cuelga mi cuarto,
araña
enfundada, tejida,
avista su
caricia,
abre el
telar de yerta letra,
descampado
oscuro
que me
aquieta,
hoy parto
mi hiel
con
cuchillo de piel
sangre,
sangre
carmín al
abrir,
estertor
añil,
brota,
sube, emana
de fanal hoguera,
esta es
mi vida quieta,
de verso
maldita la estampa
fiel
condena
abriendo
la subrepticia de la noche,
se mece,
se acuesta la rambla,
avenida
amada
senderos
de pieles tuyas sedientas,
colgando
tus pestañas,
la noche
escapa,
la tela
se difumina
en un mar
de azabaches
trenzados,
soplados
llorados
por la luna soñados,
vistas al
cristal de cuarzo
tu
entraña de araña
tu fiel
boca
de
estrella tejida,
naciendo
otra súplica,
para
acabar mi historia
en ti con
el color
y el
humor
de mi
cuchillo envuelto
en
feroces testigos
de lo que
sujeta
la araña
de esta noche
por mis
venas escaladas,
por mis
ojos fruncidos,
me rompo,
me
quiebro,
en mil
cristales de roca,
para ser
yo
vivo y
afortunado
el osado,
el
descubierto
en capa
humeante,
en tu ser
clavado,
fumando
mi cigarro de noche,
y el humo
que te dibuje,
puedo
caer,
puedo
nacer,
puedo
reverdecer
mi vida
sembrada
en este
patio
de media
luna,
brotando,
sucumbiendo
enraizando
tu soto
de boca
despierto
besando
esta
penumbra que sujeta.
El Castellano
HUESO DE
LUZ:
Sueño
estos
lindes destartalados
esta
bruma
y su
violeta nocturna
de un
ocaso que se destapa
y llama y
llama,
a amplio
fogonazo su luz
por los
candiles que juegan y ríen
luz de
consuelo,
se prende
un horizonte de huesos
por piel,
vereda
abierta del ayer,
nazco,
subo y escalo
la hiedra
por mi árbol queda,
tu dulce
silueta resoplada,
un camino
una vid y un olivo,
un
apuñalado trigo,
el
momento vuela consigo,
fiel
tapia caída
reverdecer
de mi martillo
resplandece
esta luna quieta
de tu
ombligo,
cabalgo
por el suplicio,
avanzo mi
enervado delirio,
hoy no
pudo ser un día cualquiera
en mi
tijera,
se dibujó
la esfera perfecta,
y el
susurro de plata corrió sus yardas
y sus
escuadras,
brillo de
sol, luz de ver el cielo,
de ver un
difuso hielo derritiendo,
alzando
la puerta a tu alma
que
tenías sin pestillo,
espero
para el momento
de cenar
tu noche,
mi
refugio, mi despistado destino
y su
hueso crepitando
sobre el
último tren
que lleva
mi vida
reverbero
el canto
porque
sin ti no encuentro noche,
ni nido,
ni lluvia vuelta poesía
de tu
bello cuerpo,
sí, eres
todo lo que siento
más que
un umbral
llorando
de cuarzo
más que
una cama de tu regazo
porque
eres mi hombro
eres mi
trazo,
y mi
mente al resguardo,
niebla y
sangre de marzo
en hoguera
de rosa de la tarde,
en la
vida que te habla
eres más
que un puñado de pétalos,
más que
estrellas de este techo
que
cuelga
y derrama
llegada la hora.
El
Castellano
BEHOLDER,
CONTEMPLADOR:
Ahora que
el día se ha ido,
ahora que
navego letras
absorto a
la espera
de una
nueva palabra
capaz de
crear revolución
capaz de
hundirse y resurgir.
De flotar
y deshacerse
en
mundanal ruido de sueño,
temblando
su frío sentido,
un
recipiente y un vaso de muerte,
una
visión y una explosión
de todo
lo que prevalece,
de todo
lo que incapaz perece,
un
maullido de tejado,
un
siniestro azar de suerte,
esperé y
esperé y todo lo negué
como este
verano frío y helado
que todo
lo inexistente surqué,
que mi
destino se doblaba en mi sien,
era un
día en solar negro,
era como
un tenebrio que camina,
como una
poza sin aljibe,
como una
hora cronometrada sin reloj,
era una
súplica teñida de sed,
un grillo
y un aguacero despierto de sol,
una
montaña sin hielo,
un
glaciar sin temperatura,
un brazo
sin alcanzar,
una
tormenta sin sonar,
era la
vida una caricia en mano helada
sin
sangre sin nombre,
mutable
horizonte sin linde
un pájaro
de cemento que aturde,
una noche
callejera
y
olvidada en la tela de araña,
era tu
surco algo más
era vena
era rabia desplomada
en el
barrio de la quimera despierta,
quizás
hoy quizás mañana
jamás
prenderás mi alzada palabra
en otra
alma en otro nombre
porque
esta es mi lumbre,
esta es
mi estaca.
El
Castellano
NIEBLA DE
FLOR PROFANADA:
Voy
serpeando la tierra,
mis pasos
que jamás yerran,
jamás
altivos cercenan,
una
estaca en mi corazón
que
conseguí separarla un día,
un hondo
surco labrado
de sangre
desvalida
me azogó
profusa y hondamente,
pero ya
no te siento dolor,
quizás tu
vago recuerdo profano,
para
llegar,
para
deshacer tu sendero,
de áspero
color
y sus
azafranes amarillos
de la
tarde,
ya no
caigo
por tus
amplios lindes
de niebla
y cuchillo,
aquí en
mi alma
se yergue
el umbral,
la sombra
me abandona
para
besar,
espíritu
de agua dime
si el
devenir de mi vida sostienes,
por qué angosto
lo atrincheras
en
diáfano cuarto umbrío,
yo que
horizontal vago,
por
encontrar un día
el
vertical disparo
de mi
enhiesto ciprés
con
verdes refranes de hojas
con
acrisolados
cristales
de savia
a su
altura quiero yo blandirme,
velando a
mis muertos abrojos,
devorando
la calma de sotos,
ansiando
la voz que me habla
la voz
que yerta me domina,
preparé
un lecho de cardos
para
llegado el día
escribir
un epitafio
que
ponga, que diga
heme yo
brotado de la espina
aquí
yace, aquí reposa
todo el
amor que sentí un día,
y esta
estaca
conseguí
arrancármela
en su
día.
El
Castellano
RENACIENDO
MI OJO DE TIERRA:
Diestro
empeño asolado
en fanal
infinito de campo,
eres
miembro de brillo,
inmortal
crisálida azogada,
un grito
y su descampado,
lluvia y solariega
rambla de vida
abarcarte
no pudiera,
dónde
acaba dónde comienza
tu verdad
única,
compás
del silente grillo que te alza,
pero
jamás te alcanza,
del
pájaro a tu rama tu balanza,
tu araña
de acequia me abrasa,
para ser
plural la templanza,
suave tu
nube forjada,
naciente
tu acompasada azada,
vida de
la muerte sembrada,
eterno
réquiem de naturaleza amada,
en vasija
en cántaro que emana
crea,
seca y rellena
una
sangre de etérea tierra
como vena
de la era,
mi fiel
estampa quieta,
acabando
la montaña en llana vega,
acabando
el río en otro plural
llamado
vida otro umbral tejido
perdido
en abismo líquido,
retazos
de encinas que me respiran.
Ababoles
que caminan
destello
fugaz que todo lo que nace
una
difusa luz sucumbe,
para
dispersar más muertes erguidas,
siempre
en arduo silencio de despedida,
tenebrosa
y umbría su caricia
que la
tierra llena,
que la
tierra devora,
para ser
otra sombra,
otra
estática vida
en otra
boca,
en otra
araña que lleva
su flama,
el acecho
yerto jamás descubierto,
hasta
llegado su momento,
hoy puedo
verlo
mañana
jamás podré negarlo
ni
catalogarlo de aleatorio azar
todo
tiene su razón y su causa imposible de negar,
para yo
ser de la tierra y la tierra ser de mí
mi sangre
que porto
en vasija
de éste cuerpo,
no pude elegir
ser otra vida,
ni tener
longevidad imperial
de árbol
y su carcoma,
mi tiempo
avanza angosto
por
descubrir la luz que riega el páramo
en solar
entrega
diluyéndose
fluyendo como rayos ondulantes
que
descubren flores
y el
campo afligido tiñe de ocres
con un
estío subordinado
al
renacer y evanescer de la sed.
El
Castellano
SER DE
TIERRA:
Es más
que triste
que esté
contento
porque
estoy cantando
porque
eres rama
porque
eres gesta que prevalece
porque se
agitan los mares,
y salvada
de ellos
se alza
Castilla
desde su
espiga marchita,
fiel de
lumbre, eterna hoguera,
sus
pasos, castañas en el fuego,
forjando
en uno de sobriedad
avivo el
manantial,
los
jornaleros tendremos que desfallecer,
alameda
mía,
sangre en
mis venas no falta,
se
forjará mi noche en la azá.
Hoy sólo
somos cimientos
mañana
torres de sangre y tierra,
de puñal
y rama
nuestra
verdad,
que
claman fusiles,
de gente
en estas tierras encumbradas,
este es
mi rifle, esta es mi vida,
no me
pisarán las rosas del alba,
garantía
de mis ojos
que
sangrarán los cerrojos,
hay que
aprender sobre torres de tierra
aprender
cultura,
para
saber luchar,
para
saber defender,
los
valores los cinceles,
las
plantas de la vid al olivo
del grano
al granero del ayer,
y a sí
jamás naufragar,
porque
esta tierra cuesta vidas,
y los
hambrientos se los come su entraña,
de
esparto y fuente mina
mi sierra
que camina,
muerta
jamás arrastra pena,
violín de
cuchillo,
sueño en
vergel de sangre,
mi tierra
por la razón,
no se
agota la espuela,
miles de
respiros valientes
troceando
nuestra miseria
para ser
del pueblo
y el
pueblo ser de su tierra.
El
Castellano
SUEÑO
EXTENDIDO:
Presentes
sucesiones de difuntos.
Quevedo
El cielo
como granate yerto,
expandido
¿Cómo? con sus cristales por colores,
mansamente
no me amanso.
algunos
yertos que caminan
ansían la
doblez de mi destino,
sábanas
mojadas un olor a humano,
saldrá el
sol no con más ganas que ayer,
para
sujetar este calor,
vidas que
ansían otro destello de vida
tras su
estancia en breve instancia de caducidad,
que teje
su organismo,
mundo no
me negarás la visión
por este
sueño extendido
de mi
jardín de mujer,
sin
necesidad de podar escalo sus ramas
abordando
su infinita sed,
arde mi
cuerpo fiel verano,
quisiera
ser río y fuente de montaña,
quisiera
ser tantas cosas que sólo elegí una,
la que no
elegí,
si no dos
células y su vientre,
mis
naipes se van desvelando
una
baraja helada de sangre,
un
destino y un cauce,
mi vida
que elige electrificar su cobre,
en
círculos la polilla
vampiresa
de mi ropa,
destino
avocado a su perdición,
estamparse
y quemarse en la bombilla,
luego
pregúntame por qué tanto buscar la luz,
perdido
sosteniendo tu puerta,
el
monstruo de tu armario tiene miedo,
quiero
devorarte
lentamente.
El
Castellano
ALGÚN
ALIENTO:
Tú eres mi
ventana volada,
eres
cielo y fuga de escarcha,
un
segundo y un desespero
fumando
mi cigarro,
hasta el
tiempo de volver a caer en tu cuerpo,
mantenme
estas cuerdas,
mantén
estas esperanzas,
te
vuelves real color
suplicio
de rosa gris,
anhelante
caricia de tus puertos,
una gota,
un oscuro linde,
un
respiro de fiel accidente,
momento
que se retuerce,
amor
demostrado y dolido,
vida de
mi sentido,
ufano
beso y tiemblo,
carne de
esencia, alma plena,
estallido
y borbotón de luz,
no eres
mala liendre,
eres
demasiado buena para beber de mi sangre,
eres un
puente de destino
y un
alambre rizado,
eres mi
sueño en el pasto,
eres flor
que se renueva
jamás
seca,
eres
sueño y camino recorrido,
eres mi
ansia que por si vivo
jamás
podrás destruir nuestra rosa,
te amo más
que dos palabras
es un
nombre a nuestro idilio
jamás
perdido mi amapola.
El
Castellano
ABROJO EN
MI DESTELLO:
A veces
roto,
a veces
nuevo
ecos de
este horizonte profuso,
nueva era
comienza,
escalando
mis aguas,
justo mi
vida está empezando
ruptura
para ser libre
silencio
envolvente
gira mi
mente,
no Dios
el Demonio eres tú,
Dios del
demonio
en este
linde por el calor sujeto,
estados
febriles
de
quebrada conciencia,
tus
mentiras son lejanas,
de un
océano abierto,
muchas
noches te esperé
muchas
lágrimas se perdieron
vida
aparte,
creo que
ya debo irme
dejar
esta espina de corazón ,
prenderme
en el olvidado brillo,
encontrar
la luz del astro,
olvidar a
mi umbrío ,
una
despedida que me cuelga
la Copa
de cerveza,
no bebo
pero por un día
no me voy
a condenar
más de lo
sentido,
más de lo
vivido
apelo al
olvido,
y su
cruel instrumento,
a golpes
parados,
melancolía
déjate no la conozco,
locura
nada esa es pasajera
como
humilde tijera,
buscando,
buscando
olvidé
cómo se escribe
un poema,
dejar de escribir
es como morir
demostraré
a este verano
que mi
tierra de la parcela
llorará
flores,
mi
combate cincel de arte,
aquello
que mi magia sucede
porque
tengo sangre,
mi calor
mi rojo humor,
ya no soy
el mismo reflejo
no soy
aquel vendido
soy
destello de mí mismo,
fiel
abrojo será tarde.
Para
derretir todo lo existente.
El
Castellano
FLOS
UMBRA FLOR DE SOMBRA:
Está en
la lluvia,
ella es
Dios,
de ojos
abiertos atraviesa
un
profuso soliviar,
de
flores,
de vivos
colores,
escrito
sin mentiras su nombre,
era un
hombre
vendiéndose
a otro hombre
que lo
volviera hecho y acto
de
material afán de éxito,
pero la
naturaleza no se puede cambiar,
el
artista no nace,
no se
hace,
nace y se
hace deshaciéndose a sí,
igual que
un pre-bonsái
por podar
y desmochar su alma
hojas
mías quedaron mustias y abatidas
de
haberme rendido al sentir de describir
a un amor
furtivo que me acechaba
a un
sentir interior que me dominaba,
caí como
gota de agua,
y el
estruendo me partió la vista,
ahora soy
tallo nuevo de persona,
podando y
podando,
destruyendo
para poder crear
para
acariciar este Sol
que
retuerce , soslaya, pule, amamanta
el hierro
de mi entraña,
el miedo
no me para
el dolor
por ser dolor se acaba,
siento
que siento,
amo a la
mujer que amo,
tallada
en cuarzo,
al final
seré el último hombre en pie,
cada
verso que lanzar al viento
como fiel
testigo cuchillo
de perder
la realidad,
justo a
la derecha,
recto
para ser erróneo,
sigiloso
para hacer ruido,
noche,
alas blancas
es de ti
el tiempo afilado
astros,
diáfanos siglos
caducidad
de la ciencia
caducidad
de su conciencia,
verde
monte para rodar,
azul
cielo para atravesar,
siembra
para ver la flor llegar,
beso para
el placer amansar.
Me estoy
perdiendo de verdad,
tengo que
fumigar.
El
Castellano
CUANDO LA
LLUVIA CAE ABAJO:
La
libertad está tejida
de
flechas al horizonte
devanan
duros, limpios,
cristales
ahogados en profunda sien,
surtidor
de velas de los mares,
fuegos en
lumbre eterna
por los
senderos que labró
el astro
verdadero,
inconsciente
avenida
mi ser viaja
en sinfonía ausente
de
tristeza y su carcoma
todas las
expectativas
son
vivencias
para el
vivo
todo
cambia
para
lanzarlo
y nunca
olvidarlo
sólo ser
es el reto,
lejos de
leones
lejos de
sombras cada día,
cada
emoción
por mirar
dentro de
lo que no se ve,
se siente
promesas
que
vuelven en boomeran
rescoldos
de vegetales escombros
el pasado
se abre en alta simiente
un día
amarás decir
es
alguien a quien tengo a mi lado
para
resurgir de la hoguera
en honda
tierra,
y mi
ceniza lo siento esta noche
crepitará
al viento
que no
hay mayor portento
que haber
conocido
un día su
sustento,
que mi
alma escapa de mi cuerpo
para
abrazarse al firmamento,
mi lumbre
ya avivada
prenderá
el cielo
todo lo
que siento
indómita
expresión del tiempo
al que
estoy sujeto
en oscura
torre
que
yergue mi adentro,
fuera de
la noche
dentro de
la luz
en veda
azul
en vega
de solitud
dentro
donde tu interés
te miente
donde mis
brazos se alzan
asumiendo
la eternidad
de mi
sendero,
la
eternidad del azul del cielo,
donde
desde hace siglos
te
espero.
El
Castellano
SEMPERVIVENS:
Modelo
con cincel de viento
las manos
de una caricia,
la vida
de mi abeja subrepticia
cómo
definirla no sabría.
Estreno
un nuevo Julio
una gota
sedienta de su estío,
fuera del
momento
que mi
vida se vuelve luz,
mi vena
siempreviva se yergue
acariciando
a mi Sol,
que este
mes me vio nacer,
viento,
viento bonito
llévame
en tus alas
de vidas
labradas,
quiero
que me muerda mi amapola,
que se
destape tu lecho,
y me
dejes apoderarlo,
para
siempre volar
como
mitad de poema,
que las
aguas surca,
para
fortalecer el riego de mi tierra,
con
sangre de hierro,
tu fiel
desespero,
renace mi
araña Lichtter
tejiendo
mi existencia
en mitad
del verso
hoy por
ti, siempre por ti
Lhiannan
Shee,
se quedó
llana y profunda
la cuenca
de tu visión,
siendo
hondo destello enfundado,
mi
calvero y sus ríos de sombra,
sigo por
la línea goteante
de
nuestro suplicio,
me pende
la mirada tu ventana,
mientras
hilvanas libre tus cabellos
de rizos
de cielo,
los
cuadros de mi creencia los conoces
mi
veleta, mi Sol, mi flor,
mi árbol,
un puente a encontrarte
una vida,
juntarme,
en proceso que rige,
que
estalla en dos rayos de tormenta,
te
quiero, te necesito,
el Sol
dice lo que me susurras,
mi
cigarra laboraba
el sentir
de una esfera
que canta
dentro mi alma,
de un
grillo el soneto,
de tu
cuello el cristal de cuarzo,
de mí la
lluvia en tu agraz de marzo,
mi
concepto será ejemplo,
avanzaré
por mi sentido puente.
Nuestro
destino cruzaré.
El
Castellano
APIUM:
El
barbecho de la espiga,
la mar me
trae la ola,
la
montaña me trae la cascada
mis ojos
llevan el color de siglos
de
floresta destapada,
mi tierra
se lleva mi espada,
el
aire mi aullido
hondo,
redondo
crujiendo
en las aguas,
mi vida
lo siente
lleva
sangre en las venas,
arterias
de ángeles
estrellados
en su eco
alzado a
la Estrella,
sostenme
en las bocas
que mi
silencio reverbera,
mi
montaña bonita será sentida,
mi Santa
flor en la boca de la abeja,
que mi
vida maneja,
tráeme
los pinos de los montes,
el aire
de las cumbres,
tráeme tu
boca para nacer en ella,
sigo a
Lucifer
bueno él
me sigue a mí,
cosas
peores habrá
como
abrir y entornar la puerta
para que
pase la maldad,
siento
decirte que arrastro mis demonios creados,
para
enterrarlos en el campo,
al lado
de un sigilo de chopo,
que a sí
estén de ojos abiertos,
no me
enloquecerán más,
estoy
hecho de miedo,
soy de
hielo
más
fuerte que el don austero,
palabras
sepultadas en mi zanja,
mis
padres y mi gato son inmortales,
¿por qué
me llevaste padre a la ciudad?
que lento
muero aquí,
sin
sentir el viento de mi campo,
sin mis
flores y su aroma
a
vendavales desnudos,
estos
árboles de cemento
no suenan
con el aire,
ni estos
cristales atraen abejas,
aléjame
de rejas,
salva mi
muerte
que es
del monte.
El
Castellano
CORAZA DE
TIERRA:
Abrasa mi
vida, esquiva es
esta piel
de caricia
estoy
ardiendo, aviva mi resquemor
en este
mundo que se retuerce
y
envilece entre sus venas razones
la
realidad como lirio de negro pétalo
sólo un
sendero por abarcar
llamado
vida.
Del astro
Rey de sí mismo
a la
caléndula de tierra,
su esposa
efímera.
Avanza mi
subrepticia,
entre
páramos deshojados
y sus
hojas por gentes.
Espiga
flagrante, sentido granate
por mis
ojos he visto nacer
los genes
de tierra,
por mis
ojos he visto morir mi amor
que mi
pecho yergue
yedras
brotaron tapando su calor.
Mi Sol me
enraizó
mi
ilusión se diluyó,
una flor
de sangre brotó
llenando
mi vacío interior,
mi amor
por su reino vegetal
me
mordió.
Ahora
sólo encuentro
tranquilidad
y sosiego
en las
vidas que siembro.
En mis
diablos de flores.
Hasta yo
morir
a la
altura de los montes.
El
Castellano
EXUL
UMBRA:
Ataraza
mi alma
una fáuce
sigilosa
que me
devora
hinca,
sigue y prosigue,
sembrando
mi hastío
que sin
él yo no vivo,
respiros
inmaculados
a esta
sed que mi cuerpo
lo
alimente la estrella,
pasado
atrás fiel desvelo,
voy
construyendo,
voy
cavando el surco
milenario
de mi destino,
en este
cuenco, en esta vasija,
en este
recto cuerpo
del que
me desprendo,
para que
mis manos hablen silencio,
mi sombra
es quien habla
de su
destierro,
de su
rezo al flamígero astro,
mantenme
afuera,
espero mi
momento,
de
entablarme con vuestro Dios,
y
preguntarle si merecía tal castigo mi sombra,
sí yo
merezco esta pena que me soslaya,
pero si
no fuera por este dolor
no sabría
que vivo sigo este siglo,
ni mi
saeta de luna volaría
a
encontrar su desquicia yerta,
y su
esfinge malva,
en alto
claro
en marco
clavado,
es por
mis ojos de grillo
que
alcancé a ver
mi
destino fusilado
para
entregarme a un único camino
que me rige
que me dirige.
El
Castellano
YACIJA:
Vida mía
rozagante curso
en solaz
de muertes que caminan,
los
oscuros límites plausibles,
como dije
no puedes mentir
dentro de
mis ojos,
llana voz
altiva subiendo sus montes
soy libre
por ti
en esta
generación ciega,
una vez
que se ata el sentir
de mi
esfera difusa,
en este
lugar yo puedo
sembrar
la luz en oro de argénteo astro
mis ojos
oxidados
yerguen
el vapor de cada día
que
estalla su retina,
cristalinos
en el verde gozo,
sin
despedida,
mi tierra
puede subyugar en pie este mi ser,
brillante
hielo de cuarzo
tejiendo
las manecillas de mi reloj,
esmerilado
suplicio que lanzo,
que parte
tu acero,
trasquilando
mi luna
hasta que
despierte mi Sol,
fuera del
momento, dentro de la noche,
esperando
que torne solamente luz,
desvellonado
mi lobo ártico,
en hierro
de mandíbula
este ser
por la defensa de su valor,
que no
fue del tiempo flor
fue
indómita expresión,
en un
cielo que labró,
vengo de
un horizonte iluso,
desempolvando
mis muertos,
viviendo
el polvo de vida,
mi pasado
rescoldado, derramado,
por la
ventana desolada,
mañana
será eso quizás
una
deidad sin nombre,
un cuarto
sin lumbre,
veleidoso
y regio,
consecuencia
sin rastro
nombre
escrito sin pluma,
yacija
inerte caminando los oscuros lindes
de su
destierro,
de
suspiro de hielo invernado
con
brazos lejanos a través de los tiempos,
su ayer
llueve a jirones
sombra
que caminará el abismo
para
encontrarse,
y
desafiar al viento,
estallando
en luz plena
jamás
dominada su desventura.
El
Castellano
LETRA DE VIENTO:
Aguzaré
al viento
en
vertical estampida de elogios,
para que
lata con fuerza
se
cuelgue en los solares rendidos
de mi
agraz intelecto,
las
lagartijas correrán su rambla
cruzando
la tierra,
mi
carrasca lucirá
un sabor
a mujer desnuda,
el verde
militar del ciprés
tendrá
tacto a luna,
somos
silentes dentro de la luz
somos
veletas del negro puerto,
fiebre
navegante
mar de mi
vela,
lumbre
eterna,
alma de
renegados,
jamás
complacidos,
rajaré al
destino en dos mitades,
una para
sacrificar
por si
sale mala,
su alta
ojera cruzada,
afilaré
mi cuerpo para clavarme
al viento
que hasta ti me lleve,
solo un
segundo marcha atrás
y me
sembré en tus manos,
como flor
de centella,
qué bueno
que existas en mi realidad,
que teje,
desvela, nace y devora
la
esencia que te alimenta,
hoy lo
siento desperté siendo río
que quiso
llegar a las tierras que te modelan,
alarido
despierto y aullido
en nácar
de tu placer,
para
solamente ser lo que tus ojos
digan que
soy.
El
Castellano
Blándeme:
En mitad
del campo,
sólo allí
que la encina enraíce mi carne,
el hinojo
lata al son el tambor de sus flores,
la
carrasca grite verdades del monte,
vereda
quieta, enarbolada,
soledad
disparada sin descanso,
sólo allí
reinará mi alma,
en letras
escritas en las hojas de vida,
las lindes
teñirán de rojo y negro,
de tinta
y sangre el resurgir del añil
aliento
dibujado de toda vida en color,
del albor
a la muerte en flor
se alzará
mi latido con su amor.
El
Castellano y Leannán-Sídhe
Renace en
la piel,
en el
albor sin conciencia,
hace más
frío que antes
sentido
muerto, caído
olvido
yerto
raíz del
ser
más
callado que el invierno
avanza
camina a voz
todo lo
que he perdido
polvo de
estrellas, hierro de océanos
piedra de
montañas...
hazme
recordar alas cansadas
cosas
grises que te gustaba sentir
mi amada
así sabes
horizontales
que no puedo olvidar
ejes
verticales de conciencia
sin
dormir
danza la
primavera del lugar
con mi
soledad pintada
en la
sangre de mis ojos
todo lo
que veo teñido
la
ilusión cae en gotas derramadas
cayendo congeladas
desnudo
mi cuerpo en la penumbra
del
segundo quieto
raíces
comiendo mis venas
hojas de
mi historia mustia, abatida
sentido
muerto
viviendo
por ver morir el momento
momentos
atrás que cae el recuerdo
sin
miedo, sin sentimiento
todo
hirviendo
sólo este
sarmiento de cuerpo
esperando
que juzguen a su alma
libre de
maldad
quién
estará allí
quién
vendrá a darme un camino que seguir
solo en
la oscuridad
donde
todo comienza
las
sombras me reconfortan
y veo en
luz mi vida
para
encontrarte
algo que
darte de dentro de mí.
Un amor
rugiendo en la boca de la estrella.
El
Castellano y Leannán-Sídhe
Diestro
del mar a la montaña,
visten
sus flores coloradas orgullosas y sentidas
cual
caricia de su jardinero que las ama
el viento
armado escala cual seco rayo
su sol
enturbiado se paran las oraciones
hipsipila
dejó su crisálida
en un
caballo alado recorre sierras y sus manantiales
recolectando
toda simiente desde todo confín
al inerte
sombrío albor,
mientras
su fría luz crece y camina
sin
franca tapia ni verja que detenga su escalar
vuela
vaga la libélula para posarse en su hombro
recio
brazo arrido ninguna simiente cae a su lado inerte
que lleva
que trae a su castillo olvidado
hechiceros
de todos los reinos desvelaban que sólo
un reino
se mantendría vivo
y no era
el del humano ser
Hipsipila
cabalgaba por naturaleza su religión
abarcando
de la tierra a la lluvia
cual rayo
cortado de Sol su cabello
los
pájaros trinaban en su castillo
hipsipila
siempre vivirá como invencible Sol.
El
Castellano y Leannán-Sídhe
Flor de
Bradomín:
Partir me
alcance un día,
he
de visitar el prado
que yo
por Bradomín
nunca he
visitado,
he de
colgarme
de la
flor serena
un día
lluvioso
a colgar
mi estandarte,
vive,
nació y deslumbró,
deberéis
guardarme el vilo,
que yo
partiré este humo,
quebraré
la voz del eco,
soñaré
que estaba despierto,
mi
simiente sacará su cuchillo para sembrarse
sola como
se destapa la primera
gota de
rocío que tiembla
el Sol
que visita,
esta la
haré generación seca
en
pergamino de hoguera,
mi letra
caerá en el ojo
desde el
infinito parco de este abrojo,
el
altiplano enjutado,
dirá que
me debéis cuanto yo
Arriano
he plasmado,
y este
granate será mi lustre recordado,
es y será
mi casa,
el
esfumino en coro de grillos,
aullando
bisagra,
a la luna
que escarcha,
hazme
libre luna,
saca mi
alta ojera con tu luz,
abre mi
campo
al
murciélago señor,
acaso mi
espada mi tiempo no blandiera,
me
encumbro de la fiera,
para ser
quimera a la espera,
mi
Leannán dicta
yo
converso
que desde
su estampa
al hada
infernal de esta
yerta
conciencia,
resurgiré
de la
espina dorsal
de este
cuervo Förüq
que me
habita,
el ser
que me lleva
cantará
soñará
que es y
será otra primavera
para
enloquecer desde ingenua siembra,
graznará
el solar del fresno quieto
abrirá el
despertar de esta gris araña
entre
agujeros de la idea
soterrada,
descubierta, alzada
entre
sierras y barbechos
despierta,
riza, besa, evapora
esta
sangre de tierra
que es mi
amapola del pecho
anclada,
versada, cálida, cariñosa,
abierta
entre grietas que palpitan,
fulgente,
displicente, dispara que flagra,
sentimiento
de esta azada
que es mi
vida
al borde
de la flor
de
caléndula
que es
esta realidad tejida
y su
floresta que riego desde
que el
verso me escribió
a mí la
felicidad.
El
Castellano,
Señero
quieto:
Linde
abierto sembrado por Dioses
de
plantas que sólo ellos pusieron
y que ven
exclamar su muerte
de
silencio gritado
lentamente
las estaciones.
Es este
campo que vive lejos
con
señero
un señor
de señores
amor de
silvestres,
es
encargado de ver en flor
sus
amores,
vence que
atraviesa
sólo su
mirada,
un
jacinto se yergue
de azules
botellas
sus besos
de rocío matutino,
matutinos
gritos postrados,
con el
hervor que reverdece las tierras,
de cal y
tierra arenisca,
de
arcilla al barro,
de la
pizarra al risco
de
granito,
es una
vida mi estatua,
dulce,
risueña, sembrada,
albores
cruzados crepitando,
mi nido
de grama rehaciéndose,
entre
luceros anclados,
arriba mi
barco
estos
océanos y mares
de
tierra,
que todo
lo rige
su
materia,
desnace
el tiempo
abriendo
el brillo de mi falcata.
