Ir al contenido principal

LETRAS DE UN DONCEL

 












I

El frescor y brisa trae y regala
flores desnudas, me lleva todo día
tierra adentro, de guerrero mi talle
roto mi pecho de ensancharse,
quiero erguirme, de fúlgida
coerción tiembla todo aire,
regalar a Musa una letra
cual sorpresa que arrolla
y en su ser queda
a todo son, no soy joven
pero tampoco me compara la
vetusta, querría mecer
su vastedad inextinguible
entre molinos a enganchar
sus pámpanos iridiscentes.



II
Oh mis pobres palabras, 
que míseras caricias
y besos robados fuesen,
invisibles trinos y ráfagas
de simientes enardecidas,
esencial premura, hoy despierto
las criaturas, desquicias
de lúgubre hendidura,
cual pacto invisible que hago
notoria prestancia férrea,
os doy colores mis Furias
hasta poneros alegres lentamente
a servir, renovadas, visibles, 
epicúreas, guarnecidas dentro
mi canción
ir por ley contra el falso juramento.



III
No ha de abrirse la virtud,
como la vida no ha de revelar
su entraña
deja mi ráfaga te regale mil
flores, reune y honra si precisas
porque son mis colores,
como hondo secreto quiero hacerme,
no pensar, sólo actuar discernidamente
uno, no te traicioné,
dos, no me atrincheré,
tres, no me posterné
a quereres y deseos
de mundo, sin intención,
mi pesada lanza
jamás hirió tu honor, ni, amor,
tampoco hirió mis custodias.


Förüq
El Inocente firma

Comentarios

Entradas populares de este blog

Oda al caracol silvestre

  Caracol silvestre, caracol serrano. Te escribo caracol del camino enervado ¡Oh tus fauces! Blandas que muerden su estadía alimenticia. Del romero al tomillo, desde la jara resinosa, al brezo flamante. Tu deslizar por el terreno húmedo, de la amapola a la caléndula arvensis con su savia dura. Desde el musgo a la piedra igual a la siguiente; idéntica a la anterior. Oh caracol, judío blanco, oh caracol marrón de todo jardín, caracol estriado la pulcritud de carbono de tu casa, mi casa. Miguel Esteban Martínez García UME unidad media estancia Guadalajara

Pioneer

 

Al Duero

        Duero: Grita mi estupor y cuchillos hieren volteando una boca que la onda mece flameando. Se duerme la costilla en el altiplano enjutado de hayas y fresnos recuerda su geología únicamente saboreada por el soñar de los picos, virginal cuna del Duero con tus curvas en rotonda de castizas fuentes y abrevaderos, dulce azada de agua que bascula el sentir de la enamorada palabra, por cimas tu voz se hace meseta haciendo el amor con los pájaros dormidos, templo y morada de la cepa que a ti te alcanza, agua furtiva corre por tu era y reposa en tu infinita onda, que se riza, que se insinúa en vaporizadas Torres de belleza, que en tu alma anidan, sortilegio de rosa y clavel cenit del dolmen tallado, quién a ti en la vastedad del ser en su pecho te lleva prendido el fuego en fanal hoguera en anchos panales de tus abejas. Cuentan de la vida del chopo tus diez mil espumas, que por sierras tu rúbrica dejas, navegante con alas azules el terreno que jamás te vence, secretos...