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Sangre bebida, Invocación

 


















Alto, solo quiero pasajera, tu tristeza,
sólo como costumbre cómoda,
busto tuyo de cuello en columna,
invocación de las hayas,
y tu vientre,
calma furtiva de Sol dormido,
viva raíz para un Sol renacido,
raíz nuestra entre tierras donde muslos habitan,
troncos como soledades en hojas,
bailando suspiros,
y gemidos de un viento,
ya no cobija el sentir gusanos,
solamente, tus caracoles de labios,
como hierba húmeda,
bajo tus frondas y faldas,
de nítido follaje.
Ojos atisban ensoñados,
hacen ríos y orillas
de azules caléndulas.
Escarnio de tus labios violetas,
numen y montículo,
mi sed de hoguera,
oh, piedra solar,
de muerte embebida,
dardo amoroso,
mi temblor de valles,
abriendo tu vestigio abisal,
como gruta insoslayable,
tu cielo encerrado,
mentir un reguero de números,
y brindar con el enemigo,
ay, clamor de herida estéril,
vive como el río nace,
y azulados brillos despuntan,
alba y ocaso,
flores, guijarros, gemas, y pétalos,
hojas en llamas,
crepitan que junto a mí existes.




Förüq castellano Miguel Esteban a 2021


II 
11-12-2023
Aposentado, en dulce ribazo
cargo mi infinito
esperando mi disparo argento
cargo mi verso,
su olvido en vena
es el blanco
sobre ella
la divina inexorable,
mujer de sigilos cual ecos,
de azur vestido
entre mieles
y un almíbar un recuerdo voraz
luceros claman entre la noche
una caricia entre labios
y gatos fugaces
entre tejados colindantes,
un zarpazo exclamé
silencio coagulaba ya mi paso,
desdén de pocos
o algunos semi-hombres,
somos los senderos la noche,
sus sombras vestigiosas
el punto y la coma
el destino me arde ahora.



III
Colgado de un cable de telégrafo,
danzaba el alarido despierto,
una hora afilada,
sobre calmo sigilo,
de redundancia abisal,
fase y etapa mi sueño despierto,
miré donde todo crecía,
me golpeó en la nariz
una desquicia incuestionable,
era hora de sembrar diablos de flores
y podar los hinojos solares;
quise traer algo peculiar
sobre mi hoja danzara la cábala,
y los símbolos iluminaran,
apetito de razón anquilosada,
una marcha al averno,
y Mundo de mamarrachos
sin ella no se pinta todo azabache,
traigo la antorcha mi Dana
mi Dama,
sobre un laurel
escribo laureado,
dentro el viento me trajo,
acabaré con el mundo de abrojos,
si la Parca
no te trae a mis ojos de nuevo,
habrán de perdonarme
miedos, y corajes valientes
que si vuelvo a nacer
a ella mi alma
le beso el amanecer.
Y a su gemido acaeceré.


Förüq y Leannán-Sídhe

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