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Disparo de plata, nueva entrega

 Disparo de plata:

 










DISPARO DE PLATA:

Fuente de mi vida,
yo que he nacido de esta piedra,
y por ella mi luz no rompe los siglos
que me crearon,
te busco como agua que arregaza,
como brillo del fulgor y su carcoma,
he visitado y he contado mis muertos
nunca han sido suficientes para vivir,
en este hielo que crea adereza mi corazón
con mi alma de lanza,
mi estaca de yodoformo,
germinando mi rosa de psiquiátrico,
he intentado patentar el suspiro
que corre que vuela por la ventana,
una caricia de espina,
y un pétalo oxidado,
te busqué sentimiento y tu abrojo,
por cuántos lindes mecías tu cerrojo
y tus cerrojillos de cerrado,
soberbio me lancé en la oscura noche
como un disparo de luz,
alcanzándome una luna de plata
siendo mi verso sincero,
y fui silencioso
empresario del verbo crear,
cuántos disparos me creaban de la nada,
siendo fugaz hoguera de la llama
su eterna vida.
II
Diestro al compás soterrado,
es mi vida las treinta y tres notas
del esfumino del grillo,
que viva semper esta nuestra luciérnaga de amor,
parco el suplicio invernado
d` este redil de ascuas en candelabro,
hoy por mí mañana en fuente
de borbotón de sangre,
oh dulce tormento que cría
tus destellos en tu redil de astros,
no será eterno nuestro mármol,
su sed florida al menos procuro,
cercanía en cristal habitado,
danza mi esqueleto
por si vuelvo a vivir,
a embeber sus Pléyades,
mi tranvía surcaba su horizonte,
razón tiene no conozco de ella
más que su afán glorioso escrito,
uno si me excitas,
dos si admirarte es pa` siempre,
tres, si me fascina leerte hasta lo nunca escrito,
sin ese cimiento,
sería el necio que lame y busca tu carcasa exterior,
sabemos quiénes somos,
no nací de la costilla un ingeniero,
pero te amo y me sobra con eso,
vibrar en tu patio de ascua,
lo indecible bella,
bella, en sueños no me hablas,
bella, te vi detrás de la estrella apagada,
por si algún día si acaso el sueño se vislumbra,
yo te besé tu ala eterna,
así en mi interior quedaste,
al decirte, yo Förüq, siempre te amaré.


III
Albo espíritu azogado,
alumbrando lunas de esqueje
y crecientes simientes.
Abrí las rojas compuertas
de mi corazón invernado,
despertaron grises fauces
y leviatanes, como ascuas en redil
de botánica la sangre;
Era yo, fantasma impío,
puro, un respiro primero alcé
y caí de rodillas
a besar sus pies de jara,
otro mar me hendía sin salida,
el suyo sin calma,
arrebolado, como giros una golondrina marcial,
abrí las ventanas de mi pecho,
volaron saltarines,
como si alguien sin propiedad los lanzara,
mi propiedad de fría carne sujeta,
un pulmón marchó a otra ribera,
el otro marchó con mi espíritu
buscando el alba más hermosa;
jamás capturada,
mi cuerpo frío como desierto anhelante
oscuro como llama tersa inapagable,
anclé señero de luz
cobijando la opacidad risueña
que sujetara todas luciérnagas
de cielo soterrado,
fusiles repicaban clavando su plomo
estertor de maravillas,
el vacío era repleto y densamente cansado,
mi pecho partido enraizó la mejor flor de Hércules,
ofrendé que diera hijuelos como versos,
primaveral caricia era
de albo ojo fijo,
arpa de mi despertar,
creyendo sus mercuriales ojos
un sueño para habitar.
El Castellano

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