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A la deriva de la Tormenta

 




Oh cuan te adorno,
oh cuan te adoro,
mi mundo gris,
que por ti dejó de serlo,
a la deriva marcho,
hacia el epicentro nuestro Abismo,
Sones clavan
que cavan
GUERRA al error florido,
muerta la sábana de ayer,
acampo que mi largueza te avanza

adentro tu abismo,
naufrago
que emerjo 
una y otra vez
el lustre
no se llamó suerte
eres mía
yo te creo tú me creas,
roto tres veces
invencible indemne noventa.
yo creo en ti parejo,
cuántas balas cuesta una lágrima,
un hombre de que llora,
llora sangre,
muerta va tu araña,
no estoy jugando,
te estoy mirando alto,
del frenesí a la maraña
sólo va esta mi estaca.

Förüq Vampiri

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Oda al caracol silvestre

  Caracol silvestre, caracol serrano. Te escribo caracol del camino enervado ¡Oh tus fauces! Blandas que muerden su estadía alimenticia. Del romero al tomillo, desde la jara resinosa, al brezo flamante. Tu deslizar por el terreno húmedo, de la amapola a la caléndula arvensis con su savia dura. Desde el musgo a la piedra igual a la siguiente; idéntica a la anterior. Oh caracol, judío blanco, oh caracol marrón de todo jardín, caracol estriado la pulcritud de carbono de tu casa, mi casa. Miguel Esteban Martínez García UME unidad media estancia Guadalajara

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