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A la altura las cenizas






 





I
Súbito mundo, al calor de mi sentido
despierto, sentido, si yo a ti te miro
desgarrado hasta la entraña;
cual formidable sirena
que clama calor de fuego marino,
pasa ferviente el minuto,
segundo tras segundo
arroja y se impone cual febril
destello encendido, giro tras giro
hiriente te vi, sueño de insomne
madrugada, fui a abrazarte
y te quedaste para hacer vivir
siempre a mis sueños
apremio sobre nosotros, todo llamas
salvación que se impone sin bridas 
ni cercas.


II
Alta te vi como regente,
como vapor sideral que avanza
y todo detiene,
quise acercarme, pero sólo eras
como un sueño, lejano y cercano,
como si al verte no pudiese
volver a tenerte,
mil pedazos de cristal, yo caí, 
hermosa tú, cómo llamarte, 
de palabra extraña impronunciable,
decirte, mimar tu poética azada,
el día que anhelo ocurra,
yo estaré, tú estarás,
como si el ayer nunca hubiera
pasado.


III
Ahora frente al redil,
y guardería de astros,
todo luchas concurridas
dejar de pensarte, sería imposible
como abandonar ilusión en vida
no me haría mejor,
de final asombrado,
tu oscuridad me llama,
me envuelve, y acompasa
de compositura quebradiza
números de rosa, de piedra, 
de semilla bella, todo ojos,
parezco alzado pero sin ti no soy
sin ti no quiero ser,
luz de ascua en candelabro,
vileza de terco rosario,
claro milagro, ser en ti principio,
y continuidad.




Förüq y Leannán-Sídhe
A 14-06-2023

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