
I
En la tarde dolorida
escribo por el aire
quieto, un pinar
ennoblecidos.
Suena ardoroso,
pavoroso, el repetido son.
Al agua del monte,
la sed de tierra;
vago por la senda,
parque, pinar y huerto,
sed intensa, sed
de largas zarzas y horas,
llegarán aguas
ondas que avecinan,
al punto por regueros
cavados en la falda
de un cerro relucientemente
dorado por su cielo.
II
Por los regueros
las ondas que brotaran,
de santos manantiales.
Surcadas en arroyos,
menudos y someros,
trazados a capricho,
bulliciosas fuentes,
mientras cantan con
sones cristalinos,
bosquecillos que gimen
rosas y alamedas al
alba, la vida que va
fecunda, baja de las
cumbres enojosas.
Ya su sol deja las alturas
y distribuye mercedes
por el valle.
III
La vida del agua
vida tan alegre,
goza tan puros, y limpios
horizontes,
baja los montes de
roca en roca,
al día que se extingue
su rápida existencia
devanando con su nueva vida
color y transparencia.
Si evapora rinde
al cielo su ofrenda.
Salud que cobra
el suelo,
muerte que vale
su vida
y el resurgir
sigue con ella.
FÖRÜQ Y LEANNÁN-SÍDHE
El castellano Miguel Esteban Martínez García
LUGAR
Castilla la Mancha España
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