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Contienda

 
















I

Cuervo desnudo 

que ya no le duele que crascitará

sobre la luna tendida

en su belleza ambarina.

Y cales derramadas

sobre las tierras,

vestidas por su sábana.

Mientras el jinete 

del tiempo difunto

 lloraba,

a su dolor hermano.

Oh, arrullo de arroyuelo

de sangre turquesa.


II

La rosa de tormenta

que sus caracoles de nubes,

no tardaba

en negrear

su deseo

de besar y excitar

el terreno...

Viento, oh, padre

versaba notas

como trinos fugaces, efímeros,

penetrantes...

Era como un canasto lleno

de membrillos.


III

Una letanía de canción

una somnolienta caricia.

Como la ruda mar

y sus garumas grises,

girando y girando

sobre lo alto un remero

anciano del puerto Tomé

que desfallecía

en su ardua jornada

de capturar el pez de cristal.

Mientras tanto el verano.


IV

Lloraba en sudores,

la piedra su calor.

Excedente, exponencial.

Saltaba criqueando

el grillo único,

chicharra, cigarra,

que tardó de salir

de su crisálida,

medio siglo,

en romperla,

y chillar canción

a un viento de nadie.


V

Galán cantor,

que ve las flores desde lo alto,

ese árbol que trepó

para emitir sonido

a la altura de los sueños

de aquel pino piñonero.

Iba una sombra,

caminando los nichos,

y mármoles tupidos,

de hiedras voraces.


Förüq





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