Fiera de
fieras
yo soy la
fiera,
desde las
piedras
a esta mi
hoguera.
El
Castellano
Aciago,
recto vilo quemado:
Cantares
quebradizos
se alzan
entre aciagas esferas
de la
palabra inexistente,
entre
sones terrazgos
que sí puede,
llevarme
la espuela,
entre la
mente que afila,
que pule
mi sangre oxidada,
por el
puente de venas de mis manos,
diestro
al compás que muerde
yo sí
estoy hablando
tú no
estás escuchando,
esta vida
asida en un tiesto,
por
encajes sin alba
por
encuentros fugaces
en mi
averno tejido,
entre
estos soles de trapo
que me
levantan las flores,
avanza la
flojera del día
que llega
a su final,
volviendo
madrugada de espadas,
quiero
contarte hasta tres,
mi
aliento que no sabe contar al tuyo
pero sabe
que cuentas con él,
yo que ni
segura tengo mi muerte,
colgaré
destinos
de sus
ramas de fresno,
mi piedra
será estatua,
no seré
yo quien hable si no ella,
el verde
musgo llorará el sino dentado,
esta vida
de espectro
no me
dará de lado,
de un
solsticio me haré un cuarto,
entre mis
líneas habitarán espasmos
de ideas
ausentes,
de fríos
hielos de soledad congelada,
liberaré
este reino enfuscado
cual
vicio cual tierra sin dueño
de crear
nuevos palabros
que serán
hijos de la nada,
cabalgada,
soterrada
en
infinito de la siembra alzada.
El
Castellano
Linde
quieto abierto:
Derecho
firmamento
entre
filos de gentes,
es una
piedra que camina,
piedra
aventurera,
seca y
umbría,
reposa y
duerme
cantares
del linde,
centellea
rayos irisados
se riza
con los besos de lluvia,
acaso
quiso ser otra,
ella tan
yerma, tan plácida,
imperecedera,
cerrada
como se cierran
los rayos
de luna,
acantonada,
de estéril estampa,
dejas
muda alabanza,
el día
que te hice de voz,
piedra
bella, sola,
estridente
sin patio de sonido,
y esta
voz que te di
voz
dorada como tu piel de minera,
como un
soto sin perdices,
avanzabas
solo tú,
la vida
quieta,
sembrándote
allí por donde anduvieras,
al candor
de piedra única
igual a
la siguiente y a la anterior,
sin afán
superior
hasta que
este poeta te dio voz,
como
flores que sin color
acaso
fuesen,
un
despertar en brazos de cieno,
un
respirar de la montaña,
un
cuchillo calizo que afilan
erosiones
de las eras,
latido
férreo, sangre de mineral,
o
compostura de arenas,
piedra de
mi casa,
piedra de
tu casa,
la
tierra.
II
Piedra
potencia eterna,
nacida
como nace una estrella,
cumbre de
filos por bandera,
hogar,
cobijo y morada
de
lagartijas que cuelgan tus venas,
colchón
de rayos de sol,
asolada
tu espera
por quien
te dio voz,
lideras
tu guerra sin cuartel,
antes de
yo nacer,
tú dabas
alientos al suelo
sin
importar pertenecer,
siempre
fuiste
siempre
eras su piel,
de la
cantera, al nicho,
del
mausoleo, al caserón viejo,
del silo
al castillo,
tu
fortaleza empedernida,
tu aval
de honda certera,
Siempre estabas
siempre
estuviste,
como río
a su voz del mar,
osado no
fui yo
quien te
encontró,
solo fui
encargado
de darte
moción verdadera
ojalá
pudieses contestarme
mi
piedrita bella.
III
Devuélveme
a tu vida eterna,
del soto
a tu quimera verdadera,
clávame
la oscuridad de tu cueva,
en esta
esfera pulida sin espera,
risco de
tu sien enarbolada,
millones
de hijos
esencia
desnuda de tu alma pura,
techo sin
compostura
del ser
invertebrado,
techumbre
que pizarra llora,
su
azabache de cristal,
tu sangre
de fuego y agua
que nunca
te alcanza
sólo
partirte puede,
grieta de
helada, tus filamentos
que
encaran tu azar de vida sin dueño
a tu
sangre de musgo me cuelgo,
en verde
musgo tu fantasma muerdo,
vida de
herramienta,
azar de
la idea,
al paraje
que te conforma
al que
sostienes su vida
siendo el
suelo techo de esta hacienda,
si
tuvieses dolores todos gritarían
que se
acabase la muerte en la tierra.
El
Castellano
Es un
fuste:
Quiero
deslumbrar mi camino,
ayen de
estas víboras que caminan,
palpitar
el látigo enfoscado
de
sedientos corazones.
Entre
sangres fugaces afilo
esta vida
en grana marcada,
deshojada,
por cuanto he conocido,
más que
tristes metales lascivos.
Caparazón
este el mío inerte,
vestido
de marzos seniles,
agota,
coarta la esquela
de mi memoria
perturbada.
Camino
sin camino
por donde
se oculta el este,
veo la
flor que desviste,
entre
pétalos su iris difunto, perturbable.
Te
construyo sin verja, franca,
tapia ni
acantonado te hago
a imagen
y semejanza del aire.
Que pasa
y mira,
que mira
pero no descubre,
que nací
dueño de tu avenida.
A este
sol ferro cuelgo agravios,
ofensas
que desvanecen,
como la
noche devora lo que es suyo.
El
Castellano
Azabache
de ojos:
Ojos
direccionados
a esta
luna de azabache,
el tejer
de una gota de savia
plañía la
desesperanza fría.
Siniestro
compás mece,
en acorde
clavado
a este
invierno estirado,
al
estallar de bombilla me cuelgo.
Curvo
escalafón riza besos
de unión
de cicuta y sangre,
yermo,
plácido, envuelto
en
sembradíos de oscuridad.
Quisiera
que hablaran mis retinas,
de
encuentros fugaces
al
temblor de esos filos
que la
dama oscura blande.
Gira
presto a enraizar mi sangre,
con
destellos de espuma
que las
tierras bullen.
Yerma,
extasía de verdes
por
solitudes heridas
una
cercenada tajada,
Retiembla
mi destino
al
cabalgar de soles,
fiel
estampida de semblanza.
El
Castellano
Flor de
destino:
Ama de
esta casa, el alma fría,
de mundos
retorcidos,
ingrávidos
al peso de flores,
destartalado,
por gentiles gestos,
azares
difusos de mi reino,
saludando
a la quema del rastrojo,
un iris
por desenclavar,
corona de
caléndulas
en soles
por doblar,
al rayo
seco, tornado en gesta
y sus
candilejas fulguradas,
ríe y
pasa, pasa y ríe esta espada,
hendiduras
febriles
de mis
verdes ojos
entre sus
cauces la verde grana,
la verde
espiga,
un
romance del labrador
con su
granate amapola,
llora
sangre de aquellas santas,
esquiva
de obreras guirnaldas,
se cava
en rayos seculares del rey astro,
Estallando
de luz su rocío primero.
Cuarto
para sembrarte:
Duro,
seco, estridente,
irusorio
destello
al matiz
de soles abiertos,
estoy
empezando,
alago,
avanzo este cuarto
este
cuarto de arañas,
repleto,
lleno por escuadras
afilo el
verbo
preparado,
despierto,
granate
complaciente
a este
lustre olvidado,
quiebra
marzo,
estampida
en blancas sienes,
réquiem
en osadía,
en marca
de astros,
luz
intransigente,
fulgor
entre tus
manecitas
heladas,
miro
atrás
nada
reverdece el horizonte,
todo son
raíces del hombre,
me
cuelgan lunas
ojeras
sin alba,
quiebro
esta ilusión
me afila
su espada,
cómo huir
de los
que no me conocen
si nunca
me conocerán,
me clava
la estrella
un tenor
en escala mayor,
gimen
flores por abrir,
el sol
hiela de nuevo,
rizo
sorpresas en tus cabellos,
libero el
león,
me muevo,
suceden
grises
a mis
penas,
escarchadas,
desvanecidas,
derretidas
en claro oscuro,
por lo
que dejó de ser,
llevo que
traigo,
resoplos
y arterias
en este
jarrón de sangre,
hasta que
caigan dementes azares,
y sus
cruces bienaventuradas
de tu
carne,
de mi
lumbre,
de este alambre.
El
Castellano
Tierra
perdida:
Limo,
sostengo, agito
la vena
enardecida mía,
destapa
al fuego en círculo,
retiembla
destinos ciegos
en
crueles, parcos horizontes
sin
orificio,
destrenzo
el nervio de hierro,
repto
avenidas sin salida,
voy y
vengo cantando
esto es
tierra perdida,
correcto,
en el ojo
y
soterrada vía del hambre,
nazco que
broté de semilla,
estiro
que alzo
sangre en
caricia,
marcho
sin mirar atrás
esto es
tierra perdida,
ocaso
malva derrite mi vida,
en ríos
sin despedida,
en
sábanas de escarcha fría,
correcto
es tierra
perdida,
nada es
súplica advenida,
fulgor
entre sienes de carcoma,
festín de
arañas grises,
nada me
detiene,
avanzo,
el sol me cuenta
que es
tierra perdida,
cae la
tela tejida,
fiel al
descanso de mi subrepticia,
gimen
tiempos rizados al ascua,
cantan
malas yerbas
sin
perfidia
que esto
es tierra perdida.
Yo
contesto
dorado al
fulgente metal
que es mi
vida,
es
pasión, es luz,
es calor,
este es
mi rifle
esta es
mi vida,
granate
al escape
lustre
postrado al rejuvenecer
del
marco,
yo no
estoy colgado,
venzo que
avanzo,
resumo,
coarto,
me
descubro a la luz templado,
todo
dicta
que yo
voy
que yo
vengo
por
tierra perdida,
resplandores
sujetos,
acuartelados
en énfasis,
porque
desconocen su sino
madre de
esta
tierra perdida.
El
Castellano
Extasía
de cristal:
Penumbra
arrebolada,
hija de
la sombra asolada,
temple de
maraña,
tejida
araña dormida,
sol en su
trapo desnudo,
ven a mi
cabeza
retuerce
mi idea
que se
encadena
sumisa a
noble premisa,
no puedo
parar
no hay
tiempo de pensamiento
sólo
escribir duro, seco, limpio
como agua
de este río.
Sentido
volviendo a la vida,
mi
espíritu está creciendo,
tantas
luces sin alba
tantos
astros sin noche
es muy
tarde,
nunca
para volver
al origen
de savia,
desnudo
en este reloj
mirando
este cementerio
alzarse,
enarbolarse
de la
nada y su infinito de cristal,
estoy
dolido
que tú te
lo has creído
si me
quiebro
es para
renacer
quemando
mentiras,
liberando
fieras,
roto al
tiempo
entero al
fragor
de mi
espada,
no tiene
vuelta atrás,
océanos
abiertos me llevan
a flote
de nuevos sueños,
rizado a
la espera
engalanando
mi quimera,
desiertos
abiertos
en cal
viva,
mantenme
el amor quieto
subiendo
montañas deshechas,
viviendo
el brillo sin estrella,
ojo de un
ojo labrado
mantengo
mi esencia
en joya
de noche
miro
dentro
y todo
retuerce de nuevo
dame tu
mano,
descubre
mi reino perdido
a
encontrarse en tu mejilla,
háblame
de tus vidas
de tus
alas en mi extasía,
sólo allí
despacio
latirá su
osadía
líbrame
amiga
de
cerrojos
y sus
cerrojillos dorados,
exasperados,
esta
noche seré luz de hoguera
y tu
cobija quieta,
el único
sin miedo
a decir
lo que siento,
carrusel
sin engranajes
caballo
sin jinete
tormenta
sin nube,
beso
donde no lo imaginas,
sólo yo
contra el mundo
abriéndome
de la tierra
siendo
alma en disparo
certero,
agudo, estridente,
como la
voz que no se pierde,
yo nací
albor
nací para
ser tu amor
no me
pierdo,
estallo
osadías repletas
solitudes
que trepan
cruzo
líneas
de estos
cuatro días
que clava
tu voz
desmigajando
miedos
porque yo
soy el miedo,
batallas
aparte
soy tu
planta silvestre
amando su
tierra
más que a
su sangre,
mi
esencia verdadera.
El
Castellano
Cornucopia
de tierra:
No
rebotan los tiempos llorando,
en
escalas a ese cielo anhelado,
voy que
viajo
y bajo
mis plantas
la tierra
brota, rehúye, fluye,
todo me
alza
sobre
torres sembradas
y sus
trompetas abiertas,
desenfundo
esta esencia
de
estaciones correr,
hogueras
profundas
en
lágrimas de lluvia,
plantada
mi compostura,
me
crepitan las montañas,
los
cuervos me rinden pleitesía.
Ante
estos ojos
el ávido
brillo
de
oscuras alas,
frente mi
carne
fuego
enraíza
esta
noble falcata,
encinas
me enraízan
el dorado
anochecer,
noche
oscura
entre
espectros de letras,
el día
derretirá mis flores,
trepando
mis venas de encaje,
mi azada
será sangre
no más
cuerpo y carne de metal,
al
erizado filo
clavaré
sentidos despiertos,
mi letra
será invencible,
en
flameante rebosante inspiración
parida de
un rayo de sol,
ay la
tierra que me clava la siembra,
ay sol
ferro,
yo te
hablo
al fulgor
de venas
al calor
de llama azul,
tú
invencible
como la
palabra te formó,
extasía
lumínica
en candor
de lunas aulladas,
ven a mi
pecho,
te daré
asilo,
desgrana
este silo,
que mis
manos hablen colores,
solo ante
la adversidad
esta
negra noche que huye
enjaula
su oscura sombra
donde la
letanía esconde
sus
garras de cristal,
quedando
repleto este umbral,
he oído
llamar
llamar
tus sangres de luz,
a
violetas nebulosas
sin cauce
empotradas
en sagradas espirales,
busqué tu
vida eterna,
me
contestaron inviernos
desmochando
brotes extenuados
de
tiempos atravesados
por tu
espada eterna,
fuente
fría
que llena
dulce la fontana,
la vieja
luna sonríe,
lo
efímero será áspero y duro,
a la
caída de este plomo,
se
levantarán estatuas de barro,
tu lobo
vestirá el sincero metal
por ser
de hierro,
hasta su
aullido de plata
a la
noche sempiterna,
y sus
enredaderas malvas,
campo
este de víboras nacido,
por un
surco repto,
y el
alacrán me saluda,
soy yo
tiempo olvidado,
resplandores
de este
patio de grillos,
me cuelga
la corona de caracoles,
por todas
mis lumbres
abiertas
de
caléndulas solariegas,
más que
hoy
no espero
nada,
porque yo
siembro lo perfecto,
me
responden sus voces del suelo,
al
intransigente destello
me parto,
me quiebro,
hasta dar
mi voz
a estos
campos
y sus
sotos perdidos
encontrados
en cada sangre.
El
Castellano
Ondas
mecen:
Me cruzan
las vías
del tren
de la noche,
abierto,
caracoleado,
en
peregrinaje de estrellas
y sus
halos,
este
insomne caballero
de tu
sonrisa nacarado,
arrebolado
entre tus brazos lejanos,
una hoja
precipita
al tañer
de campanas
en
garganta de lluvia,
no hay
invierno sin frío
ni frío
sin invierno,
vuelta
atrás estoy vivo,
una vez
en la vida
curva de
espejos
entre
verdes y ocres,
quién
dijo que no tuviera esperanzas,
pálpito
fugaz de estrella marchado,
el
amarillo viste mis flores,
color
efímero, sin despedida,
entre un
patio de ojos
y sus
carcomas solariegas,
danza
este caballito sin diablo,
al
cuartel de la cucaracha
van los
ojerosos grillos,
todo
cuelga de un hilo de lana,
horas
minutos
para
hacerme libre,
termíname
tú porque yo no puedo,
este
alfiler parco, sobrio
como él
mismo,
entre
circo de huecos sones
danzan
los vellos de mi piel,
por el
agujereado brillo de luna
cuento
notas perdidas
y el filo
de esta mi cuerda
hasta
latir con ella
y su
desnuda poesía
con
cuerpo de mujer,
lejos de
la tierra,
entre un
soñar del viento,
se
destapa mi cordura
le
florean pensamientos
fieles
ecos en iris despierto,
dulces
ondas como dulces sirenas
enamoradas,
de este
marinero sin mar
llamado
verso,
al senil
aleteo de la polilla,
el
invierno nace de un cubito de hielo,
que
avanza ya su noche
sin pedir
permiso,
al vapor
de sienes heladas,
entre un
coraje acorazado
de haber
realizado una buena siembra
me
marcho.
El
Castellano
Vieja
escuela sembrada:
Cierra
los ojos
es
nuestra creencia,
por la
que no hay
rosa sin
espina,
línea de
destino,
déjame
sembrar luz
en la
retina,
que caiga
mi gota
quebrada,
viviendo
tus memorias
lejos de
la letanía
enroscada,
crepitan
los labios grises
entre
crujidos por despertar
leones
del nuevo día,
Noche,
noche
tus
minutos erizados vencen
pasan las
horas
y las
horas
la misma
pesadilla tejida,
en vilo
en vela
de
navegante sin mar
sin
barco, sin puerto,
viviré una
vez más
esta
soledad del párpado
despierto,
muy alto,
muy hondo,
todo se
retuerce en sol mayor,
hasta la
cima
me verán
cabalgar,
resume
este papel
un furor
oxidado,
soy yo,
soy yo su raíz
que ni yo
mismo entiendo
dichos
soterrados en alma difusa
en
corazones sedientos
su fría
caricia entre espadas
ni yo
hago empeño solariego
ay la
tierra perdida de tu raíz
quien
osado sólo la viera
de viva
materia rompiéndose
sucumbiendo
sobre los filos hirientes
hondas
espumas
riéndo en
camino vivo,
en un sentido
con
bordes de rosas y cebollinos
y senda
de espinos fugaces al alba,
brotando
imperecederos
que
enriquecen los pliegues sembrados
de esta
mi sonrisa
de esta
voz en calma y en tormenta
de
desnudos sigilos
que te
nombra y nombra
si no
estás lo hace sin cuenta
Poeta
Haces la
ruta sin pena ni sangre
que no
sea portada en tus venas
de solana
hacia el sol
en un
ovillo giras en tornasol
allí
donde sus esposas
amarillean
y tu sien gotean
en canto
al amor
alzado en
rayo de Thor
será un
caracol
cuando
nos vamos
solos sin
nosotros
con o sin
Dios
nació un
vespertino albor
ocultando
el dolor
secando
lo que plañía
la sin
razón
Se duda
entre las cosas
por la
vaciedad de las cosas vacuas
de fátuos
alambres en fanal
hoguera
del hambre
de
oblícuas espinas
y los nuevos
castillos
que sin
su castellano chozas son
destruimos
si nos
miramos
vencer o
vencer otra vez
Oh raíz
ay de tu
tierra que te vio nacer
qué
guardas
en tus
bases en las grietas
que te
clavan que estiran
tus
lágrimas del ayer
que no
nos dejas ir
por
caminos distintos
a los
limpios valles de oscuridad
reposo y
sosiego que clava el camino
¿Será
cómo es
por
siglos
de
siglos?
De este
tiempo oxidado
que
latirá el son
con forma
de tu siniestro corazón.
El
Castellano
Cristal
silvestre:
Ámame
como se ama a la vida,
porque te
amo en caricia
sin
despedida,
tú que
eres como la noche
en
subrepticia,
yo
contemplador extasiado,
por el
fulgor que se abre paso,
Fin del
diario,
este es
el momento,
que se
queda para descubrir
la
expectativa
del vivo
hacia la vida,
todo
cambia y yo lanzo
mi
destello sembrado en mis ojos,
susurros
en letargo
abiertos
al destino parco
estoy en
tierras de la luna,
abriendo,
tornando bella
su
distancia,
todo
sembrado
de quien
yo era,
esta mi
raíz que canta
plena,
sacada,
cortada
de su tierra,
para
nunca olvidar,
alzada a
tormentas del tiempo
y su
etéreo desliz envuelto,
en las
calles
de los
sueños rotos
un pasado
que dejo atrás
estoy
joven para estas nuevas visiones,
existencia
clavada,
al
crepitar enroscado entre arterias
de
alambres,
y su
perfección
erizados
gritos liberados
hay que
pagar el precio
de ser
mejor que este talento,
avanzo
lento,
me abro
por el fuego,
y no hay
sangre que no me deje
envuelto,
miro
dentro de tus ojos
buscando
mi respuesta,
el sol se
está enterrando en tus cabellos,
lima este
nervio
que llegó
su escarcha
siempre
aparte,
siempre
en alarde,
hasta yo
encontrarte
encontrarme
yo
en los
sotos de tu voz
hasta ser
yo el alarido con nombre
de sol,
ser por siempre
ser para
siempre,
ser
siempre,
y Siempre
llevar mis apellidos,
Siempre
quemándome
en
resquemor intransigente,
precisión
de mi duende
llamado
amarte.
ARTE,
condenada
mi sombra,
a este
precipicio
que
despeña la letra,
a través
del umbrío páramo
de esta
piel y su yermo bosque de vida,
sigo la
estela
vocecilla,
elevada sin razón,
porque sí
me sobra corazón,
soy yo mi
murciélago de nácar,
vuelo que
giro el infra-sentido terrestre,
y me
quedo en vilo,
es
glorioso este sino,
haciendo
el amor con los sentidos
en el
saco desdoblado,
de mi realidad
soterrada,
destapo
que descubro malvas
del sueño
taciturno
que
conduce a contemplarte,
bajo el
sigilo de mi araña,
y su tela
irisada,
en
extasía de espejos carcomidos
sin
dueño,
que no
sea sinestesia
del
cuadro de visión
llamado
visión enardecida,
por la
que mi ciprés
tiene
tacto a caricia desnuda
y mis
caléndulas caminan
con sabor
a deseos de rubor.
El
Castellano
Quiebro
en dicha descrita:
Muero por
un beso
aquel
sembrado dirá que vivo
vivo por
un querer
cruel del
destino
condena
de una pasión
que creó
tu pestañeo
al
dejarme ver
tu cielo
encerrado
ese que
liberado
jamás me
abandonará,
fijamente
tres minutos,
y morí
con tu pestañeo.
Demostró
que fui y soy
importante
para ti
y que a
pesar y muy
a mi
pesar de los problemas
problema
no es mi apellido,
seguí en
tu mirada atrapado
hasta que
la aguja
de aquel
reloj de pulso
se paró
al pasar ciento ochenta segundos
mi cambio
de vida
cuando
consumí
medio
giro al decir
siempre
te amaré.
De este
resquicio vivo
yo traigo
la flor,
en
competencia
de
ilusión que marcó
esta
hoguera sin pena,
eres tú
soy yo,
flamígera
condena,
por el
párpado del cielo,
por mi
astro soslayado,
que yo
sólo encuentro cielo
en tu
mirar encandilado,
soy un
muerto con vida
si no te
tengo,
y este
firmamento
se me
cierra seco,
muchas
cosas erróneas
en mi
vida
que no
hay tiempo para la sombra,
no hay
tiempo para tristeza,
ni para
la vida quieta,
porque
todo resume
en
buscarte a ti
mi vida
completa,
si este
corazón es un tiesto,
quiere y
te quiere a tu persona,
enraizada,
plena,
resplandeciente,
como el
brillo,
como el
halo,
de tu
limpia, dura
sonrisa
de perlas
en océano
de resurrección
descubierta
en dicha,
mía, mía
sin despedida.
El
Castellano
Tordo
acompasado:
En el
océano de este mundo
abierto
al cielo,
vive el cuervo,
por el
desvencijado respiro mío
avanza,
mece y sostiene
un tiempo
en réquiem de espadas,
por
aquellas voces que sordas
laten, se
descubren, alzan,
se
quiebran al paso de altares de hueso
por mis
atardeceres de murciélago
voy ciego
al calor del astro,
siente mi
caricia de pájaro
esta vida
en un verso,
alzando
nuestra luna de acanto
y
alabastro gimiendo el ocaso,
azabaches
ensortijados, derretidos, extasiados
por el
sendero despierto,
por el
cauce que trae la vida, la mía,
ojos en
resplandores dorados al tacto
de mi
astro soslayado,
mi azar
es sembrado
vida de
vida
late esta
caricia
no hay
retroceso ni regreso
todo está
bajo tierras germinando
por la
rosa de su pelo,
tu sangre
me colmó en beso,
nuestro
cielo de amarantos
fiel al
respiro que alcanzó a ver
la
belleza en noches de miel,
respira
abre en ambrosía mi vida,
en este
horizonte dormido
quiero
ser de la piel resquicio,
que no me
sientan perdido,
quiero
ser Siempre tu sonido que acompasa
que clava
olvidos
en
despertares rizados que consumen
la retina
y sus astros,
todo lo
que anhelo es la verdad en silvestre flor,
tu eco
alto que no hay pájaro sin nido,
esta
noche será distinta,
el
comienzo empieza ahora,
mi sueño
de araña
que todo
lo tejido
recompensa
trae a lo sentido,
un avance
de mi sangre,
ven al
nirvana del ruido,
anticipa
nuestro solsticio,
Yo que
amo en mimbre de esparto
y verde
espiga de trigo,
fiel
comando el suplicio
de los
valles de mi sombra
displicente,
enamorada.
Encumbrada.
Sostenla
sostenme de la pestaña,
me nacerá
un alba,
marcho
través del hielo,
su azul
en la mirada,
estoy
sembrando mi escarcha,
y que
venga y queme
este
laborado tiempo,
que yo
nací del viento,
alguien
está llamando
oscuro
este romance
entre las
malvas del cielo,
se
escucha mi nombre,
tengo que
cerrar este hielo,
colgando
mi estampa
del árbol
de las cenizas,
y que
nazcan ojos de tierra
de este
hueso,
que
seguiré soñando
que fue
sólo eso
un sueño
en despierto umbral
de mi
alma y su protectorado.
El
Castellano
Cercenada
razón:
Ilusoria,
despierta, vespertina,
trepando
lúgubre escala,
iris
destartalado, ansiado
cubierto
de cromáticos azares,
por un
metal afilado va venciendo
a este
brillo irisado vestido
de
crueles destellos,
raspados
destellos
de todo
lo que dejó de ser,
reflejos
sin nombre
ilusiones
de este alambre,
rizado
con hilos que gotean sangre,
despierta
mi pesadilla
queda
asomar la dicha
y mostrar
esta araña,
fulgor
desnudo al fragor
de
transparentes cristales
que
enamoran los hielos
que
febrero siembra abiertos,
si estoy
despierto se equivocan,
nazco que
traigo
un cesto
lleno de sueños,
se
derrite mi estampa
quieta
colgada del árbol
donde
hago peticiones,
y que
este forraje
se
desprenda de mi humor,
no me
desalienta,
he
crecido para brotar
más duro
y recio
que el
esparto del monte,
traigo
mortandad de idea,
en letra
extasiada
al filo
de verticales escarpias,
soy yo
encargado de esta acequia,
que ni el
más osado
pedirá
que se calle,
alzo su
valía
en
desgranada espiga
que rompe
mi silencio seco,
si no soy
gente lo demuestro,
enseño a
mi tinta
a no
pertenecer
a este
mundo de yertos,
mejor que
qué cosa
mejor que
la opaca suma
de
alientos que se creen
tener
originalidad,
de su
umbral
prendo a
cerilla
todo
sembrado a diario
de vacía
voz,
yo
repleto no soy yo,
soy su
extasía floreciente
de imagen
y su prima
clavada
en alfiler sin cabeza,
como un
grito de letra,
y
mordisco de fiera,
que
deslicen décadas
que
seguiré siendo yo mismo
entre
grietas, entre esferas
quebradas
y su olor
a flores
desnudas,
que yo sé
lo que hago
si no ni
lo haría,
noche
corría marcha atrás
esperaré
su madrugada
soy
taciturno con huerto de luna,
y siembro
un quién contra mí,
estoy
brotando,
no hay
miedo yo soy el miedo,
fiera de
esta hoguera,
llamada
esperanza,
tengo una
llave
y no soy
cerrajero,
abro este
corazón
y
despierto su dragón,
hasta
acabar de una tajada
con mi
sana razón.
El
Castellano
Cruzada
ojera de luna:
Había
sentido
Bravura
repleta
no tengo
ojos
tengo
lágrimas de cristal
al iris
en belleza consumada
nadie te
alza
tomas tu
lugar merecido
jamás
colmada
siempre
rebosada
de lo
bello a lo mejor
sembrado
ojo por este ojo
me late
me arde una simiente
para el
campo de tu alma
vida yo
vida no tengo
si no se
dirige en mirada
a mi
letanía, certera amapola
desde el
2008
jamás en
súplica mecida
por este
arrojo
en mi
pecho sembrado,
viva y
descubierta en este tajo
repleto
de lo bello a lo bonito
de su
interior decretado,
yo hombre
de sangre
siembro
este sortilegio
de
espadas por si llego
a su alma
y liberar
libro sus ataduras,
por soñar
soñó la primavera
que mis
flores eran de ella
yo
reviento y exclamo
que son
de amapola bella
mi
maestra en furor de espigas
nacida
solo
tengo un corazón
y es suyo
mi dama,
dama
blanca
doncella
escarchada
de esta
vida a esta mi viña,
yo dulce
muero despacio
por
llenarla de esta dicha,
seguiré
en pie porque ella
sigue
viva enraizada en este latir
para yo
con amplia voz decir
sin ella
no hay vida ella es mi vida,
El
Castellano
Negra
noche sostiene:
A veces
me rompo,
a veces
me pierdo,
y el
mundo reverbera,
se
extingue
por
oscuras alas
enlutadas,
quieto,
más
tranquilo
que un
yerto,
hago mis
miradas
a su
pasado,
no me
asustan
sus
dulces espantos,
estoy
nacido
del
hierro de mi idea,
labrado
al fulgor
transparente
de mis
campos
de
soledades,
es por este
tiesto
que jamás
abandono
lo que
siento,
y que mi
flor
en vena
me muerda,
trepe por
mi vera,
hasta
sentir que yo
estoy
encumbrado de la fiera,
justo
aquí justo allí
sólo para
servir,
rayos y
azares
de
consecuencias,
como
flores cabalgando estaciones,
al iris
lunático sembrado,
hasta
atravesar su corazón de cuarzo,
es por
este azabache
por el
que vive la noche,
suena de
nuevo mi caligrafía,
y para
esta lluvia
todo
valía,
soterrado
mi latido
queda
decir
que
consumado
estallaré
sin cuantía
borbotones
que
sangren esta luz
intransigente,
el Sol
afligido
me
nombrará su allegado,
hasta
sangrar
retinas
indiferentes,
hasta
cabalgar sienes
y
alientos helados
de
espantos,
hasta yo
trepar
de mis
arañas en sus cuartos,
enterrando
esta noche negra
dando
inicio a mi condena
de vivir
por ella,
porque
valdrá la pena.
