I Ay, flor escarlata, no pienses que cantado ya voy, son tus padres principios, a mí arde que me maravilla, sola previsión, como caballero en armas nobles, dictado, su premura tempestuosa, mis venas inflaman todo Occidente, concede mi codicia de minero su verso, precede mi templanza de pastor, su éter sediento, doblón y renacido, es mi morir recto en aspas de molinillo, oh, cobarde dinero que no me reverdece, ni calla a este silencio me escribe. II Ronco crascita mi cuervo, herir mi triste ojo puede, pero acompasa que ni gana tiene, murmurio de arroyo, abre sus ansias libertad en Sol mayor y dulces cancioncillas, en celonía perpetua, ávidas avecillas, por montes altivos, va que viaja mi escarpada idea, en voz de corderos, y rebaños de fieras, mi furia visto, de oro trigo y coronas de reyes entre magarzas, después de la muerte solo intuyo, mis olas caerán aplacadas, a esparcir negras simientes, como sola canta la penumbra, que todo engulle y sosiega mansa. III Resuena mi señero, como du...
Parnaso devorado mar de sienes ingentes caricias, mísera era ala. Escalé mi dulce yermo y sonrojo acontece fiel de almíbar lira y arpa el serrín de destino, oh tormento jamás yerto, no te necesito, me necesitas fiel de asidero. Va mientras mi barca procurando paz de un conflicto nunca existió. y ella, dudo de su realidad; jamás mil máquinas parirán la Flor. Förüq y Leannán-Sídhe