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Música callada








Voy tapando
la luz siniestra
que cae del techo
a la noche...
Era como un sinfín
de orquestas de sonido humeante
y esquivo
se deslizaba mi sino,
un amor de tus labios,
un colchón de flores,
pasado de un presente 
por crear,
mis días de farándula,
qué voy a decir,
pena despistada,
si acaso ataca,
fúlgido aliento escondido,
entre sabores y venas de vida 
secuaz,
me han creído piedra,
me han creído hielo,
fértil e inerme a la vez,
quise ser como un rayo de sol
mi julio que derretía
mi alma de hielo,
mis alas estameñas,
broncíneo bello,
mi sed de sangre expuesta,
todo me escalaba bajando,
un punto fijo
un blanco inabarcable,
destino a líneas aradas,
era un día de  plomo,
que no caía ni lágrima,
tú y yo,
unidos los dos,
como sierpe y suelo,
era un desliz, efímero, 
pasajero de perenne,
vine por besar tu voz,
me envolvió
una bruma de coraje,
oh después de convivir
una pasión,
necios dirán que no es tangible,
que es ininteligible,
nadie sabe pues
lo que es amar la poesía
almíbar de tu piel.


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