El
Castellano
Las vidas
que traigo yo:
Era esta
araña
como un
Sol ferro con casa,
era como
un encontrarse sin despedida,
por qué,
porque yo
empiezo esta obra,
camino
destrenzo este campo,
me
desmigajan a mí
sus
flores extasiadas de difunto,
para
decirme
que lo
suyo es de todas las estaciones,
como
hacer el amor
con
azares alados y soldados de los campos,
que su
simiente no es vida de un día,
yo digno
de admiración
digo que
me adopten
pues soy
familiar
así no
tenga savia
tengo
sangre carmín
y mi
simiente escrita
dura lo
mismo que dura
la tierra
sosteniendo vida,
desnazco
de la hoguera
al
crepitar del rayo luminoso
no soy
como él invencible,
pero me
cincelo mas recto y recio
que un hierro
de carne,
sotoventos
atrás
las
montañas hablan con la gente,
que sin
ciudad no hay gobernante,
sin
poesía no hay mundo ni creado ni
ni por
crear,
más duro
que los montes,
cabalgo
esta letra
flamígera,
extasiada,
al son de
una espuela escrita en bronce,
digna del
brillante metal puro,
para yo
decir yo aquí
me he
curtido y tejido duro.
El
Castellano
Oscuro
haz, luz sembrada:
Larga
sombra me abarca,
larga
sombra me abraza,
larga
sombra que me envuelve
yo
quisiera meterla en un mundo más bello,
yo
quisiera librarla de hielos que aguardan,
quisiera
retornar a un mundo que era negro
sumergirme
más profundo que los mares
y
encontrar mis verdades,
yo
quisiera fundirme fraguas de hierro
ser
justicia izada de ser en luz intensa
pero ya
no siento nada,
asolada
mi estirpe con nombre agujereado,
yo camino
descalzo sin miedo ni quietud,
sin estos
clavos que me impusieron
camino
lejos, lejos sin mi nombre
por si
despierta mi azada
con la
que sepultar al Miguel Esteban
que no
nació todavía,
por si
una dicha me aguarda,
no osarán
en buscar portentos
a esta
larga sombra que avanza,
no cambio
sus males
solo
servirla flores silvestres
así
enamorada torne princesa de profundidades
hada
dueña de la sombra,
hada fiel
de embeleso en umbrales
por
tragar esta mi tierra
que me
avanza la despedida,
cuántos
pájaros volaron
para ser
único pájaro enfundado en trino,
rajado,
ultrajado,
cuantas
notas se escucharon
hasta ser
estrofa de agua
por todos
los que estuvieron,
al acecho
yerto de esta sombra mía,
que no
posee medida,
solo una
senda deshaciendo lo trazado,
al firme
astro alzo mi perplejo
por toda
oscuridad que fusiló mi partida,
me
apodero de este jardín
de mi
sangre sembrado,
para
latir en espejo asomado,
y que
viva siempre, siempre
esta
sombra fría, vacía, llena en soledades,
completa
sin tapiales, hueca de mi carne,
despeñada
en vivencias soterradas,
que yo
alzaré para sembrar en ella
esta vida
que yo le debo a ella,
para que
viva siempre mi luz
tejida
con ella,
hasta
erizarla
y que me
responda
cuando
nombre a la belleza.
Que sin
ella queda sin aliento.
El
Castellano
Agua de
arteria:
Déjame
mirarte dentro de mis ojos
que yo
limpio, sereno, yo pena ya no arrojo
hornea
este fiel abrojo
que ya no
sienta el pecho en rojo,
libre
ajado de suave caricia
de
endeble espina
solo te
creará cosquilla.
Por estos
lares insospechado,
por estos
surcos sembrado,
de boca,
pecho y guadaña,
sin su
hoguera no es quien era,
déjame
latir a espera
de vivir
dentro de ti
como
vives dentro de estos ajuares
de gato
de hombre dichoso escarpado,
como
siembra y su despertar en mayo,
libérame
de ser quien no soy,
porque
seré agudo, afilado
rizado
como metáfora
en flecha
de silencio,
yo por ti
seré quien quiero ser,
tu
orgullo tu inocente servidor
que solo
posee estos ramilletes versados,
abriendo
al verdor de todos los campos
hasta
llenar tu dicha
del color
de las flores de valle,
para
vivir en esa orilla
en esa
casita del río
llamado
tu corazón mi señorita linda
mi amiga
no puedo embellecer
la
belleza es usted.
El
Castellano
Solitudes,
procesionarias descendientes:
Alma
vuela entre aciagas espadas,
de
flamígeros astros
y su
radiante, desnuda compostura,
ancla
etéreo gozo
cuando
soy de mi sombra
y la
sombra es de mí
como
proyección de mi luz,
como
condena a ser siempre yo,
quien
partió su destino por la mitad
para
disfrutar por doble vez,
devuélveme
a la vida
me siento
más vivo que ella,
puedo
sentir un puente de la distancia,
alzo
radiantes esferas
el sueño
y su verdad
entre
solitudes heladas,
su fuego
azul y mi enervada amplitud,
lluvia
cae y sólo puedo soñar que soy gota
para
deslizarme para fluir
esperando
evaporación,
ángeles
atrás soy más pleno
que la
sangre en mi vena,
esperando
que mi sombra
se haga
luz y su luz centellee a borbotones,
de que
soy pleno, digno, como el crepitar del rayo,
como el
gemido de la tormenta,
como una
vida relamiéndose el alma,
cuánto
tengo, cuánto deseo
pregunta
si me falta algo
a mi
estampa repleta, recia,
materializada
de mí,
clávame
filos y luces
yo soy la
noche,
siente la
noche de mí,
sin astros,
sin lunas argénteas,
soy la
noche de mi recipiente de sangre,
cruel
metamorfosis
de
crisálida superior llamada carne,
brotarán
simientes
brotarán
estos rayos de aura,
todo lo
que sembré en mi interior
brotará
abriendo mi virtud descendiente,
mi
bondad,
la
gentileza en aspas,
el fuego
de pasión,
la
máquina de este corazón,
hago
libre el dulce suplicio invernado,
y su
tormento nacarado,
mi poder
intangible,
mi
soledad incombustible,
yo quiero
decir:
-Hay luz
en mi hogar.
Océanos
abiertos donde resurgir,
todos los
días que te esperé
hasta hoy
decir:
Te
seguiré esperando
porque
sin ti no puedo finalizar
no puedo
salir,
de esta
metamorfosis ni de esta larva,
la que no
se arrepentirá en los jamases
de
devorarte completa mi mujer,
y algo
que elegir
de esta
edad que no se elige
el
sosiego, la calma
que
perderás conmigo,
para yo
sembrarte la felicidad,
energía
de este tren de suspiros
y
procesionarias.
El
Castellano
Hombre
lejano yo:
Hoy abre
su pupila
una
mirada energizada,
abre mi
retina mi profunda luz,
clavando
en mi mitad
una
serena claridad
radiante,
profusa, abierta,
mi
destino danza en las sombras
mi ser de
luz estalla al fragor
de esta
luna apagada
y su
eclipse de penumbra,
de umbral
nacido
en madre
oscuridad,
y su
latido que alcanza el soñar,
de mi
vieja escuela,
párpado
en ocasos sembrados,
cabalgo a
la novena estrella
por si yo
la alzo a ella,
recuerda
tu creencia,
desnudo
su ámbito en mi hoguera,
abre la
puerta,
pasará mi
resguardo efímero,
su
disparo de letra,
surcaré
tu infierno,
te
rescataré
en un
beso,
sí yo
seré grande como el sol,
mi
cuclillo te dirá
sentidos
granates me trepan,
porque
soy mentira,
soy tu
mentira rizada
de que no
puedes ser feliz,
y
que este alma lata,
necesito
el brillo,
romper la
línea,
avanzar
mis filas,
seré
resquemor y sangre de espiga
en tu
pelo,
seré yo
sin prejuicio,
orgullo,
beldad y mentira,
realidad
y sueño en la grieta
de tu
razón,
seré
afilado como el corazón,
orgullo,
honor de este clavo
sin
tijereta de espejos
sin casa,
sin caracol
que no
sea amarte sin razón
porque mi
razón soñó
desde que
te encontró,
al fragor
de ascuas preguntó
si el
destino clavó
y yo
desentierro hasta el miedo,
por qué
no puedo osar su furor espigado,
por qué
mundo
por qué
me tengo que conformar
con ser
hombre de lejanía
que
siembra sus silencios
en su
huerto de luces y rayos
de luna,
seré el espejo derretido
carne de
imagen consentida,
acércame
la caricia,
mi mundo
desvanece en letanía,
quema mi
petición fumando el cigarro,
y que
esta ventana me arranque el alba,
espectro
soy
del vivo
silencio enjaulado,
mi
ternura consume el Sol,
por esta
reja,
por esta
cerca,
por este
tapial,
mi yedra
nace
para más
alto escalar,
esta fiel
atadura cristalina
sulfura,
visita la inquieta estampa
azogada
en énfasis de su compostura,
para
nunca olvidar
para
nunca más pronunciar
mi propia
lejanía.
El
Castellano
Brotando
de raíz::
Dentro
miro, florece el álveo,
un iris
marcado, trenzado en espiras
fuego y
su volátil marca de luz,
si nacer
acaso partirse pueda,
sería una
hoguera de purpúreas
y
negras llamas, sería un camino denso,
como el
crepitar de la forja
duro y
endeble, maleable y quebradizo,
fulgente
y voraz,
al
encuentro de mi nuevo crepitar,
y volver
a nacer del fuego
con su
lengua que me sostiene
como la primavera
a las flores,
desnazco
hoy para volver a morir
y crearme
de la nada,
ni la
espada más aguda podrá
guardarme
el filo,
agudo y
ágil, duro de escarpia helada,
ojo de mi
ojo,
carne de
mi azada,
sol de
los campos,
agujero
de luz,
alma sin
nombre ni alarde,
lo siento
mundo
soy
invencible,
de mi
pestaña nació una nube
lloró
tinta, mi sangre esquiva,
he creado
vida
sembré un
alarido de simiente,
le
contestaron el verdor y énfasis
floreciendo
silvestres caléndulas
un latido
me alza
partiendo
sombras,
soy
pleno, completo,
y nombre
puse a ellas,
tenían
sabor a bellas hadas,
brilla
este agujero del cielo,
cuelgo
mis suspiros en verso
acaso
bajaran,
pozo de
mis recuerdos
en verde
musgo
mi
fantasma muerdo,
de una
espiga floreció su vida,
de una
espiga traigo la sangre,
de una
espiga ríe el granate,
ocasos
ocres, misterios en copas azules,
me bebe
su cuello
la
esencia erizada,
la
belleza desmenuzada,
por el
dragón de mi fría fuente,
no me
verá caer la lluvia,
sólo ella
y a su poder
alzo esta
tinaja,
inmortal
me lleva la acequia,
su verde
limpio, sus florestas destapadas,
me bailan
rizándose en mi pecho,
sus venas
labradas
entre su
cuerpo de tierra,
no me
pisarán nunca jamás
mis luces
sembradas
de mis
caléndulas arvensis,
mis
silvestres flores de difunto
con las
que recuerdo
que la
vida
es más
corta
que el
paso de la muerte.
El
Castellano
Acampado
macizo, verso y entraña:
Señor
sentido granate,
violeta
malva
de este
sueño cabalgado,
vuelvo a
ser yo
en la
sombra de tu corazón,
quieto en
las aguas
silvestres
aguas
vida para
ser libre,
miradas a
un pasado
que se
hunde
que
emerge en las bocas
era yo
ese yunque atravesado
de este
alma que no elegí.
Compostura
arde
el ojo y
cabeza de la aguja,
compitiendo
conmigo
destrenzando
la sangre
de este
horizonte estirado,
parco,
exasperado,
todo
cuelga del astro,
yo no
estoy despierto,
esta vida
derrite
mi osadía
de cuervo,
por lo
que quedó sin decir,
tus
mentiras eran erróneas
de un
océano abierto,
este lo
cruza mi hombro.
Este
invierno grita en frío,
mi vida
comienza a sonar,
todo
empieza hoy,
mentiras
lejanas
verdades
silenciadas,
vida del
humo en esta espada,
en esta
esfera desdoblada
soy yo
quien habla,
de sus
lagartijas refugiadas,
estoy
haciendo
una
creación del rayo de sol,
atravesado
por mi línea,
esculpiendo
abrojos,
de clavos
ilusorios,
Yo hablé
con el fuego
dijo
estoy creando sombras,
sigo vivo
en esta hoguera,
con este
destino criminal
de crear
el demonio que baila,
rodeando
mi cara,
este
crisol de cuchillo
y esta
escarpia acrisola,
encargado
soy
de abrir
la acequia
sí de mi
tiempo,
a veces
quieto,
a veces
sin vuelta atrás.
Nací de
una almendra
estoy más
estable
que una
semilla,
sin
brotes de mí.
Dime
árbol mío
si todo
lo di
en qué
fallé
yo nada
esperé
y solo
tuve cariño de una sombra,
que me
habla en poesía.
Seguiré
mi curso sin mi nombre,
y que mi
sangre sea que abre
en
claridad de todas
las
flores del valle.
La vida
se pasa mejor en compañía
si no es
así
que el
arte me envuelva
en su ala
caída,
yo fiel
lo elevaré,
alzaré
fines y comienzos
de su
letra y piel,
lloveré
noches con poesía,
sembraré
versos como puñales,
la sed
querrá beberme a mí.
Ni
superior más que la perfección
yo
tendré,
estallaré
el gozo
en la
retina
de mi
despierto Lucifer,
para esta
vida
y todos
mis gritos
que vengan.
Yo seré
el árbol de mis cenizas
alzado,
enarbolado.
Sagrado.
El
Castellano
Sangre,
timón y vela:
Aguardo,
tiempo atrás
mi sombra
volvía luz,
esperando
el momento de nuevo,
de cruzar
la línea
dentro de
la noche otra vez,
todo lo
anhelado
todo lo
cruzado
frente a
mis ojos está,
detengo
el horizonte
agoto
espirales, sueño alto,
todo lo
conseguí en su mano,
aguja de
esta aguja que abre,
y soñó
conmigo su primavera,
que era
la primera,
hablaba
la margarita,
bajo
estos pies
tierra
siente,
bajo los pies
la sombra
latiendo
está,
lejos
cruzo la senda
y el
nervio se afila cual cuchillo,
metales
de metales hieren, voltean
este
surco labrado del ansia,
un soplo
y se difuminó
un soplo
y se dibujó
su
estampa quieta, etérea, inamovible,
cual
ascua de llama que no se consume,
carne sin
carne
sólo piel
de mi deseo, perpetuo
avanzaba
sin aspa
me
encontré con mi templanza
era mi
camino
era mi
ascua.
II
Esta es
la luz, siéntela
lanzándose
afuera,
cruza mi
barrera
polvo de
estrellas,
cada día
estampa quieta,
cree,
viva esta materia,
quédate,
mueve líneas,
avanza
filas,
nunca te
dejaré marchar,
vida para
el vivo
y nunca
morirás,
no te lo
permito
mejorará
tu huella escrita
vivirá
este haz,
cada día,
cada momento
eres lo
que siento
algo para
nunca olvidarlo,
escalando
este sol,
corriendo
este alma
espejos y
cristales tiernos,
un cuarzo
de lustre olvidado,
pasados,
años atrás,
un día
amarás decir
he
resurgido de mis cenizas
de quien
yo era,
buscando
paz,
sosiego
rizado cabalgo,
nada
torna lejano
resurgiendo
contigo,
palabra y
torna vida
esta jara
de azares traspuestos,
al brillo
a esta escarcha que me habita,
es el
final del miedo desenterrado,
morderé
la estrella,
perderé
mi control
encontraré
mi camino
dentro de
la luz
fuera de
la noche,
rompiendo,
quebrando,
alzando,
alzándome,
y no me
detendrás sin tus brazos,
mantenme
fuera, nunca podrás
sin tus
brazos
sin tu
abrazo.
III
Estados
de tu mente,
que estoy
esperando resplandezcan,
muchas
noches
en vela,
con timón y pluma,
todo
comienza a sonar,
la lluvia
baja arriba,
es la vía
que la mentira se marcha,
camino mi
manera
estudio
el ocaso,
comienza,
se abre la tijera del cielo
para ser
hoy todo lo que quiero,
me
mantendré a solas por ti,
así me lo
clava la sangre,
que
aguarda
que
dibuja todos los cuadros
de mi
creencia,
de mi
serenidad,
no puedo
ver el blanco sin ti,
todas las
retinas para mirar,
pero solo
este corazón
para
sentir.
El
Castellano
Retina de
ocaso sostenido:
Febrero
2016
No me
desanimé,
estoy
flotando hasta la luna,
mi
soledad está comiendo mi tiempo nervioso,
y por la
mano estoy caminando solo esta tierra.
Un
cuchillo de hierro se eleva,
para
estos sentimientos sueltos.
Oscura mi
vida,
con ella
nada de ella es posible
en mi
mente
esta
clase de locura
corriendo
por
luchando
por el acero,
descubre
mi falta
desatendiendo
mi muelle,
una vez
más
no me
despiertes
sólo
recuerda lo que dije,
no me
despiertes
no puedo
sentir en este silencio,
si usted
está allí,
estoy
muerto.
Nunca ha
sido tan fuerte,
sólo
recuerda quien envié,
solo
recuerda quien era yo.
No me
rompas,
La luna,
las estrellas que estoy tocando,
para
descubrirme
para
descubrir que no me siento de nuevo,
soy dulce
perdida
en mi
camino,
descubro
que estoy muerto.
Levántenme
hasta los insensibles,
abajo
orando los cielos,
el
producto es mi vida silenciosa
hasta las
noches oscuras
de
dolores,
la única
diferencia entre tú y yo
me siento
en la noche oscura
porque
mis ojos no se abren
y ver mi
vida en negro,
estoy
muerto por este tiempo silencioso,
respalda
tus sentimientos,
no camino
más tiempo,
y miro mi
tiempo,
disparar
y disparar la luz.
Sólo tú
eres sólo yo,
la línea
es para siempre,
en
sumisión,
ardiendo
el infierno
rodeando
mi vida otra vez,
ocaso
acolchado de la primavera,
es hora
del grito otra vez,
para este
cielo,
todas las
esperanzas que llegan a la tierra,
río de mi
sentido,
ángel
congelado
yo soy el
hombre
hermosas
mentiras de ti
crece tu
corazón
dentro de
mi cabeza,
nacido de
nuevo,
llama a
mi puerto para cerrar,
tú eres
mi mar y mi barco,
alcance
silencioso, imaginas todo,
travesía
cerca, un cauce de sangre
estoy
comenzando ésta,
puede
sostener mis brazos,
la noche
vuelve a sonar,
mi tiempo
de matar el dulce tormento
de dolor,
y mi
ternura flotando por,
actualizo
mi destino,
yo soy
para siempre,
soy tu
calor
estoy
caminando por tu calle,
abiertos
estos cielos y su calma,
volar
otra vez dentro de mi cerebro,
se bebe
sangre
por mi
vampiro en la vena
ojos
bonitos,
hermosa
boca
es tiempo
para la eternidad,
yo soy
para siempre,
pasado mi
tiempo en la piedra,
ojo roto
en el hielo,
mis ojos
en el fuego,
queman el
cielo de nuevo,
voy a su
aliento,
voy a su
fuerza,
ojo ciego
mi
silencioso sueño de ti,
mi
espíritu vuela de nuevo,
agua,
fuego, tierra, viento
mi alma
está creando un nuevo reino,
lleno,
sombras caminan sin parar
es mi
poder de la luz
dentro de
esta noche.
Permiso,
siempre lo haré en tu sangre.
El
Castellano
Umbral al
destierro:
La sombra
salta,
se
acurruca en el crujido
de este
hueso,
nace un
campo de espinas
dentro mi
último filo proscrito,
y se va a
las filas,
sonriente
fulgor entre sienes,
sopla y
sopla
no
borrarás mi sombra,
se
construye el puente
de los
ojos abiertos,
espinas
atrás te recuerdo,
puedes
encontrarme
en la
sangre sin vena,
en el
café de mi destino iluso,
sopla y
sopla
no
alcanzarás mi oscuridad,
alzo este
mi parco latido,
cumbre
tras cumbre deshojado,
clavando
su rosa y su cuchillo,
estampas
del viento
entre
párpados del aire,
vente a
la negra estación,
este
invierno azul se escapa,
entre
pájaros dormidos,
entre
riñones de nubes,
y soles
de cerilla,
abro esta
legaña
justo
para llegar
donde el
tiempo acaba,
y se
marca la noche sin luna,
un
descampado en el cielo,
una
espiga
y una
flor de sangre,
complemento
perfecto
de este
alarde,
una nota
fugaz,
al compás
de un transparente trino,
arde un
sí bemol,
barreras
esquivas
y su
caracol de espejos,
mátame
silencio si puedes
ya estoy
muerto clavado en tu vientre,
azoga un
vibrar de la soga,
otro
miedo que colgar
sí del
pescuezo,
temple de
mi sinfonía,
el frío
me está llevando
este
laborar sin panal
me
deshace,
quién
viene a esta rueda,
llamada
incógnita,
atraviesa
conmigo
el centro
de la llama,
abrirán
centellas
sus
pestañas iridiscentes,
por
toboganes de luces desteñidas,
tantas
mentiras eran cercanas,
adiós
color, adiós flor,
apuñalo
tus lucientes
hasta
encontrar retinas de ojos navegantes,
esos por
los que el brillo está desnudo,
y la
razón vive en un capullo.
El
Castellano
Crisol
afilado:
Un iris
vespertino
que huye,
escapa, se esconde
entre
fugaces simas
que
acrisola.
Late en
compás de labriegos
marchados
del aura,
de su
iris compañero
sortilegio
de destellos sin alba,
listado
irisado de surcos de latido
militancia
fulgente entre rayos
de
enervado tornasol,
naciendo
su vena tornasola,
como
parpadeo de cuchillos
en el que
habitar tu mirada,
algo que
anclar a tu sonrisa,
sin prisa
sin ancla
mas que
esta letra,
más que
unos ojos de infinito horizonte,
es un
amor que resplandece,
y por tus
labios crece,
cumbre de
mi filo
bastión
de solares
donde el
sol eres tú
mi férreo
astro
Que yo
soy hijo del mar
de tu
boca,
rezando
en el borde
del
renglón,
cantando
con un cuclillo
que si la
tierra se hunde
y el mar
se cierra
viviré en
tu entraña,
como olmo
de tu margen húmedo.
entre solitudes
fervientes
y
acuarelas de cielo
elevaré
mi te amo
por si
baja y seas tú
quien lo
escuche,
atravieso
océanos
déjame
ser como el último intento de la ola,
y sembrar
tu tez con mis versos de espuma,
afila mi
limadura,
salta un
corcel de vientos escarchados,
un
destino sin piel ni tela
un marco
alzarme
en su
corazón desvencijado,
ser como
el rocío primero
en
quedarme en sus labios.
El
Castellano
Aura
acompasada:
Azar
provocado,
algún día
despertaré
para
construirme a tu lado.
La tierra
plañirá
soles
descalzos
a llenar
con la imagen
de tu
vera,
los ocres
abandonados
lucirán
verdes,
rayos de
esperanza
habitarán
los ojos
del lobo
amor,
las
fauces sigilosas
saciarán
el hambre
de
firmamentos sin ocaso,
el ser
crecerá como espiga
que
florece a tu lado,
no habrá
dicha sin caricia.
Ni versos
sin corazón,
mi sangre
clama
que fada,
mujer de
flores silvestres,
mi ser te
ama y llama
en
hoguera
de retina
encumbrada,
entre los
campos
que la
razón tiñó
en flor,
por si
despacio
enraizaran
tu ilusión,
deslumbran
auras
bellas irisadas
al fragor
de ondas
bailando
tu interior,
me
derrito este día
para
alzar un grito
de azul
espada
hasta
cortar el cielo
a mi
amada fada.
El
Castellano
Drama en
azabache:
Subordinado
al silencio
esculpido,
es una torre
donde colgaban
mis sueños
rizando
versos,
abiertos
en oscuros caminillos,
y dulces
pestañas insomnes,
era una
jauría abriendo
sus
fauces,
un
crepitar sin trino,
afilando
un estornino,
soñaba la
ola
que el
rompiente
acaba en
su azul espuma,
jugaban
mis dolores
en un
patio de perdices,
babeaba
el caracol
pleno
como si no tuviera
preocupación,
mientras
marchaba la helada
los
parajes que dejan
vellos
como escarpias,
allá
donde caléndulas silvestres
dejan el
amarillo del suelo,
hormigas
contentas
por la
cosecha pasada,
un mirlo
que es amigo mío,
dice que
el cielo siempre
es el
mismo,
el solar
de la era
escampa
sus brotes del verde
asesinando
a los ocres,
al
resurgir de las estaciones,
quise
sembrarme
como se
siembran
las
malezas solas,
como una
plántula era
aguardando
mi primavera,
que me
regocijase
la paz y
el sosiego
de
sentirme con vida
en este
planeta tierra,
mejor que
vivir estando muerto
y que
lombrices cuiden mis versos,
muero
estando vivo
sembrando
mi aliento
allá
donde miro,
y que
alambres cuelguen
esquelas
ajenas
que sé
donde voy
y no es
rumbo a fallecer,
recuerde
el tiempo
sus
espirales afligidas
y estas
cuchillas
que
trasquilan la temperatura
de este
invierno
que no
nací olvidado.
El olvido
fue que se olvidó
a sí
mismo,
y era de
grama el nido,
sostenido
este granate
de
párpado azabache
era o no
es, el silencio
de mi
noche.
El
Castellano
Rizada
espira:
Afilada
esta araña
esparce
el verso de espuma,
entre una
fiel madriguera
de la
letra y una despedida yerta,
acicala
sílabas,
en el
hervor de la sombra,
puede
verse el ocaso nacarado,
arrastrándose
la idea,
vengo
sediento
por el
oscuro túnel,
que todo
se hace verdad,
una
alimaña me brota la garganta,
hilvana
que hilvana
mi sentir
preso de la montaña,
al verdor
de enebros
y sotos
sin lengua,
todo lo
dije y no dije nada,
congelada
la mañana
quedaba
construir un paso
furtivo
del cielo que sujetaba,
llegaba
la hora
de
enterrar mis abrojos,
por si
despertaran de ojos verdes,
blanca la
idea conoció
un
suspiro de tres caras,
estaba en
el bando equivocado,
el
cigarro se consumía sonriendo,
el frío
era frío por así verlo,
todo se
retorcía
y quería
volver a comenzar,
vamos
eres libre,
eres
brotado de mi aliento,
si tienes
suerte no te enterrarán
ojos
incautos en su pozo de olvido,
puedes
oír y soñar
como
sueñan las fuentes
que son
boca,
como la
primavera sueña
que las
flores son sus hijas,
levántate
y alza estas penas
y su
recámara,
que
estamos casi a un mes
de
conocer la flor,
de
mantener a la derecha la vida,
de romper
la línea,
te
encontré, desgañitada la siembra,
era un
partir sin mirar atrás,
brazos de
hoguera
con el
ascua rizándote la cabellera.
Oscura
luz goteándome la tez,
un
segundo de largo
y sonó un
redondeado afligido
entonaban
entre alambres
las
sonatinas y su amarilla fauces.
El
Castellano
Carne de
metal:
Estridente,
vuela que
en su compás
se borra,
verde zozobra
al caos
que ahoga,
fulgurada,
metálica
clavos
que ahonda,
sensación
del cloro
deslizado,
en un
patio de cristal,
escondidos
gritos
avocan su
perdición
de humo,
entre
colchones
del sueño
que
llaman
a la
siembra
de los
cuerpos rendidos,
etéreas
sábanas
que
portan profusa forma
sin ser
más que ella,
todo
viene y se va
rumbo al
destino informe
de la
saeta dormida,
clavo
este ciempiés
de una
almohada,
yerta
iracunda
despierta
mi gripe
y su
migraña,
algo que
alimentar
bocas
aparte,
habrá que
hinchar
el pétalo
de su flor,
a sílaba,
verso, entraña,
me
sobresalta su mirada,
hay que
encender el ascua,
este
fuelle de vida
aún me
cuesta la estampa,
enamorado
fuelle inusitado,
cabalgo
hoy el astro,
encierro
rayos en un jarro,
para esta
tierra yerma,
helada,
germinen
mis simientes
enamoradas
y
enraícen sueños por cumplir,
al sueño
del estornino,
grajee mi
pico corvo,
corvino
de cuervo ensamblado,
ven a mi
manera,
la adelfa
muere
al
crepitar de la yedra,
y la
oscura campánula del día
abre con
azucenas de otro campo,
este
surco que lleva mi sangre
se vence
y me vence,
cogeré
del tiempo la azada,
y sacaré
terrones de disgustos
que
tornaban y me acompañaban,
no había
elixir sin ella, mi pena,
soslayada,
tentaciones
me
cuelgan de las pestañas
de mi
inocencia,
otra
licencia
a
conducir las carreteras
de mis
versos,
fiel
enjambre de pasajeros
de los
campos
de la
idea.
El
Castellano
Vida de
hielo ardiente:
Horizonte
de la caída de este solferro
a reinar
como una falcata de rayos afilados,
hondos
ojos fijos en solariega planicie,
donde
frías juegan moteadas las flores de invierno,
el reposo
de la vida que se fue a dormir,
como un
río de luz brotaba la escarcha,
un
diciembre tardío saludaba
con sus
manos heladas,
acariciando
estos campos redondos
de cardos
y caléndulas silvestres,
era un
día de hacer manteca,
a mí el
frío me hacía sentir vivo,
en este
soliviar traigo mi espada,
pongo a
sentir la tierra a mis versos,
que con
cepillos de grama joven
se
blanquea mi calzado,
viajo en
mi mente
por el
cuchillo calizo de la piedra
del
caserón terrazgo, abandonado
que posee
mi padre,
rodeado
por el fervor de pinos de monte,
donde
próximas hacían nido las atochas,
a
perdigones que son de la tierra
como la
montaña a su roca,
cosas
talladas puras como amaneceres
pulidos
sin grises hojas,
ola rota
mecen mis pasos
de un mar
olvidado del que cepas anclan
sueños de
vida,
del
terreno en el que grillos esperan
el frío
en sus agujeros
y su
despertar para morir al acoplarse
a la
melodía que teje la vida.
Avanzo en
este campo de víboras
para ser
yo como mochuelo recogido en su olivo,
como mis
pasos gorjean las carrascas,
todo mi
mundo reverdece
para mí
siempre es primavera,
y mi
bravura llora flores por mis venas,
hasta
tener del cielo
la malva
del alba
hasta
trepar las yedras del profuso claro oscuro,
del cielo
y su luna cuarteada de platas auroras,
me
nacieron simientes silbadas,
y mis
ojos enraizaron el campo.
