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Lágrima del hierro



Lágrima del hierro:



Oh, la superior Oscuridad.
Escribo a la madre belleza,
que anida que crascita como bella dama graja,
olvidada, de lágrima inerte,
una sed azabache le envuelve,
sólida, al vítreo cristal mineral,
candente en fragua los astros milenarios,
al brillo metálico insoslayable.
brindo mi broncíneo dulzor.
De llama perpetua, y solo crisol
valles en piedra dormidos,
de brillo calizo.
y cuchillos férreos,
Era sobre una lisa pizarra,
una punta de flecha tallé,
de esquiva suerte, anhelante,
vine a dormir en sus alas y aguas,
que venía a plañir el río cuervo,
una morada, y un fervor indolente,
su belleza regente,
de mi visita en mi infancia,
un sueño fue y toqué otra vez su cielo terreno,
una luna azabache regía,
luna creciente su cuarto azabache,
mi compostura empedernida,
de trillas y espadas doradas como su tierra,
hoy en día,
por tener que besar,
hablo que me responde,
de la piedra a la bella simiente,
la belleza encontrada,
vestida de llamas y espirales nacientes,
en mi piedra bella,
y ámbar su libélula,
sangre las hadas ella,
tesoro intangible,
candor de aspas y molinos perdidos,
única al fragor de heladas grises,
patriarcales escarchas, miradas,
y solares que llora el cielo terreno.
hierro al hierro.
A mi `piedra de sangre.
le deberán cuanto he escrito.



II

Oh, si tu respuesta fuese,
ni muero, ni vivo,
soy sangre, viva-muerta,
como semilla del Sol naciente,
que te aguarda y espera;
hoyos suyos donde me recuesto,
a mi cuarzo, cristal de roca,
la transparencia, quedó ocupada,
de reloj en eternidad azogada,
empedernida ascua, de tiempo prendido,
silente como silencio reverberante,
azures contestan, 
su eterno segundo, que vi,
y embebí su éter;
su pureza de espejo.
vidrio inefable de rauda pureza,
Oh, caracola de remolino en carbono,
ventura del arte y ángel floreciente,
tu forma de espiral sagrada,
amada continuidad,
de principio sin final.

Oh mi magnetita de unión
y deseante imán,
y atracción férrea,

como mi amor a la sangre.
es arcano, místico sabor,
Bajo sello rúnico
este cuervo se alzará.
digno, pétreo, simbólico,
transmuto esta coralina esencia
que arde de compostura a regencia.







III




En auge mi amado mercurio,
oh, dios de dioses,
único sólido líquido, como lágrima precipitada,
alzar una lágrima de una telaraña,
es intentar capturarte,
oscura, sin poder secar del alma.

A este río vestigial, ancestral,
esfumo que alcanzo,
sones de su fractal,
que vine sin horadar su impronta eterna,
vine jabrando mis venas,
mi muerte, como reflejáis vosotros,
no es más que la estántiga bella,
mis reliquias, que besáis incesantes.
Vestigios formó la vida,
Inmutables.

Al hierro en mineral candente,
concibo, que mi sangre es solar,
en sed de forjarse,
lucero azul,
como se forja una lágrima las hadas,
cual oro cristalino,
sed de dioses,
en ámbar, oro líquido congelado,
vidas de tierra y savia,
oh madera fósil,
traspasando umbrales temporales, sucesivos,
sensitivos, como belleza que traspasa
y eriza la piel.
en brillo, áureo,
cobre nativo y bronce,
del fulgor en cristalizada,
la armónica abismal,
perfecta armonía.
En crisálida
y magia ancestral tu mirada diosa.










Förüq castellano Miguel Esteban


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