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Acceder su terneza

 


Acceso del alma
la fugaz, vespertina sombra,
un día como pocos paridos,
todo ardía torno acampadas soledades,
siempre profundo ante a las mentiras,
todo pensé fugarme de su abismo,
oh surco mineral candente,
tácita desquicia era no juntarme
ayen sus sones y colores.
terror mundano era lamentarse,
peores que yo no existen,
coronas de amores tiende la primavera,
ya en otoño converso sus flores;
rigor de fausto sueño,
oh mi soledad pintada,
sin rival avanzo
ni desquicia atónita,
abundosa sierpe viperina,
que nos llama al combate
la paz vanamente,
incandescente, reloj de silos
y viles simientes, es hoy un día de nadie,
coraje afrenta impías sienes,
como majuelos rebordes,
Baco señor te llamo
deshaz mi pena azur,
baña mis lágrimas con tu sagrada cepa,
sonríe mi tormenta de labios,
y brumas grises,
mi apero de hombre alzo,
entre alba y solísimo ocaso,
de monte parca y simiente
mi universo al que apelo dicha inmortal,
de granate lustre inequívoco,
oh templo y cielo fundían
en brava ascua
todo comenzaba de vida y arroyuelo,
no desapareció la terneza de niño,
ni su acento dictaba
otra cuestión,
no fuera morirse de placer 
y que yo permitiera.


Förüq



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