El Castellano
Forja de
mi sangre:
Avanzo
esta tierra abierta,
sangre y
lágrimas,
hundió
sus zarpas,
el honor
de la vieja luz,
vieja
urdimbre
en venas
de cristal,
venga a
construir
la casa
abierta de niebla,
abra su
puerta de oscuridad
es mi
mente,
que como
un azadón,
hunde
entre altos tallos
de mis
pensamientos,
muchos
días
que me
pensé sembrado,
pasó mi
negro caballo,
brillaba
este pantano,
entre
recuerdos de un alba
en que no
dolían
y hacían
flor,
lengua de
metal
hundía
sacaba terrones
para oxigenar
mi dolor,
anclé mi
sombra,
la puse a
dormir
entre la
grama,
brezos y
caléndulas la acompañaban,
barriendo
los campos despertó
esta alma
sonámbula,
con el
zumbar de abejas caminantes,
con el
soñar de las flores
que eran
mariposas,
avanza mi
surco,
cava mi
padre recto como su azada,
y los
veintisiete años que nos distancian,
es su
trabajo su azada,
que
alimentarnos desde la ciudad puede,
sueñan
mis versos
que
fueron construidos para luchar
luchar
contra la sangre del hastío interior,
flores
que brillaban sin desesperanza,
altas
miras en sus estambres,
un polen
de estrellas despiertas,
la miel
de este intelecto
que abre
sus grilletes,
que asoma
sus brotes
a la
ternura del cariño sembrado
por venas
de mi misma sangre,
amo esta
vida
como no
amarte padre
si tú me
sembraste.
El
Castellano
Sangre de
ojos:
II
Lámina
del cielo
tu gris
en estiaje
ángel del
cielo teje
macabra
sinfonía
lluvia se
derrama aplomada
por su
guiño de ala,
por venas
cavas, su quitina,
estrechas
vías consumidas
en atroz
entrega
del
mensaje del cielo,
sangre de
tierra en zigzag,
río de
caudal
por
arterias de arañas,
por
acariciar la flor del iris,
un barco
y una vela
un puerto
y una quimera,
una vida
de aciaga solar siembra,
verso
saciado cabalga
el
colchón etéreo del aire,
hasta
anclarse en valse,
sueña el
viento ser capturado,
atrápalo
en tu mano
y en la
otra derrámate como gota,
precipita
tu esencia bebe del cáliz
la yaga
de nuestro vino,
infinito
remansado en cuña de estambre,
es un ojo
de tierra,
es una espera,
una
inmortales fauces,
la
canción con la que bailan las flores,
un cariño
de flamígera estrella,
un
armazón dorado de escarabajo,
una casa
de caracol,
ven, ven
conmigo soy aullido,
una
entrega de cuarzo llorado,
un
cuchillo de sílex afilado,
en el
trillar del campo,
soy mis
venas naciendo en un charco,
un sorbo
y soy fuego en tu mano,
gimo y
corro el vasto templo
de mi
perdida religión,
viendo el
devenir venir
cruzarse,
deshacerse, alzarse
para
acabar siendo tierra
del
inerte azar profuso,
mi tinta
se bebe un rayo solar
en patita
de un caballito del diablo,
mi vaga
libélula de mi suerte,
para que
siempre viva
esta
hormiga león
siendo mi
cosecha más que tus besos,
más que
tus rayos de sol,
siendo yo
del camino y el camino ser de mí,
irisada
vida en son de mis tambores
de
insecto tejiendo, volatilizando lo inmortal.
El
Castellano
III
Seco y
duro, seco y umbrío,
corría el
linde quieto
por la
arboleda despejada
daban las
tres y treinta
de la
madrugada que se marcha
por
oscuro diván de la sombra,
un espejo
tímido sonaba,
el reloj
paraba,
con un
grito de estrella,
su alcoba
fría en la que despertaba,
no
quedaba viento de palabra,
ni
pensamiento ágil que en eco no quedara,
lanzó
aquel espejo contra el suelo,
y
rápidamente sangró un borbotón de sombras,
se abría
la noche y sus quimeras despiertas,
brotaba
de su ceniza de pulmón,
el
irisado que la oscuridad clama,
quedando
para siempre
su alcoba
fría y vacía,
sombra de
aquel que sonaba una noche
que ya
escapa.
El
Castellano
IV
Fantasma
del tiempo:
Indivisible
fulgor ostentado
resquicio
opaco de la luz
con sabor
a fase de luna.
Invierno
de los ojos veloz
en una
gota de llama de vela
fuego del
fuego creado ensimismado
quiero
arder lo malo de la maldad
cuando
sin sombra ataca
el humor
de la sangre existente
si voz
tiene cuál fuese dicho ente
hablándote
desde la arteria
donde el
cuerpo helado busca
y te
busca verdad sin pestañeo ni apellido
sin venas
surca la ola tibia y oscura
que nació
sin viento ni mareada razón
de océano
de versos
camino
sin recorrido en yerto color
fulgente
de la estación sin mente
entresijo
de la mecedora
que
sensación sola la mueve
con
indicio de que la oscuridad me puede
fuerzas
que escapan
a la
razón del entendimiento
resguardo
de luz que por verla doblega
a la
insensata dicha escondida
que grita
y se engrilla en aquella orilla
distante,
que une y divide
ignorantes
y sumisos bordes
de lo que
existe por soñarlo
suspiro
ese suspiro del hastío
y estío
de mi río
escapándose
a mi legible saber
un
vencedor encontrado
círculo
perfecto del equilibrio
en la
locura nacido
en la
frialdad del respiro mecido
yo te
tuve, te sostuve
en la
risa que dio llanto
en el
llanto que dio risa
sin
motivo ni razón encausada
allí
donde la emoción era transparente
ni
necesitaba conciencia para ser
solamente
armonía que nadie te describe
porque
fui yo quien te tuve
brevemente
pero tu recuerdo pasará mi muerte
frío
recuerdo de honrarte tan malamente
sin saber
describirte
indiferente
si vuelvo a encontrarte
porque
eres lo más inusual,
te buscan
y imposible de encontrar te vuelves
de la
suerte llamada casualidad viniste.
Vengo del
nacido sin nombre
del que
hace lumbre del alarde del hombre
del
espíritu parásito engendrado
y el
veneno de mi sangre
te llegó
a donde el camino se abre
a
infinitas escaleras interminables
donde el
surrealista se raya la mente
que del
caso cuelga el Sol en cruz
en la
pared del diáfano enervado calmo cuarto
marcando
las marcas de los arañazos de su luz
que en
negro dio su astenia quietud
horarios
de su ser perdidos
en un
atardecer que ya fue
en el
azabache de mi bolsillo
sus
sombras que recorren mi pasillo
me
entretienen para ser fusiladas
al
encender la luz,
no puedo
creer el encontrarte aquí
inerte
arte del único poema que vale
por no
tener nada comparable
beso mis
sueños que el oscuro espíritu
por no
tener color arde
no quiero
darte a entender
ni que
seas adjetivo ni valoración
solo lo
inerte de lanzarte al río y donde llegues
o lo
creativo de guardarte en una caja
y
enterrarte en el jardín,
para que
te crezcan malvas,
es
interesante que no llegues a materia
sólo a
eternidad de quien te leerá
en mis
sucesivas muertes,
tenue
destello, elaborado albor
nacido
del rayo de sol,
y la
noche que ya calló
en las
pestañas del amor
milenarios
son los espejos de los astros
que
dictan y laten en caricia
esa fría
cuchilla que se clava
dándote
finalidad y fin.
FIN
Miguel
Esteban Martínez García a 19-02-2015
Grave
soliviar:
Miles dei
lumen lit c et summun canae versus littera fagro methafora creavi blandus
laetitia exspectare sed ardit
Es mi
vida
un agraz
durmiente,
medicamentoso,
encumbrado
por cimas
de mi subrepticia,
por
escalas del alba
yo soy
siempre
yo soy
para siempre,
como
relámpago que se aboga
al nivel
de tierra,
como una
espiga granate y azabache,
en tinta
y sangre nacida,
mi nombre
que no se mide
ni
deslizarse puede,
es su
arma el verso
su
impronta y su insignia sagrada,
conocidos
miles,
hombres
él mismo
gentes
que darían su aliento
y su mano
por él,
solo
habitan para ser contados
en su
mano izquierda
de
ambidiestro,
brota
nace y brilla,
yo soy
cuervo poeta
y no saco
ojos,
los
hincho con belleza
que
despliega en poemas
que
lloran con mi sangre,
el crujir
de mi carcoma.
el erguir
de mis flores
de
jacinto silvestre cada marzo
y su
Llúcia elevada
que muerde
sentidos,
yo estoy
completo
y nada ni
nadie
me parte
el pecho
solo
sólo, acampado,
acompañado
de mi extensa sombra
de 2043
poemas sembrados
en mi
patio de mi gris araña,
nadie
quién contra mí
;el
destello lo hago bello,
seguiré
durmiendo
que
estaba despierto
hasta
despertar mis cuclillos
de este
soliviar de mis abrojos
versados,
nadie me
calla
al abrir
sus altas ojeras de nácar
la
primavera resplandeciente
de este
sembrado 2017.
El
Castellano
Sepultada
Llúcia en agraz durmiente:
Se acicalan
las Llúcia de marzo,
en febril
inicio de la primavera,
que yo te
amo Ostara,
algunos
rayos fugaces
que han
crecido,
entre
verdes sienes del camino,
ese que
me lleva a verte
mi flor
silvestre,
hendida
de ondas del alba,
sepultada
de brillos
imperecederos
en fragor
de ávidos
destinos recorridos,
desnudos
de quejumbrosas voces,
un musgo
naranja renaciendo,
entre
filamentos verdes
que hacen
de su piel esperanza viva,
de este
arbol centenario
de mi
semblanza,
no serán
mis chopos cantores,
ni mi
enervado ciprés silente
su calma
abandonara,
acuchillando
al viento que espera respuesta,
recuérdame,
estoy
sembrando mi vida,
todo lo
que espero es maravilla,
me acaba
este sendero y su colina,
riveras
de mi Arlanza,
compás de
mi fortaleza,
mi
ejército se alza,
arañas de
sus telas,
furtivas
segadoras de mi idea,
trepando
mis entrañas,
mis telas
grises que son de ellas.
antes que
griten mis sierras rojas
de mi
carne,
antes que
el tiempo
haga casa
de mi cuerpo yerto,
yo
seguiré hacia la luz,
el
milagro de mi profunda gesta,
cumbre
servil de fecunda primavera,
filo
ardiente que brota,
entre
siegas blancas
de
profusa, verde melena,
al borde
de mi vena
subo que
traigo una azucena
junto mi
malva y su viola de campana,
la cuenca
que no es,
la visión
que no viera,
justo
esta generación que comienza,
justo es
vida,
es mi
verde hogar,
es mi
credo,
son mis
hojas verticales
en
papeles de sangre y savia,
arderá mi
caseta.
en ojos
de suspiro padre,
en venda
que el ojo no vea,
enséñame
tu Dios
le pondré
a reñir con los míos,
no me iré
aunque quieran mieses,
permanecerán
mis caléndulas
echando
hijas de piel y tierra
cada
primavera sembrada por su amarillo,
me nacerá
la ilusión verdadera,
seré
dueño de esta quimera,
y baja
que canta
por
riveras de mi suerte,
el hondo
espino de mis dolores,
queriéndose
como abejas
a las
flores,
Estoy
soñando
el tiempo
que cerraba mis ojos,
retales
que cerrar y su olmo blanco,
su jardín
azul, su fuente de cristal,
nada
desvanecerá al Miguel sin alas,
seco de
hoja de otoño
no me
llorarán ni mi jardín azul de caléndulas,
ni mi
acristalada fuente,
ni el
olmo que no es mío ni su blanco
será mi
aura intransigente seca a morir,
sobre los
años avanzo,
yo soy el
Sol.
El
Castellano
Señero
quieto:
Linde
abierto sembrado por Dioses
de
plantas que sólo ellos pusieron
y que ven
exclamar su muerte
de
silencio gritado
lentamente
las estaciones.
Es este
campo que vive lejos
con
señero
un señor
de señores
amor de
silvestres,
es
encargado de ver en flor
sus
amores,
vence que
atraviesa
sólo su
mirada,
un
jacinto se yergue
de azules
botellas
sus besos
de rocío matutino,
matutinos
gritos postrados,
con el
hervor que reverdece las tierras,
de cal y
tierra arenisca,
de
arcilla al barro,
de la
pizarra al risco
de
granito,
es una
vida mi estatua,
dulce,
risueña, sembrada,
albores
cruzados crepitando,
mi nido
de grama rehaciéndose,
entre
luceros anclados,
arriba mi
barco
estos
océanos y mares
de
tierra,
que todo
lo rige
su
materia,
desnace
el tiempo
abriendo
el brillo de mi falcata.
Fiera de
fieras
yo soy la
fiera,
desde las
piedras
a esta mi
hoguera.
El
Castellano
Ávido
camino en piel:
Aciago
vilo descorchado
en canal
aciago infinito
destapado
en sangre
de campo,
él,
a veces sonriente
a veces
abatido
en su
recogimiento
de verdes
espadas,
viajaba
su idea
como una
viborilla
jamás
vencida,
siempre
con fugaz
aleteo
entre estambres.
Vencía
cada primavera
al ocre
del paisaje,
por
cerros era padre
por
llanos fiel hijo
de
compostura olvidada,
por copas
de árboles
brindo
esta suerte,
encontrada,
cabalgada
por los
besos
que puedo
dar a mi dama,
que entre
forrajes
avanza
a
desenterrar
mi
espada,
nuestro
coraje sembrado
entre mis
espuelas.
En los
bravos halos
de
estrellas apagadas.
Naciendo
una
para que
brille a ella
mi amada.
Esta
negra noche
que
avanza
mordiéndose
la cola,
entre
luna argéntea
deslizada
por sus
filos
de
pestañas
acuesta
al alba.
El
Castellano
Aciago,
recto vilo quemado:
Cantares
quebradizos
se alzan
entre aciagas esferas
de la
palabra inexistente,
entre
sones terrazgos
que sí puede,
llevarme
la espuela,
entre la
mente que afila,
que pule
mi sangre oxidada,
por el
puente de venas de mis manos,
diestro
al compás que muerde
yo sí
estoy hablando
tú no
estás escuchando,
esta vida
asida en un tiesto,
por
encajes sin alba
por
encuentros fugaces
en mi
averno tejido,
entre
estos soles de trapo
que me
levantan las flores,
avanza la
flojera del día
que llega
a su final,
volviendo
madrugada de espadas,
quiero
contarte hasta tres,
mi
aliento que no sabe contar al tuyo
pero sabe
que cuentas con él,
yo que ni
segura tengo mi muerte,
colgaré
destinos
de sus
ramas de fresno,
mi piedra
será estatua,
no seré
yo quien hable si no ella,
el verde
musgo llorará el sino dentado,
esta vida
de espectro
no me
dará de lado,
de un
solsticio me haré un cuarto,
entre mis
líneas habitarán espasmos
de ideas
ausentes,
de fríos
hielos de soledad congelada,
liberaré
este reino enfuscado
cual
vicio cual tierra sin dueño
de crear
nuevos palabros
que serán
hijos de la nada,
cabalgada,
soterrada
en
infinito de la siembra alzada.
El
Castellano
Linde
quieto abierto:
Derecho
firmamento
entre
filos de gentes,
es una
piedra que camina,
piedra
aventurera,
seca y
umbría,
reposa y
duerme
cantares
del linde,
centellea
rayos irisados
se riza
con los besos de lluvia,
acaso
quiso ser otra,
ella tan
yerma, tan plácida,
imperecedera,
cerrada
como se cierran
los rayos
de luna,
acantonada,
de estéril estampa,
dejas
muda alabanza,
el día
que te hice de voz,
piedra
bella, sola,
estridente
sin patio de sonido,
y esta
voz que te di
voz
dorada como tu piel de minera,
como un
soto sin perdices,
avanzabas
solo tú,
la vida
quieta,
sembrándote
allí por donde anduvieras,
al candor
de piedra única
igual a
la siguiente y a la anterior,
sin afán
superior
hasta que
este poeta te dio voz,
como
flores que sin color
acaso
fuesen,
un
despertar en brazos de cieno,
un
respirar de la montaña,
un
cuchillo calizo que afilan
erosiones
de las eras,
latido
férreo, sangre de mineral,
o
compostura de arenas,
piedra de
mi casa,
piedra de
tu casa,
la
tierra.
II
Piedra
potencia eterna,
nacida
como nace una estrella,
cumbre de
filos por bandera,
hogar,
cobijo y morada
de
lagartijas que cuelgan tus venas,
colchón
de rayos de sol,
asolada
tu espera
por quien
te dio voz,
lideras
tu guerra sin cuartel,
antes de
yo nacer,
tú dabas
alientos al suelo
sin
importar pertenecer,
siempre
fuiste
siempre
eras su piel,
de la
cantera, al nicho,
del
mausoleo, al caserón viejo,
del silo
al castillo,
tu
fortaleza empedernida,
tu aval
de honda certera,
Siempre estabas
siempre
estuviste,
como río
a su voz del mar,
osado no
fui yo
quien te
encontró,
solo fui
encargado
de darte
moción verdadera
ojalá
pudieses contestarme
mi
piedrita bella.
III
Devuélveme
a tu vida eterna,
del soto
a tu quimera verdadera,
clávame
la oscuridad de tu cueva,
en esta
esfera pulida sin espera,
risco de
tu sien enarbolada,
millones
de hijos
esencia
desnuda de tu alma pura,
techo sin
compostura
del ser
invertebrado,
techumbre
que pizarra llora,
su
azabache de cristal,
tu sangre
de fuego y agua
que nunca
te alcanza
sólo
partirte puede,
grieta de
helada, tus filamentos
que
encaran tu azar de vida sin dueño
a tu
sangre de musgo me cuelgo,
en verde
musgo tu fantasma muerdo,
vida de
herramienta,
azar de
la idea,
al paraje
que te conforma
al que
sostienes su vida
siendo el
suelo techo de esta hacienda,
si
tuvieses dolores todos gritarían
que se
acabase la muerte en la tierra.
El
Castellano
Flor de
destino:
Requiebro
olas en fragor de colmenas
alzadas,
sembradas en horizontes yertos,
al fugaz
aleteo de la luz,
en fulgor
de sombras erizadas,
todo lo
sentido más que un haz carcomido,
fiebre en
destello de mis astros,
todo lo
dicho más que un cielo sin aurora,
más que
una navaja de filos
por
pestañas,
hilvano
que trenzo
la sangre
dormida,
es una
cabaña de cielo
donde
cobijo sueños y quebradizos,
en la
cabaña
que
Dioses abandonaron,
siembro
escarchas de hiel,
todo lo
que me dijeron es una verdad,
allí
donde la puso el hombre,
bajar
acaso puede,
grazna mi
vida una vez más,
trenes
pasan por estas sierras de nubes,
el
destino informe ya cansado se apiada,
toboganes
de esta bruma gris
me
cuentan, me dictan,
del
sentir de la maraña,
hasta que
lleguen mis flores
del
mañana,
entre el
palpitar de azucenas
frías de
la tarde,
pataleó
el latir exhausto
del
silvestre del azul
del
sueño, del racimo de mi jacinto,
extraviado,
un sol de
invierno que ya se marcha,
por
cuencos serranos
por
alientos en carne de colores,
abriendo
rectas sienes
el
crepitar de los vientos,
bienvenido
a mi mundo,
yo no estoy
despierto.
II
Ama de
esta casa, el alma fría,
de mundos
retorcidos,
ingrávidos
al peso de flores,
destartalado,
por gentiles gestos,
azares
difusos de mi reino,
saludando
a la quema del rastrojo,
un iris
por desenclavar,
corona de
caléndulas
en soles
por doblar,
al rayo
seco, tornado en gesta
y sus
candilejas fulguradas,
ríe y
pasa, pasa y ríe esta espada,
hendiduras
febriles
de mis
verdes ojos
entre sus
cauces la verde grana,
la verde
espiga,
un
romance del labrador
con su
granate amapola,
llora
sangre de aquellas santas,
esquiva
de obreras guirnaldas,
se cava
en rayos seculares del rey astro,
Estallando
de luz su rocío primero.
III
Resplandece
el día,
entre
zarzas salvajes y sus espinas,
duerme
que dormita un sueño enhebrado
en blanca
cordillera, entre grillos
que
aterran saetas dormidas,
al trinar
de los cardos
en
estepas cabalgadas
de verdes
y sus trampas
entre
erizos de campánulas
que ya no
amarillean,
gimen
abrojos el suelo que los vio nacer,
llegado
el día del topillo
y su
cernícalo que le da digna muerte,
entre
este patio de arañas grises
descubro
que me hincho de colores
estacionales,
perennes, mutables, caducos
en
crepitar de savia y duende,
se
blande, se rige,
se
descubre que todo duerme.
El
Castellano
Cuarto
para sembrarte:
Duro,
seco, estridente,
ilusorio
destello
al matiz
de soles abiertos,
estoy
empezando,
alago,
avanzo este cuarto
este
cuarto de arañas,
repleto,
lleno por escuadras
afilo el
verbo
preparado,
despierto,
granate
complaciente
a este
lustre olvidado,
quiebra
marzo,
estampida
en blancas sienes,
réquiem
en osadía,
en marca
de astros,
luz
intransigente,
fulgor
entre tus
manecitas
heladas,
miro
atrás
nada
reverdece el horizonte,
todo son
raíces del hombre,
me
cuelgan lunas
ojeras
sin alba,
quiebro
esta ilusión
me afila
su espada,
cómo huir
de los
que no me conocen
si nunca
me conocerán,
me clava
la estrella
un tenor
en escala mayor,
gimen
flores por abrir,
el sol
hiela de nuevo,
rizo
sorpresas en tus cabellos,
libero el
león,
me muevo,
suceden grises
a mis
penas,
escarchadas,
desvanecidas,
derretidas
en claro oscuro,
por lo
que dejó de ser,
llevo que
traigo,
resoplos
y arterias
en este
jarrón de sangre,
hasta que
caigan dementes azares,
y sus
cruces bienaventuradas
de tu
carne,
de mi
lumbre,
de este
alambre.
El
Castellano
Aciago
compostaje:
Tantas
veces quebrado
como
solía ser yo antes,
escalando
esta vida,
lejos
donde reverdecen cielos,
silvestre
en tus aguas,
mirada al
pasado que me forma,
se
termina mi savia,
incomparable
dicha,
sujeta al
astro soslayado,
hermanas
del fuego deslumbrado,
recto
afilado en esta solitud
del
hueso,
entre
blancas sienes,
entre
doradas rosas sin alba,
avanza mi
camino fiel de sombra,
aguardando
el brillo,
no es una
mentira lo sentido,
parado en
espera,
deshojando
besos del ayer,
de nuevo
es mi manera
por la
guardia de mis cipreses,
por la
desnudez de estas flores
abiertas
al color de invierno,
fulgor
desangelado,
despierto
acres
hermanados
de letanía súplica,
hoy
surcaré su boca,
me
desnacerán dolidas simientes
volarán
mis polillas del este,
crecerán
tejos sin horizonte,
entre
cerros de alarde,
espargasminas
enraizarán mi carne,
al techo
de esta cueva
brotarán
destellos en luciérnaga,
para yo
beber mi aciaga espera.
Resoplo
agravios en señales,
tiempos
agujereados
en
mentiras lejanas
laureadas
de todo lo que avanza,
brillan
hilos por perecer,
arañas
trenzadas al amanecer,
no puedo
perecer,
me
blanden este iris por enternecer,
brechas
llamadas a desaparecer,
retiemblan
pupilas en noches fugaces
en todo
lo que llegué a ver,
diestro
aliento en hiel
torcida
en extasía de secos metales,
un Sol un
Dios
despiértame
el dragón,
vestiré
en pétalos al albor,
gemiré
noches sin luna,
soterraré
este cuarto en luz asida,
vendrán a
mí estrellas enardecidas,
todo
acabará en uno,
un
brillo, un relámpago, un son,
un
cuarteado corazón,
renegaré
de acabar,
tejeré
construiré llegaré por puertas
a prender
este destino sujeto,
en el
parpadeo del suceso
soy
hierro tajante,
afilada
en cercenada espada
de un
tiempo que me perteneció,
soy
espíritu, espectro sin nombre
anclado a
este devenir postrado
resurge
firme su aliento,
entre
abrojos de idea,
nunca
resignado
siente el
color de su noche,
el hálito
de caracol,
en su
caléndula sostenida,
por su
vida alientos hacen súplica,
aguanté,
resistiré, me fundiré
con la
acidez de mi tierra
asolada,
destapada,
colmada,
exasperada,
entre
tañer de crisoles en capa,
gobernaré
haré
reino,
tomaré
guardia de este mi camino,
al
aguardar de mis rayos
de
vivencias dibujadas,
al
resoplo del tres,
al dormir
del nueve,
nadie me
impedirá que me teja
grande.
El
Castellano
Tierra
perdida:
Limo,
sostengo, agito
la vena
enardecida mía,
destapa
al fuego en círculo,
retiembla
destinos ciegos
en
crueles, parcos horizontes
sin
orificio,
destrenzo
el nervio de hierro,
repto
avenidas sin salida,
voy y
vengo cantando
esto es
tierra perdida,
correcto,
en el ojo
y
soterrada vía del hambre,
nazco que
broté de semilla,
estiro
que alzo
sangre en
caricia,
marcho
sin mirar atrás
esto es
tierra perdida,
ocaso
malva derrite mi vida,
en ríos
sin despedida,
en
sábanas de escarcha fría,
correcto
es tierra
perdida,
nada es
súplica advenida,
fulgor
entre sienes de carcoma,
festín de
arañas grises,
nada me
detiene,
avanzo,
el sol me cuenta
que es
tierra perdida,
cae la
tela tejida,
fiel al
descanso de mi subrepticia,
gimen
tiempos rizados al ascua,
cantan
malas yerbas
sin
perfidia
que esto
es tierra perdida.
Yo
contesto
dorado al
fulgente metal
que es mi
vida,
es
pasión, es luz,
es calor,
este es
mi rifle
esta es
mi vida,
granate
al escape
lustre
postrado al rejuvenecer
del
marco,
yo no
estoy colgado,
venzo que
avanzo,
resumo,
coarto,
me
descubro a la luz templado,
todo
dicta
que yo
voy
que yo
vengo
por
tierra perdida,
resplandores
sujetos,
acuartelados
en énfasis,
porque
desconocen su sino
madre de
esta
tierra perdida.
El
Castellano
Dicha
insoslayable, flagrando vértice:
Envejezco
este hálito
resquebrajan
esencias enamoradas
en este
patio de estrellas,
por esta
vida en doncel consumado,
al
resplandor listado venzo
otra
primavera nublado,
por este
ángel soterrado no me alzan,
no me
niegan la inconmensurable pestaña,
abierta a
fulgores en lata,
despeño
las ideas sin anclarlas,
me vuelve
loco abrir mi baraja,
por esta
sangre pesos en oro valen,
su
quilataje postrero al tacto,
más
quisiera mi sanguijuela
no acabar
ebria,
resumo
que coarto venas
en
canales de riego,
soy
maestro sin título
del
desvanecimiento extasiado,
y que
venga por mi letra
la parca
efímera
que mi
idea es eterna,
caracola
de tierra vence
esta
sinestesia
de joven
biznaga maniatada,
reitero
en mi sepulcro
el tiempo
no es mío,
venga
a mí su ladera,
seré
anillo para mi quimera,
un animal
de este reino
por
desenterrar.
Que me
acabe el viento
que yo no
puedo,
seguiré
escribiendo
por
arterias razones,
por
pensamientos túneles
que esta
noche venceré
a la sola
una de la madrugada.
Y su
lagartija rizada.
El
Castellano
Antaño de
vida:
Eres
pilar sin margen ni curva,
de tu
divina compostura,
tus ojos
que acaso sombra cubre
un latido
donde se bañan los octubre,
vendaval
que entierra nichos
para
devolverlos a la vida
en este
soliviar barroco
que me
puede derrumbar
a la
llama fugaz que rige,
avanza y
consume mi vida
a la tuya
asida por los astros
que son
santos,
oscura
pila dorada al iris
donde se
baña tu alma pura
acaso
ella llevarme pudiera
entre sus
vientos desnudos,
entre sus
alientos
de
florestas descuidadas,
acaso
ella no me hablara
entre el
jilguero y su cardillo,
entre la
caléndula y su insectito,
yo volara
con ella lejos
donde se
oculta el alba,
para
demostrarla que yo
libero tu
mirada
por rayos
de su aura imperecedera,
fuente de
alta frente,
cumbre de
riscos y valles,
alguien
acaso arrebatármela puede,
aunque
Ovidio te de más flores
quitarme
nunca puede,
ni aunque
tiemblen
mis
huesos rectos y sangrientos,
osarse en
gris mi camino viene,
te traígo
golondrinas en suaves trazos,
te traigo
sueños en colmena,
y sonrisa
en luna venidera,
anclada a
esta sepultura,
al
resoplo trenzada
mi
cristalina esencia,
en
crepitar de estacas por clavos
que llevo
ardiendo en mi pecho,
a este
diáfano vacío
vengo que
voy llegando,
caminan
pensamientos
de sus
sombras colgados,
esta
osadía
que ya
avanza como vidrio quebrado,
haciendo
polvos la idea,
porque no
me alzarán en marco
ni será
eterno mi mármol,
dirá por
este mar he llegado,
y el azul
acaso será azul
por yo
nombrarlo,
viviré de
la letra amarrado
hasta que
ella sostenerme pueda,
haré
juicio de esta arena,
en escala
a aquella estela,
sangres
me gotean los ojos
de ver
desnuda a Diosa Flora
vistiendo
de los campos
la miel
para cada sentido
mi
amapola yo que nací hombre
nada
ningún averno,
ningún
paraíso cercenado
ninguna
deidad personal
de tantas
sardinas que adoran
de boca
pequeña
podrán
negar que yo asalte
que yo
recorra tu flor.
El
Castellano
Alevosía
sin mirada:
Avanzo el
patio de mi araña
y su
soledad acrisolada,
no dejes
de mirarme
en la
cumbre de este ciprés,
cernícalos
atrás
soy puro
como pizarra
sin pulir
sin enmascarar,
dirijo mi
acequia por lares
descubiertos,
insospechados,
en
suplicios dormidos
reino el
astro,
te debo
más
que lo
que no puedo alzar,
por
sostenerme el cruel devenir,
danza el
momento
de tu
caracola y su iris,
en arena
rasguñada,
al tarot
helado de tus naipes
de mujer,
afilada mi idea
queda
navegar el vaso de agua,
encumbrarme
de la fiera,
sujetar
esta quimera,
porque
estos sentimientos encauzan,
traspasan
la sangre filtran mi insolencia,
si soy
hombre de verbo
y escribo
parco silencio deshojado
en papel
de vida
rizado en
aliento renegado a morir,
sólo hay
una petición
de rayo
en alba postrado,
es contar
sonrisas a tu lado,
venceré
tormentas
de
destino caracoleado,
por el
último rayo,
déjame
demostrarte esta sangre
este
hálito que absorbe
y traspasa
pieles sedientas,
es una
tela un vello erizado
en
penumbra,
por el
que abandono mi nombre,
y que mi
corazón suba
y hable
por mi garganta,
este
tiempo de cuchillos
con los
que haré un bocadillo,
y que me
dejes ser tu lejana miel,
no
conozco el frío
destapa
tus cartas
caeré
rendido para honrarlas,
porque
sólo una vez en la vida,
se puede
conseguir todo
lo que
uno desea
y que me
arranquen como mala hierba
que el
mundo
se
quedará sin destino solaz,
sin rayos
de luna,
sin
huerto de estrellas,
porque yo
sin ti
pierdo
hasta la cordura,
y que me
juzguen ojos
y vidas
de un día,
que yo
sin prisa enamoraré
corceles
de viento,
desmenuzaré
crisoles
abriré
molinos por sus aspas
hasta yo
quedarme
en tu
vereda fugaz,
con
solapa honda, dura,
siempre
con destino
de
envolver tu aura bella,
listada,
estridente
al
crepitar de todos mis espejos,
mi
pianola
desviste
surcos
para
cantar el sentido alerta
y que
nada escape de la hoguera,
este
cuclillo trinará
que si
fuese cuervito
viviría
en la noche
de tu
mirada serena.
