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Primer enjambre

 












A mi lira quieren ver trabajando.

.

Más sonora que agua de manantío, cuánto azarosa es, más segura que el trueno que cae bajando y su zumbo de centella de horrida melodía.


Melodía de guerrero con inverosímiles acciones mi cristalina armonía asestada en hermético castillo donde mi álgida castellana descansaba en una almena abrazada a las noches rizaba sus cabellos como encantos peregrinos.

Mi manantial era música, auras azul y majo su espejo.


Tristes los tordos ya no bailaban buscando lombrices el tierzo sujetaba hasta los huesos un otoño pasado de número.


De nota más tersa que simbólica entonaba el guerrero comunero de dicha ensoñada virtud que borbotea su deseo.

Castellana como Venus de labios coralinos, rumores que alejan, que afean el vicio.

Música de cielo sin sus colores.


Dos ojos de mis ojos, carruseles de tus pestañas.



Juiciosos versos, te envío, ahínco fiel su sonido que se grajea tu sonrisa, oh, compostura olvidada...


Un fuego en tu mirada, complicidad sin espoleta.


Vals de obrero, furia de titán, eje rupestre de fiel campesino, cante de hinojo y cardo borriquero.


Viene, viene mi colorín alegre.


Tonada de caballero que avanza mis ojos que sin tus ojos no son ni serán míos.


Entre festín de Dante y orilla del río la Estrida tiniebla canto como canta el sendero a tu casa, mi casa, Estrida tiniebla


Ojos de hormigueros legendarios.



Mis brazos sin tu espalda ya son matojos espinosos y en la despensa de mi ginebra no encuentro tu labial de sabor a fresa.


Olvida la imagen su huella y el seudónimo su nombre, que todos ellos persiguen el viento.


Dulce estrella intratable de trino

que acento valedero, y dulce campanario

decida la siembra

que creación festeja;

de insolente Mercurio crispado 

A el reflejo tu aura sonrojada,

recojo letras como besos huidizos

de vista cálida y tan pura

ronco mi gemido, fiel desventura 

la música traicionera

composta de partitura.


Förüq Esteban castellano

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