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RÉQUIEM LUNAR SOMBRÍA APOSTURA
















 Tienes que ver, tienes que escuchar, el código tu guerra, precipicios, acantilados,  desfiladeros aparte, la sangre heredera llama, y me erijo en ti como bandera en su asta, como pétalo en su rosa, y nací de ti río de afluente cauce yacente de treinta y tres gotas, templanza y temblor hermano, un Sol de ventura , olvidado pérfido en sepultura, un son sin repiqueteo, de madrugada entre labios grises u azures, porque el miedo, es valiente, temerario combatiente través un río enervado río su sangre ferviente, lacustre de sino en espada indolente que es palabra, como piedra a su paisaje tremularia vista que todo lo bueno tiene final como un alarido en penumbra, herencia de vida es la vida, último tormento ensortijado Musario cerro todo placer sentido, lisonjero azar funesto del caballero de la competencia, vil estrafalaria secuencia del código cruento suena la noche en una telaraña de oscura dama escarlata, obscuridad nunca muere, no se vence, se ama, como la flor sea solo la flor, maravilla sin condición ni postor...


Förüq castellano

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Oda al caracol silvestre

  Caracol silvestre, caracol serrano. Te escribo caracol del camino enervado ¡Oh tus fauces! Blandas que muerden su estadía alimenticia. Del romero al tomillo, desde la jara resinosa, al brezo flamante. Tu deslizar por el terreno húmedo, de la amapola a la caléndula arvensis con su savia dura. Desde el musgo a la piedra igual a la siguiente; idéntica a la anterior. Oh caracol, judío blanco, oh caracol marrón de todo jardín, caracol estriado la pulcritud de carbono de tu casa, mi casa. Miguel Esteban Martínez García UME unidad media estancia Guadalajara

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