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Febrero 2021












 

Viejo gris

oh viejo gris,

te escribo

te canto viejo gris,

tu canción me arde dentro,

gamle grá

mi alma partirá

sé que eres honra antigua,

honra olvidada

Ó Odín.

Ó Valhalla,

camino libre tus aposentos,

vivo que camino libre, muerto,

te hablo oh olvidado,

oh esquivo viejo gris alumbrado,

recto hacia la tiniebla

junta tu ser con mi alma en llamas,

oh anhelado, viejo gris difunto,

Oscuridad se vence

no se ama

Oscuridad no se vence, se ama

nec vincere, tenebras et amat,

ven, ven, arde.

Ven a este infinito remanso

donde se bañan las almas

mi infinito

tu sonriente halo esquivo

ya no plañe

mi granate oh viejo sepulcro gris

oh viejo tapial deslumbrado,

luz, luz me atraviesa ahora

yo, carne de espada,

yo vivo y defiendo

mi soñar de muerto,

oh Odín mi padre

creador de todo cuanto existe,

Oh Valhala, mi jardín

con  dicha bailo,

con honra me baño

en el lago del pozo Airón,

mi hermano Ares,

soy yo ímpetu

soy solana de esta vanguardia,

ven a mí viejo gris,

perdí mi ojo que arrojé al pozo

pozo de ánimas yertas

se escuchará mi acorde

en Sol mi sangre,

sí SolFerro me blandiste regio, seguro

ante la muerte

dame a mi mujer.


I

Grandioso, que tú me alzas

viles lindes inconclusos que lloro,

mi vigía con auras,

recompongo mi coro;

siendo hoz destellando, todo incoloro.


II

Oh alma, sin llantos tibios

servil cuanto dirijo ciego, bruma,

anublan cielos, lirios,

severo tiento no huma.

Destellar que calmoso, pulcro, fuma.


III

Si sea por la alta lira

alzar su carne, el intransigente sol,

glorificas mi pira,

como el trigo y girasol,

flameante como hornillo tu tornasol.


IV

En tersas noches solas,

mi suave canto puro, ensombreciese;

duras montañas de olas,

de árbol noble moviese.

Frondas y la furia de mar entonas.


V

Desfallezco, ir subiendo,

aljibe mi esencia, terneza firme;

solo voy descubriendo,

canto de áspero al irme,

ninfas, hadas, sátiros, a plañirme.


VI

Por ti bravo, voy calmo.

Al valor y hermosura de antaño.

por ti toda, me ensalmo.

Mi barba de ermitaño.

Osando cautivo, lamer su letra.


Alma

Mía, te conocí vestida

de honra sola,

el hielo en los ojos

todo velo de noche sinfónica

hablaba con mi custodio

si era seguro mi paraíso terreno

alma quiero cantarte esta noche

noche de vela y tijera

sin colarse abrojos versados

limpios de espanto.

En esta tela de araña

que yo amo a oscuridad compañera

en esta acequia perpetua de vida

y su fugaz rienda.

Oh inviolada estela

inaugura esta dulce idea

que late como pertinaz

ceniza de toda hoguera.

A la altura del cerro me alzo.


II hoja:


Esta noche un febrero escarchado

de bruma y verde sombra

como ceniza aparente

busco asilo de otro lado de pecho

corriendo la loma del deseo

necesito mi vera con sangre

cálida, oh, alma

fémina su esencia

tenía todo lo que quinientos seres

de mi estatura podrían anhelar,

de pecho a espada,

deme un camino

un alzar que no sea difuso

como tu limpio monte

y su floresta me vio nacer seguro;

En mi equipaje ella sabe,

que no porto más

que todo lo que amo

sangre, cuerpo, voz, letra,

cuarzo verde, reliquia de Hungría.


III hoja:


De un caballito del diablo

atrapado en ámbar,

mi sentimiento como gamusino

inherente, mi suerte

que negra no es,

mis besos con sabor a tabaco precoz

y su color transparentado,

simientes de caléndula

para ponerlas en tiesto en su ventana,

un trompo,

o peonza, de madera de olivo,

para recordar mi infancia que nunca acaba,

tres canicas,

para bailar sobre la luz

y atinar chocándolas

deseos como perdigones viajeros.


IV hoja:


A escribir con mi sangre

mi silencio, de que nunca

murieron mis deseos.

Una pajarita de papel

y un barquito de tela

haré con su seda.

Si ella lo permite

llevaré mi corazón en el puño izquierdo,

porque deseo que certero

escribiré hasta que el mundo me dibuje yerto.


Elegía tercera:


A mi pena moribunda,

aquella que ya no siente,

aquella que reniega, sí a desfallecerse,

fama de estrella inviolada,

servil de cuantos pavores reales,

ha cercado, 

pena mía,

oh tú, cual sierpe,

siempre ofrecida,

siempre expectante,

gloria de mirarte,

dónde,

si mi sangre parece que place,

cuajarósla mi dulce bella resiste tu embate,

de fantasma y fantasía renegado,

acabase mi porfía sin cerrar dulce luz

y el manto de luciérnagas,

el techo abismal de cueva,

planeta que esta noche te resuelva,

ningún consuelo pardo te abrigue,

he permanecido,

como duro y lloroso terreno,

ojos por sílfides bañados,

en vil miseria enjutos,

suerte y muerte dulce hermano,

acababa de extasiar aquel furor asmático,

reclinaba yo discreto a tocar tu alma,

este llano que destellea de  pureza muriendo,

y riera en rambla,

todas flores existen,

desangradas 

como y en vanidoso, cristal,

de tu hermosura como una luz brilladora,

que resplandecía,

ay, de la generosa mortal gente,

oh gloriosos, hados, desparcir mi sangre,

al duro y mezquino fierro,

Sátiros, Ninfas, Faunos,

no hallaréis,

en mí ni vida moradora que arrebatarme,

siembro mi número,

y mi letra T que ni supremo, Creador Universal

ha, ni puede borrarla, como es arriba es eternamente Avernos abajo.


Förüq castellano Miguel Esteban

























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