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Semilla de luna









I

Trapeaba mi verso,
y encontré una bellota de encina
y un tornillo redondo.
Seguí al gusano azulado
de la idea hasta su toma de tierra,
tamborileaba aparte
mi calavera,
sin tumba, ni fresco olor difunto.
Estaba yo, esperando
a una luna salvaje,
un julio medio gastado.
Su tiempo por semilla,
tuvo mi alma.
Belleza y miedo sólo eran
envolturas.


II
No quería ella,
ser transplantada.
Soñar mi vida futura,
no era tarea.
Era el repiqueteo
de una cosecha
de sentimientos.
Un lecho de hielo mullido,
y fuera un augurio limpio,
tendido sobre la yesca paja
derretida del baldío.


III
Emblema de luz
viniste a ser,
luna fija, latente.
Tu ruda inocencia
por cielo repleto.
Presides tierna,
las frías horas noctámbulas.
Tu esbeltez liminal
baila con sombras
y a todos,
nos muerde el sueño.
Perfecta cuando aparecías,
y no te querías ir.
Te amé volando
como se ama tu silencioso guiño,
entre dos labios.




Förüq castellano Miguel Esteban

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