Vine por tu orilla,
deshojando ababoles,
oh tu pitanza corva,
en el haya que te siento
río superior
tu tierra sin dueño,
tu ribera de olmos amantes
y álamos secuaces
entre su nieve y espuma sedosa
fuelle de agua eres,
fuego azur
sólo tú
de universo bailando en tu espejo,
hilvanas de la sed su lleneza,
tu color es mi pasión
de amarte, y sentirte son tras son,
cuentan de tu nido,
las dos castillas,
idiomas olvidados,
te sonríen,
eres el vals de jaras,
y carrascas afiladas,
el endrino, y pino carrasco
te velan defienden
y acarician,
tus curvas
de cal y canto me aseguras,
jamás podré entero conocerte,
oh mi cristal fluyente
de espejos,
de azul imantado,
vienes susurrando
acoges tu perdigón viajero,
entre encinas
y aroma de robles
y sus cernícalos,
vine de ti soslayado,
por vertientes me tienes,
turquesa líquida,
haz refulgente de sola idea,
mis huellas te besan,
curvas en rotonda
tus fulgores dejas,
entre vastedad
y fiereza
álzate río Duero
sube a tu desnacer,
entre tus pinos caracolearé mi suerte,
que mi ademán es verte
porque soy de ti,
como eres
magistral obra brotada
oh, río Duero,
de fuego en agua
e inmortal acequia de Airón.
Druida Rama Roja
Caracol silvestre, caracol serrano. Te escribo caracol del camino enervado ¡Oh tus fauces! Blandas que muerden su estadía alimenticia. Del romero al tomillo, desde la jara resinosa, al brezo flamante. Tu deslizar por el terreno húmedo, de la amapola a la caléndula arvensis con su savia dura. Desde el musgo a la piedra igual a la siguiente; idéntica a la anterior. Oh caracol, judío blanco, oh caracol marrón de todo jardín, caracol estriado la pulcritud de carbono de tu casa, mi casa. Miguel Esteban Martínez García UME unidad media estancia Guadalajara
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