El
Castellano
Ondas
mecen:
Me cruzan
las vías
del tren
de la noche,
abierto,
caracoleado,
en
peregrinaje de estrellas
y sus
halos,
este
insomne caballero
de tu
sonrisa nacarado,
arrebolado
entre tus brazos lejanos,
una hoja
precipita
al tañer
de campanas
en
garganta de lluvia,
no hay
invierno sin frío
ni frío
sin invierno,
vuelta
atrás estoy vivo,
una vez
en la vida
curva de
espejos
entre
verdes y ocres,
quién
dijo que no tuviera esperanzas,
pálpito
fugaz de estrella marchado,
el
amarillo viste mis flores,
color
efímero, sin despedida,
entre un
patio de ojos
y sus
carcomas solariegas,
danza
este caballito sin diablo,
al
cuartel de la cucaracha
van los
ojerosos grillos,
todo
cuelga de un hilo de lana,
horas
minutos
para
hacerme libre,
termíname
tú porque yo no puedo,
este
alfiler parco, sobrio
como él
mismo,
entre
circo de huecos sones
danzan
los vellos de mi piel,
por el
agujereado brillo de luna
cuento
notas perdidas
y el filo
de esta mi cuerda
hasta
latir con ella
y su
desnuda poesía
con
cuerpo de mujer,
lejos de
la tierra,
entre un
soñar del viento,
se
destapa mi cordura
le
florean pensamientos
fieles
ecos en iris despierto,
dulces
ondas como dulces sirenas
enamoradas,
de este
marinero sin mar
llamado
verso,
al senil
aleteo de la polilla,
el
invierno nace de un cubito de hielo,
que
avanza ya su noche
sin pedir
permiso,
al vapor
de sienes heladas,
entre un
coraje acorazado
de haber
realizado una buena siembra
me
marcho.
El
Castellano
Filo
sonriente:
Agudo
filo nacido
mi destino.
Recuérdame
en la tijera
desdoblando
la espera,
hoy por
hoy
mañana
por ayer
el frío
en la piel,
de estas
cuchillas
sonrientes,
y su
esperanza
carcomida,
acabada
en
hoguera.
Miénteme
aparte
ancla en
gozo
el violín
de mi idea,
corriendo
por fuera
marchando
lanzas
de tierra
y el
tiempo
solo,
hinchado, dormido.
Rehúyo de
mi pasado
que se
clava
en mis
brazos.
Mírame
aparte
del punto
y su silencio
seco.
Esta vida
en el centro
de una
margarita,
miro su
caricia
en pétalo
de brea
arde mi
sinfonía
deshace
la lejanía
hasta ser
ese lejano
carrusel
de estrellas
por boca.
Vida por
mi vida,
y yo qué
no daría,
a este
cielo desplomado
de fieles
compases
oxidados,
es por su
plomo
que a
veces plomo,
a veces
más alzado
que las
cumbres,
entre
regueros y ramblas
libero mi
azada,
en cuerpo
de sangre y vena,
no
conozco a Pena,
entre su
alta ojera
clavo una
letra,
abre la
acequia
destartalada
en honda esencia,
allí
donde graznan cuervos
su
lenguaje de madera,
soy yo a
la espera,
abriendo
mi destino
en esferas
puras, plenas
ay la
tierra
vive esta
dorada
escolopendra,
sucesos
de huesos
arde la
compostura
afila su
beso de miel,
todo
queda en yacija,
derramada
hiel,
entre
grietas iluminadas
del iris
insomne
soterrando
verdades,
completando
liberando
sus cavidades
y su dama
oscura
naciendo
la noche
que ya
vuela,
entre
testimonios del pueblo,
que
pertenece a la tierra
y sólo
esta a su materia.
El
Castellano
Vieja
escuela sembrada:
Cierra
los ojos
es
nuestra creencia,
por la
que no hay
rosa sin
espina,
línea de
destino,
déjame
sembrar luz
en la
retina,
que caiga
mi gota
quebrada,
viviendo
tus memorias
lejos de
la letanía
enroscada,
crepitan
los labios grises
entre
crujidos por despertar
leones
del nuevo día,
Noche,
noche
tus
minutos erizados vencen
pasan las
horas
y las
horas
la misma
pesadilla tejida,
en vilo
en vela
de
navegante sin mar
sin
barco, sin puerto,
viviré
una vez más
esta
soledad del párpado
despierto,
muy alto,
muy hondo,
todo se
retuerce en sol mayor,
hasta la
cima
me verán
cabalgar,
resume
este papel
un furor
oxidado,
soy yo,
soy yo su raíz
que ni yo
mismo entiendo
dichos
soterrados en alma difusa
en
corazones sedientos
su fría
caricia entre espadas
ni yo
hago empeño solariego
ay la
tierra perdida de tu raíz
quien
osado sólo la viera
de viva
materia rompiéndose
sucumbiendo
sobre los filos hirientes
hondas
espumas
riéndo en
camino vivo,
en un
sentido
con
bordes de rosas y cebollinos
y senda
de espinos fugaces al alba,
brotando
imperecederos
que
enriquecen los pliegues sembrados
de esta
mi sonrisa
de esta
voz en calma y en tormenta
de
desnudos sigilos
que te
nombra y nombra
si no
estás lo hace sin cuenta
Poeta
Haces la
ruta sin pena ni sangre
que no
sea portada en tus venas
de solana
hacia el sol
en un
ovillo giras en tornasol
allí donde
sus esposas
amarillean
y tu sien gotean
en canto
al amor
alzado en
rayo de Thor
será un
caracol
cuando
nos vamos
solos sin
nosotros
con o sin
Dios
nació un
vespertino albor
ocultando
el dolor
secando
lo que plañía
la sin
razón
Se duda
entre las cosas
por la
vaciedad de las cosas vacuas
de fatuos
alambres en fanal
hoguera
del hambre
de
oblicuas espinas
y los
nuevos castillos
que sin
su castellano chozas son
destruimos
si nos
miramos
vencer o
vencer otra vez
Oh raíz
ay de tu
tierra que te vio nacer
qué
guardas
en tus
bases en las grietas
que te
clavan que estiran
tus
lágrimas del ayer
que no
nos dejas ir
por
caminos distintos
a los
limpios valles de oscuridad
reposo y
sosiego que clava el camino
¿Será
cómo es
por
siglos
de
siglos?
De este
tiempo oxidado
que
latirá el son
con forma
de tu siniestro corazón.
El
Castellano
Cristal
silvestre:
Ámame
como se ama a la vida,
porque te
amo en caricia
sin
despedida,
tú que
eres como la noche
en
subrepticia,
yo
contemplador extasiado,
por el
fulgor que se abre paso,
Fin del
diario,
este es
el momento,
que se
queda para descubrir
la
expectativa
del vivo
hacia la vida,
todo
cambia y yo lanzo
mi
destello sembrado en mis ojos,
susurros
en letargo
abiertos
al destino parco
estoy en
tierras de la luna,
abriendo,
tornando bella
su
distancia,
todo
sembrado
de quien
yo era,
esta mi
raíz que canta
plena,
sacada,
cortada
de su tierra,
para
nunca olvidar,
alzada a
tormentas del tiempo
y su
etéreo desliz envuelto,
en las
calles
de los
sueños rotos
un pasado
que dejo atrás
estoy
joven para estas nuevas visiones,
existencia
clavada,
al
crepitar enroscado entre arterias
de
alambres,
y su
perfección
erizados
gritos liberados
hay que
pagar el precio
de ser
mejor que este talento,
avanzo
lento,
me abro
por el fuego,
y no hay
sangre que no me deje
envuelto,
miro
dentro de tus ojos
buscando
mi respuesta,
el sol se
está enterrando en tus cabellos,
lima este
nervio
que llegó
su escarcha
siempre
aparte,
siempre
en alarde,
hasta yo
encontrarte
encontrarme
yo
en los
sotos de tu voz
hasta ser
yo el alarido con nombre
de sol,
ser por siempre
ser para
siempre,
ser
siempre,
y Siempre
llevar mis apellidos,
Siempre
quemándome
en
resquemor intransigente,
precisión
de mi duende
llamado
amarte.
ARTE,
condenada
mi sombra,
a este
precipicio
que
despeña la letra,
a través
del umbrío páramo
de esta
piel y su yermo bosque de vida,
sigo la
estela
vocecilla,
elevada sin razón,
porque sí
me sobra corazón,
soy yo mi
murciélago de nácar,
vuelo que
giro el infra-sentido terrestre,
y me
quedo en vilo,
es
glorioso este sino,
haciendo
el amor con los sentidos
en el
saco desdoblado,
de mi
realidad soterrada,
destapo
que descubro malvas
del sueño
taciturno
que
conduce a contemplarte,
bajo el
sigilo de mi araña,
y su tela
irisada,
en
extasía de espejos carcomidos
sin
dueño,
que no
sea sinestesia
del
cuadro de visión
llamado
visión enardecida,
por la
que mi ciprés
tiene
tacto a caricia desnuda
y mis
caléndulas caminan
con sabor
a deseos de rubor.
El
Castellano
Quiebro
en dicha descrita:
Muero por
un beso
aquel
sembrado dirá que vivo
vivo por
un querer
cruel del
destino
condena
de una pasión
que creó
tu pestañeo
al
dejarme ver
tu cielo
encerrado
ese que
liberado
jamás me
abandonará,
fijamente
tres minutos,
y morí
con tu pestañeo.
Demostró
que fui y soy
importante
para ti
y que a
pesar y muy
a mi
pesar de los problemas
problema
no es mi apellido,
seguí en
tu mirada atrapado
hasta que
la aguja
de aquel
reloj de pulso
se paró
al pasar ciento ochenta segundos
mi cambio
de vida
cuando
consumí
medio
giro al decir
siempre
te amaré.
De este
resquicio vivo
yo traigo
la flor,
en
competencia
de
ilusión que marcó
esta
hoguera sin pena,
eres tú
soy yo,
flamígera
condena,
por el
párpado del cielo,
por mi
astro soslayado,
que yo
sólo encuentro cielo
en tu
mirar encandilado,
soy un
muerto con vida
si no te
tengo,
y este
firmamento
se me
cierra seco,
muchas
cosas erróneas
en mi
vida
que no
hay tiempo para la sombra,
no hay
tiempo para tristeza,
ni para
la vida quieta,
porque
todo resume
en
buscarte a ti
mi vida
completa,
si este
corazón es un tiesto,
quiere y
te quiere a tu persona,
enraizada,
plena,
resplandeciente,
como el
brillo,
como el
halo,
de tu
limpia, dura
sonrisa
de perlas
en océano
de resurrección
mi ababol
amapola
descubierta
en dicha,
mía, mía
sin despedida.
El
Castellano
Solariega
atarraya:
Verdades,
verdades floridas
sólo para
ser feliz,
es un
surco, engalanado
este
forraje vertido,
quieto,
bravo
al desdén
que marcó
su mirada
en mi sien,
por este
horizonte
me alzo
con cazamariposas,
al azar
de capturar sueños
que
derraman sentires rizados,
cromados
al tacto,
lancé mi
atarraya
al río de
mi alma
y no para
capturar cangrejos,
sólo para
sentir que mi alma
porta
versos que nadan
en serena
compostura encumbrada,
si no
nací ayer nazco hoy
de esta
tela,
un
destino, besar su entraña,
alborada,
vestida
de valles dulces
que hacen
gestas dolientes
y su
escarcha enamorada
que porta
su sangre,
soy su
leopardo
soy su
cielo ausente
por el
que fijo y clavo sueños
jamás
corrientes,
mi ser es
lluvia
soy cómo
un ruego
de la
montaña,
quiero
ser yo
su
aliento de fuego,
el idioma
de una piedra,
su fiel
compostura despierta
porque si
me visto de cordero
solo soy
su lobo
para
lamer más que su cuerpo,
y
brotarme dentro,
era o no
era
fue
continente de la belleza,
lágrimas
de mis Dioses despiertos
porque
ella es mi compañera
hasta
fijar esta sangre
en fila
en orden
para
sentir la vida
y su
sediento horizonte,
soy de
ella como la lluvia
a mis
plantas
vistiendo
a este señor destino
de traje,
acompañando
esta araña
que teje
mis sentires por ella
mi
ruptura de mi sino,
porque
ella es mi camino.
El
Castellano
Cercenada
razón:
Ilusoria,
despierta, vespertina,
trepando
lúgubre escala,
iris
destartalado, ansiado
cubierto
de cromáticos azares,
por un
metal afilado va venciendo
a este
brillo irisado vestido
de
crueles destellos,
raspados
destellos
de todo
lo que dejó de ser,
reflejos
sin nombre
ilusiones
de este alambre,
rizado
con hilos que gotean sangre,
despierta
mi pesadilla
queda
asomar la dicha
y mostrar
esta araña,
fulgor
desnudo al fragor
de
transparentes cristales
que
enamoran los hielos
que
febrero siembra abiertos,
si estoy
despierto se equivocan,
nazco que
traigo
un cesto
lleno de sueños,
se
derrite mi estampa
quieta
colgada del árbol
donde
hago peticiones,
y que
este forraje
se
desprenda de mi humor,
no me
desalienta,
he
crecido para brotar
más duro
y recio
que el
esparto del monte,
traigo
mortandad de idea,
en letra
extasiada
al filo
de verticales escarpias,
soy yo
encargado de esta acequia,
que ni el
más osado
pedirá
que se calle,
alzo su
valía
en
desgranada espiga
que rompe
mi silencio seco,
si no soy
gente lo demuestro,
enseño a
mi tinta
a no
pertenecer
a este
mundo de yertos,
mejor que
qué cosa
mejor que
la opaca suma
de
alientos que se creen
tener
originalidad,
de su
umbral
prendo a
cerilla
todo
sembrado a diario
de vacía
voz,
yo
repleto no soy yo,
soy su
extasía floreciente
de imagen
y su prima
clavada
en alfiler sin cabeza,
como un
grito de letra,
y
mordisco de fiera,
que
deslicen décadas
que
seguiré siendo yo mismo
entre
grietas, entre esferas
quebradas
y su olor
a flores
desnudas,
que yo sé
lo que hago
si no ni
lo haría,
noche
corría marcha atrás
esperaré
su madrugada
soy
taciturno con huerto de luna,
y siembro
un quién contra mí,
estoy
brotando,
no hay
miedo yo soy el miedo,
fiera de
esta hoguera,
llamada
esperanza,
tengo una
llave
y no soy
cerrajero,
abro este
corazón
y
despierto su dragón,
hasta
acabar de una tajada
con mi
sana razón.
El
Castellano
Arácnida:
Había
sentido
Bravura
repleta
no tengo
ojos
tengo
lágrimas de cristal
al iris
en belleza consumada
nadie te
alza
tomas tu
lugar merecido
jamás
colmada
siempre
rebosada
de lo
bello a lo mejor
sembrado
ojo por este ojo
me late
me arde una simiente
para el
campo de tu alma
vida yo
vida no tengo
si no se
dirige en mirada
a mi
letanía certera suscitada
desde el
2008
jamás en
súplica mecida
por este
arrojo
en mi
pecho sembrado,
viva y
descubierta en este tajo
repleto
de lo bello a lo bonito
de su
interior decretado,
yo hombre
de sangre
siembro
este sortilegio
de
espadas por si llego
a su alma
y liberar
libro sus ataduras,
por soñar
soñó la primavera
que mis
flores eran de ella
yo
reviento y exclamo
que son
de argenta bella
mi
maestra en furor de espigas
nacida
solo
tengo un corazón
y es suyo
mi dama,
dama
blanca
doncella
escarchada
de esta
vida a esta mi viña,
yo dulce
muero despacio
por
llenarla de esta dicha,
seguiré
en pie porque ella
sigue
viva enraizada en este latir
para yo
con amplia voz decir
sin ella
no hay vida ella es mi vida,
El
Castellano
Solar
entre clavos:
Iris
deslizado
entre
grises hastíos
que me
hacen hombre,
hombre en
fin
de
tijeras y clavos
iridiscentes,
no cambio
mi estampa,
entre
verdes fulgores
a todo lo
que crepita
sin
nombre,
agujereada
tela
estos
años dulces de cuervo,
con
ineptitud de sangre,
forrajes
me tiñen la vista
enferma,
para no
saber quien ser,
solamente
ser
un
crujido
de mi
parca mecedora,
que lenta
acampa y cabalga
flores de
tiempo en mi espalda,
es una
noche que grita
que se
acabó la luz,
obscura
tiniebla
del
compás marcado
entre mi
coraje y mi blanca piel,
como un
párpado desnudo,
y una
alimaña de verbo despierto,
quise
conocer a mi descendido
aliento
entre nubes de plomo,
mi
diestro zigzag
mostraba
sus pestañas somnolientas,
con el
ardor de mil fuentes,
cabalgo
esta hendidura
abotonando
mi deseo
con
solapa y tapa dura,
gentes
que ya destierro
y no
cabalgan mi idea,
venzo mi
granate iluso,
otra
despedida
que
clavar sin elevada desquicia,
rosácea
calma nacida,
entre un
tejer de arañas,
vendrá a
mí la dulce quimera
enardecida,
que viva
hará
caricia
a todas
las albas
de mis
letras despiertas.
El
Castellano
Soliviar
barroco:
Próvida
estampa
que
corre, aletea mi profuso alivio
que juega
mi mal,
huida de
quienes no me conocen
porque
nunca me conocerán,
algo que
ni yo mismo hago empeño
puesto
que tomo lo que no me dan
con mi
esfuerzo,
y no
deseo lo que no tengo
porque me
enseñaron
a amar lo
que tengo
por eso
no tengo más
que mi
silencio,
porque de
amar algo
lo acabas
perdiendo,
la mujer
que siga siendo mujer
para
completar a este animal
que me
tejieron,
cavo en
mi jardín una fosa
para
envolver con oro fino mis escritos,
por si un
día despiertan
y me
llaman papá,
les dejé
una receta de cocina
junto a
ellos:
Hacer una
hoguera
y meter
en una maceta envidia,
hipocresía,
odio en mundanal caricia,
mal ojo
de deseo,
mentiras,
juicios malsanos
y dejar
la maceta en el fuego
999
segundos,
con eso
estarán alimentados
el resto
de siglos que me quedan.
Mundanal
zozobra que acuso,
acabaré
pagando su recibo
en
sangre,
todo lo
lejano
como un
soliviar de mentir más agudo
buscando
vencer a la aguda aguja
decretada
en espacio,
hoy
seguiré mi curso sin mi nombre
por si
consigo empalar a mi etiqueta
que
brilla y reluce más gorda que yo
que ya
parezco medio espectro de mi silencio,
un
réquiem se blande entre mis huesos
que ya no
crujen,
están
plenos, hinchados porque saben
que
durarán más que yo.
Y yo
duraré nueve vidas de gato de arena,
por ser
lo que soy
un rival
de mí mismo,
llego a
mi abismo.
El
Castellano
Camino de
escarcha:
Mantenme
en destilación,
es este
un real camino,
un
abejorro que vive lejos
y posa
siempre en las flores,
como
quietudes de las estaciones,
resquicios
de real amante
de sus
estambres,
abierta
mi blanca estación,
y su
escarcha que inverna,
verdadero
amor a tu flor,
camino
los lindes del verso
por si
acaso descubro
su polen
ese que dejan tus ojos,
caminos
de grava,
rajada
caricia de helada vida,
entra en
mi granero del sueño,
entre
este manto
de lo que
se alza sin dueño.
Corre mi
amor
por
veredas de torcaces,
y
perdigones entre espartos
del
monte.
agrieta
el linde a mi paso,
necesito
acompañarlo de tus pasos,
en
religiosa procesión
de
anhelos clavados,
en este
baldío
se riza
mi sino,
en
compañía de la espiga,
que
siembra mi guadaña,
respiro
la jara,
y se abre
la añoranza
entre
espinos clavados sin ala,
tiembla
este granate de sangre,
rezando a
este Sol de invierno,
me dé el
fulgor de estrellas,
risueña
mi dama
trenzando
sus cabellos,
entre
esta solitud
que ya
nunca nos separa.
El
Castellano
Ramblas
de sueño:
Resumo
que venzo
agravios
y destellos flamígeros.
Hago
diestro empeño
en esta
casa de arañas
Por la
grieta del álamo blanco,
arañas
grises me cuentan
de la estación
perdida
entre
hilos y retales
del
hambre.
Escribo a
este reposo
que hace
el amor
con las
heridas del chopo,
grieta
acicalada
por entre
notas
del
viento y su calma,
sueños
temblorosos
crepita
su carne de madera,
al calor
que retuerce
el astro
verdadero.
La tierra
deja cicatrices heladas,
se yergue
la caléndula
en
complacencia de espíritus
de carne
de arena.
Es mi
torre una estatua bella,
fulgores
rizados entre blancas sienes,
con el
sigilo de carcoma
vendo mi
ayer que se desploma,
Agujerea,
crepita, chirría
mi yunque
despierto
clavando
este pertinaz dolor,
que si lo
sacara cantara de un amor
entre
venas.
Parto el
cristal de mi suerte
por si
afilo mi destino,
mi
existencia queda en invierno
alamán
del nervio
ese que
pasa la puerta
del negro
lirio,
mi alma
partiendo almendras,
desde mi
sol dibujado
a esta
luna de azúcar,
Soy
reflejo de mi sombra
un esmero
de la tinta,
si mi
vida fuera papel
No
habría tinta
para
escribir
lo fuerte
que late
sin balde ,
al suelo
de la encina
abre sus
fauces
la
hormiga león,
tiempo
burlado por cortezas
vivas,
desprendida
mi
soledad, vuelve
el
oscuro, tenue soldado
alado,
este suplicio abotonado.
El
Castellano
Registro
soterrado:
Resopla,
para y se piensa,
por
pensarse
nació una
lombriz azulada,
buscaba
su escondrijo húmedo
de la
idea,
se
aleteaba
como
gusano floreciente
haciendo
alarde,
él
sentado en el trigo
de su
verso
no se vio
la espalda
llena de
abejas
de
pensamientos típicos
de su
vida parada,
como
reposo de barcas.
El puerto
rancheaba
oscuros
rayos,
era el
letargo de su espera
cabalgada
su vergüenza
no más
románticos cigarros
todos se
tornaban
en el uno
idéntico
llamado
vicio,
el
alacrán de su mente
corría
feliz o eso creía,
sin tener
nadie que lo pisara,
surcos se
abrían
en el barbecho
soñado
de su
dama
que ya
era imagen de hoguera,
yerma
vida la estampa
que
colgaba del poste,
un señero
quieto se afilaba
con el
viento.
Beba sus
penas
en taza
de café a temperatura
de la
helada que rondaba
lo bonito
detenido,
eche el
anzuelo en el lago realidad
por si
muerde la quimera
Diosa
enajenada virtud de virtudes,
arrastré
mi pan de celiaco
por su
cara y mordí su boca
con
suavidad sin dientes,
quería
navegar su lengua
otra
noche tiznada
de
reposos dementes,
cogí las
riendas de mi azar
desbocado,
rumbo a sus piernas,
amaneció
la dicha de estar acompañado,
al último
suplicio del espectro engalanado,
gira mi
cabeza
que sale
un estornino de mi barba,
era este
un acre de calaveras
que
vestir,
estaba la
sonrisa
de todos
los tonos sentimentales
de la
cara larga,
avanza
que da vida
mi
escolopendra patidifusa
del
millón de espantos,
era un
patio de orugas
el
caminado por mi salvaje esperpento
difuminado,
un rincón
donde clavar la lanza
que nunca
sonríe,
caminan
dentro, caminan fuera,
más patas
que ojos,
sentido
inerte de la fiera
por
tornar polilla,
y sus
pavimentos de la estrella
acolchada
de ella
mi
almohada.
El
Castellano
Cauce en
flor:
Inconcluso
azar
flor de
azahares
en estos
cauces
de venas
hirientes
parco
compás silente,
estalactitas
de este amor
fulgente,
evanescente,
con surco
de mi sangre
caliente.
Su
hechizo de piel
que me
abruma la hiel.
Colorines
me silban
su
quietud,
colorada,
furtiva
en la
pulcritud
de sus
mejillas
al alba
de mis deseos
nacidas.
Enajenada
mi estrella
queda
sembrar el cielo
con
margaritas,
y vestir
el astro de traje
para
nuestro encuentro
que viene
y avanza
mi
adentro
queriendo
y siendo
el
primero.
Un
flamígero capítulo
de mi
sanguínea vida
al fragor
de simientes
que
germinan
nuestro ensortijado
cauce
de
nuestro albor,
engalanado
en un
molinillo diente de león.
El
Castellano
Brillante
oscuridad:
Despedía
el día
la porfía
de una melodía
una
balada por Belcebú,
el
pasillo se abría
cruzaba
las calles heladas
de enero
y su cuero,
danzaban
las sombras
entre el
descampado
donde las
casas eran malas yerbas,
malas por
qué
acaso lo
bueno es el humo
de un
coche,
cuando
ellas en primavera,
arrastran
las penas
con su
fragancia
a mujeres
desnudas,
miro
dentro de mí
pregunto
por qué todo
torna
azabache,
habitan
cuervos mis ojos,
ya no hay
precipicios
en mi
mente,
que se
dibuja de ladrillo,
miro al
cielo
que todo
parece una cueva,
acaso ya
bajas,
sigue tu
curso de Dios personal,
que te
seguirá cómodo,
el bajo
cero ciñe su lustre,
mi
sentimiento afligido
hoy canta
con mis dolores,
con rezos
fugaces
alargando
la noche
teñida en
el ojo de mi despierto,
porque me
cansa
esta
febril, verde, emplomada
mosca
impuesta medicamentosa,
hombre en
el acre oscuro
por
encontrar mi decencia,
estoy
colgando del párpado
de la
quietud noctámbula,
yo no
estoy escribiendo,
soy un
vuelo
sí de
murciélago,
vendo mis
mañanas
por un
ayer construido a su lado.
Es como
el hueso
de un
poema imaginario.
El
Castellano
Azar sin
venas:
Fiel
reflejo estridente,
los cuadros
de tu vida
danzan
entre las baldosas,
entre
acorchados pasos
todo va
quedando atrás.
Un ocaso
florecido
de
espadas en sigilo,
tiempos
huecos
en
lúgubre caricia.
Acaso la
luna es luna
o alguien
despierta
y la
pinta.
Cerrojillos
en destierro
de este
silo de oscuridad,
avanza
que imanta
el día y
su prisa
por alzar
su despedida,
gritos
secos se mueven
tras el
ventanal,
sangre
que coagula
entre
compases
de malas
yerbas
de mi
patio.
Es un
mirlo negro
que me
visita
siempre
vestido igual
estrujé
las vidas
del gato
de arena que soy.
Suicidios
de cardos
corren el
patio
se riza
durmiendo
mi gato
negro.
La
soledad me ama
más que a
su estampa
vuela y
reposa
mi fiel
añoranza,
reverdecer
mi ilusión,
socavar
con sucesos,
así
como besos
de este
azar
que no
siempre
se pinta
negro.
Acuchillar
esta realidad
con mi
suerte de seguir vivo
para
tomar con mi esfuerzo
lo que no
me dan.
El
Castellano
Campo de
espigas:
Miro mi
soledad
desde el
otro lado
donde las
sombras nacen
y crujen
en las paredes,
caminillos
del pececillo
de
plata, acurrucada
mi sien
abre los
lindes
del sueño
retirado.
Es un
desfile
la luz
del astro
intransigente
sabe que
no tiene
mejor en
su empeño,
se riza
mi idea
sabiéndome
cuervo,
adentro
el nueve
y el tres
sacude.
Vive este
caracol
con casa
de espejos
habito el
espejo
estoy
escribiendo en él,
que un
día
las
imágenes harán
dulce
sinfonía,
los
sonidos serán
colores
derretidos.
Mi casa
será una hoguera
mi luz
será invencible.
Seré yo
el encargado
de
cabalgar los tiempos,
el olvido
dejará
sus
cerrojillos
entre un
manto
de
abrojos lucidos.
Las hojas
llorarán
baladas
estridentes,
mi letra
rozará
la
perfección
de las
décadas
florecientes.
Siente el
poder
del
cuadro
de la
oscuridad .
Afílame
el cuchillo
hiriente,
tejidas
las arañas
de mi
carne,
atraviesa
esta grieta
de la
realidad
que no
llora flores,
sólo
lleva en tules
almas y
su ciego campo
de
espigas.
El
Castellano
Piel
labrada:
Surco de
noche
ya se
retira
sonando
el día
y sus
rosas heladas
de
invierno,
iris
matutino
clamado
en este
fiel olivo,
surca mi
sangre
entre
verticales filos,
mi gris
vencido del alba
serena,
más desnuda
que la
transparencia
que el
azul afila.
Se clava
este verde
militar
de ciprés
como
cuchillo enervado,
y su
canto
en estos
sigilos de chopo,
cargo mi
revolver
naciente
del verso
por un
sol de plumas
cae
fusilado el aliento,
algo que
clavar
al
firmamento
héroe del
norte
de mi
silencio.
Fantasmas
del
imperio perdido
su
bandera del tiempo
dormido.
Fúlgidos
nervios
cabalgan
los acres
de esta
trinchera
donde
mantengo alerta.
Jauría de
sienes hendidas,
con
fauces somnolientas
quise ser
siempre
con esta
mente,
profundicé
el idioma
de la
flor,
hablé con
la tierra,
aún
guarda mis abrojos
sembrados.
Entre
brotes verdes,
impacientados,
aguardan
el bravo
crepitar
de la tormenta,
y sus
besos azules.
Ahonda
esta vida
silos del
demonio,
simientes
oscuras
de malas
yerbas.
En este
campo yermo
crece mi
ilusión
que no me
siembren
el dolor,
seré como
la flor
soñaré
con las piedras,
reiré con
abejas,
jugaré
con el viento
como la
vida grita.
Ahora que
la mañana
consume
los suspiros
ahogados,
ahora que
el cielo
luce sus
corceles dorados.
Es por
esta pizarra
que me
habla el río
me habla
qué más
que ser
agua.
Deslices
anudados
entre
corajes florecientes.
El
Castellano
Guardado
en un cajón:
A veces
me rompo
a veces
soy grieta
de estas
paredes heladas
de
corazón.
Seguro
para escalar
mi vida
una vez más.
