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LLueve mi alma II















 










I
En los surcos de mi alma estás ajada,
en mi sed, en lo cóncavo de mi sangre,
vas peregrina y perenne como voz de piedra,
fuego de mi nervio infinito,
disuelta entre mis sueños y sombras,
humo de nubes llorando,
y en encantos, fértil caminas,
impresos sin azar ni redoble van.
Cual eres, sin formas ni líneas en trazos,
como un primer beso se otorga, a flor del campo,
encanto de lluvia sin quebranto,
trémula por vena celeste,
¿Qué misterio, qué afable canto?
Ardoroso vuelo,
te amo así tanto,
sigilosa, fugitiva,
te pienso como rosa trae la noche,
de azul ensueño,
pulcra rosa de la inocencia,
ilusión en fuego prendada,
te miro, te sueño
mientras llueve mi alma.

II
Antiquísima danza la herida,
del mundano enfado,
como una bandera ondeante del dulce tormento,
de  certera onda redonda,
un liso tordo redondo,
que hiende pico de severo argumento,
hundido en fondo  de último elemento,
remolino de tormentas
y rayos espadas,
lo humano, todo, me abarca,
voluble como huracán centellante,
oh dolor inmensurable,
infortunio cántame tu terrible migaja,
en un destino atronador,
contestara mi figura
en clavel macho armada,
mi lenguaje como turquesa afable,
que rehúye,
de corazón como acordeón,
mi cabeza,
mi alma,
de ataúd doliente,
clamor de sombras tu belleza,
que sepulta vidas huecas,
ven a esta copa de sangre,
resplandece,
la garra de animal humano,
y como entonces el horrido vals
es de viento  penitente y fugaz
como enmarca toda alegría,
infrahumana.
Buer Förüq

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