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Eje vivir







 Eje,
saco las alas,
rompo la conciencia filosa,
espacio derredor acaricio,
hueso tras hueso,
aún no me reí de la muerte,
y el que ríe último,
piensa más lento,
son tras sones, 
esmerilo este sino.
Condenado, abacorado,
líneas de conciencia por surcar,
al filo y vertiente de la navaja,
reflexiono mi momento,
a solas sobre pura vida,
grama de una grama
como alfiler de tres cabezas,
lobo sin fauces
que era lobo,
dolor mío,
jamás en renta pude darte espalda,
sí ojos y frente mías,
un solo en armónica y clavicordio,
era mi desquicia jamás versada,
pensaba alto de un ángel,
pude sentir su visión sobre nubes,
y mampuestos febriles
un abono de Nitrato de Chile,
mi parra su intelecto parecía redondo,
jamás grave o liso,
escarchas grises atrás,
amé, amo y sigo en ello,
una Musa cristalina mineral candente,
que si puede hasta se saca las letras
para anclarse a mi vera,
discerniente,
de hadas, y hechizos,
como sórdidos pergaminos
indelebles, tratados
en jardín umbrío,
sobre la comunión oscura
sus argentos astros,
que son Santos,
periplo osar lisonjera caricia,
cuando sólo ella lo es y era,
concilios yertos sobre sí mismos,
eco de un sueño
cayendo en su corazón,
gimiendo en la oscuridad,
por ella, para ella qué no osaría,
era de una creencia,
que reverbera sola sombra,
tú cantas
al eco de un sueño,
mi ser está rebrillando
tu obscuridad,
llamas a lo alto, me llamas,
barcos zarpan su gloria
de un nuevo comienzo,
lágrimas son brea,
sobre mares eternos
de latido yerro y letra,
Valhalla me ama,
oh eterno comienzo sin final,
romo acero mi disparo;
mi sentir,
reluciré aspas
y agravios del destino flamígero,
nueve llaves,
hazme libre.
Sé eternidad de fusta,
fuente y pecho en hierro
montado.


Förüq y Leannán-Sídhe 

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