Ir al contenido principal

Flamígero pedestal







Zorros juventinos.
Pido imposibles lo sé
alma atinada en lunas de cal y canto,
oh, mi espada,
reverdecer al ocaso unos besos trashumantes.
Caricias que derraman soliloquios confinados
en telas de araña,
puse una caléndula,
sí en mitad un tiesto,
en mitad un otoño que te lloraba,
Sol de nadie,
el mío es fiero y ferro,
quise saber de tu ceniza aparente
jamás entonada, por si me creen,
no te pido noches
en mortajas ni longanizas,
solo el resguardo de tu amada voz,
Musa,
no estoy en racha pretérita,
pero sí pretencioso
luce mi arrojo,
quédate al rato mío cíclicor,
y su auge estacional,
no te pido un beso desarmado,
ni me muestres tu alma de anís,
sí pido un asalto compaginado
a la hoguera mueve todo destino ingente,
mudo torbellino en ascuas prendidas,
guiño a la penumbra
encandilada
te llama y pronuncia,
oh, oscuridad magnánima,
empujados nos baile el vino,
maleficio desapagado, del umbral silente
no me gana ni puede,
a este atleta del desánimo,
le basta un ababol tu fuego irisado,
para poner en guardia
todo el abismo enigmático,
el arma que te provoca,
la mirada que te penetra,
de dentro a la línia esquiva de fuera,
el equinoccio furtivo,
el brujo que todo te ama,
muerta su calma,
era tieso asunto, lleno de vida,
oh nocturnidad de escala,
deja que pierda para volver a ganarte.



Förüq

Comentarios

Entradas populares de este blog

Oda al caracol silvestre

  Caracol silvestre, caracol serrano. Te escribo caracol del camino enervado ¡Oh tus fauces! Blandas que muerden su estadía alimenticia. Del romero al tomillo, desde la jara resinosa, al brezo flamante. Tu deslizar por el terreno húmedo, de la amapola a la caléndula arvensis con su savia dura. Desde el musgo a la piedra igual a la siguiente; idéntica a la anterior. Oh caracol, judío blanco, oh caracol marrón de todo jardín, caracol estriado la pulcritud de carbono de tu casa, mi casa. Miguel Esteban Martínez García UME unidad media estancia Guadalajara

Pioneer

 

Al Duero

        Duero: Grita mi estupor y cuchillos hieren volteando una boca que la onda mece flameando. Se duerme la costilla en el altiplano enjutado de hayas y fresnos recuerda su geología únicamente saboreada por el soñar de los picos, virginal cuna del Duero con tus curvas en rotonda de castizas fuentes y abrevaderos, dulce azada de agua que bascula el sentir de la enamorada palabra, por cimas tu voz se hace meseta haciendo el amor con los pájaros dormidos, templo y morada de la cepa que a ti te alcanza, agua furtiva corre por tu era y reposa en tu infinita onda, que se riza, que se insinúa en vaporizadas Torres de belleza, que en tu alma anidan, sortilegio de rosa y clavel cenit del dolmen tallado, quién a ti en la vastedad del ser en su pecho te lleva prendido el fuego en fanal hoguera en anchos panales de tus abejas. Cuentan de la vida del chopo tus diez mil espumas, que por sierras tu rúbrica dejas, navegante con alas azules el terreno que jamás te vence, secretos...