Canto fecundo,
sonoridad recia,
abre su tierra
la estántiga procesal,
de un fondo fantasmal
repico,
que repiqueteo es magno,
al son abre
suena tu espiral,
suelta la ira,
en tres procesos,
respira,
abacora,
enaltece,
la honda travesía surcaré
en vestigial concordia
libera la espiral,
canta gime avanza ya,
sones marchan
igual que adelante
igual que hacia atrás,
vals de verbo,
iridiscencia al tacto,
vine socavando alto,
un mar de idea,
un iris sediento,
no quiero irme
sin nota
ni sanguinoso compás,
renasce mi fuerza
y nunca se arrepiente,
miro alto como es abajo,
sacrifico mi coraza
estoy soñando alto
donde laten mis ancestros,
dentro la telúrica
sonaré,
decencia al tañer,
oh de cuerno roto
y caracol sonoro,
pienso en tu manto de hojas
levanto brumas,
me sacrifico a ti
por fundir
y elevar el tercer cielo,
obscuridad todo lo que quiero ver,
sin nada decir
sin nada orar al día o a la noche
encendida,
me sacrificaré cual te amo,
eje revelador
late d' esta rebelión,
quiero trinar en tu nido,
y por si acaso me vence,
me sacrifico entero para ti
sin lira sin canción,
como la noche te recuerde
una vez para todas las veces,
mi resquemor
mi sabor
mi iris sin dolor,
crezco como el ciprés
dentro tu escarlata espiral,
fuego late la espera,
un onírico despertar
a seguir ensoñando,
resplandece mi sangre yerta,
la última penumbra que ilumina
esta vida,
fronda y dura raíz
templanza carcome,
menos el sentido erigido,
vencer
o respirar para vencer,
númen, hito, bravura,
hijo de la tempestad
azota el rayo
Candamvis te guiará
asocia
cierne y deslumbra,
todos a tu diestra
tu corazón es de Escarlata,
hoy por ti
mañana contigo
o sin mí, conmigo mismo,
fulgor de centella de mundo abisal,
ascua eterna,
clepsidra de treinta y cuatro gotas
en vida marcadas,
sones de ti,
aullidos a un viento
por y para la siembra arcana,
de latidos unidos,
siento mi fuerza brotar
de la mayor entraña la Telúrica llama,
férreo es mi ciprés, me llama
a guiar mi honra, y pasos.
MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
Caracol silvestre, caracol serrano. Te escribo caracol del camino enervado ¡Oh tus fauces! Blandas que muerden su estadía alimenticia. Del romero al tomillo, desde la jara resinosa, al brezo flamante. Tu deslizar por el terreno húmedo, de la amapola a la caléndula arvensis con su savia dura. Desde el musgo a la piedra igual a la siguiente; idéntica a la anterior. Oh caracol, judío blanco, oh caracol marrón de todo jardín, caracol estriado la pulcritud de carbono de tu casa, mi casa. Miguel Esteban Martínez García UME unidad media estancia Guadalajara
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