Borbotea la yedra
su luz de nuevo día,
hendido el chopo,
serpea su tierra
una raíz de hondo tomo
sobre cielo terreno,
ala invisible de zorzal
baila y posa la zarzamora,
yo en mi escritorio
aleteaba un alfabeto,
encima un cuaderno,
sobre una mesa de pino muerto;
rebullía una luz acuaria
de jardín acuático moderno,
donde nadaba un hada
montada en un caracol diablo,
el pequeño filtro
arremolinaba en chorro
torbellino de burbujas de oxígeno
como una clave de mundo caduco
mis ojos fijos en acristalado edén,
he perdido el sol,
no es hora de arremolinarse atrás,
crisol de dicha,
como naufragio allá
mi tranquilidad somera
cierra tus ojos,
di adiós,
el sueño es mío
nimbo transparente
pinceladas y un pequeño arado
de agua, sobre arena de río,
luz que tumba lámpara y astro,
nido del verde,
plan, de bocas sin aire,
soledad ahogada,
fuente de vida
que exuda las siete encimas;
santuario del elemento eterno,
agua pura su viento acuático
que presiento.
Förüq y Leannán-Sídhe
Miguel Esteban Martínez García a 19/02/2025
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