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Como decíamos ayer...


Destino parco, opaco a tu vítreo trasluz.
Dime si a ti estoy sujeto, mi devenir sostienes y meces,
por qué no me amas y quieres que todo lo bueno, d' este el mío existir;
llega cuando mi Quimera despierta, mi infierno destapa.
Digno saber que siempre hay alguien que está mejor que yo y alguien
que está mucho peor.
Mi meta como humano ser es feliz ser, apresa si hubiere maldad
deja mi bondad brillar
en orgullo y sonrisa plena porque es lo único
que me sostiene en este abismo invernado,
por mis flores soslayado;
no quiero más, del ser que te habla,
sólo sus pensamientos le importaron a sus actos,
y sus actos a su vida.
Dime árbol mío, en qué fallé...
Estamos todos muertos recordando progresiva
y vivencialmente quiénes fuimos
hasta llegar al recuerdo vívido,
de nuestra propia muerte para después,
pasar a un plano existencial de transición,
que no sabemos si es la situación,
vivencias, experiencias, y el conjunto
de nuestra realidad soñada, o recorrida,
espiritualmente, puesto que la energía
es eterna; llámese alma,
la comunicación con personas fallecidas,
de nuestro propio recuerdo,
se debe a que estas personas ya pasaron
su plano existencial, de recordar su vida pasada,
al completo.
O están en ese proceso de ascensión,
en otro plano existencial.
Haz que tiemble el mundo entero
al sentir amor.
Abismos prendidos en retinas de hielo,
donde arde en albor, el hierro de mi amor.
Ascua eterna, sanguínea, tejida de mi vida;
que siempre tengo en mi mano encendida.
Muerto el tiempo para abandonar, estoy para luchar.
Mas puente digno del destino, dificultad es.
Avanzo mi sendero, sin franca tapia, ni verja.
Vea donde vea, te veo, vida plena;
incluso llevando a cuestas estaciones de negros lirios,
desangrados, y su cabra rojiza masticando,
al son, de un sí bemol, el transparente, pío de un zorzal,
va mi invierno para empezar
al calor de mi Señora Hada, a la helada
de un futuro, que derretirá;
y de sus labios brillará.
Abandonado ya mi nicho temporal,
ella que me falta, y la deseo, en unión, de dos gotas de lluvia.
Para así volar nuestros sueños,
como molinillo de diente de león.



Tenue resguardo de tu voz,
al maravillado esplendor
de flores del tiempo derritiéndose,
alcanzando tu amor, dime si del rayo de Sol,
o si la madera de pino tus ojos engendró,
tus montes alcanzo en verdor,
cuando la ilusión, mi estampa en tu corazón,
rubricó, ven, ven amor,
sácame de esta bruma gris...


Esteban el castellano 2014

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