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Desnudo fundamento

 








Adorno que el Creador quiso dejar expuesto,
en bronce,
un texto de universo,
abran portones verdaderos
para que en la tierra lluevan flores,
y testimonios de colores;
es un demonio que lleva alas de cobre,
benévolo ángel caído,
un sorbo de mi aliento,
designio celeste como terrestre,
germinado de talento,
y las piedras lloren,
agua virginal, su pulcra fragancia,
eso es un verso,
claves de Sol encriptada ilusión,
arrebujarse de las tinieblas,
observar desde oscura rienda su nota,
y orar en luz de creación,
arte del duende, como ensoñación,
alas gigantes y rotas,
un sorbo de su sed y avancé,
será pronto,
que no tarde,
para hacer manifiesto para sordos,
vestido de druida cuervo,
de un ser que lleva alegorías de dentro,
con clave y llave onírica
Förüq sin condición,
es como morir por el demonio arte,
y renacer dentro su sangre testimonial,
el mundo lanza,
la parda vida asigna,
y nosotros habitantes,
vestimos de alma y talento difunto,
déjenme pintar por dentro
mi faz maldita con parca fuste y relente,
y el cielo sea terreno,
la lluvia sea deseo pertinaz
que voy agarrado, pegado, y enraizado
a su palpitar sereno,
lo divino que imagino
sea bocanada y huracán,
como beso de idea,
y cuclillo en su nido por siempre,
la noche compañía,
de sus angeladas alas batientes,
las visiones que de un guerrero nacen,
un desnacer del granate rubí postrado,
aquello que no muere,
alegría memorial,
soledad sin tapujo,
he venido a embeber su sabor;
dejar de transcribir
es igual que morir cinco veces retuerto,
me vestiré de muerto soldado,
y dicho traje será mi logro,
en extasía y pincel este destino alumbra,
congelando el alma,
como nunca quedó dicho,
y descongelar emociones fuertes,
en valls un Eros comunión de ambos trinos,
el amor, la guerra,
la música, la estampa,
será mi lustre,
será este el combate, 
y no la inmundicia
vestida de hipocresía, y pardísima falsedad,
yo canto como río que fluye, como gota se une con otra
al helor en un molinillo diente de león,
de mi santa inspiración,
mi manto ante el témpano de hielo,
de cada ser humano,
batallante,
guerra infame al error
vivir en infierno,
somos los hijos azures de la tormenta,
y sentir el caelis al escribir un verso,
un grito en viento a la Estrida Tiniebla,
aquello que no muerde,
arte reflector de arma y alma,
espejo de sangre,
quién puede subir a mi buque,
Arte alas de arcángel,
duende eterno,
un sorbo de palabra de aquel ser,
una hoja de letras de vida que resuena,
ver mi vida en compañía de fantasma soledad,
y sentir gozo, sentir dicha,
que el cuerpo caiga como hoja de otoño,
y mi alma yerta cante,
cante mi corazón congelado,
del calor mi castillo,
de sangre envejecida
y el tiempo ha de rodar
como canica de gritos en viento,
hasta la muerte,
el verso que no muere,
será mi canto,
será mi bronce.
Que vistan y vestirán mis alas
para siempre.


Förüq

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