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Pretil gesta











I
Celosías que descubren,
estrepitoso crepitar interior.
Hojas de tu verde intelecto,
ascuas, de tu pasión,
como azul sombra, me acechan,
y persiguen,
pulsa y acomete,
que rebelde resiste,
jamás se complete el vacío 
estertor.
Con el plácido ahora, de mi presente.
Seco a morir.
Ya camino el juego de la aurora,
mis ojos ya no tienen sed,
de lumbres de campos,
y florestas ardientes.
Joven levanta vuelo,
el negro mirlo
de mi corazón,
Pequeño grajo impávido,
a cualquier dolor.

II
Me dictaste, hace unas letanías,
cumplirías un anhelo mío,
que era osado,
pero sin ambición de adornarse
en oropel, ni céfiros secos.
Alma mía,
mensaje mío te envío,
en tinta y letra,
yo de recuerdos, desposeído,
no pido hielo al viento,
ni sueños a mi realidad,
te pido gallardía libre de desvelo.
Tersura de espada, mis falanges,
brillen y reluzcan.
Otorguen y provoquen,
manar lágrimas al Sol.


III
Púrpura afilada,
es esta, mi sangre,
como roja nieve,
de marea sempiterna,
y somera espuma
de llantos anteriores.
Tu blancura, me llueva,
como río granate de hermosura,
desangrando todas las flores 
cobijan tu belleza,
húmeda vida mía,
y tu verdor sangre de musgo,
infierno tuyo de pulcro silencio,
sobre la roca y Piedra Frigia,
desvarío, alzo,
a mi última vida,
en final de olvido consentido.




Förüq castellano Miguel Esteban


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