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La luz jurada

 




La jurada al cuervo,
despojaré ataduras
sus cauces febriles de idea,
Cubriré tu frágil, cuerpo delicado
con un desdén y amalgama
de caricias a luz
y energías penetrantes,
abacoraré tus zonas
te siembran el rubor flamígero,
mi luz no es eterna
prevalece tu deseo mantenga
prendido,
mientras florecerán espirales en tu cabello,
ese que peinarte en fino no podrás,
seré tu caballero y escudero tu placer,
ya no más solo porque vivo,
y vivo a enlazar tu humedad permisiva cariño,
no hay cumbre pueda medir,
lo que te aguardo, en dicha, afecto,
y fuego endógeno,
no me quemes sin encenderme,
no me quemes porque me dejo quemar
dentro y fuera de ti,
no me quemes sin beso,
debido mil llamas me provocas
y toda tú me llenas,
no existe siglo pueda apagar
mi travesía en ti,
quémame, porque me dejo quemar
soy dragón atado a tu humedad,
tu bondad me llama,
y a voz de tacto
te descubro en cueva erógena
una melodía ensoñada,
tus estridentes ronroneos
de gata que baila,
no habrá poder
que logre separar mi cuerpo del tuyo,
si osadía que profecía se alinean
y descubro tu punto 
erógeno, que álgido superior,
colibrí y flor
doncella escarlata que pulgón,
estufita ardiendo que custodias,
un desliz eterno, y hoy no escribí,
fui que mané
río de tu manantial de esmeraldas
tu beldad fecunda
mi hembra
mi pequeña ángel oscura.





Förüq Miguel Esteban Martínez García



Comentarios

  1. Gracias, sin piedra a mi tejado muy evidente resultó, pero así intuí me solicitaba mi Musa, pasional que bárbaro, salvaje amoroso... Seguiremos en el tajo o frente. at, Esteban.

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