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TORRES SU BELLEZA

 















I
Miro mi ama,
que vistes cual rocío
de pétalo armada
miro una alta torre
que se erige peldaño tras
peldaño del daño mío;
mi ardoroso deseo ya la trepa
cual vano desvarío,
mi torre tiene señero,
y que se levanta como se adopta 
el vicio,
más placer expone,
cuanto más peno,
suspiros avanza cual azor
apresurado,
luce en libertad tu golondrina.


II
Viste rocío la flor
mi pretensión asequible,
y su contrario,
mi ciego lustre cansado
intento, quiere, concluir mi torre
rehuía lo áspero
de la fuerza y mi cuidado
mi torre hacía señorío,
quien de mí y de él
hace el sacrificio,
en la suerte mundana
desconfío,
noble tierra que alma
en tu saña rigurosa hizo nido.


III
Cubrió la obscura nieve
el día lisonjero.
Vestido de sed quedó el desierto
sereno mi amor que aullaba
cual misterio,
turbaste golondrina de luz mi gloria
que me borraba toda fortuna,
el dulce día me penó
que sólo las máquinas 
viven siempre,
pero así, con tu amor 
soy invencible,
renueva mis lágrimas cual
historia, se construye así misma.


Förüq y Leannán-Sídhe






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