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Crepitar del ascua



Vine de una melodía sin tiempo,
de un lugar y tiempo que otorgan,
su sangre verde, de grises vitrales sonrío,
mi alma navega oscura y flamante,
en esta hora nocturna que todo envuelve el sosiego, arrancar mis alas, sin poner precio a mis semillas,
otra cuenta otra fila, de oleadas armoniosas, 
piedra verde y mudez de fuego, dónde estoy,
el vacío lo sabe, qué hago aquí con la niebla de enero,
no podré nunca desencarcelarte,
ni dejar pasar bocas, mi son desemboca,
borrados los pájaros quedan todos gatos,
 balcones despoblados de hombres que ya no cantan,
este cielo dorado que baja al bajar el astro,
oh, sombríos cipreses de luna,
con vientos y ninfas desnudas, jamás perdí latido ni decencia,
camino mi sendero que nadie más recorre,
costumbre de hábito terrible,
instante que miro su infortunio
y del que he sido prendido y roto.
Como se entrelazan alba y ocaso,
mi mala suerte era ,
como dos voces elásticas, uniéndose y separándose,
consecución de rosas fúnebres, y halos voraces.
Temprana alegría bañándose en cáliz áureo.


Förüq castellano Miguel Esteban Martínez García
A 11/01/2022
Lugar UME Guadalajara


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