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Urdimbre argenta 1*Temporada de mi escritura

 









Urdimbre argenta:

Puedo escribir todos mis pensamientos,
y ninguno podrá reflejar mis sentimientos,
el amor no quiere ser pensado,
ni si quiera ser conocido,
sólo sentido.
Yo te sentí amor
y por querer pensarte,
desapareciste entre la tenue, luz de luna, que me abrigaba.
allí la razón, apagó los latidos, de un corazón.
Como tierra yerma,
marchitó aquella flor, que, 
un día, llamé amor;
y ninguna pudo ocupar, su lugar,
sólo la hiedra brotó, hasta tapar la luz, que me daba calor.
Pero yo te sentí, amor.
y lo vuelvo a hacer.



Cerré los ojos y allí, estabas,
como si no pudieses salir,
de mi interior.
Como si quisieras besarme,
o decirme algo.
Pero tú bella en sueños,
no hablas.
en sueños, no hablas.
Y nos quedamos mirándonos,
a ciegas.
Yo te aviso, que en el bosque
de mi mente, solo hay un camino,
y es un laberinto.
El final lleva a despertar,
y enfrentarse con la realidad.
Pero tú bella, en sueños,
no me hablas.
y yo a primera vista,
me enamoré de ti,
por si algún día acaso,
el sueño se cumple,
y ya de realidad me dices,
te estaba esperando,
siempre te amé.

Logré lo que soñaba,
logré encontrar amor,
conseguí felicidad en el pequeño
y largo momento.
No entendí de ella sus lágrimas,
o quizás sí.
Si su felicidad fue la mía,
al revés también sería.
Al revés también sería.
Y yo la esperaba como
aquel día.
Pero con otra compañía.
No lo elegí, sin saberlo
ella seguía en mi camino.
La consolé cuando llegó en lágrimas,
no me dijo por qué,
pero sentía su dolor.
Tenía un presente,
y no soportaba la idea
de quien por ti sufre
es quien te quiere.
Y esa noche lo que tenía,
se esfumó como suspiro
de oscuridad del callejón conocido.
Esa noche vinieron los jinetes del tiempo,
me mataron en el sueño,
pero el sueño lo termino yo,
y mejor esa noche solo me quedo
contigo amor y mejor,
muero con tu calor
para terminar en ti con el color
de caricias, y besos
como un romance, que no acabó.


Buscándote en el silencio.
Buscándote debajo de una piedra,
o en el fondo de una cueva.

en la flor sin cortar,
o en el fondo del mar.
En la nube o fuera del cielo.
En lo que se ve,

y en lo que solo se siente.
En el sueño y en el recuerdo,
en mi felicidad o en mi tormento.

Buscando, te encontré lejos.
Ahora que en letras te tengo
estás cerca de ser mi vida
y yo, tu verso.


Bella, vuelas libre doncella,
sol te toca, acaricia tus efímeras alas
de mariposa desvelada.
Viento te lleva, allí donde el amor creó,
reflejo de libertad soñada.
Encerrada en tu sangre de lluvias pasadas,
dejaste atrás nubes de tormentos,
rozando tu destino me arrastras.
El manto de las hojas te protege,
buscadora de sueños
de la fronda de mis sentimientos.
Viviendo en la ternura de la dulce mirada,
volando con la fuerza de la palabra sincera.
Durmiendo hasta que se oculta el alba,
ángeles y dragones, arropo en el corazón.
Para tu despertar, mi luz quisiera llevar,
para encender tu corazón, el fuego de mis ojos,
cientos de tonterías para tu sonrisa.
Entre las flores de miel y azúcar que forman tu piel,
pintando mi vida.
En la caída color gris quedó,
color gris quedó.
En la huida el tiempo y la situación
que cortó un camino en dos.
Vuela libre, pidiendo ser vista de nuevo.
Su esencia mariposa del amor.

Me llama en la noche,
me acaricia su velo,
viene altiva en cada sueño.
Con sus caricias, desvanecerse quiere,
renacer en la oscuridad del ocaso eterno.
Comprendiendo y llevándose mi dolor.
Yo, sin comprender su aparición.
Recreando su alma viajera.
Sueños serán, más cada día, 
amo más.
En la belleza de imaginar,
la complazco con la sencilla palabra de amor
a su alma sin cuerpo.
que me acompaña desde que sufro
por el querer.
Fantasma o fantasía,
me guarda caricia,
sin saber yo su razón.
Ella, hasta dudando de su existir,
que yo por amar, la amo.
Más no sé la razón de su compañía,
cuando el reloj marca la una en madrugada.
Más si pudiese saber, preferiría no saber,
quién es preso de quién, o si ella y yo,
somos presos del querer.


Te vi, detrás de la estrella más brillante
del azul nocturno eterno.
En el suspiro de amor que corre y descansa
entre la inmensidad de un parpadeo.

Entre la oscuridad que alcanzó a ver
la belleza que envuelve tus piernas.
Adentrándome para reposar contigo,
siendo una sombra más,
pero especial para ti.
Te encontré en mi sueño más cálido,
en el cielo encerrado que liberé.

En la noche que la luna baña tu cuerpo,
y en la noche que mi amor corrió por tus senos.
Y te amé, aunque fuese un día en la penumbra,
para así, por fin, no olvidarte nunca.
Es solo la vida en mis ojos donde un día
se mide por las veces que te imagino a mi compañía.
Y una noche la vida de mi palpitar sin sueños.

No importa que no te tenga,
no importa que no te vea, porque te siento,
y te siento más allá de donde acaba el firmamento,
en todo lo bello, en mi nostalgia y en mi recuerdo.
Donde me di cuenta de que, 
el sentimiento descansa,
no muere, como la flor sale en primavera.
No importa que no te tenga.

Porque después del invierno volverás a florecer,
te amé, y a mi pesar, y a mi conciencia, te liberé,
pero con el saber que, si vuelves será para quedarte.
Porque te amo a pesar de tus humores y tus huidas;
porque a mí no me engañas, yo soy para ti,
y muero si no me cuidas. porque te entregué mi palpitar,
por lo que somos, 
y por lo que seremos, 
nos queremos.

No vivo viendo tierra vivo para sembrar en ella,
y tu amor prefiero sembrarlo a diario,
la luna de guía marcando a tu presencia cada poema y cada letra.

El castellano



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