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Ahora que el día se ha ido,
ahora que navego letras
absorto a la espera
de una nueva palabra
capaz de crear revolución
capaz de hundirse y resurgir.
De flotar y deshacerse
en mundanal ruido de sueño,
temblando su frío sentido,
un recipiente y un vaso de muerte,
una visión y una explosión
de todo lo que prevalece,
de todo lo que incapaz perece,
un maullido de tejado,
un siniestro azar de suerte,
esperé y esperé y todo lo negué
como este verano frío y helado
que todo lo inexistente surqué,
que mi destino se doblaba en mi sien,
era un día en solar negro,
era como un tenebrio que camina,
como una poza sin aljibe,
como una hora cronometrada sin reloj,
era una súplica teñida de sed,
un grillo y un aguacero despierto de sol,
una montaña sin hielo,
un glaciar sin temperatura,
un brazo sin alcanzar,
una tormenta sin sonar,
era la vida una caricia en mano helada
sin sangre sin nombre,
mutable horizonte sin linde
un pájaro de cemento que aturde,
una noche callejera
y olvidada en la tela de araña,
era tu surco algo más
era vena era rabia desplomada
en el barrio de la quimera despierta,
quizás hoy quizás mañana
jamás prenderás mi alzada palabra
en otra alma en otro nombre
porque esta es mi lumbre,
esta es mi estaca.

El Castellano



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