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Trinchera regia


Suena mi piedra,
enfuscada como palabra mía,
palabra que busco rodera,
palabra fuera mía,
acaso no enciende sí,
la hoguera,
hoguera desarmada,
despierta mi araña.
La noche no se acompasa,
crío malvas,
bajo larga sombra
mi ciprés enhiesto,
puerta de alma,
puerto del alba,
desnudo como sol,
la calma tiesa me avanza,
descarnar flores
entre tapias,
es mi pueblo de nadie,
ojalá de él mismo,
mi hambre de letra,
jamás saciada,
te busco mi palabra,
como viaje sin retorno,
inencontrable jamás si te miro,
te repitiera me gustes allá
donde creas cepa,
y pensamiento divino,
vengas parca que relamo tu suspiro,
hasta que no pueda recto blandirme,
azar relegado,
en sábana hundida en azulete,
vengo de los amores bajos,
subiendo por alta almena,
presente mío sin seco tajo,
Sol mío, de lámina áurea,
padre de todo brillo somero,
Sol de las cárceles y acequias,
Sol de vida y de muerte ciega,
quedarán seguidos los besos,
oscuros, heridos,
huella en destino alumbre,
fuelle mío,
que ni apremia,
ni se vence,
oh, joven alegría,
como ababol entre sonrisas
de espigas,
y vanos destellos por abrir.




Förüq castellano  Miguel Esteban


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