Quieto en
las aguas
que suena
mi pasado
miradas
atrás
hoy soy
nuevo.
Se puede
escuchar
el crepitar
de este hielo,
el sonido
palpita,
congelado
un brillo,
de humo
descorchado.
Garras de
esta vida
en el
filo de su destino
enmascarado,
y su
camino de azul caricia,
me
aguardo del fuego
soy
destello de hielo
me
derrito por una flor
que
habita los campos
porque
sus semillas
las ponen
los Dioses.
Enraíza a
fuego
este
corazón.
El día
mío ya suena
y la
sombra se retira
a donde
puede jugar.
La
mentira queda lejana
espero el
tiempo
para
derretir mi alma
en sus
brazos,
y
encontrar fieles
testimonios
olvidados
de edad
desplomada,
su nueva
visión caída
tiempos
cambian,
en esta
fosa de palabras
rescato
afecto alumbrado,
resquebraja
la
palabra amor.
Sólo soy
unos ojos
con
funciones vitales
esperando
el encuentro
y tener
carne.
Hasta
abandonar
el
espejismo doblado
en
profusa imagen
de lo que
anhelo
encontrar.
Se
consume mi cigarro,
en este
grado bajo cero
de
libreta.
Habita
una estrella
la
mirada,
una
babosa
su lengua
dorada,
con su
luz que arrastra.
A la
floresta ausente
destapada,
el reposo
de la vida
bajo
invierno.
En el que
vuela
mi
demonio arte.
Mi
corazón que late
encerrado
en un cajón,
llorando
flores
por todo
aquello
que no
muere
es este
río frío,
desborda
las letras
rompiendo
sus cadenas,
amando
libre
desnaciendo
mis colores
por amor
al arte
hasta la
muerte.
El
Castellano
Fulgurado
sino:
Era un
día que se podía rezar
a la
estrella mayor,
como si
una babosa metálica
se
tratara,
busco en
este astro una razón
abro a su
luz mi creación,
que me
cuente
de sus
paticas que recorren
los
campos tiñendo de ocre,
de su
insípida lengua
que me
recorre,
un hogar
lejano donde descansar,
una
novena puerta a transmigrar,
creeme de
nuevo si te digo
que soy
tu hijo adoptivo,
nacido de
estas cuchillas de trillar,
un verbo
un suplicio despierto,
cruzo la
era solariega
buscando
quien yo era,
miro al
muro sí ese que dibuja mi mente,
miro a la
montaña,
recuerdo
que yo soy la montaña,
navego
este mar de grama
de
esparto y tomillo, tiznada la jara,
sí vivo
en Guadalajara,
como
cuervo adoptado de Castilla,
avanza mi
meseteño aliento,
aúlla que
aúllo cual lobo de hierro,
una noche
sin despedida de invierno,
avanzo a
la llamada de mi averno,
está
ardiendo en el cielo,
mi musa
belleza,
hasta que
se materialice
en mi
única florecilla,
llevo mi
canasta de melocotones
a ella mi
gitana,
arrojo
dulce abrojo
la quiero
en rojo
a veces
en blanco como prima
de la
pureza,
sí esa
que endereza,
hoy es un
día teñido de espadas,
baja mi
azul despertando a mi araña,
que
hilvano y me hilvana
cual
maraña de sábana de su tela,
no nadie
entiende
por qué
cruzo la espera
fumando
el cigarro del minuto sujeto,
mis ojos
ardiendo el juego
de su
fuego de mujer,
ciegos
pálpitos
crujen su
negra pupila,
yo no
estoy despierto
ella
tiene de ausente su presencia,
cuervo
soy esperaré su noche
noche
negra alza tu sombra lúgubre,
yo
cabalgaré tu sien saltando
tus
oscuras fauces,
hoy lanzo
tu tenue honda,
afilo
este cuchillo a ver si canta
junto a
mi iris vespertino
su crimen
de pasión y de flores,
hasta que
se duerman
los
campos conmigo.
El
Castellano
Vuelta al
inicio:
Es del
tiempo
la
incombustible hoguera
consume
la tierra
en
perfecta esfera
se alza
un maullido
desertor.
Gatos que
suenan
como
alambres
en casas
sin teja
ni
tejado.
Soñé un
día
su
contorno
su silueta
me
arrebató
el sueño
diciéndome
y
corroborando
su
espejismo.
Sol
oscuro
en días
claros,
humedece
mi piel
una
áspera lija,
soy de
madera
de
ciprés.
Soy hijo
del Sol
de hierro
y de la
luna de acero.
Soy yo el
encargado
de partir
el viento,
yo que
abrí
mi
destino en dos mitades,
una para
sacrificar
en
ofrenda
si se
cumplen mis deseos.
Soy de la
tierra
una
espiga.
Hijo del
Sol de invierno,
ardiendo
en hoguera,
del cielo
su
quimera despierta.
Oye mi
respiro
me tiene
miedo la fiera.
De este
panal
de mundo
no soy larva,
soy
abejorro mayor
sin
reina,
hago
énfasis
de esta
siembra.
De la
tierra
soy
flameante espada,
torbellino
de este mar
angosto.
Espuma de
estas caricias
al alba,
crepita
sobre una araña
este
fulgor,
Torbellino
señor
de rosas
sin sangre
y sin
cortar.
Como
cruel indulto
a la
belleza
por
encumbrar.
De hojas
y espinas nació
este
tallo
que ama
de verdad.
Que muere
en el suplicio
de su
despierto tormento
dulce,
ensangrentado,
envuelto
nacarado.
El
Castellano
Sigilo de
sobriedad:
Fauces
amarillas. El humo de su tabaco seco, cuelga de su blanca sien. Bocas de agudos
filos, nada por todo. Tomaba su café de grano recién molido como si goteara del
árbol del insomnio. Era un hombre chapado de años. Dormía cuando tenía sueño.
Comía cuando tenía hambre. Amaba más a las flores de su jardín que a las
personas. La amargura no conocía si no se hubiese casado con ella. Su bigote
recto comía por él. Era apuesto, pero le asustaba mirarse al espejo y
contemplar que el tiempo podía más. Su diálogo era más parco que una tabla
agarrada bajo yunque. No amaba el dinero y sólo lo empleaba en gastarlo para
necesidades básicas. Hablaba con sus flores y lo extraño era que le respondían
dentro de su cabeza, consecuencia de la soledad avanzada. Seguía la ley del ojo
por ojo si le daban amor. Devolvía lo mismo, pero en cuanto al odio, éste, le
temía. Gustaba sentarse en su mecedora en el jardín y acercar comida a córvidos
negros como azabache y observarles . Era un hombre pleno y hacía honor a su
vida, amando lo sencillo, cogiendo su armonía en la mano que sostenía su
cigarrillo y que blanqueaba ya su bigote. Con la paz en su soledad, feliz de
contentarse en su memoria de cuántos conoció, cambiaba luz en su medianía
exacerbada. Afilaba tostadas en miel rebosadas, en su desayuno. Sabía estirar
el tiempo como si no existiese. Su simpatía de ignorantes era apreciada por
todos los que le medían.
Una
mañana, en que regaba su patio como si la sed fuera suya, al acercarse al
tupido seto, escuchó unos maullidos leves, estridentes y que venían de una
camada de gatitos, arañando ,aún en ceguera precoz, en busca de su madre. Su
alma de viejo aguerrido se enterneció. Miró a los recién nacidos y sin dudar,
sin tener agresividad de la gata madre, se acercó a tomar a uno de ellos, él
único de color negro y se hizo el propósito de adoptarlo con todo lo que ello
implicaba. Sus hermanos eran blancos, moteados y en manchas negras. El gato
negro elegido, resultó ser el más inteligente que muchas personas que conocía.
Lo llamó Blackie.
Blackie
se quedaba pegado al cristal de la ventana, gruñendo, deseando lanzarse a por
los cuervitos que su dueño alimentaba.
El
Castellano
Sangre de
musgo:
Trae este
viento
memorias
perdidas
del
tiempo olvidado.
Trae
sangre de los Dioses,
en
muérdagos lucientes,
sangre en
flor del musgo
por vivas
piedras tejen,
espíritus
en árboles mecen,
traigo
estas vidas
traigo
grietas en mi destino,
mi
bravura que muerde el suelo,
desenterrando
su falcata,
sin
oxidar que es mi espíritu
para
luchar,
voz que
me hiende la entraña,
al trueno
es ella que silba,
de sus
lamentos
vueltos
testimonio
de lo que
se convierte
la
materia,
y su
resurgir de tierra,
me
avanzan los montes,
me beben
los ríos,
para
gritar este latido,
que no
morirá ni estando muerto,
tiempos
perdidos
llevo en
una mano
en otra
golpea
la voz de
mi poesía,
y sus
negras nubes de tormenta,
blandiendo
su hacha de guerra,
bruma de
su gris naciente,
ojos de
la noche,
que sigue
este lobo de hierro,
gritos en
la espesura alimañas
se afilan
la entraña,
fuego
traigo que yo no deseo,
y fui a
la bella fuente,
donde se
bañan las almas,
carroña
salvaje será mi enemigo,
y sus
carnes cantarán con mi espada,
este sol
me engendró de hijo,
estoy
hecho de tierra y luz,
que mire
la carne
que miren
ojos que quieren mirar,
el
armamento de este temporal,
lucharé
por todo aquello
que
amaré,
lo que
amo será mi guía,
para
nunca caer,
deshojaré
las ramas de mi tiempo,
y en este
cabalgar nocturno,
la novena
estrella arroparé,
el tiempo
conmigo volverá a nacer,
si es que
no lo hizo ya,
mi cuerpo
es la forja
dentro
llevo la espada,
al tibio
resplandor
sigue en
pie mi batalla.
El
Castellano
Vida de
hielo ardiente:
Horizonte
de la caída de este solferro
a reinar
como una falcata de rayos afilados,
hondos
ojos fijos en solariega planicie,
donde
frías juegan moteadas las flores de invierno,
el reposo
de la vida que se fue a dormir,
como un
río de luz brotaba la escarcha,
un
diciembre tardío saludaba
con sus
manos heladas,
acariciando
estos campos redondos
de cardos
y caléndulas silvestres,
era un
día de hacer manteca,
a mí el
frío me hacía sentir vivo,
en este
soliviar traigo mi espada,
pongo a
sentir la tierra a mis versos,
que con
cepillos de grama joven
se
blanquea mi calzado,
viajo en
mi mente
por el
cuchillo calizo de la piedra
del
caserón terrazgo abandonado
que posee
mi padre,
rodeado
por el fervor de pinos de monte,
donde
próximas hacían nido las atochas,
a
perdigones que son de la tierra
como la
montaña a su roca,
cosas
talladas puras como amaneceres
pulidos
sin grises hojas,
ola rota
mecen mis pasos
de un mar
olvidado del que cepas anclan
sueños de
vida,
del
terreno en el que grillos esperan
el frío
en sus agujeros
y su
despertar para morir al acoplarse
a la
melodía que teje la vida.
Avanzo en
este campo de víboras
para ser
yo como mochuelo recogido en su olivo,
como mis
pasos gorjean las carrascas,
todo mi
mundo reverdece
para mí
siempre es primavera,
y mi
bravura llora flores por mis venas,
hasta
tener del cielo
la malva
del alba
hasta
trepar las yedras del profuso claro oscuro,
del cielo
y su luna cuarteada de platas auroras,
me
nacieron simientes silbadas,
y mis
ojos enraizaron el campo.
El
Castellano
Trilla mi
idea:
Canta mi
cuclillo canta,
picotea
en mi cabeza,
entra al
silo de mi idea,
donde
telarañas
coagulan
mis pensamientos,
abre esta
puerta hacia mi oscuridad,
allí
donde negros ratones
cobijan
con fijos ojos
mi sueño
sin desempolvar,
me
conduje por escalas
donde
colgaban brillantes ojos
sin
pestañear,
arriba
donde se acumulaban los sacos,
un murciélago
despertaba,
era como
una sombra que flotaba
entre
llenos agujeros de aire,
sombra
con alas,
la
guadaña estaba recta
pareciera
que me esperara,
la trilla
afilada,
era nueva
de esta primavera
el grano
no vio su oficio,
respirad
este olor a trigo muerto,
habitantes
de mi silo,
hasta la
araña teje con tesón
su
geométrica hambre,
pardas
motas salpican las paredes
por las
que corre pegada la salamanquesa,
grietas
vivas por este frío infernal,
arriba la
sangre parecía evaporarse,
sólo
quedaba yo
y esa
sombra colgada del techo.
El
Castellano
Carmesí
inefable:
Turbado
yaga mi espíritu,
sin voz
yace mi gran momento,
puridad
en crisálida perpetua,
oh,
lacónica eternidad,
no te
temo ya
ni tu
crisol de hálito
me vence
en inmortal secuela,
recto
ganaré a la luz,
por su
ceniza coronada,
cantaré
hasta el etéreo vuelo,
me
trasplantará el viento obscuro,
metálico
azar,
erigiré
un árbol de brea,
en mitad
del todopoderoso silencio,
mi flor
no sucumbirá,
ni mi
verso armado
será
litigio de crin en ascua.
Filial
prestancia,
que nadie
trepa mi solo nombre,
por
cantos obtuso,
en sangre
suceden
labriegos
fecundos.
Terrazgo
de mi amor atado,
canto a
mis generales,
despejen
el camino,
y entre
férreos cipreses
me
avalen.
Tanta
herida precedida,
tanta voz
que muere,
sin soto
de almíbar,
pena que
no muere,
son este
de mi bronce en ala
de un
repecho carmesí,
soledad,
mi gloria
tan fuerte.
Azucena
helada de mi tarde,
resuena
en ti
un azar
indeleble
para
indicar sin sonido,
que tengo
corazón y cielo
atrapados
en un solo verso.
Olvido
sin espejo,
mantuvo
suerte segura;
luz sin
día ni ojos
fue
perfidia en otro astro,
azul,
paz,
cuchillo
que mi vida hiendes,
a
cercenar toda oscura alegría.
Förüq
Castellano
Severidad
enfilada:
Destino
desvencijo.
Como un
borbotón de sangre.
Suspiro
rápido y hondo,
entraña
amilano,
todo me
lleva
sin redil
ni correa;
a verme
en el ojo de tu espíritu,
sí,
resquicio parco, opaco, en tu voz,
en un
patio de trincheras
y entes
esferas, al crisol
de valles
y venas,
en el
recital jamás yerto de tu verso,
cauce
perdido descubierto
entre
sótano de luz injerto,
en la
pupila del lugar mágico,
riera en
rambla
donde
crece mi amapola
de pecho
abierto,
tu vida
la saboreo despacio,
entre
regio y mi coraje en flor
de nuevo
cierzo;
tu sangre
sabe bien,
alma
invernada buscando
horizonte
en mente concisa
y como no
llega a destaparse
eterna
dormida avanzo su esquela.
La veo en
mis sueños,
resquicios
oníricos del ser claveteado,
de vidas
mías lejanas al tranvía etéreo.
¿Cómo no
hay?
No hay
nada que negar
nada que perseguir
que todo
arte nace del sentido inerte inaudible,
en manos
del destino me encuentro
y me
encanta el momento
de verme
en el ojo de tu silencio
recordando
mi universo de astringente azur sarnoso,
tu voz,
amada luz en mitad el reino tenebroso
donde
allí sólo canta mi oscuridad.
Alma de
fuego encandilada,
estridencia
seca, armoniosa,
velo de
sigilo
tu
suspiro, nada más.
El tiempo
es correcto
para la
revolución; jamás mil máquinas
podrán
hacer una bendita flor,
Densidad
recta
en rienda
plumosa lamo esta mi pluma estilográfica,
resguardo
en Caja de Pandora es mi alma sin espora.
Cinceles
celestiales, un soto veleidoso,
donde
sembrar el final sin comienzo anunciado,
por
esculpir, tu contorno,
con
vistas a tu verbo;
divina
tez a blancura helada
por
deshojar mi fiel recogimiento.
Así me
perdí yo
buscando
tantos años
el abrigo
de tu
amada voz,
haciendo
que mi difunta
cobre su
vida.
El
Castellano
Soliviar
llano:
A las
aguas de mi memoria
primoroso
apelo,
a tener
yo un alma como rambla inmensa,
desapagada,
un tiempo
sin días de cobijo alado,
rosario
suyo por terco no incendio,
sueño en
aras de corcel virgen en grandeza develada,
sudario
sonrojado,
metal
beleño todo olvido,
arrebujo
sin mesurar vil posible
que por
ella mi cruz y mi condena,
deslizan
mi viva aflicción
de amor a
propia ascua en la tierra,
sorprendido,
letal no pienso,
neblina y
fortuna
grandeza,
gloria no gastan,
voy por
epitafio soslayado,
remembra
cautiva mi soledad infecunda,
alejar
vida y belleza cuándo,
rosales
míos crían ajos
cebollinos
y puerros acuso,
tonada de
mi sayal remiendo,
en boca
de santo astro.
Peregrina
de azar inamovible;
en alba
de seda,
viste su
dicha inmaculada,
insinuante
su figura.
Sonora
ella de silencios perpetuos,
oro de
riveras
y
burgalesas conciencias,
sendero
atisbo
voy largo
su densidad llana
aria
agraria,
luminaria
bajo luna de signo azabache,
luminaria
gitana sólo su mirada,
mi
repecho no fulmino,
ni
faldeo,
arboleda
de mundo monótono,
distinción
no apremia,
ni
estrella viola
su espuma
de ceniza larga,
como
lírica paz
se llamó
magia.
El
Castellano
Canto de
luz fecunda:
Imperecedera
faz,
en haz
luminoso indeleble,
río de
tinta terrena,
insubordinada
cava mi azada,
sacando
olvidos de la piedra,
anisados
reflejos que hienden la carne
como el
Sol me clava sus espejos en los ojos,
vítreo
desliz enarenado,
es un sol
bajo tierra,
hierro de
vestido del acero infra-humano
que
porto,
soñé
desvestir mis sueños como sueño de flores
aguardando
su fecundidad de nuevas muertes,
perpetuidad
a flote,
en sima
de raudales,
pila
sacra bajo tierra hierro de estrella,
claridad
del destierro
en
relámpago de veta azabache,
voy
sacando penas por olvidos,
azadón
saca terrones a cal y canto,
es mi
alma quien se destapa
que una
vez en la vida se dispara
una
soterrada vía sola, pierde el relente.
En manos
de silenciosa vívida estampa,
y su
desnudo de ángel custodio,
encenderé
las novecientas noventa y nueve velas
del
averno,
para
encontrar lo que me pertenece
y siempre
se me negó,
paz sin
guerra...
Que va,
otro día se venda.
crisol
anidado en tus labios de mujer inmutable,
un
deshielo y el cielo me trajo de nuevo,
sobre la
luz monto mi corcel de viento,
allá
donde la tierra es éter incoloro,
y la
suerte es de metal,
de los
árboles al bosque
de la
sombra carne y cuerpo
de
chirrío estacional,
y sus
muros de venas
gira mi
peonza,
trompo
vivísimo,
de aurora
incipiente,
montaña o
preludio,
el gris
se extingue,
luminosa
mi trinchera erguida,
con
desnudo bronce,
que no es
más duro que yo.
Förüq el
Castellano a 17-04-2019
Remanso y
su era:
Avanza
manso
un
hontanal
de gramas
frescas,
deshilacha
al durmiente hombre,
se retira
mece y avanza
su
calvero expuesto
de su
semblanza,
una dama
cual blanca cierva
bebía,
bebía del vientre
que emana
la fuente,
plañía un
ababol solitario
del
camino, que la rambla sigue,
fiel,
duro testimonio sacude
su
cuchillo calizo,
huye,
huye el tábano por el monte
buscando
algún depósito de sangre,
el brezo
se apoderó limpio
de un
raspado testimonio
la tierra
devora lo que es de ella
para ser
mi sangre
su eterna
ofrenda,
por
descampados fugaces
corría mi
alma,
como fiel
testerazo de hombre,
la espiga
rendida,
saludaba
a la oliva,
siendo
del viento
esta fiel
niña
que nunca
descubre a quien pasa,
sólo,
solo ante ti
me
acuerdo de la primavera,
me
levanta un sol helado de verano,
para ser
mi hoguera
una
fuente niña
que
desliza, siente, y no consume
mis
labios de pradera,
siendo
este pasto
mi
infinito remanso,
que me
habla de la ceniza del fresno,
de la
nieve del álamo,
de la
sombra de esta abeja,
y su
testimonio deja,
entre
almendros con sabor a metal,
y encinas
sin gorrino,
hoy
avanzo el barbecho
para
enfrentar mi sino,
a ver si
contesta
la brava
dama lluvia
que es
Dios.
El
Castellano
Alborea
el otro lado:
Destello
que blanquea,
lechoso,
estira un seto
en
semicírculo,
la retama
amarillea
oscuro el
agua
de soto
sin fondo
en
cuchillo en haz de cauce,
compongo
el suelo,
con un
hueso en mandíbula
pereza
coarta la raíz
en
mitades que caminan
desencajadas.
Anidaba
un cortavientos
la franca
entre rendijas
que se
ocultaban bajo paja,
decencia
que iluminaba el sol,
patio
largo del atardecer
lleno de
harina.
Escuché a
mis heridas
por
francos capullos segados,
caídos
asisten a ungirse
yazco en
una hoja roja,
camino
por mi corazón,
exime
aliento
una raíz
salvaje no sostenida
se
deslizaba un rosario
con
aflicción del marjal
cubierto
por la flor.
Como
febril estera
y larvas
sujetas
en
yunques iluminados por savia;
era mi
vida el precio
de estas
semillas.
El Castellano
Tañer de
hiedra:
Cerro
gordo de henchidas horas,
marcha
lenta sin subrepticia,
pesadumbre
del porvenir
sin hojas
ni otoño de vastos
suelos
empedernidos,
en este
rincón deslizado
un senil
canto que abre paso
tras
espirales en cuencas de flor,
de
floresta blanda,
húmeda
donde la maravilla
será
villa,
Yunquera
llanos fueron
sotos sin
perdigones,
pero de
fuente
de lo que
fue siempre
matiz
destellado,
ultrajadas
sin abrigo,
en este
mausoleo de tiempo
que se
pierde sin visiones
vientos
sin azares de infelicidad
ni
ajuares de inamovible primavera,
donde lo
único inamovible
es todo
lo que siento por ti,
como un
carrusel sin soga,
ni cuerda
que atañe,
desde
esta urdimbre
anclada,
armada, hondonada,
dónde mi
manso destello
de esta
asolada cuesta abajo
que
avanzo
por la
vera
verdes,
un ojo
que endoseló,
sin
compostura
mi dulce
cicuta
secular
es mi enredadera,
mi sentir
sin espera
su blanca
ojera de nácar
de rosas
y crispadas espinas
flojas,
absurdo,
burdo, doncel
en sandez
segura
tapiz sin
fusionar
dichas ni
agravios
extiendo
mi locura
¿Alguien
duda de mi campiña?
Con
murria
de
escurrajas,
cuenta ni
azada
sin
sostener este descanso
que lo
dicho tiende,
todo
recuerdo de lo que alma tengo,
y
recuerde mi cordura,
que Úbeda
tiene monte
y yo
blando su horizonte,
sin
alarde
hago
corral de lluvia.
El
Castellano
Sombra
desnuda:
Yermo
terreno del sueño,
un
trillado verso avanza
entre
espejos y cristales,
fieles
aullidos desvalidos
entre
semillas sin iris del mal,
entre
corceles del fuego,
entre
sonrisas fugaces.
Es todo
lo que siento
un canto
de piedra,
un río
desplomado
mi fiel
apostada cordura
que viene
por enjutos
ojos
hirientes
hasta
avanzar los besos
de labios
grises
y sus
fanales colmenas destapadas,
no quiero
repetir estos destellos fugaces
ni herir
por mis alambres
tejido mi
atrapa-sueños
queda mi
parca vida
desnuda
con el hastío
que
asesino de esta manera,
volando
mi dulce murciélago de nácar
entre
este amor
de
estrella me alzo,
es
glorioso este canto,
reducto
en lúgubre sigilo
es esta
inspiración,
tentación
de ángel desertor
de morir,
justo la
vida
acabará
negándose a finalizar,
soy yo la
salud
de la una
solitaria de la madrugada,
conquistado
el cortejo de la noche,
me cuelgo
de mi profanado latido
por estos
cordones de hueso
vive y
viviré mejor
que mi
traje funesto,
limará
esta sin razón los ocres
hasta
lucirlos verdes brotes,
hasta
acabar rendida la caricia
por estos
espasmos de cobre,
mi
destino teñirá las vivencias
por
solares complacientes
y lugares
dignos de altos sueños,
esta
araña dejará crías
por
poemas
en
escarchas mutiladas
en este
hierro candente
y el
incendio de mis hielos,
como dijo
el grande
no
acabaré de irme,
ni estas
solapas fundirán
en
tristezas secas,
la sombra
será mi mujer,
cambiaré
el prisma de ver,
y ahora
la luz será
la dama
siniestra,
por si un
día acabo de irme
solo
espero
haber
podido contagiar mi locura
que ya es
rápida,
desborda
sus cauces,
brotando
en espinas insomnes
el abrir
de las compuertas
a ese
abismo sin dueño
donde
besan los azules
ese nido
de malvas,
que mi
ser desprende dominando,
sombras
miles en este carruaje vespertino
de mi
sangre,
mi río de
colores
de almas
en sus gotas ferviente,
atado a
este sentir,
que late,
que sueña
la
carcoma de mi estampa.
El
Castellano
Suspiro
en tierra:
Flor silvestre
a ti te escribo esta lápida de mi latido
tú que me
das la paz que yo necesito
haces
mecer mi amor en tu floresta
cuando
flores de margarita cobijan lo que necesito
mi vida
gira en una flor de caléndula
avanza mi
vida en un sentido hacia el sol como ellas
se siente
abrigado mi pecho
que canta
por soledades su te quiero
no más
montañas oscuras por escalar
no más
súplicas por dibujar
todo se
mece en una caricia
todo
cuelga del alambre
por ver
si te tengo hambre
y tus
besos me acompañan
fieles testigos
desvelados
de todo
lo que fui y soy para ti
así como
una cascada que bulle hacia arriba
un cielo
encerrado en mi pecho
un canto
de tus labios
en verde
espiga y girasol
un
despertar entre pétalos
un
parpadeo que me lleva a verte
un abrazo
que me lleva a tenerte
es sólo
la vida de la flor
y que la
flor solo sea la flor
elevado
albor
cuando
mis pupilas se llenan de tu amor
solo allí
amada mía
reinará
la flor
y no solo
al muerto dará calor
tu sangre
se fundirá en polen carmín
tu vida
gritará a mi vida
para
encontrarla
florecida
de los más bellos versos
sin dolor
sólo
cantándote
mi amor.
Oh
elevada flor de mi amor
a ti te
canto sin dolor
que mi
ser es primavera
cuando
mis ojos te ven entera
y mi Dios
es la lluvia
está
cayendo ahora
como el invierno
se desvanece
es mi
tiempo ahora
los
cielos tiño de malva
mi vida
reverbera
llegó la
hora es primavera
con el
trino de los pájaros
se blande
mi espíritu
al son
del tambor de los grillos,
quieren
un templo para mi flor
ojos
aceitunados cuentan
de los
giros de mi alma
al albor
de su corazón
ojos de
sus ojos donde me encuentro
en amor,
bailando en sus pestañas
alzándola
en beso
un
continente despierto
un mundo
y un océano
un hada y
un cuervo
un día de
mi vida
por si
vuelvo
a la vida
al viento le pido
que mi
boca conozca su boca
y mis
ojos
sean más
que abrojos
mi beso
sea tempestad
y mis
labios fuego encendido
para
encontrarla a ella
que mi
cuerpo siga su estela
y para mi
muerte
que ponga
yo amé
y aún en
este descanso sigo luchando
porque la
volveré a ver y yo con ella
en amor
estaré.
Me
encuentro trenzando la flor de azabache
sí esa
que llora la noche
por
encontrarla a ella tan bella
cantan
los cuclillos y los nocturnos grillos
se tiñe
mi horizonte de jacintos
y yo a mi
mujer la hago un nido
de
pétalos de caléndula
por si
vivo que ella sea mi flor
y al sol
cantar nuestro elevado amor
sólo soy
yo cantando mi epitafio al hueso de la luna
volviendo
azul el alba
para que
reine la noche sempiterna
y
entonces volver a verla
encendida
de traje de estrellas fugaces
es por
ella por la que se eriza mi piel y corre mi sangre
mi caudal
se llena con su amor
y
almendros me acampan en flor
desde el
verde trigo al verde olivo se mece mi sino
y es
encontrarme con ella en un latido
al viento
le pido viento bonito siémbrame en su pálpito
y así con
el mío jamás verá un suplicio dormido
ojos de
cuarzo corazón de granate
acércate
te alcanzo una estrella
para que
brille nuestro corazón en esfera
y esta
amor no será una noche más por su azabache
brillará
un reino para los dos
el cielo
se vestirá de los más bellos colores
cuclillos
entonarán sus sones
los
murciélagos bailarán rasgando sombras
y yo
amada margarita en tu flor estaré
pintando
con mi sangre este amor de mi hiel
y aliento
que juntó a ti no verá su desvanecer
y sí hoy
es un día para luchar
por las
ilusiones fugaces prometidas
mi piel
encendida que con la tuya late
en la más
tierna caricia
quedando
por dibujar mi subrepticia
esta
noche encendida
que
dibuja y reina mi vida.
III
Amada te
escribo mi piel en piedra
que este
latido es más que fugaz de estrella,
viste y
desviste mi vida,
el verso
coagula mi sangre
hasta ser
mineral de piedra cuando muera,
en este
corral de rosas crece mi ilusión verdadera,
alzarte,
rodearte, elevarte en mis brazos,
ganará a
esta noche yerta,
tejida
vestida en vilo de espera,
para ser
yo el encargado de esta acequia
que riega
con tus besos
esta
elevada floresta.
Donde
Margaritas cantan
que es
por ellas que el destino nuestro se acuesta,
vivo para
vencer este horizonte estirado,
vivo para
vivir en tus besos desgañitados,
para
sembrar el curso con mi sombra,
con mi
divina fantasma que habla
como tú
hablas mi amor,
mi amada,
hoy me
raja la noche la entraña
para
clavarme todo el polen
de
nuestro amor,
nacarado,
embestido, dibujado, anhelado, florecido
aliento
por aliento,
sangre
por venas,
hasta
morir en tus piernas,
yo soy mi
lápida,
esta
primavera que comienza a avanzar,
resumo
que coarto este tren
por lares
insospechados de tu vida
hasta
llegar a una Araucanía lejana,
donde se
acuesta el sol con la tierra,
donde las
nieves que lloran las montañas
viven
renaciendo, bullendo, deslizando
manantiales
de hierro y cobre
de su
sangre de tierra y fuego de volcán,
viviré hasta
que un abejorro siembre mi nombre
en todas
las flores de tus campos,
seré
dichoso orgulloso,
como soy
en esta parca existencia taciturna,
por la
que me lloras amor noches sin alba
por tus
granates de ojos,
es por
mis versos nacientes
que el
cielo abandona la tierra,
para
vivir siempre, por siempre y para siempre,
en tu
sonrisa dulce, nacarada
porque yo
nací amada
para ser
tu primavera,
tu
sonrisa verdadera,
y el
hombre que dio su sangre
para
luchar por su margarita
hasta
tenerla en vena,
nadie
puede ni podrá contra nosotros,
el tiempo
estirará sus azules pétalos,
solo para
decir:
Miguel
nació, vivió, conoció
y dijo
que su vida
no era
vida si no podía entregársela
a ella mi
flor
su única
mujer de sus amores silvestres.
