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Sol invicto

 





La luz del día
me sostiene
para esta noche
con despiertos muros
de caléndulas,
adornando su dormir
atinente,
abro una extraña puerta
de desnudos lirios negros
insomnes.
De palpitar sangriento
eran mis cigarrillos.
Como barcos dormidos
en mi mano,
que piensa y transcribe.

II
Disculpando a seres de luz
porque inmensos
como mis muertes,
dormido yo,
sin mi negror de nostalgia,
zarpo tus mares rojos;
sin embargo aquí estoy
en mi nicho sin imperio.
Con él, ni oscura
atmósfera
me envuelve y subyuga.
Arder, otro barco.
Niña puerta como desvelada nieve
un septiembre.

III
Duende la luz
orando a la luna,
del otoño próximo
y su lluvia sembrada
de siglos de cavilaciones,
y azules fantasmas
toda sed tu campo.
Cae esta nostalgia conmigo,
de cielo impuro,
jardín en viento
nativo de alegrías por penas,
atinadas,
como puntos cardinales
prolongando este nido
y río nuestro deseo.


Esteban er- lobo bohemio

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