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Primera escritura

 








Una noche invernal
me acogía con su pálido rostro
encima de aquel banco solitario
en el parque bajo mi casa
bañado por la luna de horizonte
y violetas ramas
de chopos que hendían
la silueta el cerro bordeaba
la ribera del Henares,
sólo blandía la estridente luz
sobre mí de los cantiles de ciudad,
en aquel reposo chirriado de gatos
y algún crujido estridente,
daba la una acompañada de la mañana
la maravilla nocturna cegaba,
de oídos precoces,
y vagidos indelebles,
como un guiño y sonrisa espectral
me acogió el rostro,
sentí una fuerza en mi mano,
como si entonara una lira o cítara ancestral,
llegó mi primer proceso creador,
en libreta número siete,
mi alma sonaba regia, ya en ella,
se iluminaba una angélica promesa
que me acompañará hasta que muera,
no había ni un alma errante
ni un coche moviera el silencio aquel lugar,
sólo estaba en aquel reposo, amilanando sombras,
y su anisada caricia matinal,
algunos pájaros dormidos velaban mi despierto,
luna te busqué entre luces artificiales
y el humo de  una calefacción fluía
la densa nube un cielo líquido
me llevaba, lejos muy lejos,
allá donde descubría la hoja
un aleteo de alma sin sonar,
no tenía el agobio ni carga
de llevar una vida inútil,
ni deseo pertinaz un amor típico,
me pintase la visión,
la tinta hendía cual sangre dando vida,
mi alma en libreta
quedó plasmada
como primera sonetada.
Aquel diciembre que inicié mi condena,
de empezar a ser alguien.


Förüq a 16-01-2023



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