Ir al contenido principal

596 días de juramento LETRA C













Cavar a la piel

y al músculo del silencio

el grito de esperanza

aparecida la niebla;

Suspirando llanuras de límites.

Me pareció que el viento de la montaña

de los Suspiros en el bosque eterno

y encantado valle.

Río de mis aullidos tez

de mi extinción

en la infinitud de la historia interminable

orígenes de mi montaña

si el hombre no era una montaña

Hombre de montaña era,

encina de dicho escrito en mi conciencia

y no es una piedra es mi corazón.

Raíz de mi existencia a través de lo suyo,

gotas de la piel hacen alma de renegado

si usted no encuentra una caída en mi esencia

riada aguarda mi piel.

Lo mundano me la trae al pairo, salvaje como el viento,

Dispara esta forja interior la verdadera llama del amor

por el hierro en la sangre, aullar a la luna llena de antaño,

Veo que vaya a mi alma gemela de la mano

¿Cómo andas? -Con las piernas caminando

al final de este mundo

¿Por Qué? -Para Llevar viva a casa mi alma gemela

venir a mí su fuerza Montaña

Venga a mí su carta  de letra C.


.


Dragón verde cobre y Lhiannan Shee

Comentarios

Entradas populares de este blog

Oda al caracol silvestre

  Caracol silvestre, caracol serrano. Te escribo caracol del camino enervado ¡Oh tus fauces! Blandas que muerden su estadía alimenticia. Del romero al tomillo, desde la jara resinosa, al brezo flamante. Tu deslizar por el terreno húmedo, de la amapola a la caléndula arvensis con su savia dura. Desde el musgo a la piedra igual a la siguiente; idéntica a la anterior. Oh caracol, judío blanco, oh caracol marrón de todo jardín, caracol estriado la pulcritud de carbono de tu casa, mi casa. Miguel Esteban Martínez García UME unidad media estancia Guadalajara

Pioneer

 

Al Duero

        Duero: Grita mi estupor y cuchillos hieren volteando una boca que la onda mece flameando. Se duerme la costilla en el altiplano enjutado de hayas y fresnos recuerda su geología únicamente saboreada por el soñar de los picos, virginal cuna del Duero con tus curvas en rotonda de castizas fuentes y abrevaderos, dulce azada de agua que bascula el sentir de la enamorada palabra, por cimas tu voz se hace meseta haciendo el amor con los pájaros dormidos, templo y morada de la cepa que a ti te alcanza, agua furtiva corre por tu era y reposa en tu infinita onda, que se riza, que se insinúa en vaporizadas Torres de belleza, que en tu alma anidan, sortilegio de rosa y clavel cenit del dolmen tallado, quién a ti en la vastedad del ser en su pecho te lleva prendido el fuego en fanal hoguera en anchos panales de tus abejas. Cuentan de la vida del chopo tus diez mil espumas, que por sierras tu rúbrica dejas, navegante con alas azules el terreno que jamás te vence, secretos...