Ir al contenido principal

Espada pudiente






Sorteo principios
y vencejos,
torno unas danzas de la Aurora,
me entregué al sueño,
aguardando su divina tez;
el Sol se adelantó
y sobrevino una colmada oscuridad,
llegué primero que los Hados
a su venerado encuentro.
Valgio alumbre el anchuroso cielo escarpado,
nocturno de doncella Escarlata,
oh, clara agua emana mi frente,
mis manos hacen germinar solas simientes,
del candor, la tempestuosa furia,
abren rayos espadas de Candamvis,
Zeus, canta:
Oh gran Sol que bajo tu candor,
iluminas que abrigas Inmortales,
y a los mortales vivos,
habitan las auras vivas fértiles,
acoge mi ofrecimiento,
a dignar en tu nombre,
terso Paraninfo yerto.-
Oh sola tormenta,
presurosa abre cabellos centellas,
y múltiples repiqueteos,
de ascua en rayo y cielo-terreno.


Förüq castellano Miguel Esteban















































































































Comentarios

Entradas populares de este blog

Oda al caracol silvestre

  Caracol silvestre, caracol serrano. Te escribo caracol del camino enervado ¡Oh tus fauces! Blandas que muerden su estadía alimenticia. Del romero al tomillo, desde la jara resinosa, al brezo flamante. Tu deslizar por el terreno húmedo, de la amapola a la caléndula arvensis con su savia dura. Desde el musgo a la piedra igual a la siguiente; idéntica a la anterior. Oh caracol, judío blanco, oh caracol marrón de todo jardín, caracol estriado la pulcritud de carbono de tu casa, mi casa. Miguel Esteban Martínez García UME unidad media estancia Guadalajara

Pioneer

 

Al Duero

        Duero: Grita mi estupor y cuchillos hieren volteando una boca que la onda mece flameando. Se duerme la costilla en el altiplano enjutado de hayas y fresnos recuerda su geología únicamente saboreada por el soñar de los picos, virginal cuna del Duero con tus curvas en rotonda de castizas fuentes y abrevaderos, dulce azada de agua que bascula el sentir de la enamorada palabra, por cimas tu voz se hace meseta haciendo el amor con los pájaros dormidos, templo y morada de la cepa que a ti te alcanza, agua furtiva corre por tu era y reposa en tu infinita onda, que se riza, que se insinúa en vaporizadas Torres de belleza, que en tu alma anidan, sortilegio de rosa y clavel cenit del dolmen tallado, quién a ti en la vastedad del ser en su pecho te lleva prendido el fuego en fanal hoguera en anchos panales de tus abejas. Cuentan de la vida del chopo tus diez mil espumas, que por sierras tu rúbrica dejas, navegante con alas azules el terreno que jamás te vence, secretos...