Ir al contenido principal

Ultimátum II



















I
Cimbreante mece mi arrullo
por esas lomas despejadas
tu bello, salvaje cuerpo
imaginado, que sólo
pensarlo cielo no vislumbro
muerte, resurrección,
y resurgir de pulcra suerte
que empenacha
tu baile de faldeo.
Mi viento norteño y Aquilón
me bailas
de agua ondulante.

II
Oh, puro deseo,
avienta esta sed
que granate ya es.
Como agua roja siseante;
oquedad de rubor
no se pide a destino faustamente.
Raigambre que límpida
acoge mis muslos
dolidos de ángel desertor,
invisible mi remanso
sin abocarle ternura,
A veces estremecido
en cuarto luminoso
sin compañía ni botijo de sangre.


III
Amor, pon mi vida
en la mesa,
sin muerte
como venturosa primavera.
Que mis vellos
sean hijos jacintos silvestres
de botellitas de flores azules.
Te creo,
en espera, pasé todas las estadías
del ser silente.
Vigor de tanto sentirte
alzo que sin nada en posesión,
mi vida presente
atisbo es tuya 
mi buena vampira.


Förüq
 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Oda al caracol silvestre

  Caracol silvestre, caracol serrano. Te escribo caracol del camino enervado ¡Oh tus fauces! Blandas que muerden su estadía alimenticia. Del romero al tomillo, desde la jara resinosa, al brezo flamante. Tu deslizar por el terreno húmedo, de la amapola a la caléndula arvensis con su savia dura. Desde el musgo a la piedra igual a la siguiente; idéntica a la anterior. Oh caracol, judío blanco, oh caracol marrón de todo jardín, caracol estriado la pulcritud de carbono de tu casa, mi casa. Miguel Esteban Martínez García UME unidad media estancia Guadalajara

Pioneer

 

Al Duero

        Duero: Grita mi estupor y cuchillos hieren volteando una boca que la onda mece flameando. Se duerme la costilla en el altiplano enjutado de hayas y fresnos recuerda su geología únicamente saboreada por el soñar de los picos, virginal cuna del Duero con tus curvas en rotonda de castizas fuentes y abrevaderos, dulce azada de agua que bascula el sentir de la enamorada palabra, por cimas tu voz se hace meseta haciendo el amor con los pájaros dormidos, templo y morada de la cepa que a ti te alcanza, agua furtiva corre por tu era y reposa en tu infinita onda, que se riza, que se insinúa en vaporizadas Torres de belleza, que en tu alma anidan, sortilegio de rosa y clavel cenit del dolmen tallado, quién a ti en la vastedad del ser en su pecho te lleva prendido el fuego en fanal hoguera en anchos panales de tus abejas. Cuentan de la vida del chopo tus diez mil espumas, que por sierras tu rúbrica dejas, navegante con alas azules el terreno que jamás te vence, secretos...