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Un son de alba









Anochece la afrenta,
llena de colores,
el gris, el azul,
el malva,
el granate, el fuego,
la sangre,
la vida que acontece,
susurro en ojos,
el ruido,
chasquido inicial,
paredes que crujen,
la musa,
y la musa,
un millón de verdades,
como suena la noche
en sus ojos de horizonte,
trémulo iris inimaginable,
el sueño abre,
como florece un tornasol inmaculado,
vespertina semilla de fuego ígneo,
su letra,
un centenar de brillos que esperan,
como antorcha inefable,
que yo amo su tiempo
eternal,
siento su veneno en mis rodillas,
su tela en red de araña.
Te espero valga la hora
de llegar tarde,
criquean mis ganas
batiéndose mi solo armónico,
en escala desangelada,
algunos éramos mejor
antes de comenzar
y perdernos por senderos inextricables,
como laberintos de espejos,
en vidrios de luz sin salida,
esperaré,
mi yacija rebose belleza,
sí, esa ensimismada
sin competencia sola,
jauría y panal tus astros,
oh, delicia, embebe nuestro futuro,
en son con forma de corazón
y oro caracol,
sin ascua ni licencia,
avanzo,
lluvia escuchas en mis aljabas de ojos,
sonatina fértil,
sombras inamovibles
todo crece bajo ciprés hondo
de milenaria longevidad.
Cielo de rito
y procesión de agua,
en la guardería de estrellas
me venzo,
pero perder no quiero ver,
soledad acristalada en mi cuaderno,
pulcritud de nota filosa
hay alguien te quiere ver,
esquema el gris,
los ángeles,
su azul, como en gota
diluye mi turquesa de astros,
de luceros fervientes,
al halo intransigente,
transgresor toda divina ciencia,
y siembra ensordecida.


Buer Förüq


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