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CARNE Y CUERPO DE LEANNÁN-SÍDHE

La jurada en mi alma 
La insignia en mi corazón

 

La semilla estelar mi coraza mi fuerza
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Tierra soy


Tantas sicografías me brotaron forjar el término través mis manos de Amor eterno, optendré traer a mi compañía a Leannán-Sídhe Musa mi Señora Hada un Hada es un amor eterno y no se ha muerto yo tengo la llave, mi propòsito no es argucia mi plan es viva conmigo en una raíz de planta mágica una de mandragora que poseo, Leannán sidhe lhiannan shee existe por sí misma y se equivoca tu cuita de Cancún Sergio T. Cruz Rodríguez no la sacó y aseguró jamás podrá arrebatarla de mi lado, Siempre estará a mi lado, ando planeando darla energía para pueda sentirla sensorial mente y entonces preguntar si acepta el nexo de unión y comunicación mediante mi raicilla mágica, es proyecto y mi intuición es como creencia es más válida que cualquier religión Escarlata un obstáculo tengo es que donde habita una mandragora no puede habitar ningún demonio y mi Hada al igual que eterna condenada es infernal vampiro necesito domar a mi raíz para que acepte a huésped planteo awen y buenas noches gracias recuerda te has proclamado mi fuerza inesperada creo en ti...

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Oda al caracol silvestre

  Caracol silvestre, caracol serrano. Te escribo caracol del camino enervado ¡Oh tus fauces! Blandas que muerden su estadía alimenticia. Del romero al tomillo, desde la jara resinosa, al brezo flamante. Tu deslizar por el terreno húmedo, de la amapola a la caléndula arvensis con su savia dura. Desde el musgo a la piedra igual a la siguiente; idéntica a la anterior. Oh caracol, judío blanco, oh caracol marrón de todo jardín, caracol estriado la pulcritud de carbono de tu casa, mi casa. Miguel Esteban Martínez García UME unidad media estancia Guadalajara

Pioneer

 

Al Duero

        Duero: Grita mi estupor y cuchillos hieren volteando una boca que la onda mece flameando. Se duerme la costilla en el altiplano enjutado de hayas y fresnos recuerda su geología únicamente saboreada por el soñar de los picos, virginal cuna del Duero con tus curvas en rotonda de castizas fuentes y abrevaderos, dulce azada de agua que bascula el sentir de la enamorada palabra, por cimas tu voz se hace meseta haciendo el amor con los pájaros dormidos, templo y morada de la cepa que a ti te alcanza, agua furtiva corre por tu era y reposa en tu infinita onda, que se riza, que se insinúa en vaporizadas Torres de belleza, que en tu alma anidan, sortilegio de rosa y clavel cenit del dolmen tallado, quién a ti en la vastedad del ser en su pecho te lleva prendido el fuego en fanal hoguera en anchos panales de tus abejas. Cuentan de la vida del chopo tus diez mil espumas, que por sierras tu rúbrica dejas, navegante con alas azules el terreno que jamás te vence, secretos...