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Hidro-Miel su voz





 






Destello furtivo,
galopa que cabalga
mi sola entraña,
de un silencio profundo,
enfundado,
hiende que adentra mi cabeza y palpitar,
vestido de chisporroteos,
y viles aguaceros victoriosos;
sendas azotando el ojo de la tormenta,
trémulo galope a des-voz
descubría un mar de gente,
como engranaje hueco sin sonar,
era el tiempo de avanzar
y no mirar estelas ni ráfagas,
llegada la hora
no quedaba ni ropa
ni ovillo rojo,
quedaba un son tartamudo,
sin palabras, sin tapujos,
sólo esperando brotara de ella una palabra más
pudiera enmarcarla,
no quedaron repiqueteos,
ni cables entre alaridos,
quizá una vieja tuerca oxidada
como vil pensamiento perdido,
sin trueno de escritorio,
ni vil pensamiento encendido
como se arrostra una cerilla,
quise besar tu sola voz,
acompasarla,
vestirla de tules azures,
y hoy lo siento mundo,
se sabe,
y yo amo su estampa,
que la lleva,
mece, y avalanza,
oh miel, néctar su caracola de voz,
vine de capa y sable,
tunante
de Alcalá de Henares,
raíz insobornable,
de porte y escala millonaria,
decencia tras maldad perdida,
traigo mis necios,
y solos aportes de estrellas,
frías, granates,
de besos incipientes
la sola sangre que porto,
y me protege,
noche se viste en sonrisa engalanada,
miles rostros,
miles mentiras caminan,
cómo elegir,
si todo son mentiras,
mire dentro lo que no se ve se siente,
y hoy no hace ni un día,
que llamé a mi Musa del alba,
y se sabe, lo sé, lo siento,
amo a mi Musa
de una voz de sonrisa atronadora,
caricia de nervio punzante,
sinuoso, electrificante,
me quedó su eco para abarcar
dos semanas dulce invectiva
en vacío perplejo de silencio dictado.




Förüq y Leannán-Sídhe

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