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Bermellón figurado

 



Tarde ninguna, siempre, sobre mis espaldas
como hierro fúlgido, candente, al fuego de la forja,
tarde diurna, que comenzaba, en instante pulcro,
irreal sin tu opulosa orilla,
sin reguero celeste,
tampoco, viene mi cultura de vid y férreo espárrago,
tarde que jamás oye, la voz en auxilio de este hombre,

besé el suelo de ella, a ver cómo iba,
colisiones aparte, derredor en ráfagas,
acudieron ya, todos seres de luz,
¿Cuál me guiaba? Mejor no contesto yo,
por dentro aprehendido, sorprendido y persistente.
¿Tenéis vosotros, céfiros y cornamenta de cristal? 
A sus vidrios ocultos, directo, dirigido,

partió mi memoria sin vaho, a su red y sitio,
oh infierno del loco,
con pies de siete leguas te avanzo,
abrirte el café cuando la noche late,
textos en ojos, y el grave,
va pasada la flora.
Venían transgresores cuerpos, mutando osadías,
y desnudeces violentas,
aunque quiera no cambio, mi camino,
anduve simétrico
y tomando voz del camaleón,
con mi nombre, llamé hermano, y compañero de jaula,
grillos, oh ira, tentado grito, muros verticales.
Como esperas inundadas.
Que estallan todo ademán.


Förüq castellano Miguel Esteban Martínez García
A 8/01/2022
Lugar UME Guadalajara España

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