El
Castellano
No tengo amigos
ni enemigos,
sólo
confío en mi alma y su capacidad,
el que
alimenta su espíritu no teme al mundo,
deja que
arda este en su materialismo,
en sus
falacias que intentan dirigir la espiritualidad
de su
''dios'' personal,
yo
encontré mi libertad
me baño
en sus fuentes
para ser
mejor en cada cosa que hago,
sin lucro
ni ambición que no sea ser afilado como espada,
hasta
cortar toda sumisión,
nada
espero, nada quiero, nada deseo todo lo tengo
dejo que
brille mi espíritu,
así es y
será hasta el fin del tiempo,
del que
coja su azada.
El
Castellano
Iris de
campo:
Adormidera
pulcra entre la retama,
amapola
esquiva sangre de la tierra
nacías
lejos de la tierra que tú querías;
la fe
mudó sus caricias
sobrecogido
el triguero espárrago.
Serpeo el
camino de Humanes,
el reino
florido por tejer,
jacintos
de botellitas azules
recuestan
gramas del lindero
entre
espinos amarillos del olvido
yo hablo
con zarzamoras de rivera
del
Henares.
Corrihuelas
abren nuevos sentidos
bajo
sauces y olmos viejos
grajean
tordos la vida del endrino,
caracoles
que trepan el abismo
de savia
recia, dura.
El
alacrán pasea la represa
cuando la
araña lycosa encuentra presa.
Espartos
y retamas
prenden
su verdor al monte.
Cardos y
cardillos de dama
tiñen
blandiendo su horizonte
anual.
Cadillos
invaden el yermo,
de
hinojos y dispersos plantagos,
boquitas
de dragón, perritos
que
juegan con el viento.
Un ligero
testero acoge raíz
a una
flor de Odín
caléndula
silvestre
flor de
difunto que resiste
entre
embistes de tiempo,
y heladas
grises.
El
Castellano
Si a la
sombra canté:
No
indagues el azar
que su
relente tizna
a ojos
indomables.
No luce
la flor siempre
ni la
casi viva yedra,
juventud
y fortuna visten
como
sombras huidizas
cual
Escita sobrecogido
entre
mares y el aquilón;
bebe de
la fuente virginal
que la
sierpe es honda vigía.
El mar de
encinas
nos
sobrepasa.
Las olas
de tierra
son
infranqueables
no vistas
de alpaca
tu parda
sepultura
los más
duros son tierra,
el resto
afilada ceniza.
Traspasa
tu rienda
sé jinete
de caballo muerto.
No dejes
caminar a gusanos
cada cual
busque y encuentre su lugar.
Por los
siglos que llevamos
Nunca es
bastante,
por
amores dignos, pierde el hombre.
Aboco
empeño que desafía
mi
dorada, encontrada, mediocridad;
contenta
ella sin miseria.
Azota el poderoso
viento
mi
erguido pino,
mi torre
altanera jamás vencida
cae en
estrépito para nueva siembra erigirse.
Júpiter
dame ásperos inviernos
floreceré
tus pies
con
dignas rosas del atardecer.
No hay
mal perpetuo
despiértame
la musa de su sueño,
báilame
la llama en vela recta.
Tiende el
suspiro en el patio de mi araña.
El
Castellano
Carne
espectral:
Incauto
silencio verde,
ignorando
que la rosa
no ha
muerto siempre,
antesala
sin espera ni consulta
donde
muerte pasea,
enorme
llama en fondo de frío,
ojo
helado fijo en labios ardientes,
enjambre
solapado
a mis
trescientos treinta y tres vidrios
de alma
que gasto.
Hermosa
ni roca te parió viva,
deshechas
las estelas
queda
asirse esplendoroso
al metal
que ruge.
Mareas de
afrecho
visten
savias lloviznas
que
avivan su verde intransigente,
ángel
lánguido voz revierte
surcos en
iris pervierte,
quedaba
alto nacido del hierro,
el norte
que soñaba el viento
fruncía
de aojos la vestida noche
y su
cenicienta espectral
de las
maravilladas flores de difunto
acrisoladas
en soles pudientes
hechos de
silencio.
lúgubres
hendiduras del sueño
y el
vientre escamado
de la
lagartija
que yo
amé,
y seguiré
perdido amando
porque yo
existo.
El
Castellano
Azares de
lluvia:
Avanzo el
día sufriendo con la luz,
escribiendo
mi cuaderno
encima de
una mesa de pino,
simple,
ruda,
como ella
misma.
Hacia el
ocaso del nueve,
la cerviz
descansaba sobre el rastrojo,
una
carrasca enervaba sus flores de piedra,
era
suficiente descansado el recodo,
abría el
cielo un llanto
de
llovizna asilvestrada de Abril.
Suave se
esponjaba la oscura tierra,
la
viborilla ahondaba su refugio
bajo la
severa piedra,
era un
tomillo afilado nuevo
de esta
rigurosa primavera,
el solar
lucía su verdor
de
ángeles cazando lagartijas.
Diestro
mi ser dudaba si llamar
al
gamusino de escritura,
la cocina
de baldosas
invitaba
a merodear por algo de cafeína
era
redondo el tiempo que alzar clavos
y unir
galaxias sobre tejado de aspas,
un día
cualquiera;
sin mozas
en la vista,
era
bastante y no se sujetaba mi pensamiento
de
vanidades cualquiera.
Angosto
trepaba el tejado de mis densas ilusiones,
atravesar
raudales sujetando azabaches del cielo,
estirar
la luz y bajar la luna,
era un
puñado de estrellas apagadas
y volví a
sufrir y endoselar cantando,
un reguero
tieso de savia
y el
vergel se encendía
clamando
la desquicia
de que no
duraría la siguiente estación,
sigo las
ondas del charco
deslizando
en él su solo reflejo,
rambla
sin margen repleta
de esta
lluvia sin cuartel,
un río me
desquita de fluir
como
lombriz azulada purpúrea al tacto,
es un
recuerdo a mi río Henares
en
localidad natal surcada,
un
solitario flamígero pensar,
y cambio
todos los lugares por ninguno,
que es lo
mismo,
cimientos
absolutos de oscura tierra,
en
tímpanos calizos me sostengo,
como
esparto del bronce,
y brezo
desnudo sin soslayar herida,
el vals
terreno me envuelve
y vuelvo
a saltar el pretil gesto de Ostara,
anudando
el ombligo de la tarde
con la
ojera de la noche.
Förüq El
Castellano
Son del
ascua:
He venido
por los sones sin tiempo,
resuenan
todos en lo alto de la torre,
indico
fiel muro
que
acuartela voz sin muerte ni memoria,
bronce a
lo alto,
pureza
inmiscuida en áspero esplendor.
Risa sin
agua, tiempo con sonido,
eternidad
azogaba sin corazón
ni anchas
calzas finitas,
el cielo
cayendo turbado está.
Voz con
muerte oí e hice caso,
penumbra
de vendaval obscuro,
hálito
perenne de triunfo en luz segura,
mi
culebra, mi sola flor, un campo soterraño
armado en
cantos, solapado,
viperina
falaz un soto
al que me
trasplante,
dulce
miel de tosca celda,
filial
que enmarca,
sangre
sin latido del suelo terreno,
raíz de
terrestre prestancia,
clavo
instante, cabeza abajo
de la
vida de este mundo,
tajo
recto aguardo,
con la
verdad profusa de cuánto he amado,
espiga de
tinta bebiendo la luz,
de su
ardor erizado,
crisol a
raudo, puro odio,
eternidad
sin voz,
agreste
reverbera,
empapada
en substancia.
no tendrá
que aullar como los presos,
oh
dignidad serena,
cuervos
de muerte me caen los ojos,
reloj de
alma y alba en despido,
como rubí
dentro del zarcillo,
me senté
en un junquillo,
y me
entregó un zorzal su ovillo,
hiedra de
espíritu suplicante
trepando
quinto cestillo
mi torre
anublada de hondo cielo,
sombras
miro, me miran todas,
mi
cántaro es como el de Dagda
ni fin ni
repleto,
viaje
eterno,
al
encumbrar todo
de nuevo
rocío.
Ababoles
me cuentan
que todo
se alza y rige
gracias a
raíces primas.
Förüq
Castellano
Tiempo en
floración ruginosa:
Una flor
que es flor
en mitad
de tu tiempo,
floración
que vino de raíz del averno,
escalando
al cielo,
pluma en
tinta
de servil
vid de Ferento,
albor en
cernícalo vigía
primo del
vilano señor,
mariposa
metálica que revuela
desde
soto carmesí de tus muslos
desplegando
su lengua furtiva por tu dulce
vientre
de nieve,
corola de
un silencio húmedo,
como si
flor en palabra
nunca
hubiese sido,
trampa de
arañas en serviciales rosas
de la
aurora más funesta, clavada la hora.
Curvatura
morada de mi verde sueño,
corazón
despierto o mudo
de grito
sordo en el pecho,
amor de
rayo empeño asolado.
venas en
azur sobre tierra,
un
destierro de la esencia intangible
al beso y
ala vaga de sol minúsculo.
Rebelde
en tierra resumen edificado,
sin
vigilia feroz me despoblaba,
inmaculado
fuego,
terrible
y compasivo,
tú
amapola,
crecida
en luna de mi huero camino,
labrador
de arduo sendero,
lebrela
tú musa de mi gana acaudalada,
pez de
hilo es este instinto,
a veces
parco, a veces sumiso,
azul
lento en flor de viento,
oval de
campana tu concavidad en bóveda.
Mariposa
negra que poema trae en ala,
gota de
luz colmando el astro,
mariposa
negra solar,
mariposa
de muerte sembrando
orugas de
vida nueva,
azur todo
espejo,
de un
tiempo que ya calla,
y todo
frío, termina.
Förüq
Castellano
Oda al
Sol, musa en armas:
Gran Sol,
gran hervor de rayos espadas
día
clavado; tu iris sediento sanguinoso
en Vestal
iridiscente en flamas a lo alto,
a lo alto
brillas como crece el talento
sembrado
en nuestro corazón,
rueda de
fuego, Lugh en tu gloria,
germino
toda dicha padre de mi conocimiento,
oidor, de
cuánto arte ha conocido, padre Supremo.
Escúchame
mientras te honren este,
el día de
mi musa en armas.
El
invierno se ha ido, nos dejo atrás,
los
campos están verdecidos y cantando en flores
que trae
Ostara y su caricia de divina nota
de savia
que escala todo terreno, y fríos ya lejanos,
Toda la
tierra duerme en tu ausencia.
Incluso
en los mas oscuros tiempos
tu luz es
el camino
para
aquellos que necesitan un faro
de
esperanza, de brillo, de sosiego,
relumbrando
en la noche.
Tu esposa
regentada por madre Luna,
buscando
toda tu luz, toda oscuridad empuja,
La
primavera está aquí, y días aun mas cálidos vendrán
los
campos están desnudos y vestidos de celestial verde de lanzas
y el
ganado pastando.
Encendemos
estas velas en tu honor,
Regreses
la vida de nuevo al mundo.
Mi lira
te cante la sola noche que traes flagrante.
OH LUGUS
Solar y
poderoso,
sol sobre
nosotros, te pedimos
tu
regreso al alma incendiada,
en virtud
que te amima y habla,
que
traigas a nosotros la luz
y el
calor de tu vida.
Trae de
nuevo la vida de nuevo a la tierra.
Trae de
nuevo la luz a la tierra.
y aleja
la saeta oscura que te retiembla la calma,
al alba
más preciosa,
Maestro
encumbrado
del arte
que florece
y en
nuestras entrañas germinamos,
nosotros
los escribas
cabalgamos
todo tiempo difunto,
guiados
por tu sazón y hoguera de tu Honrosa Luz.
AWEN!
Diestro
compás
en sol
mayor,
bruma de
idea socarrada.
Flamígero
desdén;
congelado
en ascuas
de fuego
azul.
Horizonte
sin prisas
que
arrostró
todos los
rostros
de abril.
Abre el
nuevo fervor de tu luciente.
Y su
solitario azar de relámpagos
de tu
azur hermoseando,
enclaustrado.
Vírgenes
encinas, y almendro de soto,
entre un
nogal
dependiente
de su sombra.
Al verdor
de inusitados pinos,
me
caracolea
la fronda
del monte. Musario cerro desnudo,
Espino
amarillo de mi dossier,
Caléndulas
solariegas
que
amarillean su silvestre ralea,
esposa
complaciente de Sol naciendo.
Brilla
esta infamia
de campo
abierto.
A esta
última lagartija
lanzo un
baquio seguro,
sin
disfraz ni apellido perenne.
Mudez
última
de
sangrada amapola.
Sanguínea
tormenta
de dureza
blanda
con agua
de mi terco aljibe
obtuso en
litigio de iris vespertino,
y su
sangre que baila
el suelo
terreno,
que en
culto a ti Lugh yo beso.
Y avanzo
como raíz de los dioses en la Tierra.
Hijo y
sirviente de Candavmis dios del Trueno.
Förüq
Reflexión:
Como el
Sol brilla en lo alto de los cielos,
es
nuestro deber cuidar y hacer florecer todos los talentos,
y sus
virtudes sembradas y habitadas en nuestro caduco corazón humano,
en y con
manos de la divina Sabiduría madre de Superior Conciencia de Razón regentada en
luminosa aura y amor a luz de rey Padre astro que otorga todo azar de vida en
este planeta que dirige y domina.
El
Castellano 29-04-2019
Sol ferro
a tu gloria, compilación:
Voy por
tus desangeladas, profusas luces.
Hierro
que me tiembla la osadía,
oxidado
resorte candente,
que
afuello;
relamen
linces del tamaño
tu
dispuesta ternura.
Hirsuta
ciencia tu tomo de tierra.
Acristalado
vence marea súbita
de ojos
realizados;
mi espada
no luce marchita
afila
latidos de mi corazón
ignoto,
ante tu ser, casi desnudo.
Orando
llegue revelado momento
de
aspados dientes
y
destellos secuaces.
II
Aruña mi
tierra una vez más
como un
grito en la vena,
como un
gemido perplejo
que
brilla el tiempo,
que
empañó
tus
vidrios líbicos,
atemporales,
dispuestos,
sin
margen, sin curva, ni acervo.
Saliva en
aljibe de hondo deseo,
exasperado,
irisando crisoles
que jamás
marcharon;
beso y
muerdo tus orejas malvas
profanando
tu blancura primorosa,
en tus
piernas gemelas, semi-abiertas.
III
Mis
violáceas hojas marchas
raíces
que maúllan mi calma;
profundo
el zarpazo de amor
que me
afliges.
Osadía
acariciarte en destellatoria
entre
vela y candelabro
avivado
tu hornillo de espejos
supinales.
galvanizada
garra llega
a arañar
la puerta;
rumor de
fiera vespertina.
Solo ante
tu sosegado
siempre
azul violín
que la
humedad
de tu
floresta,
nunca más
virginal,
entona.
IV
Despierta,
flamea nuevo cierzo
por tus
sotos de rincones sedosos,
humedad
permisiva blanden
al
desnudar tus mieles
entre tu
piel serena;
abejas
mías
dejar que
la flor duerma.
Corajes
florecientes
en ocaso
que el alba lanza.
Desde la
luz del día
hasta
dentro la oscuridad
más densa
que late y envuelve.
V
Sus
cerrojillos tersos yo beso
en esmero
amilanado de erizar sus nervios
a flor de
candor estrellado, navego que avanzo,
tus filos
de rubores aplacados,
esta luna
entre mi tierra y mi solferro
una vez
que su luz perdure mi hierro.
Placer
enarbolado, en lustre de acanto,
ya mi
querer no es piedra rodera
ni de
osadía alabastro,
fuera de
la batalla,
tersura
que gemía la espera.
Mi piel
de quimera,
inimaginada
senda,
es un
hálito y su verbo
una
escala y nuestra escuadra.
Al placer
preso
de sonido
extinto.
VI
Retiembla
el agua
un haz
sobre espada,
inabarcable
sentido
sigue,
ahonda fiel
su
rendición
en
estallido del tesón.
melodiosa
sierpe
en un
vals del gemido
secundando
el alarido
sembrado
en su interior.
VII
Fuentecilla
parece mi noche oscura,
fuentecilla
retozona,
y de
verdes lamentos quejumbrosa
como
sombra leve de mi pájaro piador
que
acuesta a dormir su entraña.
Sombras
largas que descubren
el canto
los lisonjeros grillos.
Blancura
y azabache descansa en la arcilla
el nido
mi golondrina.
Al fresco
respiro de mi chopo soñador
lanzo un
severo destello argento.
Longevidad
imperial cercenada
como
retazo de persistente
carcoma
manida a mi verde intelecto
grave;
embaucaría
sin tenerla
todos mis
instintos,
todos mis
impulsos.
VIII
Canta ,
canta mi pena azul
sin ocre zozobra.
Abre el
verde ramaje ,
a la
espesura de mi idea.
Entre un
camino serpeaba
como
culebrilla de un destino azaroso.
El
murciélago castellano
rasgaba
bailando, ladeando
el cielo
mullido
de
levedad de colchón sin luz.
En
sintonía opaca que rodeaba
y
acariciaba.
El cielo
abría su sangre a la noche.
Un sopor
de estrellas
que en
este invierno no tardaban,
y el rudo
vigía ciprés soportaba .
IX
Bajo
tenue luz de luna
que los
sentidos arrugaba
y mi
fiero ciprés de lanza colgaba.
Avanzaba
por el camino
los
álamos,
como un
sendero
en cal de
maderos cenizos,
rumbo al
Valhalla.
Alumbrado
, rememorado,
anhelado
por todo
guerrero .
Era un
olmo frente la tapia
de un
cementerio
en Fuente
la higuera.
Caminillos
de hormigas dispersaban,
desplazaban
los vástagos
de
forrajes venideros.
El
Castellano
Tangencial,
severo, recto
a este
sol ferro fiero
de luna
pavorosa descolorida.
Rey astro
de cielos huérfanos;
soliviaré
su fervor
por albas
depuestas,
hijas de
rayos derretidos,
un eco
del hombre resuene alto
en esta
umbría noche
que
sangre previa
ya
desvaneció.
Campo de
raices en negra visión
y
viborillas temblorosas.
Carne y
cuerpo de metal
es mi
azada mordiendo la tierra.
¿Cuántos
ángeles disolvieron el vuelo?
En son de
la belleza tornasola
en
quietud reverdeciendo
estas
selvas de sombra.
La
llamada del guerrero.
La
llamada de su espada zorro,
a su
silbido forjado.
No es
lugar plácido tras la vida,
no es
esto, es aquello,
a cuántos
insultaron los cielos.
A cuántos
a su alma sobornaron
llegado
el cristal de espejos,
y su
laberinto de reflejos.
Soles
cromáticos de escalas
intangibles
de luz,
y sus
rayos acuartelados.
Llévame
en tu estela irisada,
yo me
mediré con el Rayo de Zeus.
De letal
sonrisa azur,
bailaré
sorteando su electricidad.
Acostaré,
ceñiré sotos
de
vientos arrebolados,
en
espirales.
Apolo me
dará su brazo,
pondré a
bailar Valquirias
en la
fiesta de los condenados
a siempre
vivir.
El
Castellano
Cuerno
sonoro,
cuerno
vivo,
cuerno
hueco
brillo
frío templado,
vive tu
osadía la bravura,
osamenta
quebrada,
viertes
tu sangre,
dando
brío a la fuerza,
tu luz no
tiene rienda,
tu puñal
me dio
vida,
y a Quoth
el cuervo,
tu fiel
agonía,
late,
sangre fluye,
corre el
lobo que soy
bailé
entre serpientes
altura
desbocada
he oído
alzarse
almas bajo
la tierra,
arde
regio solferro,
oscuras
alas blanden
sus filos
de alba.
Regentan
iris
la lucha
que reinará.
Habla
desde la leyenda
el origen
de Iberia,
quién
espantará
mis
gritos entre ruinas,
desciende
su poder
somos los
otros,
canción
de una piedra,
férreo el
destino,
amplia
senda
honro mis
dioses
abridme
el camino,
surcarán
abiertos
libres
vivos;
oda por
esta tierra en llamas
por esta
tierra en trizas.
Ahogarán
alientos
bajo el
dios del Trueno
ávidos
guerreros resplandecen,
raíz de
plomo
incandescente.
El
castellano
Avanzas
el campo
de mi
irrigada sien,
cara por
cara,
ojo por
ojo de este abrojo;
Destino
ciego de mi celaje,
bronco
mar de trasiego
al
broncíneo lar
encorajinado,
nacido
de un
pelo de un pelo,
rescoldo
socavado
un acre
sin pestaña hiriente,
vistas
tras los espejos
para ser
libre,
y
enraizar este Sol ferro
que
rehúye, desnuda las nubes.
Es un
viento solar que me encara,
y afila
mis fauces
que
desencajan el tiempo
que ya
marchó.
Pude
venir a vivir
en la ola
de luz serena,
el
relámpago me alzó en compasión.
Pude
renacer
pero no
soy adorable,
desde
estos acres
traigo
la flor
de difunto
soslayada,
sembrado
el tiento
queda
resurgir del azabache,
y bailar
sones de grillos
con sus
raíces del mañana.
El
Castellano
Magnánimo
arrecido silencio
desnudado,
su violín enardecido,
aromos
fusilados, nacidos
en yerta
conciencia,
y el
férreo son amanecido...
Sangre
belleza en pureza,
me abre
éste el pecho,
sí bemol
de opaco pío,
anuda mi
clara secuela,
de ufanos
clarines violáceos.
Afuello
que venzo
mi claro
oscuro fuego,
arrastra
y consume esta tierra negra,
mi sangre
y mi bandera,
esencia
de una savia elaborada.
Soy el
que abre
del nuevo
árbol
un santo
olivo,
que da
miel a mi
reina
madre.
Por mi
árbol deshojado
en su
nuevo muérdago,
troquel
del inerte acto;
Parasitario.
Runas en
sabiduría,
malvas
granates de simientes,
simbología
d'este solferro,
oscuro y
su cuervo.
En nogal
con su nuez
del
tiempo, abriendo,
desnaciendo
la nueva era,
afilando
su fragua.
Los
balcones extasiaban
por sones
al llamado
del
vítreo tras luz,
trasnochado,
en ascuas
cabalgado.
El
Castellano
Oscura
noche me cuenta
de su
vítreo trasluz,
cabalgado,
por extenuada sombra,
es mi
carcoma está despierta,
yo
condeno a los que no son de su estirpe,
destellos
malvas de luna,
ahorcan
su compostura,
es por mi
patio de la gris araña,
por mi
tejo de flamas,
por mi
fuente azul,
y mi
jardín de cristal,
cuando yo
me vaya seré tan chulo
que me
recordarán,
este filo
pulirá el metal,
el pueblo
gemirá una hoz y un martillo de tierra,
hasta yo
ser caléndula encumbrada,
avanzaré
por los senderos del alba,
mi brillo
será luz intransigente,
yo seré
eterno como una piedra,
idependiente
de lo que digan y digáis,
cuervo
soy grazno por el sol ferro apagado,
yo voy
que me siembro,
soy hecho
de mis propias cenizas,
traigo
muerte en vena cava
mi
talento no acaba,
estoy
tejido yo del miedo,
soy más
fuerte que el desvencijado
alarido
crepitado en eco de yacija
con su
espectro
hablando
en eco de su silencio,
me casé
con la parca negra.
Vino a
visitarme y la puse a dormir
en mi
cama,
ente de
otro ente soy
voz de
alma
con voz
taladrada dentro de otra voz,
tengo que
poseo
dos almas
en este mi cuerpo,
por eso
hay sombras que no entiendo
en qué
realidad me encuentro,
soy Förüq
y mi voz seré encargado
de
apagarla,
El
Castellano
Efímero
corre el segundo sin saludar
sin
despedirse, sin preguntar si todo sigue
igual,
avanza la manecilla de mi reloj,
hoy es de
esas noches yertas,
que
descubro mi tierra que late
bajo mis
pies. hay avidez
en el
subsuelo donde la sangre late,
destartalados
pilares que me alzan,
recorrido
de mi alarido
que
muerde al conocerte,
he oído
estaciones correr,
mi carne
se funde bajo tierra abierta,
frente
mis ojos
nebulosas
abren, crepitan,
he nacido
yo de su flamígera ascua,
mi
solferro blande su noble falcata,
dentro mi
carne la vida bulle,
su caída
resplandeciente,
toda
carrasca me dibuja al dorado tordo
de este
atardecer,
el
murciélago myotis
me cuelga
la idea,
desde
esta ojera férrea,
hoy me
comí el firmamento anidado
en tu
mirada aplomada,
soy
experto recio como un lobo,
frío de
segmentos cálidos de hielo,
maestro
de mi espada,
escucha
el brillar de mi navaja,
yo soy
descendiente del miedo,
ámame
como se ama
sólo una
vez,
en el que
nuestro color sea la piel,
afilo el
poder de este silencio,
y te
dicta
que te
volveré a ver.
El
CASTELLANO
Quiero
deslumbrar mi camino,
ayen de
estas víboras que caminan,
palpitar
el látigo enfoscado
de
sedientos corazones.
Entre
sangres fugaces afilo
esta vida
en grana marcada,
deshojada,
por cuanto he conocido,
más que
tristes metales lascivos.
Caparazón
este el mío inerte,
vestido
de marzos seniles,
agota,
coarta la esquela
de mi
memoria perturbada.
Camino
sin camino
por donde
se oculta el este,
veo la
flor que desviste,
entre
pétalos su iris difunto, imperturbable.
Te
construyo sin verja, franca,
tapia ni
acantonado te hago
a imagen
y semejanza del aire.
Que pasa
y mira,
que mira
pero no descubre,
que nací
dueño de tu avenida.
A este
sol ferro cuelgo agravios,
ofensas
que desvanecen,
como la
noche devora lo que es suyo.
El
Castellano
No
rebotan los tiempos llorando,
en
escalas a ese cielo anhelado,
voy que
viajo
y bajo
mis plantas
la tierra
brota, rehúye, fluye,
todo me
alza
sobre
torres sembradas
y sus
trompetas abiertas,
desenfundo
esta esencia
de
estaciones correr,
hogueras
profundas
en
lágrimas de lluvia,
plantada
mi compostura,
me
crepitan las montañas,
los
cuervos me rinden pleitesía.
Ante
estos ojos
el ávido
brillo
de
oscuras alas,
frente mi
carne
fuego
enraíza
esta
noble falcata,
encinas
me enraízan
el dorado
anochecer,
noche
oscura
entre
espectros de letras,
el día
derretirá mis flores,
trepando
mis venas de encaje,
mi azada
será sangre
no más
cuerpo y carne de metal,
al erizado
filo
clavaré
sentidos despiertos,
mi letra
será invencible,
en
flamante rebosante inspiración
parida de
un rayo de sol,
ay la
tierra que me clava la siembra,
ay sol
ferro,
yo te
hablo
al fulgor
de venas
al calor
de llama azul,
tú
invencible
como la
palabra te formó,
extasía
lumínica
en candor
de lunas aulladas,
ven a mi
pecho,
te daré
asilo,
desgrana
este silo,
que mis
manos hablen colores,
solo ante
la adversidad
esta
negra noche que huye
enjaula
su oscura sombra
donde la
letanía esconde
sus
garras de cristal,
quedando
repleto este umbral,
he oído
llamar
llamar
tus sangres de luz,
a
violetas nebulosas
sin cauce
empotradas
en sagradas espirales,
busqué tu
vida eterna,
me
contestaron inviernos
desmochando
brotes extenuados
de
tiempos atravesados
por tu
espada eterna,
fuente
fría
que llena
dulce la fontana,
la vieja
luna sonríe,
lo
efímero será áspero y duro,
a la
caída de este plomo,
se
levantarán estatuas de barro,
tu lobo
vestirá el sincero metal
por ser
de hierro,
hasta su
aullido de plata
a la
noche sempiterna,
y sus
enredaderas malvas,
campo
este de víboras nacido,
por un
surco repto,
y el
alacrán me saluda,
soy yo
tiempo olvidado,
resplandores
de este
patio de grillos,
me cuelga
la corona de caracoles,
por todas
mis lumbres
abiertas
de
caléndulas solariegas,
más que
hoy
no espero
nada,
porque yo
siembro lo perfecto,
me
responden sus voces del suelo,
al
intransigente destello
me parto,
me quiebro,
hasta dar
mi voz
a estos
campos
y sus
sotos perdidos
encontrados
en cada sangre.
El
Castellano
Era esta
araña
como un
Sol ferro con casa,
era como
un encontrarse sin despedida,
por qué,
porque yo
empiezo esta obra,
camino
destrenzo este campo,
me
desmigajan a mí
sus
flores extasiadas de difunto,
para
decirme
que lo
suyo es de todas las estaciones,
como
hacer el amor
con
azares alados y soldados de los campos,
que su
simiente no es vida de un día,
yo digno
de admiración
digo que
me adopten
pues soy
familiar
así no
tenga savia
tengo
sangre carmín
y mi
simiente escrita
dura lo mismo
que dura
la tierra
sosteniendo vida,
desnazco
de la hoguera
al
crepitar del rayo luminoso
no soy
como él invencible,
pero me
cincelo mas recto y recio
que un
hierro de carne,
soto-vientos
atrás
las
montañas hablan con la gente,
que sin
ciudad no hay gobernante,
sin
poesía no hay mundo ni creado ni
ni por
crear,
más duro
que los montes,
cabalgo
esta letra
flamígera,
extasiada,
al son de
una espuela escrita en bronce,
digna del
brillante metal puro,
para yo
decir yo aquí
me he
curtido y tejido duro.
El
Castellano
Horizonte
de la caída de este solferro
a reinar
como una falcata de rayos afilados,
hondos
ojos fijos en solariega planicie,
donde
frías juegan moteadas las flores de invierno,
el reposo
de la vida que se fue a dormir,
como un
río de luz brotaba la escarcha,
un
diciembre tardío saludaba
con sus
manos heladas,
acariciando
estos campos redondos
de cardos
y caléndulas silvestres,
era un
día de hacer manteca,
a mí el
frío me hacía sentir vivo,
en este
soliviar traigo mi espada,
pongo a
sentir la tierra a mis versos,
que con
cepillos de grama joven
se
blanquea mi calzado,
viajo en
mi mente
por el
cuchillo calizo de la piedra
del
caserón terruño abandonado
que posee
mi padre,
rodeado
por el fervor de pinos de monte,
donde
próximas hacían nido las atochas,
a
perdigones que son de la tierra
como la
montaña a su roca,
cosas
talladas puras como amaneceres
pulidos
sin grises hojas,
ola rota
mecen mis pasos
de un mar
olvidado del que cepas anclan
sueños de
vida,
del
terreno en el que grillos esperan
el frío
en sus agujeros
y su
despertar para morir al acoplarse
a la
melodía que teje la vida.
