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Tempestuosa letra

 








Danzaba la sola noche,
hundiendo mis pensamientos
profundamente,
avancé zozobras y pesquisas
inacabadas,
el cielo unía ya sus azules
creando alineaciones de sus cantiles
por luciérnagas de astros.
El universo plañendo
conformó la división de dos almas,
como oro viejo de aceite
y sanguinosa carne,
siempre inacabadas
enjugándose,
y rozándose eternamente,
llenez jamás quedaba pareja
la necesidad apuntara,
sequé de labios
todas sus tersas lágrimas
en su cara bañadas,
cuantos alientos partieron sin velo,
ni pulcra ansia,
de no caer reconocidos,
palabras de latidos
sin recompensa tenue;
escaleras un sopor divino
ella amasaba,
subiendo bajando,
que morir negaba toda noche 
en su regazo,
aquel punto sin voz
sin palpitar funesto
mismo cielo blandirnos puede,
sin corceles de jinetes difuntos,
ni frecuencias abismales
dictan bajo tierra,
sobre esta bruma lejana
corría el otoño de la vereda
a la rambla sorpresiva,
déjame morir en ti.
Con el color de caricias y besos,
de estruendos llamados,
de solo avance y retroceso,
sin nunca mirar lo dejado,
porfía que separarnos quiere,
mi estancia sin piedad
afilaba tus lares y correteaba tu pecho,
oh lágrima, mi dicha presagiabas,
a quién llorar, preguntaba mi mármol
florido, con dichas y manso arroyuelo.



Förüq Miguel Esteban

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