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Vengo a morder tu ardimiento









A doncella Escarlata, mi Hada:

Navego los límites de tu silencio
tu luna reina mi cielo, 
en este horizonte de ilusiones y sueños;
tus besos florecen mis recuerdos, 
las mariposas de tu piel tersa de seda, 
acaricio, 
eterno el momento,
que escapa entre tus labios 
cuando brota el te quiero
y en mis ojos te encuentro, 
donde me enseñaste 
a vivir el momento 
porque nada es para siempre 
escribo el sentimiento 
ese que me hace amarte despierto 
este viaje sin retorno; 
me hace buscarte cada noche, 
para que tu amor surque mi sangre; 
y mis sueños de tu mano, 
pueda acariciar; 
lento muerdo el placer preso, 
y la lluvia envuelve nuestros cuerpos, 
recorro tus parajes, 
me pierdo en tu bosque; 
este fuego late en esplendor, 
encuentro tu dorado amor, 
oigo los aullidos del corazón; 
atrapo mis flores de pasión, 
quiero y te quiero 
en cada amanecer 
donde agradezco cada aliento, 
cada suspiro que asesina al tiempo, 
y da vida a mi sentimiento;

mi eternidad alcanzo, 
acariciando tu cielo, 
entero me entrego 
como el calor de un lucero, 
sintiendo tu amor latiendo,

avanzando tu cuerpo, 
como quimera de pasión y fuego,

condenando al tiempo

a morir en nuestro pestañeo, 
con un beso, 
encontrando el lenguaje del alma 
en cada verso, 
cabalgando juntos cada firmamento, 
flor de sangre naciendo en mi pecho 
clamando este amor 
que te profeso, 
cálido el momento 
de desnudar mi alma 
mi bella amada, 
una flor en tu mirada 
vuela libre doncella 
tu esencia mariposa del amor 
en mi interior quedaste 
de mi ser te adueñaste 
puedo sentir como tú sientes, 
en cada pensamiento vives, 
a tu lado siento 
desvanecerse el dolor 
este ardor de pasión 
jamás me abandonó, 
hoy agradezco que me arropases 
en tus alas para nunca soltarme 
para abrigarme cada noche fría
 por ser mi eterna compañía 
y locura del ansía mía, 
tu amor mi sinfonía 
como tu beso de cada día, 
fiel me entrego a la caricia, 
mi amor sin descanso

incesante fluye el verso 
por tu abrazo,

a tus pies me encuentro 
esta mi sangre te entrego 
este fuego late en cada beso,

germinaste dentro todas estas semillas 
de amor eterno,

hoy hada mía te canto 
a la sonrisa 
encuentro tierna tu caricia

en cada flor encuentro 
la belleza amanecida 
en tus labios descrita, 
en tu piel mi fulgor

en tu corazón;
siente mi brisa 
como me hago lluvia 
y río en cada silencio 
que rompemos juntos 
como juntos nos verán 
hasta el fin del tiempo.




El Castellano y Leannan-Sidhe








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