Ir al contenido principal

COMPÁS EN ARRAIGO














Pedernosa pregona, 

arraigo a la quimera

un pasado de tiempo 

en puñal pretencioso,

oh, espigas de idea se alzan, 

surcos de fugaz simiente, 

cual verte, y no verte, sentirte 

cual poeta de tu dulce vientre

tras fuego de ababol entre tierras

oh, sed de mi sangre, 

Suave sollozo, en vals flamígero

sin tacto ardoroso, terciopelo, 

en recuerdo que rodaba

el grato murmullo, grato, 

vivo del agua

como grande mi sed de lluvia, 

este año seco. 

Fue mi noche un gran descuido

despierto yo, hasta una hora, 

que la luna bailaba sola. 

Al día siguiente 

hubo un difunto en el tercero

de cuerpo presente 

y mío

diré de madrugada

a medio día en un mundo

 onírico

del cual divisé

mi entierro, 

creo hasta entró mi gato 

a amasar

mi pancita como si le fuera

a dar algo.

Soñé hasta una voz estridente, 

y yo dije:

-Trabajo cuando quiero.


MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Oda al caracol silvestre

  Caracol silvestre, caracol serrano. Te escribo caracol del camino enervado ¡Oh tus fauces! Blandas que muerden su estadía alimenticia. Del romero al tomillo, desde la jara resinosa, al brezo flamante. Tu deslizar por el terreno húmedo, de la amapola a la caléndula arvensis con su savia dura. Desde el musgo a la piedra igual a la siguiente; idéntica a la anterior. Oh caracol, judío blanco, oh caracol marrón de todo jardín, caracol estriado la pulcritud de carbono de tu casa, mi casa. Miguel Esteban Martínez García UME unidad media estancia Guadalajara

Pioneer

 

Al Duero

        Duero: Grita mi estupor y cuchillos hieren volteando una boca que la onda mece flameando. Se duerme la costilla en el altiplano enjutado de hayas y fresnos recuerda su geología únicamente saboreada por el soñar de los picos, virginal cuna del Duero con tus curvas en rotonda de castizas fuentes y abrevaderos, dulce azada de agua que bascula el sentir de la enamorada palabra, por cimas tu voz se hace meseta haciendo el amor con los pájaros dormidos, templo y morada de la cepa que a ti te alcanza, agua furtiva corre por tu era y reposa en tu infinita onda, que se riza, que se insinúa en vaporizadas Torres de belleza, que en tu alma anidan, sortilegio de rosa y clavel cenit del dolmen tallado, quién a ti en la vastedad del ser en su pecho te lleva prendido el fuego en fanal hoguera en anchos panales de tus abejas. Cuentan de la vida del chopo tus diez mil espumas, que por sierras tu rúbrica dejas, navegante con alas azules el terreno que jamás te vence, secretos...