Avanzo en
este campo de víboras
para ser
yo como mochuelo recogido en su olivo,
como mis
pasos gorjean las carrascas,
todo mi
mundo reverdece
para mí
siempre es primavera,
y mi
bravura llora flores por mis venas,
hasta
tener del cielo
la malva
del alba
hasta
trepar las yedras del profuso claro oscuro,
del cielo
y su luna cuarteada de platas auroras,
me
nacieron simientes silbadas,
y mis
ojos enraizaron el campo.
El
Castellano
DOCTRINA
DE INMORTALIDAD:
Este es
mi reino,
este es
mi camino, mi elección,
devoción,
al uno,
al Sol.
Mi guerra
mi señor.
Antorcha
de sola libertad,
reguero
tu luz.
Camino de
la virtud,
ascua
perenne,
tu amada
verdad,
forja de
mi sangre,
destino
atronador,
tu
inmortal destello
iridiscente
al alma en guerra,
somos los
hombres muertos bailando
en tu
corazón.
Clama
esta nuestra Legión de Luz
un son
férreo,
a lo alto
los cielos,
Padre
Creador te imploro mi humilde servicio
a tus
Falanges cromadas de creación.
Alzo mi
recia vida a mi sola espada
nacida y
sellada por tu tesón,
En tus
hoyos crepita mi dicha Sol Señor.
Tráeme
que besaré tu Luz.
A ti
rindo mis cenizas
y
perpetuidad de alma.
Guíame
amado,
a
incendiar en reino de las sombras
con tu
amor,
es mi
reverencia, es mi servicio,
osar mi
entrega al lado mis castos dioses,
Padre tú
de ellos,
mi amor,
mi Sol, mi veneración,
soy tu
hijo,
destellado
te amo,
desde
albor cantado,
al origen
de tu hierro en mi sangre.
Hoy es
siempre por ti,
ángel en
tierra
estruendo
ciego,
de la
vida de tu ceniza,
Sol dador
de hálito exuberante,
mi
campiña,
mi suelo
y mi cielo,
mi
salvación sólo tú señor.
Förüq
Castellano
Cauce en
rectitud:
Empeño
asolado,
flamante
compostura
en fanal
infinito
de las
flores del campo,
del
ababol al dulce hinojo
diestro
me dirijo hacia la suerte,
por
coraza mi pecho,
por yelmo
mi palabra,
un fiel
reflejo por escudo,
es todo
lo que pudo la armada razón,
es todo
lo que llegó
al río de
las almas de mis venas,
dulce estampa
de agua,
a vid de
trigo y girasol,
la novena
estrella me cabalga,
todo
oscuro linde de mi vergüenza deslumbrada.
Ojo de mi
ojo, viva siempre la virtud del aojo.
Vida de
mi zarza quieta, de cristal en espinas
que su
hielo en sangre me temerá;
una fiel
hoguera de rizada ascua perenne,
rastrojo
al fuego de mi quimera, sola su verdad,
es mi sed
verdadera,
escarpada
cumbre del hombre,
y su
dicha en esquela,
yo lato
sin nombre,
allá
donde el astro esconde;
sentencio
a mi olvido
a no
volver jamás,
a este
recipiente
de sangre
que porto,
que hace
cumbre,
resisto
aleatorio,
en este
panal de esbozos,
me
enraízo lejos de este mundo,
me
desdoblo en dos dimensiones,
las vidas
de un día que me enjuicien
que mi
camino no termina, comienza cada día,
en seno
de espiral armada;
montaña,
yo soy la montaña,
el Juez
Supremo ya me dictó mi sendero,
que yo me
he ganado,
que yo he
tejido,
y que las
lombrices
sigan
siendo lombrices,
que yo sé
donde dirigir mi vuelo
de cuervo
poeta,
mi
semblanza tejida
camina
sobre una araña,
boca sin
besos,
en cuarto
umbrío,
me teje
ella Litcher la llamo, a mi fiel araña,
un
destino, pulcritud de estela alma,
un
encuentro sembrado,
letra que
complace mi tejado,
resbalarán
las aguas,
mi navío
fue llamado al negro puerto,
siniestro
yo el comandante
sigo mi
noche
que
ahuyenta que se estampa,
mi letra
quedará en mitad de tierra,
porque
toda materia
es y será
polvo de tierra,
un rezo y
un ruego
para que
sean iguales a mí
cuando me
toque zarpar
al otro
puerto blanco,
sin
retorno cristalino,
ni rayos
irisados.
Sólo un
campo de zarcillos
y rosas
caninas que destapan auroras,
semblantes
del ser que fue alguien,
quien
quiso ser...
El
Castellano
Destello
incesante Tornasola:
Sangre,
pájaro, sombra luna. muerte en vaso de cobre, flor, estambre, lágrima, opacidad
serena oscura, tristeza sola, destello incesante, contagioso azar inmiscuido,
terco estruendo, vicisitud labrada...
Empiezo.
Desdén
flamígero encorsetado,
en sangre
de puridad, de alma o cristal en vaso
de alma y
su terco sueño que era forma,
vicisitud
o estela,
estambre
y flor masculina,
luna
de muerte oscura en yacija,
y su
opacidad serena,
de
argenta guillotina
cercenando
al tiempo suelto y libre,
su oscura
lágrima
de muerte
en recipiente de cobre,
sombra y
su noguera nunca ruginosa
de raíces
en pulcritud de soledad de savia.
Esencia
en vals superior,
como
ninguna hoja se retira del árbol
sin
motivo elevado.
Tristeza
caprichosa como pájaro caminante,
y
espíritu en captura de azulada raíz
azul
hermosea la vicisitud labrada.
Pureza de
sangre su única campiña
yerto
sentido,
de tuerto
ojo sembrado,
sonaba el
repicar del taladro,
como un
clavo hendiendo otro clavo,
y una
astilla sacando otra estaca,
azar
alado,
en
litigio de iris sediento,
era yo
como cristal
de
transparencia habitada
agradeciendo
a mi musa de agua,
su fábula
del pájaro y la flor,
despierto
otra vida
que
empezaba a soñar mi vida
a partir
de mi presente muerte.
Y su
vaporoso candor de estela,
un tambor
sonaba mi tierra
abría del
suelo una lira sobre un arpa
conjugando
resonancia crispada
en cuerda
y engranaje maldito
como una
peineta de brujas afilando
el violín
destino, que dictó
que
abandono, sin haber comenzado,
y empiezo
sin saber continuar,
porque
acaso
¿hablo
yo?,
¿O
despierto sin haber dormido?
ni
conocimiento,
seguiré
indemne acontecido,
sin dejar
de ser correcto,
jactaros
del libre
os hace
más esclavos,
perseguir
sin incendiar vuestra casa del mal,
os
lloverá lo cosechado,
se ama la
virtud
la bondad
destellada hace arder el odio,
y este en
contrario resta luz cuando se le ampara.
Förüq
Castellano
Secuencia
presa en ''Arañal'':
Plantado
mi solo eco,
que abría
mayo hasta marzo,
dictaba
que hermoseaba,
amor en
virtud.
De mi
dama cantada,
versos
sublimes encontraba
bañándose
en el pozo de Airón.
Su edad
rezaba mi ignorancia.
Evanesciera
el susurro de toda lira.
Recuerdo
vagando
que Apolo
me deja solo,
y yo con
mi arrida sien.
Derramo
que riego mi pecho
y su
yunque en vello,
me
hollaba la fatiga de mi neurología,
y su
esplendor se retira;
encanto
recordaba de mi ferviente
musa de
mis dos umbrales,
uno
cuerdo, otro mejor.
Mustio el
dolor se arrugaba la frente,
atónito
que danzaba perplejo.
Invencible
Castilla me aguarda.
De
foráneos no queda ni simiente,
de
insurgentes mi bayoneta,
don
funesto de letra bastarda,
preso y
yerto ahincó mi historia,
sepulcral
victoria me retenga
de mi
guarda, la Gloria.
Förüq
Castellano
EXTASÍA
FUERA DEL TIEMPO:
Operación
cero,
preparado
para destrucción completa.
Temblando
ruido agresivo
supresores
activos,
hostilidad
caótica
controlador
inactivo,
ctrl.alt.delete
mente
eliminada,
extasía
fijada,
dominación
eleva la distorsión;
extinta
clase,
energía
nunca muere.
Raza real
avenga el paso,
controla
el ruido ahora,
real es
terror en el hueso,
juntos:
-Guerra
al error,
guerra en
la boca de locura,
nadie
viene a morir hoy.
Tropas de
la luna
blanden
metal oscuro.
Más duro
que el resto del tributo,
pura luz
sellada;
fase
helada en un dos tres segundos;
vidas en
el ojo de una aguja
sistema
sobre saturado
dirigiendo
bajo tierra,
era del
resplandor metálico.
Mortífera
debilidad
perfección
dicta
destruid
el defecto.
Vandalismo
ordena
descanse
el tributo enajenado.
Llanto de
la guerra crispada,
sórdida
esencia implícita,
tercera
fase encendida,
fuerza
canta
ciega su
falta,
exterminio
en vena férrea,
faroles
dormidos
esperanza
difunta,
cobres
almas anidan
sigilo
deslizado
por entes
de éter.
Energía,
niveles óptimos.
Conquistar
y destruir es lema,
pasado
rueda
el olvido
del tiempo.
Es hora
de estremecer;
por un
alma disuelta en electricidad,
fase
oscura dispuesta,
era
lumínica comienza decadencia,
telégrafos
disponen alaridos en cópula
sobre
postes de pino muerto.
Escarpias
frías
sostienen
pensamientos,
nueva era
decreta,
hoy es
mañana tejido en fábrica
de
herramienta llamada éxito,
ilusión
en cadena
para
realidad de quien la estrena.
El
Castellano 14-08-2018
Brota la
rosa furtiva.
Hinojos
al fuego de sol
expanden
ojos viendo
inusitada
encina que me respira,
por ende
se agita el olmo secuaz,
avanzo el
camino de los cardos densos
todo lo
que veo crece sin más importar
ababoles
en rojo granate tinta
de tierra
sin despedida
sangre en
vereda en verdad
al chopo
viejo defino mi ida
abrojos
difuminan la verdad,
enclaustrada
savia la reverdecerá
esa que
llegado el verano desvanecerá
crepita
el suelo en color
añil el
canto, digno encanto
se viste
de espiga
a la
malva tornasol
escucho
la súplica
de toda
espina que mece mi vida
reposa el
colorín
por las
margaritas abiertas
nacerían
mis te quiero
y los
molinillos al viento
acamparían
el sentido
y el
aliento silvestre nacido
al
estramonio seco
canta su
renacer de simiente
para el
verano y el otoño
brotar
sus trompetas de los ángeles
en vida y
fulgor
por la
ortiga que su hoja pincha
mecería
mi vista
con el
poder de acariciarte
el
pensamiento
por más
que avanzo
el cardo
llena mi visión
el camino
sin final ni retorno
lleva a
encontrarte
por los
cuclillos nacidos
por la
cepa de vino
por el
olivar vetusto al sembradío
acampa y
despliega mi sino
de trigo
y centeno visto
la
acequia mi sangre lleva
con el
fin de inundar los campos
de mi
verso que es mi sangre
diestro
compás de espada
lleva la
cicuta
al brotar
de un cebollino se muestra
fiel la
floresta
por el
ciprés que los muertos vela
se
duermen los siglos
y la
morera dulce torna
al trinar
de pardillos
visten
los castaños de indias
hoja
nueva
el umbral
silente cocina el hueso demente
a la
vista del Sol
la
lagartija está
el
tragopogon luce su flor
para su
posterior de su simiente dispersión
hogueras
cándidas al sol
tienen
las caléndulas arvensis
en su
flor
siendo
flores de difunto de los caminos
por la
que los muertos bailan en su luz
del pino
avanza la procesionaria,
mientras
violetas nocturnas
dan
nombre y honor a flor
los
plantago que tienen su flor de su espiga
fieles
estambres enamorados
de la
vertical caricia
ven
llegar sus soldados alados
infinitud
de vidas en color
con
flores regadas por la primavera
que mi
sangre y de todo lo vivo
altera y
mece en alegría
y sutil
caricia de vida
su fiel
avenida
del sol y
la sombra nacida
lluvias
despiertan el sueño
de toda
simiente caída
brotando
mi vida en lluvia
de este
abril que tardío marcea.
El
Castellano
TORDO
ACOMPASADO:
En el
océano de este mundo
abierto
al cielo,
vive el
cuervo,
por el desvencijado
respiro mío
avanza,
mece y sostiene
un tiempo
en réquiem de espadas,
por
aquellas voces que sordas
laten, se
descubren, alzan,
se
quiebran al paso de altares de hueso
por mis
atardeceres de murciélago
voy ciego
al calor del astro,
siente mi
caricia de pájaro
esta vida
en un verso,
alzando
nuestra luna de acanto
y
alabastro gimiendo el ocaso,
azabaches
ensortijados, derretidos, extasiados
por el
sendero despierto,
por el
cauce que trae la vida, la mía,
ojos en
resplandores dorados al tacto
de mi
astro soslayado,
mi azar
es sembrado
vida de
vida
late esta
caricia
no hay
retroceso ni regreso
todo está
bajo tierras germinando
por la
rosa de su pelo,
tu sangre
me colmó en beso,
nuestro
cielo de amarantos
fiel al
respiro que alcanzó a ver
la belleza
en noches de miel,
respira
abre en ambrosía mi vida,
en este
horizonte dormido
quiero
ser de la piel resquicio,
que no me
sientan perdido,
quiero
ser Siempre tu sonido que acompasa
que clava
olvidos
en
despertares rizados que consumen
la retina
y sus astros,
todo lo
que anhelo es la verdad en silvestre flor,
tu eco
alto que no hay pájaro sin nido,
esta
noche será distinta,
el
comienzo empieza ahora,
mi sueño
de araña
que todo
lo tejido
recompensa
trae a lo sentido,
un avance
de mi sangre,
ven al
nirvana del ruido,
anticipa
nuestro solsticio,
Yo que
amo en mimbre de esparto
y verde
espiga de trigo,
fiel
comando el suplicio
de los
valles de mi sombra
displicente,
enamorada.
Encumbrada.
Sostenla,
sostenme de la pestaña,
me nacerá
un alba,
marcho, a
través del hielo,
su azul
en la mirada,
estoy
sembrando mi escarcha,
y que
venga y queme
este
laborado tiempo,
que yo
nací del viento,
alguien
está llamando
oscuro
este romance entre las malvas del cielo,
se
escucha mi nombre,
tengo que
cerrar este hielo,
colgando
mi estampa
del árbol
de las cenizas,
y que
nazcan ojos de tierra
de este
hueso,
que
seguiré soñando
que fue
sólo eso
un sueño
en despierto umbral
de mi
alma y su protectorado.
El
Castellano
TU ALMA
DE FUENTE:
Desasirse,
tu voz ocurriera,
quedar
sin partir mi alma,
como
estalactita,
como sola
queda la caracola
vacía y
hueca sin hallar tu letra,
desasirme
y quedar
yo, sin
árbol ni aire,
consumirme
como llama de vela,
apogeo,
torre de breve arena,
cae de
arriba,
este
demonio sin pena,
hablar de
mudas solitudes,
como
eterno, es lo temporal,
verdad
colmada de ausencia,
arder sin
quemarse,
e
infierno azul de otra vida,
aprieto
de verso me solicitas,
te dijo
mi ventana,
como
entraña de invierno duro,
alma,
asómate,
viste su
hermosura porfiada,
¿Viste
que mañana seré hoja incrédula?
De planta
que yaga pura,
que
brilla oscura mi siembra,
mañana
iremos a desnacer,
porque
hoy sin tu respiro,
ni poema
solar, no es vivir,
¡Ay! Lo
que no dicen tus ojos hechiceros,
yugo
amante, fiel,
que no
abandona su sombra,
necesitaba
tu dura grana de piel,
y tus
rosáceos, granates, áureos labios,
mi alma
traslúcida,
imponente,
reniega a
achicarse,
lleve
donde lleve,
el aire
de poniente,
reluce
por ella,
todo
apócrifo misterio,
te debo
tanto que no me imagino,
embargando
sangre,
jamás
esquiva,
jamás
esquiva.
Todo este
campo,
cubre y
cubriría.
Förüq
castellano Miguel Esteban
CLAVEL:
De una
rosa malva y una espina,
nació
este vil amor que me camina,
coge
amada de esta temprana primavera,
tu céfiro
de plata, que en su mitad,
dorará
como níspero al viento helado,
en tu
lágrima me baño,
por no
hacer muda mi costumbre,
al
vendaval furtivo
este
dulce suspiro,
que se
juega entre verde pasto,
y blanca
cumbre,
andar iba
por la vetusta oscura,
de
pertinaz olvido,
vuestro
ardiente gesto,
de mirada
cual rocío en la seda,
de la
ignota tersura aterciopelada,
luz entre
vorágines y tempestades,
tus
bravos mares,
con
hocico de riera, yo, contesto.
Escogida
tú de lirio en cuello,
hermosa,
enhiesta,
cual hoja
que viento mece,
esparce y
conculca destino,
sí a
Dafne de ramos y racimos cual nardos,
áspero
velo me das a cubrirle,
raíces de
sus pies en blancura esencial,
causa de
mis lágrimas siembro.
Para me
concedan tornar beso tuyo,
como
brota de la tierra la simiente,
su
despertar a besar a Sol padre la alumbre,
pensé en
el cantado verso,
y tu piel
de jara,
hermosura
prendada,
quién
solo contra ti,
mi flor
armada.
Förüq
castellano Miguel Esteban
PLUBIA
AMORIS:
Lluvia
amor,
Llovía 1
corazón, suspiro amor2.
Clamor 2,
deseo, eterna alegría1.
Día 1,
noche, crece le amo2.
Proclamo2,
vida, venerada sinfonía1.
Reverdecía1
soñaba, amada nuestra3.
Muestra 3
alas, acelera sinfonía1.
Cercanía
1, sueño, verso, amaestra3.
Palestra3
profunda, crea, sonría1.
Beso4
dulce, agua pura5.
Cura5
alma, sinceridad ileso4.
Travieso4
sueño, arde coyuntura5.
Aventura5
esencia, amando sabueso4.
Quería1
decreta, olvido razón6.
Querer7
puro, solo sazón6.
Vía1 una,
sentir8.
Bella9
compañía1, contentarse premura5.
Fuego10
complaciendo instinto embeleso4.
El
Castellano
Plubia
amoris:
Lluvia
amor,
Llovía
corazón, suspiro amor.
Clamor,
deseo, eterna alegría.
Día ,
noche, crece le amo.
Proclamo,
vida, venerada sinfonía.
Reverdecía
soñaba, amada nuestra.
Muestra
alas, acelera sinfonía.
Cercanía
, sueño, verso, amaestra.
Palestra
profunda, crea, sonría.
Beso
dulce, agua pura.
Cura
alma, sinceridad ileso.
Travieso
sueño, arde coyuntura.
Aventura
esencia, amando sabueso.
Quería
decreta, olvido razón.
Querer
puro, solo sazón.
Vía una,
sentir.
Bella
compañía, contentarse premura.
Fuego
complaciendo instinto embeleso.
El
Castellano
RAÍZ:
I
27 abril
2016
Raíz:
Tibio
resplandor dorado
mi aura
escapa de mi cuerpo
para no
saber quién ser
el ababol
del camino clama
por
enternecer la primavera
a rojo
carmesí cuando la tierra estalla
en flores
ellas dejan su río de sangre
allí
donde el olmo viejo
crepitando
mi sentido estaré
me nace
una espiga de la mirada
a la hora
que se acuesta una malva
luce el
colorín su trino
la
caléndula cierra sus flores en verso
a la hora
que el tejo exhala por el tiempo
transcurrido
hueso viejo
y su
tornasol afilado
hoy es
tiempo de colgar sus flores al viento
por si
llora mi cielo cuelgo ramilletes
en chopos
silentes que la vida
vio
colgar de mis pupilas
al dulce
trigo en verde olivo
que mi
ser yace más que vivo
mi ser es
primavera
a la hora
que su caricia blande entera
mi tierra
y su entraña abre
al
esplendor de un estambre
y se
eleva mi lumbre quieta
río de
sangre que me crece
por soñar
soñé y me enraizó la flor
y que la
flor sólo sea la flor
Porque
jamás mil máquinas podrán hacer
una flor
y elevado mece su amor
por la
verde grama
que se
afila de mis ojos
la
guadaña
por el
ancho largo
trepó y
escaló su cielo
al fiel
desliz me hallaba
esperando
adoptar su sabiduría
que
reverbera en cada pétalo
en cada
hoja, en cada raíz
de su
fiel testigo estático
quedando
quien fui
y la
tierra que seré.
El
Castellano
II
28 abril
2016
El tiempo
que se abra
y brote
mi vida
al compás
de un Sol mayor
resumen
de existir en el brote
de una
zarza que allí
baila mi
hada
estallando
en flores su pelo
tierra
yerma que vio trinar
el
estruendo de un zorzal
quien te
viera caminar
vestida
de espiga y lavanda
por ti se
abre la Rambla
tus
cabellos iridiscentes al brillo
canta al
son mi grillo
por un
camino se bifurca el reguero
el gato
lame su pelo
yo estoy
esperando por si te encuentro
mi señora
de las flores silvestres
se Acuña
mi aliento
en una
flor del viento
una flor
pálida nació del cielo
con sus
colores alegró al tiempo
de sus
hijas nacieron alegres vientos
del norte
que en color vistieron el bosque
una flor
naciente abría su esplendor
a un Sol
de mayo por ella tormentas
nacieron
germinando a su paso
vivezas
de antaño
por los
prados viste mi calma
fiel a encontrar
tu amor un día
por si el
cielo se abre
que sepas
que él te mira
mi señora
de las flores silvestres
un cardo
de la dama en tu mirada
por si
vivo mi vida te entraña
fiel de
esperanza
una flor
bajó del cielo
a
expensas de sangre tener
ella se
volvió mujer
con tu
nombre en la piel
por la
floresta danzaba mi suplicio invernado
fiel
testigo maravillado
con amor
en las venas esperando las flores
de
primavera y sus caléndulas
despertaba
por fin Ostara
y el
cariño de la tierra
mecieron
los terrenos
un soplo
de su aliento
me
floreció un beso
Cuando
los jacintos abrieron
sus
flores al horizonte del terreno
yo estaba
despierto
surcando
la mente de quien me piensa
con paso
lento y decidido
transmutaba
la flor de Odin en luz
cabalgando
un arco iris de estrella
sonaba la
campanilla entre grama dolida
era el
momento de acostar
los
dientes de León
al tiempo
que besaba fragancias de colores
mi jardín
de duendes.
El
Castellano
III
29 abril
2016
Todo se
baña al calor
de tus
ojos
ciñendo
la danza
de mi
azada
se
enhebra mi calma.
Vespertino
guiño
de gramas
preñadas,
por la
sed de arrojo
por tus
estrellas desdobladas
Viene mi
caléndula con una sonrisa enfundada
Yo estaba
caminando sobre mi línea
la noche
me contaba sus mentiras
sobre un
parco negro límite
me
encontraba
disparé a
la luna sin hueso
se me
acercó un cuervo
con alas
azabache
pregunté
a la noche
que su
abrazo en letanía aguarda
si yo era
merecedor de su dama
yo soy la
voz de pasados lejanos
soy la
voz de un futuro
soy eco
de tormenta
al fuego
de su rayo
llevo a
cuestas montañas
enjambres
de abejas
quieres
oír su nombre
que la
oscura soledad late
Él es
Siempre
como un
relámpago de sangre
como una
luz que mece y envuelve
es el
despertar en otra carne
en otro
cuerpo
las
sombras cantan a su vuelta
yo que
camino por la ortiga que me mueve
hoy verá
el cielo llover flores
y los
campos abrirán sus colores
al rey
astro que nada ni nadie
contra él
puede
por si
brilla mi suerte
de la
mano de la dama nocturna
contará
aquel cuervo que me vio.
El Castellano
Carmesí
inefable:
Turbado
yaga mi espíritu,
sin voz
yace mi gran momento,
puridad
en crisálida perpetua,
oh,
lacónica eternidad,
no te
temo ya
ni tu
crisol de hálito
me vence
en inmortal secuela,
recto
ganaré a la luz,
por su
ceniza coronada,
cantaré
hasta el etéreo vuelo,
me
trasplantará el viento obscuro,
metálico
azar,
erigiré
un árbol de brea,
en mitad
del todopoderoso silencio,
mi flor
no sucumbirá,
ni mi
verso armado
será
litigio de crin en ascua.
Filial
prestancia,
que nadie
trepa mi solo nombre,
por
cantos obtuso,
en sangre
suceden
labriegos
fecundos.
Terrazgo
de mi amor atado,
canto a
mis generales,
despejen
el camino,
y entre
férreos cipreses
me
avalen.
Tanta
herida precedida,
tanta voz
que muere,
sin soto
de almíbar,
pena que
no muere,
son este
de mi bronce en ala
de un
repecho carmesí,
soledad,
mi gloria
tan fuerte.
Azucena
helada de mi tarde,
resuena
en ti
un azar
indeleble
para
indicar sin sonido,
que tengo
corazón y cielo
atrapados
en un solo verso.
Olvido
sin espejo,
mantuvo
suerte segura;
luz sin
día ni ojos
fue
perfidia en otro astro,
azul,
paz,
cuchillo
que mi vida hiendes,
a
cercenar toda oscura alegría.
Förüq
Castellano
COSECHADOR
TU AGUA:
¡Armaos,
perros poetastros,
poneos
vestimentas, vestimentas de amores mediocres,
vuestras
líneas sin más tardar!
Es tarde
para volver atrás;
No dudéis
ni un suspiro
de este
yerto que cruzó
el río de
la Estrida.
¡Mas, por
regio el Sol caudillo,
por su
blancura de Madre,
oh dulce,
cuantas estrellas siembran el horizonte,
hay los
cielos.
Y hojas
hay en mis manos escritas.
¡Remate
yo, de mi origen, si os devuelvo a la tersa olvidada!
Suenan
las grandes trompetas
que ni en
toda Babilonia,
ni en
alta torre de Hércules
su
resonar pueden disolver.
Recobrara
mi aliento,
mis ojos
cobraran su luz.
¡Mas por
el regio Sol caudillo, por su blancura de Madre!
Día tras
día nuevo,
tirando
tajo de verso recto.
Embestía
y no halagaba a ninguno.
Por un
pajarillo envío
por una
hermosa golondrina,
que allí
donde se vea una alborada,
Hipsípila
caudillo hijo,
siempre
vivirá como invencible Sol.
FÖRÜQ
castellano Miguel Esteban Martínez García
FINAL
MANIFIESTO
FLOR DE DIFUNTO
Belleza:
I
Ruge mi vida
con impetuosa saliva,
un desdén de mares afilados,
cose que hila esta malva sensitiva,
azures sarnosos que avanzan
al latir fieles compases destapados
de mi escondida idea,
belleza eres por mares no sostenida,
balanza sin yacija, ni muerte escondida
acaso a ella conoces
que incluso, la tornas, bella,
mira la ventana crispada al infierno,
el parpadeo oscuro de la luz.
tú que definirte nadie podría,
ni el más inteligente
ni el más ignorante,
cumbre de ideales, pedernales deslices,
pólvora de sensaciones, fragor vaporoso,
bendices sin perdonar,
es tu prisma un ocaso sin lejana letanía
de esta realidad que se pierde,
atraviesa tu puñal absorto
hiende mi carne,
solo encontraré que brotará mi cuerpo
todas las flores de los campos,
tu cúspide sin hallar, tu vida sin hallar
cumbre tuya se llama planeta Tierra
abismo centelleante hasta perder la cordura,
madre del acto,
belleza deidad suprema,
nadie la mata solo se la llama
y no siempre responde,
déjame tu azul manto sin amaranto
una noche bailaré con lobos
hablaré de amor con mi quimera,
el miedo me conocerá,
amada mía belleza de las flores
sángrame un horizonte de colores,
deshoja mis infinitas espirales,
haz que me crea como los mortales,
para blandir nuestro nombre entre nubes,
cabalgarán mis corceles tus verdes sienes,
yo no seré yo, así como tú eres distinta
para cada retina,
hada infernal
como Leviatán celestial,
tú no entiendes de las maldades del hombre,
sólo pintas de la realidad todos los colores.
contigo izo cumbre,
resoplo agravios y señales
repetición
que nací para servirte,
como pájaro a su nido
señorita ruego
que elija este cuervo,
sin agraz durmiente
sopla mi sed de florecer tu alma
primavera preciosa,
desde mi mar a mi risco
osaré vestirme
de rudo hombre viejo,
soñaré como me sueña mi sueño
que yo en tus lares era el primero.
Señorita bella madre de mi izada bandera,
alza mi curva sombra
por la carne de mi siembra,
reverdeceré con tu cariño
primavera amada,
Mirenla anclada de mar
a la montaña de mi idea,
vengo que voy a vencer mi propio desespero
rizando como riza su vida el helecho,
desde la sombra de abeja,
a mi ceniza bella,
no habrá osadía que no te nombre
mi dama al hervor de siglos
años que llevas ya florecidos,
me despido por si te encuentro
El Castellano
II
BELLEZA EMINENCIA:
Avanzas el campo de mi celaje,
desdén de pocos y antiguos mares,
resoplo a la altura tus montes,
bella eminencia,
el fuego que me late
dentro de una lágrima,
padre viento te imploro me cedas paso,
voy a despertar tu Aquilón,
granate viste mi sed
entre relojes disueltos
y esfuminos perennes,
una vida en un grano de arena,
esencia que necesita
reencontrarse,
somos los encargados del fuego azur,
necesitamos alabar
mirarnos en el espejo se mira el hielo,
caminos d' este desvelo,
encontré
la aguja mi destino enervaba,
verso, pulcra sonrisa
nacimiento de una tornasola alba,
amo tu resquicio onírico,
no necesito caer de nuevo sin encontrarte,
oh, belleza,
afilas que surcas vetas
vetas espumantes,
dentro el laberinto tus espejos,
quien dijo locura y no Vestal
de Sabiduría,
despojos floridos
del ser claveteado,
esta es mi sombra de parral excelso,
venga admirar esta raíz salvaje
de noguera abre
el Portón verdadero del infierno,
y sus lares de Estrida caudal y niebla roja,
tiemblo en el umbral,
me desdoblo en el ser y su contrario,
respuestas quise,
hoy necesito enterrarlas,
para que no florezca mi miedo a ser feliz,
resquicio parco,
su esencia mi doncella,
vine a planearla,
como pretil gota de lluvia,
sí la más fresca recolectada,
todo lo hecho,
más que un guiño
más que un parpadeo vetusto de corazón,
he tratado de huir
de un mundo que nunca vi hermano,
alguien vencerá al Miguel sin alas,
en principio sin final,
fumo mi cigarro,
hoy, por y para siempre,
brindo con mi soledad
por si acaso un día se rinde,
todo me suena,
como si fuera a empezarte de nuevo.
Esteban er-lobo bohemio a 09-05-2022
FINAL
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