EXIMIA FLOR DE FUEGO
Fresco dosel, profundo
en la siembra del ojo,
alto de sentimiento,
justo la sangre,
remembra piropo
en flor, sin máscara
vuelta al sentido traspuesto,
leerte, quererte
anhelarte,
desearte, enaltecerte,
algo no te dije
quiero verte libre,
grande y fuerte,
que salud se acobarde de querer rendirte,
mi orgullo no es perderte,
y si ocurre,
me hes dificil seguir,
encauzar y no amarte,
de súplica, respuesta y sonrojo,
un agradecer funesto,
de bien traspuesto me haces
y revelas mi lema,
mi lucha no baila sola,
la vida se pasa mejor en compañía,
la revelación ensimismada.
Aflora lágrimas dulces
oh cuan deseo se abra velo,
y fugaz tormenta,
esquema no hay duelo
hay necesidad flamígera
y verte en verde es turquesa
Mineral candente,
de mi vena pintarte el sortilegio,
nunca esquivo si me escribes,
si escritura te devela y ciernes,
que me acoges
en osadía vívida,
y nunca te abandonaré
ni aunque avance el alto averno,
los cielos,
mi designio
pudo plañir
si tú cesas yo te transcribo,
hasta osar ser tu huella
y continuar tu belleza,
me ligué a ti antes volver a nacer,
y mi dicha si faltas nunca recto miraré.
Eximia flor de pólvora y sangre,
quise tanto,
que solo con poder leerte
vuelvo a necesitarte,
y aún ente reluciente,
refulgente a este ocaso,
nos devora a los dos,
leal, digo
contigo porque vivo.
Förüq Miguel Esteban
Caracol silvestre, caracol serrano. Te escribo caracol del camino enervado ¡Oh tus fauces! Blandas que muerden su estadía alimenticia. Del romero al tomillo, desde la jara resinosa, al brezo flamante. Tu deslizar por el terreno húmedo, de la amapola a la caléndula arvensis con su savia dura. Desde el musgo a la piedra igual a la siguiente; idéntica a la anterior. Oh caracol, judío blanco, oh caracol marrón de todo jardín, caracol estriado la pulcritud de carbono de tu casa, mi casa. Miguel Esteban Martínez García UME unidad media estancia Guadalajara
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