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Frontera tu seda










 





No, no quiero ver la luz del día,
su contorno, ni silueta melancólica,
no debo más sufrir
por la luz fría,
ni labios grises acogen ni acampan,
de luz en madrugada,
de intranquilo ceño,
te cantara con el viento,
que necesito tu sangre,
tu cálida melodía de piel,
el abrazo de un ángel,
era yo de alto,
un bosquejo,
de dios completo,
besos de valles y antepasados:
espejo un paisaje fluído,
de compañía cantando,
luna lúcida y semblante sempiterno,
floto sin nota ni risa perpétua,
fugitivo, de cristal todo ojos
y falanges de caricias rutilantes,
silencio de forma
y crujido al quererse,
hoy hircana, ígnea,
de piel en sed todas flores,
de mar espumoso, intangible,
sueño, en mitad
un cuarto de alguien,
jardín leve, musical,
eran tus reflejas piernas de paraíso,
soledad pareja sin playa
ni destrozo cardinal,
atónito, que yo amo,
te amo en mitad lo oscuro,
un día de lluvia insistente,
y era sueño candoroso,
que bellísima
en mi cuarto duermes,
mi sueño.



Förüq y Leannán-Sídhe

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