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PIEDRA DE LUZ

 

















Derecho firmamento 
cristalino,
entre filos férreos,
es una piedra que camina,
piedra aventurera,
reza la umbría,
reposa y duerme,
cantares del linde,
centellea rayos irisados,
se riza con los besos de lluvia,
acaso quiso ser otra, ella,
tan yerma, tan plácida,
acantonada,
imperecedera, cerrada,
como se cierran los rayos de luna,
de estéril semblanza,
el día que te hice de voz,
palabra sin boca,
dejas muda alabanza,
destellante un patio de sonido,
esta voz te di,
voz dorada,
ese día piedra bella, sola,
como tu espalda de cantera,
como vidas y flores,
que sin color acaso fuesen,
minera, avanzas tú la vida quieta,
piedra de luz,
jamás igual a la siguiente;
ni a la anterior,
un despertar en brazos de cieno,
latido férreo,
sangre de mineral,
piedra bella, sola,
avanzas como un soto de perdigones,
sembrándote , aquí y allá, en todo lugar,
tu compostura olvidada,
un respirar de la montaña,
oh compostura olvidada,
piedra de luz, potencia eterna,
colchón de rayos de sol,
tú dabas latidos al suelo,
un cuchillo calizo
que afilas erosiones de las eras,
lideras tu guerra sin cuartel,
antes de yo nacer siempre estabas
y siempre estuviste.
como voz del río cantando a su mar,
azabache de cristal,
tu esencia de vidrio y agua,
el día destellante,
un patio de sonido,
avanzas sólo tú la vida quieta,
sólo tú piedra de voz y luz,
latido de hierro,
cumbre de filos por bandera,
cual aliento de estrella,
derecho firmamento cristalino,
sembrándote allá donde anduvieras,
oh compostura de arenas,
piedra de mi casa, tu casa,
la tierra.
Osando no fui yo quien te encontró,
sólo fui encargado de darte moción verdadera,
tu fortaleza empedernida,
hogar cobijo y morada,
de lagartijas que trepan tus venas,
tu aval de honda certera,
ojalá pudieras contestarme,
mi luz, mi piedra, pura, bella;
tu sangre de cristal,
tu sien de agua, locura quieta,



Förüq castellano Miguel Esteban



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