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ALBO ESPÍRITU AZOGADO


 

 

I.Albo espíritu azogado:





 

Abrí las rojas puertas

del fantasma de mi corazón,

despertaron grises leviatanes

como agujas sin cabeza ni redil

era él un fantasma puro, impío

un último respiro alzó

a mi cabeza,

y caí de rodillas

a otro mar

a otro mar

el suyo sin calma

ni espumas purpureas,

abrí esta vez las ventanas de mi pecho

esta vez como si alguien las sujetara

en mi propiedad

de fría carne,

un pulmón marchó a una rivera,

el otro perdido marchó

a otra con mi espíritu,

quedaba mi cuerpo como frío, desierto

páramo sin espacio sujeto

donde anclar señero de luz

mi pecho, el otro espacio

de mí desierto

oscuro como opacidad

de noche de soto sin luna

sin luciérnagas del cielo,

sin fusiles que clavan su plomo,

sin faroles ni lucientes

provocados encumbrados

como este vacío que ya cansado

no más habita mi espejo de alma,

mi pecho partido enraizó

la mejor condena que la vida

pudo darme

como espina para clavar la espina

de mi vida y asir

cielo y tierra en marea

de primaverales caricias

albos ojos fijos

en auroras que marcan

al violácea arpa de mi despertar

creyendo sus ojos un sueño

para habitar.

 

 

 

 

El Castellano

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