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La Flor de Sídhe- Obra completa

  







Te divisé, alegre caléndula.
De pétalos juntos,
abrir y enraizar mi corazón.

Mecer fulgente tu amarilla corola,
entre el granate interior mi pecho,
frágil como cefirillo leve,

en mi pecho como en cuello
de hechicera mi Hada bella,
allí me revolabas,

como al fuego mi Sol ferro
brillabas que encandilabas,
las golondrinas de tu amor

naciente, pulcro irisado, en cristalinos valles
y pozas, fuentes y abrevaderos
cantoras me danzaban.

Cuidando guarnecida,
mi semblante, fiel entre crisoles 
y parcas sombras desceñidas,

y amor en pecho valiente,
purpúrea inviolada
tu simiente, y raíz en mi sangre

como un soplido áureo y grito en vena
despliegas.
Tú de trono en ferviente osadía,

sueño memorable 
te ungiese en todas sedas 
dejan en color las flores

al último y primer astro,
avisto tu pléyades cercana
alzo tu renacido empeño,

disparo a mis sotos y perdigones enramados;
amor de este duende,
tu principito.

Siempre para ti fuerte como aviva el fuelle,
sed de soles relojes y razones intermitentes
lo que yo te quiero ni nombre ni sello puede,

De rojo,
de sangre,
de noche siempre,

tu húmedo tajo floreciente,
anclas mi dicha rebrotada, anima fidus fruor
beso tu cicatriz para evaporarla

no existe mal hendirme pueda
herida abierta mi amor es bronce vine a ser
de tu vida,

¡Ay, flor fulgente!
Te amo como el sosiego canta.
Tu aureola resplandeciente,

nacida de aurora, y una bella sombra
y sonrojada alba, purísima,
como el día por ti

se desnuda, abriendo tu flor eléctrica
que el sosiego, feraz incuba,
oh dicha no cabe su llenez de placer extenso
cuanto te admiro.




Förüq

II...

Puedes verme caer en una
interminable caida
a tu lado,
estoy respirando tu destello en flor;

sigue que seguiremos en pie
hasta el final nuestro propio monumento,
oh, Genii locorum,
dioses ancestrales,
a mí vuestra fuerza,

se abrió su Portón verdadero,
súplica de advenida caricia,
al gineceo su avenida,
Rocío brindó mordaga.

mientras tanto
mis triunfos, triunfos pasajeros,
vestidos en el oscuro sino,

requisando sus hálitos perennes,
al estambre baila el pétalo,
entre cáliz
y corazón desnudo,


igual que vidrio
al son de transparencia ocupada,
no pude ver álgido,
el acontecer mi Sol fierro
Invictus,
égida se arma a mi diestra,

¿Puedes oír sus sones?
Repiqueteo avanza,
aposté mi futuro,
a la Parca amé y no pude sacar su espina.
mi coraza áurea de Custodio,
es dueña
es Reina hada
del paraíso en sombra,
tú lo eres todo para mí,
protégeme
de enemigos que caminan,
de sombras inermes de Ego infausto,
dentro de mi alma,

sólo quiero enaltecerte,
y mi punto sólo llegará
cuando mi astro cansado
deje de brillar
y ciento ochenta segundos
giraron mi aura
en gota rociera de mi magia,
granate,
parda visión

protege vida tu corazón,
me estoy desangrando por ti 

mi ilusión mi Flor de Sídhe

Tu condenada alma gemela,
es la mía.


Förüq y Leannán-Sídhe a 15-02-2023






III

Develo mi profundidad,
extasiada;
donde este muerto cava su vida.

Cuál es el precio de afirmar
una mentira,
hoy no sé mañana tal vez;

une cabos y señales Migue,
si no pierdes,
es que imaginas otra cuestión,

en mitad el valle yerto,
avanzo con la Flor tercera de Sídhe,
en mano, toda ella brotada en espinas,

oh de salvaje rienda,
voy camino el brillo en hilo de Sol,
oh Sol Fierro dame espada.

Dame arma convenza,
rebanaré mi destino en tres mitades,
una para sacrificar
y así muerto, no he de quedar.

Rayo estertor, fulminante dicha
será,
debido si no avanza,
yo no pierdo nada.

Aferrarse a un designio,
sí seré jardinero jornalero,
y este Marzo volveré
de ayudante al huerto urbano.

Labor mejor, ni se inventó, ni surgió.
Solo de simiente
y ascua viril de mundo hecho, ingente.



Förüq castellano Miguel Esteban

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